La expresión “obrero personal” requiere un nuevo énfasis en un tiempo cuando hay necesidad urgente de esta clase de obreros. Cada vez se reconoce con más claridad que la ganancia de almas es el punto central de nuestra obra, y que proporciona una preparación básica para los obreros adventistas. Sin embargo, este renovado interés incluye tanto a los hombres como a las mujeres.

La personalidad es necesaria

La personalidad es necesaria en el evangelismo personal. La mejor manera de desarrollar la personalidad es realizar una preparación adecuada. El ganador personal de almas no cuenta con la ayuda de un coro que disponga el corazón y la mente para recibir el mensaje. A diferencia del evangelista que predica desde el púlpito, el evangelista personal tiene que trabajar con individuos o con grupos reducidos. Debe proceder sin aparato y sin la ayuda de colaboradores eficientes. La obra que realiza junto a la chimenea, en el hogar de la gente, es únicamente de su responsabilidad. Pero él, o ella, es la persona que utiliza Dios para establecer un contacto. Gana a su semejante para Dios, o lo pierde; lo que está en juego es de suma importancia. Cada día recibe satisfacciones a medida que ayuda a las personas a decidir su destino eterno.

Habilidad en la conversación

La enseñanza de la Biblia dada en una forma tan personal no quiere decir justamente hablar con la gente. Una buena parte de la energía del instructor bíblico debe emplearse en escuchar atentamente; no se trata de la manera de escuchar del psiquiatra profesional, sino de escuchar para percibir la voz suave y apacible de Dios. El obrero personal no habla siempre con la persona a quien desea ayudar; también habla con Dios pidiendo las palabras más apropiadas para hacer sus observaciones siguientes.

La obra del obrero personal requiere una destreza especial en la conversación. No es la conversación, de los que hablan mucho y no dicen nada, de los que no presentan ningún mensaje del trono de Dios. El verdadero obrero personal debe presentar su misión con el tono de voz • reconfortante de un amigo bondadoso que tiene que decir algo maravilloso. Esto no se lleva a cabo únicamente con un lenguaje vivaz y brillante, porque el obrero tiene un mensaje de “vida y muerte”. Puede necesitar ser presentado con la urgencia del balido plañidero de una oveja frente al peligro, o puede necesitar revelar la fuerza característica del león, cuando hay decisiones de por medio. La habilidad en la conversación manifestada por un verdadero obrero personal es fascinadoramente poderosa y sorprendentemente efectiva. Se desarrolla con la ayuda de mucha oración, estudio de la Biblia y experiencia.

Urgencia y autoridad

El obrero personal es más que un mero mercachifle de hechos doctrinales; maneja las preciosas gemas de la verdad. Sus conversaciones casuales junto a la puerta o sus estudios bíblicos dados en el hogar no tienen sólo el propósito de conducir a la gente a la verdad. Cada conversación lleva la gran preocupación de salvar a los hombres y las mujeres de esta “perversa generación”. Su misión es la de un embajador con una comisión celestial. Puede tratar de verdades muy serias, pero éstas le resultan atractivas. De manera que la profesión del evangelista personal es muy inspiradora, a pesar de que en ella hay cosas impredecibles.

Preparación y fundamento

En adición a una personalidad agradable y ganadora de almas, y de una habilidad para enseñar, el obrero personal necesita un profundo conocimiento de su mensaje. En el escenario informal del hogar en que se da un estudio bíblico, no es posible predecir qué interrogantes pueden surgir. De manera que le conviene estar bien preparado para dar la respuesta o para encontrarla de alguna manera. El obrero debe ser un buen estudiante de la Biblia y también de la naturaleza humana. En el evangelismo se requiere que enseñe en forma convincente. Si quiere ganar para Cristo a la clase de personas que investigan bien antes de aceptar algo, debe obrar en forma cabal y organizada en cada fase de su trabajo. Esto inspira confianza en la capacidad que tiene el instructor para enseñar un mensaje especial de Dios.

Paciencia y serenidad

En la actualidad el evangelismo personal enfrenta una buena variedad de competidores. Entre éstos podemos enumerar muchas empresas modernas, artefactos e invenciones que reclaman la atención, que a menudo se distrae de la sólida investigación bíblica. Mencionaremos aquí únicamente la radio y la televisión con sus innumerables programas. Además de esto, hay otros motivos de distracción, tales como los bebés, los niños, los adolescentes, los prejuicios de las esposas, esposos y parientes en general. Resultan desagradables las visitas casuales en el momento más inconveniente, durante el estudio. Entonces, cuán necesario es que el obrero personal sea bondadoso, paciente, comprensivo y sereno.

Agudizando nuestras herramientas

El lector comprende que el evangelista personal ocupa un lugar importante en la obra de nuestro mensaje final. Su obra es una ciencia y un arte. Es un trabajo que proporciona muchas satisfacciones, difícilmente comparable con cualquier otro. Ocupa un lugar básico en la preparación de todos los obreros adventistas. Este trabajo se basa en los contactos con las personas, en todas partes y siempre. El ayudar a que otros desarrollen un carácter apto para vivir con Jesús en la eternidad ayuda mucho al obrero mismo: diariamente forma su propio carácter. Las habilidades del evangelismo personal no se acaban nunca, y los que ya han entrado en esta obra harán bien en agudizar sus herramientas ocasionalmente para realizar cada vez mejor la delicadísima obra de salvar almas.

Sobre el autor: Secretaria adjunta de la Asociación Ministerial de la Asociación General.