¿Sos los adventistas solamente innovadores que presentan una serie de doctrinas novedosas, perversas y erróneas? Muchos miembros de otras iglesias desgraciadamente interpretan mal el verdadero carácter del evangelismo adventista. Croen que nuestras enseñanzas comienzan en 1844. En alta voz nos declaran “legalistas,” manifestando que nuestras doctrinas desprecian la gracia. Esto los lleva a la conclusión de que todo nuestro programa evangélico no es nada más que proselitismo y “robar almas.”

 Al hacer frente a esta situación en nuestra obra evangélica, necesitamos estudiar la manera de hacer planes para nuestra predicación, de modo que se eliminen esos conceptos erróneos y se prepare el camino para que se escuche nuestro mensaje con una actitud favorable, y lo acepten muchos más. ¿Adónde vamos a recurrir para conseguir esta norma que tanto necesitamos? La encontraremos en el mensaje especial que Dios nos ha enviado a predicar.

 La obra de evangelización de la Iglesia Adventista tiene mucho en común con el evangelismo de las diferentes denominaciones cristianas. Hay ciertas características del evangelismo adventista, sin embargo, que nos diferencian de los otros grupos religiosos. La nota distintiva es nuestra misión de predicar el triple mensaje de Apocalipsis 14.

 “El mensaje de Apocalipsis 14 es el mensaje que tenemos que llevar al mundo. Es el pan de vida para estos últimos días.”—“Testimonies” tomo 8, pág. 27.

 “El mensaje del tercer ángel debe ser presentado como la única esperanza para la salvación de un mundo que perece.”—“Evangelismo” pág. 146.

 “El tema de mayor importancia es el mensaje del tercer ángel, que abarca los mensajes del primero y segundo ángel.”—Ibid.

 La obra evangélica adventista basada en los mensajes de los ángeles, es nuestro plan evangélico. Debemos nuestra existencia a esta triple profecía. En base a ella se justifica que los adventistas constituyamos un grupo religioso separado. Se explica también la verdadera razón de nuestra obra evangélica. Nuestra predicación, es el cumplimiento de Apocalipsis 14:6-12.

 Puesto pie el triple mensaje es la base distintiva de la obra evangélica adventista, la pregunta que surge naturalmente es esta: “¿Qué significa predicar el mensaje de los tres ángeles? ¿Qué abarca este mensaje? ¿Qué relación sostiene con el Evangelio?’

 La predicación del mensaje de los tres ángeles no se confina estrictamente a las palabras empleadas por los ángeles. Tampoco se limita necesariamente a los temas específicos mencionados en el triple mensaje. Abarca, por supuesto. la presentación de todas las verdades salvadoras del Evangelio.

 Se nos dice en “Joyas de los Testimonios, tomo 2. página 365. que “se ha de realizar una gran obra en la presentación de las verdades salvadoras del Evangelio a los hombres… Presentar estas verdades es obra del mensaje del torcer ángel.”

 Además, el mensaje del tercer ángel incluye más (pie la predicación de Cristo y su justicia, su cruz, su sangre, su gracia y su amor. Estos temas son de suprema importancia, y deben ser el centro y la base de toda verdadera predicación. Pero si el mensaje de los tres ángeles debe reducirse a estos temas, entonces ha sido dado por los apóstoles y los verdaderos ministros de Dios en toda generación desde entonces. Este no puede ser el caso, porque el mensaje de los tres ángeles se aplica solamente a la última época de la historia de la tierra, entre el comienzo del juicio en 1844 y el regreso de Cristo en el día final.

 Es significativo el hecho de que el triple mensaje se presente como el Evangelio eterno, que ha de ser predicado a toda nación. Juan dice: “Y vi otro ángel… que tenía el Evangelio eterno para predicarlo… a toda nación… diciendo… Temed a Dios… porque la hora de su juicio es venida.” (Apoc. 14:6, 7.) Esto aclara que el triple mensaje es el Evangelio eterno adecuado a la hora del juicio.

 Noé predicó el arrepentimiento y la justicia por la fe. También lo hicieron Juan el Bautista, Jesús, los apóstoles, Lulero y Wesley. Pero cada uno de ellos lo presentó de acuerdo con las circunstancias prevalecientes en sus días. Del mismo modo los adventistas predicamos el arrepentimiento y la justicia por la fe dentro del marco señalado por Dios para estos últimos días, y especificado en el mensaje de los tres ángeles.

Los propósitos de nuestra predicación

Dios ha señalado en su Palabra cuatro propósitos principales que deben cumplirse por medio de la predicación del triple mensaje. (1) Debe hacer surgir en todas las naciones un pueblo que guarde los mandamientos de Dios y tenga la fe de Jesús. (2) Restaurará la fe de Jesús entre el pueblo de Dios. (3) Reunirá las ovejas esparcidas de Dios (Eze. 34:11, 12; Apoc. 18:4) y las unirá como su pueblo remanente en la época final de la historia del mundo (Apoc. 12:17). (4) Preparará un pueblo para la segunda venida del Señor, de la misma manera que el mensaje de Juan el Bautista preparó un pueblo para el primer advenimiento de Jesús. Estos son los propósitos de la obra evangélica adventista dentro del marco del triple mensaje. Cristo y su justicia han sido el corazón y el centro de toda revelación que Dios ha hecho. Por eso también Cristo y su justicia constituyen el centro y el corazón del mensaje del tercer ángel. La Sra. de White al referirse a la justificación por la fe. dice que es “ciertamente1 el mensaje del tercer ángel.’—“Evangelismo, pág. 143.

 El triple mensaje, puesto que es el último mensaje de Dios, revelará a Cristo y a su justicia en una medida mayor de lo que se los ha conocido antes. Al hablar de la justificación por la fe en relación con el mensaje del tercer ángel, la Sra. de White dice:

 “Este mensaje había de colocar en un lugar más prominente ante el mundo al Salvador crucificado: el sacrificio por los pecados de todo el mundo. Presentaba la justificación por la fe como una promesa suya; invitaba a la gente a recibir la justicia de Cristo, que se manifiesta por la obediencia a todos los mandamientos de Dios… Este es el mensaje que Dios mandó que se diera al mundo. Es el mensaje del tercer ángel, que ha de ser proclamado en alta voz, y auxiliado por el derramamiento de su Espíritu en gran medida.”—“Evangelismo, págs. 190 191. (La cursiva es nuestra.)

Hagamos resaltar este mensaje

Algunos de nuestros evangelistas no hacen mención del triple mensaje en su predicación, hasta llegar a la parte final de su campaña. Puesto que nuestra tarea consiste en predicar el Evangelio eterno en el marco del mensaje de los tres ángeles, y que esta es la característica distintiva de la obra evangélica adventista, ¿por qué no habíamos de presentar este mensaje al comienzo de nuestra campaña?

 Es bueno vincularlo con la conclusión del primer sermón de la campaña o con uno de los primeros sermones, y mostrar brevemente que este es el mensaje que Dios quiere que se predique en este tiempo como verdadero remedio para todas las dificultades del mundo. Debiéramos mencionar que este triple mensaje es algo que Dios quiere que cada alma escuche, comprenda y obedezca; y que el propósito de esta serie de reuniones es descubrir, investigando el mismo Libro de Dios, el significado de este mensaje.

 De allí en adelante, en cada sermón sucesivo, poco a poco y paso a paso, debiera presentarse lo que abarcan estos mensajes, su propósito, lo que implican, su significado, y el llamamiento que encierran. Hemos puesto énfasis en la advertencia que encierran estos mensajes, pero hemos dejado de presentar lo suficientemente el lado luminoso de los mismos, en el sentido de que están destinados a llevar el Evangelio a su triunfo glorioso, a iluminar el mundo con la luz de Dios, y a revelar a Cristo y su justicia más plenamente que nunca antes.

 Algunos teólogos han tratado de separar la obediencia al Decálogo de la aceptación de Cristo y su gracia. Por otra parte, la obra evangélica adventista ha omitido con frecuencia a Cristo y su justicia al presentar la ley. Nuestra tarea al presentar el Evangelio consiste en equilibrar adecuadamente la gracia de Jesús y la ley; consiste en presentar la relación que existe entre la gracia, la cruz, y la sangre, y la obediencia a los mandamientos. (Apoc.14:12.)

 Los discursos que forman una serie de reuniones evangélicas debieran ser más que una lista de conferencias acerca de diversas doctrinas bíblicas. Debieran constituir un desarrollo relacionado y progresivo del mensaje de Apocalipsis 14. “No se obtendrá ningún fruto si se los desconecta” debiera ser una de las reglas de los sermones evangélicos adventistas. Todos los temas, desde el primero hasta el último, debieran estar vinculados con el mensaje especial de Dios. Cuando esto se lleva a cabo, ayudamos a los oyentes a sentir la “atracción” del mensaje divino desde el sermón inaugural, y a medida que las reuniones progresan, esta “atracción” se hará más y más fuerte en el corazón, hasta que se entreguen alegremente a Dios en una consagración plena, para guardar los mandamientos del Señor y la fe de Jesús.

Ventajas de este plan

Este triple mensaje es la fuente de las ventajas que nos distinguen en la obra evangélica, y debiéramos sacar el mayor partido posible de ellas acercándonos al público desde el ángulo de este mensaje y entrelazándolo con toda nuestra predicación. Debiéramos emplearlo para reforzar nuestros llamamientos de la misma manera que las varas de hierro refuerzan el concreto. Algunas de estas ventajas son:

 1. Cuando el triple mensaje se presenta en su verdadero marco, ayudará a eliminar los conceptos erróneos acerca de la obra evangélica adventista, y capacitará a los oyentes para ver las enseñanzas adventistas en su verdadera perspectiva Cristocéntrica.

 Los que escuchen reconocerán que no somos innovadores en el campo de la religión, que no hemos añadido doctrinas novedosas y erróneas al Evangelio, sino que estamos predicando el único verdadero Evangelio de Cristo, tal como ha venido desde el principio, en el marco correcto adecuado a estos días finales de la historia. Se sentirán inducidos a contemplar la fe adventista, no meramente como una doctrina que arranca de 1844, sino más bien como la continuación en nuestros días de la fe y la religión originales que Jesús fundó cuando estuvo aquí en la tierra. Percibirán que no somos legalistas, sino que Cristo y su justicia son el centro de cada doctrina que enseñamos, y que la cruz, la sangre, la gracia y el amor de Cristo impregnan todas nuestras enseñanzas. Reconocerán que los adventistas tienen todas las verdades del Evangelio que poseen las demás iglesias, más la luz especial para estos días. De este modo verán que les estamos ofreciendo algo mejor de lo que pueden encontrar en ninguna otra parte, y desearán poseerlo. Así ganó Jesús a la mujer de Samaría. Debiéramos seguir sus métodos.

 2. Nos ayuda a elevar el adventismo por encima de los estrechos límites del denominacionalismo, y nos brinda el amplio horizonte del mensaje universal e interdenominacional de Dios.

 Los prejuicios denominacionales. ya sea contra los adventistas o en favor de otra iglesia, son algunas de las principales barreras que se levantan e impiden que se escuche e investigue la verdad presente con justicia. Apocalipsis 14:6 nos revela que este triple mensaje es para todo el mundo. Dios se dirige a los miembros de todas las iglesias y religiones, y también a los que no tienen ninguna filiación religiosa. Esto ayuda a dejar en el fondo las rivalidades denominacionales, y nos proporciona un terreno común y claro en el cual afrontar a las otras denominaciones. Puesto que poseemos el mensaje de Dios para todo el mundo, debemos extender la ayuda del mensaje celestial a todos y reunir a las ovejas esparcidas de Jesús en el seno de su iglesia remanente.

 3. Ayuda a dar un valor desusado y una importancia extraordinaria a nuestras reuniones evangélicas, y le da prioridad en el campo del evangelismo.

 Ningún otro pueblo está tratando de predicar este triple mensaje a los habitantes de toda nación. De inmediato esta circunstancia señala una diferencia entre nuestras reuniones y cualquier otro reavivamiento común, o cualquier otra reunión evangélica, y por oso mismo tiene un poder atractivo que le asegura una asistencia regular. La gente de la actualidad busca un hombre que posea un mensaje celestial de esperanza, seguridad y certidumbre en esta hora de perturbación. Por medio de este mensaje los oyentes se sienten inducidos a ver que no estamos aquí solamente para las conferencias respecto a una diversidad de temas bíblicos aparentemente inconexos, sino que el propósito de esos discursos es desarrollar paso a paso el mensaje de Apocalipsis 14:6-12. que es el que Dios ha designado para esta hora. Cuando la gente se da cuenta de esto, hará un esfuerzo especial para venir y escuchar cada tema de la campaña.

 4. Nos capacita para capitalizar en base al fundamento profético de nuestra enseñanza y de nuestro movimiento.

 La gente se siente perturbada por el significado y las proyecciones de los eventos sin precedentes de nuestros días. La respuesta a sus preguntas se puedo encontrar solamente en los mensajes proféticos. La presentación del mensaje acerca de estos temas suscitará y mantendrá el interés.

 5. Ayudará a los oyentes a decidirse a ser adventistas, y especialmente les ayudará a hacer esta decisión con más rapidez.

 Esta profecía del mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12 indica que, comenzando con el advenimiento de la hora del juicio en 1844, había de surgir un movimiento ordenado por Dios, por medio del cual este triple mensaje debe ser predicado a toda nación. De manera que para determinar a qué organización religiosa se van a unir, se encuentran con que hay que responder sólo a una pregunta: 4, ¿Es la Iglesia Adventista el movimiento suscitado por Dios y descripto en Apocalipsis 14:6-12?” Todo lo demás gira en torno a este punto eje.

 Si se introduce este triple mensaje en la conclusión del discurso inaugural de la campaña, o mejor aún, si tal vez se dedica uno de los primeros sermones de la serie para presentar el lugar y la relación de esta profecía de Apocalipsis 14:6-12 con el plan evangélico de Dios, los 2.300 días y la fecha de 1844 y el juicio, se pueden presentar en sermones sucesivos, aun antes de que se presente la verdad del sábado. De este modo los oyentes pueden ser inducidos a ver por sí mismos, desde el comienzo, que el movimiento adventista es ese movimiento suscitado por Dios que debía aparecer en la era final para la consumación de la obra del Evangelio. Esto les ayudará a decidirse rápidamente a entrar en nuestras filas. Si este movimiento adventista es el cumplimiento de Apocalipsis 14:6-12. entonces la única conducta consecuente para aquellos que lo ven es unirse a él. Ofrece una base sana, sólida y satisfactoria para hacer una decisión tal. Cuando la gente está convencida que este es el mensaje de Dios para esta hora, tal convencimiento se convierte en un poderoso incentivo para hacer una decisión inmediata, favorable y duradera.

 6. Nos da la ventaja de que podemos hacer del acto de unirse con la Iglesia Adventista, no solamente la afiliación a otra iglesia, sino la aceptación individual del mensaje de Dios.

 Cristo manifestó uno de los principios más poderosos acerca de la decisión en una pregunta trascendental que formuló a los dirigentes religiosos y a los ancianos con respecto a la autenticidad divina del mensaje de Juan el Bautista: “El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo. o de los hombres?” (Mat. 21:25.) Ellos reconocieron que, si hubieran admitido que el mensaje de Juan era del cielo, la única conducta consecuente hubiera sido aceptarlo.

 De manera que cuando nosotros presentamos nuestras enseñanzas en las campañas evangélicas como el mensaje de Dios para estos últimos días, presentado en toda la Biblia, pero concentrado en Apocalipsis 14:6-12, la gente se convencerá de que la única conducta prudente, el único camino seguro, la única decisión correcta, es aceptar el mensaje de Dios y unirse al pueblo remanente. Si planeamos nuestra predicación de tal manera que la gente se convenza de la idea de que nuestras enseñanzas constituyen el último mensaje de Dios, y si son leales a Dios y honrados consigo mismos, ¿qué otra cosa puede hacer sino obedecer el llamamiento de Dios y salir de donde están para unirse a la iglesia remanente?

 Nuestra obra evangélica tiene un fundamento mucho más amplio que el que prestaría un llamamiento que indujera a la gente solamente a apartarse de su iglesia para unirse con la Iglesia Adventista. Debemos presentar el triple mensaje de tal manera que el unirse con la Iglesia Adventista sea el resultado natural de la aceptación personal del mensaje de Dios para esta hora. Cuando les ayudamos a ver que bajo el triple mensaje el llamamiento de Dios en esta hora es para que la gente “guarde los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” y que Dios está llamando a formar parte de su iglesia remanente a aquellos que hacen una decisión tal. entonces el llamamiento de Dios los induce a unirse con la Iglesia Adventista. Su decisión de aceptar el mensaje de Dios implica su unión a la iglesia remanente del Señor. Por esto nuestro llamamiento a la gente debe ser hecho en el sentido de aceptar el mensaje de Dios y responder a su llamado.