(Segunda parte)

            6. La misión de Cristo no terminó en 77 cruz[T1] . El hecho mismo de que recién después de su resurrección Cristo envió a sus seguidores a todo el mundo para hacer conocer las buenas nuevas, es evidencia de que el reino de Dios no se había cumplido aún del todo. Y el haber enviado el Espíritu Santo después de la ascensión, confirma la misma idea.

            Por lo tanto, algunos han concluido que Jesús fracasó en su misión. Pero este pensamiento procede de una mala interpretación del Evangelio. El reino ha venido; Cristo cumplió la misión de Dios (véase Juan 17: 4/, 19: 30). Otros piensan que el reino en realidad llegó, pero que ahora tiene que cumplirse en los corazones y en las actividades de todos los seres humanos. La misión de la iglesia, en su opinión, es la expansión del reino que se ha establecido, como una semillita que crece dentro de un árbol adulto. Otro grupo sostiene que la misión mundial comenzó como una reacción de un grupo de judíos seguidores de Jesús, que se sintieron chasqueados después de su muerte. Pretenden los tales que la misión cristiana y la iglesia que surgió en consecuencia, fueron un movimiento provocado por una crisis.

UN DEBATE QUE CONTINUA

            El debate continúa en forma bastante acalorada. Por un lado, están los que sostienen que el reino de Dios se ha cumplido plenamente en Cristo y en el Pentecostés, y por otro los que piensan que todavía está en el futuro. Una escuela filosófica cree que la misión cristiana es justamente el factor que traerá el reino de Dios, mientras que otra considera que la misión es la evidencia de que ese reino existe. Se alzan voces que dicen que la misión no se debe desmitologizar, y no son pocos los que piensan que se debería abandonar totalmente.

            Todas estas corrientes filosóficas revelan la presencia de una tensión inherente al Nuevo Testamento y a las enseñanzas de Jesús en particular. No podemos escapar a esa tensión. Es importante, entonces, que nos aferremos de la plenitud de Cristo y de toda su obra de misión. Las Escrituras hacen sumamente claro que Cristo vino una vez y para siempre, para establecer el reino de Dios. Pero también nos enseñan en forma igualmente clara que después de su ascensión, Cristo iba a tener que cumplir otra parte de su misión antes de poder regresar para completar el establecimiento del reino, cuando todo dominio, autoridad y poder sean abolidos (véase 1 Cor. 15: 12-27).

            La comprensión de que la misión de Cristo continúa en el período entre su ascensión y su regreso, es condición sine Qua non en el concepto correcto que la iglesia tiene de la misión.


Referencias:

 [T1]Cierra en la página 19 y luego no tiene continuidad en el texto.