Ministério

Sumario del Tema

Reflexiones sobre evangelización y trabajo pastoral.
Es necesario abrir la puerta de adelante y cerrar la de atrás.
La alarmante pérdida de miembros.
La responsabilidad del evangelista y sus ayudantes.
La necesidad de afirmar a los nuevos creyentes en la fe.
Diversos medios para afirmar a los nuevos miembros.
El plan de cuidado múltiple de los miembros.

LA RESPONSABILIDAD DEL PASTOR HACIA LOS NUEVOS CONVERSOS

Reflexiones sobre evangelización y trabajo pastoral
El Señor dio a sus apóstoles, y por extensión a toda la iglesia, dos órdenes importantes.

a “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mar. 16: 15).

b “Apacienta mis ovejas” (Juan 21:17).

La primera orden se cumple mayormente por medio de la evangelización directa, ya sea personal o pública.

a La evangelización personal: Es compartir nuestra fe hablando de corazón a corazón con una persona o a un pequeño grupo de personas, acerca de su salvación, empleando para ello con preferencia el estudio bíblico.

b La evangelización pública: Es el trabajo que hace el evangelista, cuando predica el Evangelio a las grandes multitudes, esforzándose por llevar a los pecadores a los pies de Jesús.

La segunda orden se cumple mayormente por medio del trabajo pastoral.

a. Pablo, dijo a los ancianos de la iglesia de Éfeso: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar a la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hech. 20: 28).

b El trabajo pastoral es lo que el pastor hace en favor de los miembros de la iglesia, de los corderos del rebaño, de los nuevos conversos, alimentando la grey, promoviendo su crecimiento espiritual, fortaleciendo a los débiles y buscando a las ovejas descarriadas.

En general, la evangelización tiene que ver con los no conversos, y el trabajo pastoral tiene que ver mayormente con los que ya son miembros.

a. Sin embargo todo evangelista tiene que tener mucho de pastor y todo pastor debe tener mucho de evangelista.

b. La evangelización es una especialidad, pero el evangelista nunca debe perder su espíritu pastoral.

c. También el trabajo pastoral es una especialidad, pero nunca debe el pastor perder su espíritu de evangelista,

e) En nuestros días hace mucha falta intensificar el evangelismo, y al mismo tiempo prestar más atención al trabajo pastoral.

Es necesario abrir la puerta de adelante y cerrar la de atrás.
Usando un lenguaje figurado podemos decir que nuestras iglesias tienen dos puertas.

a. La puerta de adelante.

b. La puerta de atrás.

El nombre de estas dos puertas es:

a. La de adelante: Evangelización enérgica.

b. La de atrás: Apostasía provocada por el descuido.

La puerta delantera debería estar siempre abierta de par en par; la trasera debería estar siempre bien cerrada.

Lo que nos enseña la experiencia y la observación.

a. Cuando la puerta delantera está abierta y la trasera cerrada, la iglesia prospera y crece.

b. Cuando las dos puertas están cerradas, la iglesia se estanca.

c. Cuando la puerta delantera está cerrada y la trasera está abierta, la iglesia muere.

e) Nuestras iglesias necesitan dos buenos porteros.

a. Un evangelista entusiasta, que mantenga abierta la puerta delantera.

b. Un pastor celoso, que mantenga la puerta trasera bien cerrada.

c. O como alternativa, un pastor-evangelista que haga las dos cosas al mismo tiempo.

La alarmante pérdida de miembros
Insistimos en que nuestra gran necesidad en esta hora es:

a. Intensificar la evangelización pública, apoyada por una continua evangelización personal, para ganar cada vez más almas.

b. Prestar más atención al trabajo pastoral y al cuidado de la grey, para evitar o a lo menos reducir las apostasías.

Debemos reconocer que prácticamente en toda la División Interamericana se hace muy poca obra pastoral.

a. Perdemos muchos corderos, es decir, niños y jóvenes de nuestras iglesias.

b. Hay centenares y miles de miembros cuyos nombres figuran en los registros de la iglesia, pero no sabemos dónde están.

c. Cada año se borran centenares y miles de miembros por apostasía o por paradero desconocido.

Los siguientes ejemplos ilustran cuán poco trabajo pastoral se hace, la mala condición en que están los registros de las iglesias y cuán grande es el número de apostasías.

a. Una iglesia de unos 400 miembros tenía dos listas: activos y pasivos. La lista de los activos tenía unos 250 que asistían regularmente a la iglesia. La lista de los pasivos tenía unos 150 miembros que nunca asistían y muchos eran desconocidos.

b. Un pastor fue a una iglesia grande para celebrar reuniones de reavivamiento. Al revisar el registro de miembros encontró no menos de 200 miembros en abierta apostasía o con paradero desconocido.

c. En otra iglesia un sábado de mañana fueron borrados 60 miembros en un solo acto.

d) Un pastor fue a dirigir reuniones de reavivamiento a una ciudad grande donde se había celebrado una exitosa campaña de evangelización de seis meses de duración.

a. Al querer revisar el registro de miembros de una gran iglesia, encontró que el libro estaba perdido hacía dos o tres años.

b. Los miembros nuevos no habían sido visitados una sola vez después del bautismo al terminar la campaña.

e) En una gran ciudad donde había más de 3.000 adventistas, según el testimonio del pastor, por lo menos 1.000 no asistían a los cultos.

f) Durante el congreso trienal de una misión, el secretario informó que el campo contaba en sus registros con algo más de 5.000 miembros.

a. Un pastor visitante preguntó cuántos de esos nombres eran miembros reales.

b. El secretario contestó públicamente: “A lo menos 2.000 no existen”.

g) Lo que revelan las estadísticas de ganancia y pérdida de almas de la División Interamericana:

a. En un período de dos años, 1970 y 1971, se perdieron 16.413 almas, o sea un número equivalente al 30% de los bautizados durante esos años.

b. En otro período de dos años, 1974 y 1975, se perdieron 18.357 almas, o sea un número equivalente al 19% de los bautizados durante ese período.

c. Revelan también grandes anormalidades.

(1) Los porcentajes de almas perdidas varían de una unión a otra entre el 9% y el 60%.

(2) En una unión se perdieron en un año el 7% y el año siguiente el 36%.

(3) En otra unión la pérdida se mantiene en un 8% ó -9%, lo que es anormalmente bajo.

d. Estas cifras revelan, en resumen, que hay un gran descuido en la labor pastoral y en la atención de las iglesias.

La responsabilidad del evangelista y sus ayudantes.
¿Por qué hay una pérdida tan elevada de miembros antiguos y nuevos?
Algunos culpan a los evangelistas y a sus ayudantes, diciendo que bautizan a los candidatos sin que estén bien preparados.
Otros culpan a los pastores, diciendo que no alimentan ni cuidan a la grey.
Aun otros culpan a la iglesia, diciendo que los miembros no muestran interés en los nuevos y en muchas cosas les dan un mal ejemplo.

La respuesta es sencilla: Probablemente los evangelistas, los pastores y las iglesias tienen que asumir parte de la responsabilidad.
Todos tienen algo de culpa por los miembros que se pierden.
Todos deben hacer su parte para mantener fieles a los nuevos y antiguos miembros.

Por otro lado, aunque preparemos con todo cuidado a las almas en nuestro trabajo de evangelización, será muy difícil que todos permanezcan fieles.
Según la parábola del sembrador, no toda la semilla cae en buena tierra.
Aunque atendamos con esmero el trabajo pastoral, algunos miembros volverán atrás.
Cristo mismo perdió a uno de sus doce discípulos, y Pablo se lamentó diciendo: “Demás me ha desamparado, amando este mundo” (2 Tim. 4: 10).

Sin embargo, todo evangelista y todo pastor deben recordar que, al fin y al cano, no es el número de almas que bautizamos lo que más cuenta, sino el número de los que perseveran y siguen fieles al Señor.

El evangelista y sus ayudantes deben tener razonable seguridad de que los candidatos para el bautismo hayan comprendido, aceptado y experimentado, entre otras cosas, los siguientes puntos antes de bautizarlos.
Entrega completa a Cristo y conversión total.

[a] No es suficiente una aceptación intelectual de las verdades del Evangelio.

[b] Es necesario que las personas experimenten la conversión y el nuevo nacimiento.

[c] Tiene que haber una entrega completa al Salvador.

Adoctrinamiento completo.

[a] Cristo dijo a sus discípulos que debían doctrinar a los gentiles y enseñarles a guardar todo lo que él había mandado.

[b] Los candidatos deben ser bien instruidos en todas las doctrinas básicas de la Palabra de Dios.

[c] No solamente deben comprender las verdades, sino también practicarlas.

Conformidad con las normas de la iglesia.

[a] Es necesario que los candidatos comprendan que la vida cristiana es muy diferente de la vida mundana.

[b] Es necesario enseñarles las normas cristianas como están expuestas en la Biblia, en los libros del espíritu de profecía y en el Manual de la Iglesia.

[c] Esa enseñanza debe incluir los principios de la reforma pro salud, la reforma de la indumentaria, la reforma en las recreaciones y los asuntos sociales, etc.

[d] No se deben bautizar las personas mientras no hayan dejado las prácticas mundanas.

Hacedores de la Palabra, no solamente oidores.

[a] La Biblia es muy clara en el sentido de que los cristianos deben ser hacedores, y no solamente oidores de la Palabra.

[b] Es difícil practicar después del bautismo cosas que no se quieren practicar antes.

[c] De acuerdo con la parábola de la casa edificada sobre la roca y sobre la arena, el que solamente oye y no hace, experimentará únicamente la ruina.

Comunión con Dios y con la iglesia,

[a] Es necesario enseñar a los candidatos que una vida cristiana feliz y de éxito requiere comunión con Dios y con la iglesia.

[b] Es necesario hacerles notar que, para que prosperen espiritualmente, tendrán que alimentarse con la Palabra de Dios diariamente y orar sin cesar.

[c] Es necesario enseñarles cómo integrarse con la familia de la iglesia y participar regularmente de los diversos cultos y servicios de la iglesia.

Cuidado con bautizar niños de muy poca edad.

[a] Es verdad que no debemos impedir a los niños ir a Jesús.

[b] Desde muy pequeños debemos enseñarles a amar a Jesús.

[c] Pero no debemos olvidar que deben llegar a una madurez mínima, antes de bautizarse.

G. El evangelista y sus ayudantes deben comprender que lo enunciado más arriba son las responsabilidades mínimas que tienen para con los candidatos antes de bautizarlos.

No podemos introducir en la iglesia personas no convertidas, no instruidas y que no hayan dejado sus costumbres y prácticas mundanas.
No debemos esperar que los pastores hagan o logren con las personas después del bautismo lo que los evangelistas no hayan querido o no hayan podido lograr antes del bautismo.
No debemos olvidar que mientras Dios trae a la iglesia a sus fieles hijos, realmente convertidos, Satanás trata de introducir en la iglesia a personas no convertidas para estorbar la obra del Señor.

La necesidad de afirmar a los nuevos creyentes en la fe
A pesar de todo lo dicho en la sección anterior, la principal causa de la pérdida de miembros, especialmente de nuevos creyentes, no es la falta de preparación de los candidatos.
Los nuevos creyentes son como niños recién nacidos y requieren un cuidado especial.
Los nuevos creyentes han tenido que cortar lazos sociales y a veces familiares, y con tierno amor deben ser integrados en la familia de la iglesia.
Los nuevos creyentes generalmente tienen pruebas y tentaciones que afrontar, y necesitan consejo, aliento y atención constantes.

Todos los nuevos creyentes necesitan ser afirmados en la verdad y fortalecidos en la fe.
Esa tarea corresponde en primer lugar al pastor.
Corresponde también en segundo lugar a los oficiales de la iglesia.
Y en tercer lugar, corresponde a todos los miembros de la iglesia.

Además los nuevos creyentes tienen que crecer espiritualmente.
Para ello el pastor y sus ayudantes (oficiales de la iglesia) tienen que alimentar a la grey, dándole el alimento adecuado y a tiempo.
Como un buen pastor, debe guiar a su rebaño a delicados pastos y a aguas de reposo.
El pastor debe proveer a los nuevos creyentes los elementos que promueven el crecimiento espiritual.

[a] Alimento y respiración: la Palabra de Dios y la oración.

[b] Reposo y ejercicio: la meditación y el servicio.

El evangelista pone al cuidado del pastor un precioso legado.

a. Las almas valen más a los ojos de Dios que plata, oro o piedras preciosas.

b. Cada alma convertida fue comprada por la preciosa sangre de nuestro Salvador.

c. Es deber del pastor afirmar a esas almas en la fe, promover su crecimiento espiritual, protegerlas de los ataques del enemigo, adiestrarlas para el servicio y prepararlas para el reino de los cielos.

Recuerde cada pastor que pronto el príncipe de los pastores le preguntará:
¿Dónde está tu hermano?
¿Dónde está la grey que te he confiado?

Diversos medios para afirmar a los nuevos creyentes y promover su crecimiento
Los nuevos miembros deben recibir la atención preferente del pastor.
Debe estar seguro de tener sus direcciones y el número de su teléfono, si lo tienen, y llamarlos a lo menos una vez durante las primeras semanas después del bautismo.
El pastor debe darles su dirección y el número de su teléfono y animarlos a visitarlo o a llamarlo en cualquier momento cuando lo estimen conveniente o necesario.
El pastor debe hacer una visita tan pronto como sea posible, ojalá durante la primera semana después del bautismo.

Se debe animar a los miembros a tomar sucesivamente los siguientes cursos después de su bautismo.
Un curso avanzado de doctrinas o curso pos bautismal para los adultos y un curso suplementario para jóvenes.
El curso “En Órbita con los Testimonios”.
El curso “Tesoros Escondidos” sobre mayordomía cristiana.

Se debe enseñar y animar a los nuevos creyentes a asistir a los diversos cultos de la iglesia.
A la escuela sabática y al culto divino
A la reunión de oración los miércoles
A la reunión de evangelización los domingos.
A la reunión de la Sociedad MV.
A otras reuniones especiales.

Se debe animar a los nuevos miembros a alimentar su mente y su alma con lectura apropiada en el hogar.
Que haya culto familiar matutino y vespertino en los hogares.
Que lean el libro devocional y estudien diariamente la lección de la escuela sabática.
Que lean todos los días la Biblia en forma sistemática.
Que adquieran y lean los libros del espíritu de profecía.
Que reciban y lean las revistas de nuestra iglesia.

Se debe enseñar a los nuevos miembros a tomar parte en las diversas actividades de la iglesia.
En las actividades espirituales.
En las actividades sociales y recreativas.
En las actividades misioneras en general.

El pastor debe contar con la cooperación de los oficiales y los diversos departamentos de la iglesia para la afirmación en la fe de los nuevos miembros.
Para la atención espiritual, los nuevos miembros deben ser incluidos en el plan de cuidado múltiple que se explica en la sección siguiente.
La escuela sabática debe promover el crecimiento espiritual de los nuevos miembros por medio del estudio diario de la lección, la asistencia puntual y la generosidad en las ofrendas.
El Departamento MV debe velar por los jóvenes nuevos, enrolándolos en las actividades espirituales, intelectuales, misioneras y recreativas.
El Departamento de Educación debe velar para que los hijos de los nuevos miembros asistan a una escuela adventista, si la hay en la zona.
El Departamento de Mayordomía debe interesarse en los nuevos miembros, ayudándoles a despojarse de todo egoísmo, a ser fieles en los diezmos y en la dedicación de todos sus talentos al Señor.
Los Departamentos de Salud y Temperancia deben instruir a los nuevos creyentes en los principios equilibrados del sano vivir, para su bienestar físico y espiritual.
Los departamentos de Actividades Laicas y Radio deben asumir la responsabilidad de entrenar a los nuevos miembros para el trabajo misionero y asignarles su lugar de servicio.

Si se utilizan todos estos y otros medios para afirmar a los nuevos creyentes y para promover su crecimiento espiritual, habrá muy poca pérdida de miembros por apostasía.

El plan de cuidado múltiple de los miembros
En primer lugar, los nuevos miembros deberían poder unirse a una iglesia fuerte, activa, ferviente y espiritualmente sana.
Cuando una iglesia es tibia, indiferente y fría, los miembros nuevos no se sienten cómodos.
El espíritu de profecía dice que Dios no trae más conversos a la iglesia, porque ésta no está en condiciones espirituales para recibirlos.

El pastor y los oficiales de la iglesia tienen los siguientes deberes para con todos los miembros:
Tienen que alimentarles espiritualmente.
Hacer sentir a todos que son parte de la familia de la iglesia.
Visitarlos a todos periódicamente.
Tener un plan de atención inmediata cuando un miembro falta.
Asignarles un lugar de trabajo misionero e incorporarlos en las actividades generales de la iglesia.

Un plan de visitación y cuidado de los miembros.
El pastor debe tener un plan sistemático para visitar a los miembros.

[a] Para animarlos y darles ayuda espiritual.

[b] Para aconsejarlos y darles ayuda práctica cuando tienen problemas.

[c] Para orar con ellos y por ellos.

[d] El pastor que no visita a sus miembros no tiene derecho de llamarse pastor.

’ Los oficiales de la iglesia deben cuidar a los miembros.

[a] Un anciano, un diácono y una diaconisa deben formar un grupo.

[b] Cuando hay pocos ancianos y muchos diáconos y diaconisas, se puede asignar más de un diácono y una diaconisa a cada anciano.

[c] Toda la feligresía debe ser repartida entre estos grupos de oficiales.

[d] Cada anciano con sus diáconos y diaconisas deben visitar regularmente a los miembros de su grupo.

[e] Si un miembro del grupo falta el sábado en la mañana, debe ser visitado en la tarde.

[f] Un anciano con sus ayudantes debe estar siempre informado de la condición de los miembros de su grupo y prestarles la ayuda que necesitan.

[g] Si algún miembro necesita la visita del anciano o del pastor, éstos deben ser avisados sin tardanza por un diácono o una diaconisa.

La responsabilidad de la escuela sabática.

[a] Asignar a cada miembro bautizado a una de las clases.

[b] El maestro y la clase como tal, son responsables por cada uno de los miembros.

[c] El maestro debe visitar regularmente a los miembros de su clase.

[d] Si un miembro falta, el maestro u otro miembro debe visitarlo la misma tarde del sábado.

La Sociedad MV debe cuidar a los jóvenes de la iglesia.

[a] Cada joven bautizado debe ser incorporado a la sociedad.

[b] Los oficiales de la sociedad deben dar a cada joven la ayuda que necesita.

[c] Los oficiales deben ver también que todos y especialmente los miembros nuevos estén tomando parte en las actividades espirituales, misioneras y recreativas de la sociedad.

[d] Los jóvenes que no asisten a los servicios de la iglesia deben ser visitados por otros jóvenes.

El deber de la organización misionera de la iglesia.

[a] Es imposible ser un miembro ferviente si no se está participando en alguna actividad misionera a favor de otros.

[b] El director de Actividades Laicas de la iglesia, con sus ayudantes, debe organizar grupos misioneros de diversas actividades.

[c] Todos los miembros bautizados, también los nuevos, deben ser entrenados y asignados a un grupo de trabajo misionero.

[d] El director misionero con sus ayudantes tiene el deber de enseñar a todos los miembros a trabajar y a mantenerlos trabajando.

Además conviene asignar a cada nuevo creyente un miembro más antiguo y fiel como hermano o hermana mayor, para que le ayude y asista en todo.
Los jefes de las diversas agrupaciones deben pedir informes periódicamente acerca de la condición de los miembros.

[a] El director de la Sociedad MV pide información a los demás dirigentes de la sociedad acerca de los jóvenes que les fueron asignados.

[b] El director de la escuela sabática pide informe a los maestros de las clases acerca de la condición de los miembros.

[c] El director de actividades misioneras pide información a los jefes de los diversos grupos misioneros.

[d] Los ancianos piden información a sus diáconos y diaconisas.

[e] El pastor pide información a los ancianos, al director de la escuela sabática, al director de la Sociedad MV y al director de actividades laicas.

[f] El pastor responde por las almas ante el presidente de la asociación o misión y ante Dios.

Con un plan de cuidado y atención múltiple como éste es muy difícil que los miembros se desanimen y se pierdan.
Recibirán ayuda en el momento debido.
La iglesia será como una familia cariñosa.
Habrá pocas apostasías.

Observaciones finales

Volvemos a decir que los miembros forman el precioso tesoro de la iglesia: ¡cuán importante es, por lo tanto, que los atendamos y cuidemos!
Si descuidamos este sagrado deber, no tenemos derecho de llamarnos pastores.
Si descuidamos este deber, Dios nos pedirá cuenta de nuestra mayordomía pastoral.

Como pastores debemos recordar siempre:
Que somos guardas de nuestros hermanos.
Que hemos sido puestos por atalayas a la casa de Israel.
Que debemos apacentar la grey de Dios y velar por ella.

Al par que nos dedicamos con todas nuestras energías a la obra de la evangelización, debemos redoblar nuestros esfuerzos para afirmar a los nuevos conversos.
No vale la pena gastar mucho trabajo y dinero en ganarlos, para volverlos a perder.
Es necesario prepararlos y conducirlos hasta el mismo reino de Dios.

Por eso debemos tener presentes los siguientes objetivos en nuestro trabajo por el Señor:
Afirmar en la fe a las nuevas almas y promover su crecimiento espiritual por medio del estudio de la Palabra de Dios y los escritos del espíritu de profecía, y asignándoles una participación específica en las labores misioneras de la iglesia.
Lograr mayor fidelidad de parte de los miembros, reanimar a los que han perdido su fervor y volver a ganar para Cristo a los que se han descarriado, a fin de preparar a la iglesia para la pronta venida del Señor.

Los ministros no deben dar por terminada su obra antes que aquellos que aceptaron la teoría de la verdad sientan realmente la influencia de su poder santificador. y estén verdaderamente convertidos. Cuando la Palabra de Dios, como aguda espada de dos filos, penetra hasta el corazón y despierta la conciencia, muchos suponen que es suficiente, pero la obra está entonces apenas principiada.

Sobre el autor: Alfredo Aeschlimann B. es pastor jubilado de la División Interamericana