Los Seminarios de Profecía ofrecen una visión de toda la perspectiva de la relación del hombre con la historia y con Dios, por medio de la Biblia.
Cuando hablamos del Seminario de Profecías nos referimos a un sistema de evangelización. Este ha venido a ser la respuesta a la larga búsqueda de la Iglesia Adventista por un método para ganar almas que pueda ser usado tanto por los evangelistas y pastores como por los laicos para esparcir el Evangelio. Este es un programa relativamente nuevo y ha tenido un éxito sorprendente. Dondequiera que se ha puesto en práctica, los resultados han sido fantásticos. En Texas, para los Mil Días de Cosecha, nos ha colocado en el primer lugar en cuanto a bautismos en Norteamérica.
Un método nuevo. La señora Elena G. de White nos dice en el libro El evangelismo, página 56: “Deben introducirse nuevos métodos. El pueblo de Dios debe despertar a las necesidades del tiempo en que vivimos”. El Seminario de Profecías tiene como concepto fundamental esparcir el Evangelio por medio de las enseñanzas en vez de la predicación. El recinto de reuniones se prepara como un salón de clase, utilizando la Biblia como libro de texto, los estudiantes reciben un juego de lecciones y son dirigidos por un maestro frente a una clase, en contraste con la campaña evangelizadora convencional, que es dirigida por un evangelista que predica el Evangelio. En esto radica la diferencia principal del Seminario de Profecías al compararlo con los otros programas de evangelización.
La atmósfera. Es completamente diferente. En lugar de prepararse el ambiente para una reunión con semejanzas de culto religioso, se prepara para una clase; en vez de tener bancos tenemos sillas en las que la gente se sienta frente a mesas o pupitres. Se elimina todo lo que tenga estilo de culto religioso, como películas, números especiales de canto, regalos de libros o Biblias y la plataforma del predicador, o cualquier cosa que tenga carácter de reunión religiosa. En realidad este sistema de evangelización hace que las personas se conviertan a la verdad estudiando la Verdad presentada en el Apocalipsis, aunque no estén dispuestos a asistir a una reunión religiosa.
Su alcance. El Seminario de Profecías no tiene el propósito de eliminar o cambiar ningún otro programa de la iglesia. Todos los programas de la iglesia siguen adelante sin interrupción alguna, incluyendo a las campañas evangelizadoras, y por estos medios han sido ganados los amigos que no tienen ningún prejuicio o temor de asistir a la iglesia. El Seminario de Profecías tiene como propósito alcanzar esa “otra gente” que no responde a los programas de evangelización, a las invitaciones a la iglesia, a predicaciones por radio o televisión, o tienen algún prejuicio contra la iglesia pero desean saber la Verdad. La invitación al Seminario de Profecías es dirigida a toda persona que quiera estudiar la Verdad revelada en la Biblia, especialmente en Apocalipsis. Al recibir la invitación por correo hacen su decisión de asistir a las clases, porque su interés está motivado por la forma en la cual se conduce el Seminario. En la invitación se les presentan las lecciones, la Biblia y el resto del material, con el enfoque de una clase y no de un culto religioso. Por eso responden profesionales, ministros de otras denominaciones, y en general personas que no pueden ser alcanzadas de otra manera. Es por ello que el Seminario es un programa de evangelización que alcanza a esa “otra gente” que no sabíamos cómo alcanzar en el pasado. Lo maravilloso de este plan es que apela a la gente de todos los niveles culturales.
Otra dimensión. El programa está preparado de antemano. Cuando alguien decide llevar a cabo un Seminario de Profecías, para asegurarse del éxito es menester que use todo el material que ha sido preparado con antelación para complementarse uno con el otro. Con este programa estamos poniendo en manos de laicos y pastores un programa completo. Es una nueva dimensión en la evangelización: para una campaña evangelizadora hay que pensar en la clase de volante que vamos a usar para atraer a la gente, el presupuesto para saber cuánto podemos gastar, la duración, las personas que van a participar como cantantes, predicadores y obreros bíblicos, etc., la clase de auditorio, si en la iglesia o fuera de la iglesia, y por supuesto el efecto que tiene en el resto del programa de la iglesia. Para el Seminario de Profecías todo esto ha sido preparado cuidadosamente y bien combinado para que las personas que lo vayan a conducir puedan recibir o comprar todo el material para un programa completo.
No se trata simplemente de un juego de lecciones. Se conoce en el mercado muchos otros programas que han preparado un juego de lecciones para estudiar la Biblia. El éxito del Seminario de Profecías no consiste solamente en las lecciones, sino en que ha sido preparado todos los detalles y combinando todo el material para que en forma conjunta satisfaga una necesidad; cuando se conduce el programa y se elimina, por ejemplo, la Biblia preparada para el seminario, todo el programa pierde su eficacia. De igual manera cuando se desarrolla el programa por algún maestro sin entrenamiento y que en vez de tener una clase y presentarse como maestro, comienza a predicar, está conduciendo el programa hacia el fracaso. La experiencia nos ha enseñado que todo el que lo presenta dentro de los conceptos propios de este programa, tiene éxito, mucho éxito.
El material del seminario
Volante. El programa se anuncia al público con un volante a cuatro colores en el cual se explica el material que reciben los estudiantes y el proceso de estudio. Lo más común es que se envíen por correo diez o más días antes de comenzar las clases. Para la distribución del volante usamos dos métodos: el primero es distribuyéndolos comercialmente, para lo cual trabajamos con el Lee Distributing Service Inc., quienes los pueden mandar a cualquier ciudad de los Estados Unidos por un costo de $50.00 por millar. El segundo es distribuyéndolos por los laicos de la iglesia y esto se logra con bastante éxito. Al recibir el volante, la gente llama por teléfono para inscribirse en la clase. Todo participante debe inscribirse previamente.
Lecciones. El programa consta de 24 lecciones basadas en el libro de Apocalipsis en las que se estudian los puntos doctrinales de nuestra iglesia. Estas lecciones están preparadas para ser estudiadas en una clase, no para usarse como sermón. Estas lecciones están confeccionadas en forma de preguntas y respuestas. Las respuestas a las preguntas formuladas las encontramos siempre en la Biblia.
La Biblia. Es el libro de texto. Las referencias de las lecciones están compaginadas con la Biblia. Es una Biblia de lujosa encuadernación preparada especialmente para el Seminario de Profecías. Muchas personas que asisten a la clase tienen problemas en encontrar las citas bíblicas, por no estar familiarizados con la Biblia. En beneficio de ellos hay que hacer referencia al número de página. Esta es razón por la que usamos esta Biblia. Cuando por algún motivo para las clases se usa otra versión estamos disminuyendo el éxito. Por eso es necesario, para el éxito del programa, usar la Biblia del Seminario.
La carpeta. Cuando comienzan las clases, las personas que se han inscripto reciben todo su material para el Seminario, equipándolos de esta manera para estudiar las lecciones, tanto en sus hogares como en la clase. Si, por algún motivo, decidimos no entregarles el material para que ellos lo lleven a su casa, estaríamos limitando a los estudiantes para estudiar solamente lo que se les presente en la clase. Por otra parte, entregándoles el material les enseñamos a estudiar con la Biblia en sus casas las lecciones que han sido preparadas para ese propósito. Las lecciones se entregan una a la vez y se van colocando en la carpeta que reciben como parte del material del seminario. Según van avanzando, van componiendo un libro que todos desean finalmente completar y saber que les pertenece. Además de la carpeta para acomodar las lecciones, se les da la Biblia, una reglita o marcador para que subrayen los versículos que más les interesen. Cada noche se les da un sobre que contiene cinco líneas para contestar, como prueba, y en el cual pueden depositar una donación. Al final de las clases se les entrega el diploma. Muchas de estas personas que han asistido a las clases se quedan en la Iglesia Adventista.
Recomendación. Recomendamos, y lo hacemos con énfasis, que toda persona que desee desarrollar el Seminario de Profecías en su iglesia o en su distrito haga arreglos para recibir entrenamiento por alguna persona que ya tenga experiencia. Siendo que este es un programa nuevo y también es un método nuevo para la evangelización recomendamos que no se cambien sus conceptos por otros métodos ambiguos. Lamentablemente hemos notado a través del tiempo que en algunos lugares donde se ha cambiado el proceso del Seminario, aunque sólo fuere en parte, no les ha dado buenos resultados. De igual manera hemos visto que cuando laicos y pastores sinceros han recibido entrenamiento y lo presentan en su forma sencilla, pero manteniendo el programa y presentándolo en la forma en la que ha sido preparado, el éxito ha sido fantástico, y hasta cierto punto, increíble.
Los principios que incluyen el método para el Seminario de Profecías, como lo hacemos en la Asociación de Texas, son los siguientes:
1. Volante de publicidad
A miles de hogares se distribuye un atractivo volante a cuatro colores anunciando el Seminario. El promedio de las personas que responden para asistir al Seminario es de cinco personas por cada mil volantes distribuidos. Cuarenta y cinco días antes de empezar el Seminario se hacen los arreglos de la confección del volante. En realidad los volantes son enviados por correo dos semanas antes de comenzar las clases.
2. Reservación por teléfono
El volante contiene la información del Seminario y la manera de matricularse. El volante tiene uno o dos números telefónicos a los que las personas llaman para inscribirse.
3. Salón de Reuniones -Traslado a la iglesia
El 90% de las clases son en un salón público, y después de ocho a nueve clases se transfiere la clase a una de las salas o habitaciones de la iglesia.
4. Mesas y sillas
Para un mejor resultado lo que se necesita son Biblias y lecciones y que los participantes se sienten alrededor de las mesas, de manera que con facilidad puedan usar el material.
5. Ni música, ni películas, ni regalos
No se usan “ganchos” tales como películas y música para atraer a la gente a escuchar el Evangelio, como se acostumbra en los ciclos evangelizadores. El propósito central de las clases es el estudio de la Biblia, y se recomienda que cada sesión dure una hora. La gente muy ocupada aprecia este sistema. Los seminarios más efectivos han sido aquellos que han estructurado su programa para hacerlo lo más directo y personal posible.
6. Material necesario para las clases
Una Biblia especial y las lecciones (24 en total) son el material básico. Hay otros materiales disponibles, como un sobre para pruebas, diplomas, etc.
7. La hora de estudio
Durante la hora de estudio que dura cada sesión, la mayoría de los estudiantes vienen con sus lecciones ya preparadas y estudiadas. Se recomienda que en la última sesión se hagan preguntas y se estudien las respuestas.
8. Registro estricto de asistencia
El sobre de la prueba provee un registro exacto de la asistencia, además de registrar las decisiones y recoger una ofrenda.
9. Prueba diaria
El tomar una prueba diaria es el proceso de evaluación que ayuda a descubrir el interés de los participantes.
Es interesante notar que los pastores en Texas han estado bautizando un 15% de los no adventistas que asisten a los seminarios. Cuando la juventud de Texas participó del proyecto, muchos dudaron de los resultados que tendrían. Pero después de 50 Seminarios de Profecías, las estadísticas han demostrado que los jóvenes bautizaron un 16% de los no adventistas que asistieron a las clases.
Aquí en Texas estamos justamente orgullosos por la juventud, por llevar la directiva en la ganancia de almas.