El origen de la Iglesia de Paraná, Entre Ríos, República Argentina, se remonta casi a los comienzos del siglo. Hay quienes recuerdan a creyentes que ya en 1910 vivían en Paraná y a otros que más o menos para esa época colportaban allí con el libro “Patriarcas y Profetas.”

Conservamos registros desde 1920, año en que la obra ya empezaba a tomar incremento. Entonces fue organizada la iglesia y desde allí en adelante siempre hubo obreros al frente de la misma, salvo uno que otro intervalo. Luego se construyó el actual edificio de administración de la Asociación Argentina Central, en cuyos altos se habilitó un salón de cultos. Desde entonces la iglesia ha venido desarrollándose cada vez más.

Como había necesidad de un espacio mayor, últimamente se construyó un templo que se destaca por la hermosura de sus líneas arquitectónicas [puede apreciárselo en el grabado de la portada] y que hace poco abrió sus puertas al evangelismo y a los cultos. El mismo día de la inauguración se dio comienzo a un vigoroso ciclo de conferencias públicas cuyo resultado fué un buen número de nuevos creyentes, que elevan la feligresía a 133.

El Hno. Arturo Utz, pastor de la iglesia, se dedica a ganar almas para el reino de Dios en compañía de los miembros. Durante el año en curso el pastor Víctor Ampuero Matta, profesor del C. A. P., dictará un ciclo de conferencias para el público, secundado por alumnos del curso teológico superior de la citada institución.

La Iglesia de Paraná es espiritualmente sana, está bien organizada para la actividad misionera y sus fieles miembros esperan ansiosamente ver pronto al gran Pastor de las ovejas y ser salvos en él.

Sobre el autor: Presidente de la Asociación Argentina Central.