“Los desafíos son inmensos, las necesidades son incalculables. Pero la Biblia contiene varios ejemplos de que la imposibilidad humana es la oportunidad de Dios”.

Doctor en Ministerio por la Universidad de Andrews, Michigan, y en Plantío de Iglesias por el seminario Fuller, California, el Pr. Gerson recientemente fue nombrado director del Centro de Ministerio Urbano de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Casado con la profesora Leila Kümpel dos Santos, tiene dos hijos: Anne Elise y Jefferson (ambos casados), y dos nietos.

En esta entrevista, el Pr. Gerson habla de su experiencia pastoral y de la evangelización de los grandes centros urbanos.

Ministerio: Con treinta años de ministerio pastoral, ¿cómo evalúa la experiencia adquirida?

Gerson: Creo que, como seguidor de Jesús, fui llamado a compartir mi fe, servir a las personas con las que entro en contacto, y ayudarlas a conocer el amor de Dios, y también a convertirse en seguidoras de Jesús. Como pastor, me siento privilegiado de poder ayudar a preparar a otras personas para la venida de Jesús y entrenarlas para ministrar en nombre del Señor. Puedo decir que lo que más me agrada en el trabajo pastoral es ayudar a los miembros de la iglesia a crecer espiritualmente, descubrir su llamado y comprometerse con el discipulado.

Ministerio: ¿Qué cambió en estos treinta años?

Gerson: Cambió mucho. Yo cambié mucho, y me gustaría poder volver y recomenzar todo, con la energía del comienzo y la experiencia adquirida con el pasar de los años. El mundo también cambió, y uno de los principales cambios creo que ha sido la disponibilidad de conocimiento. El pastor ya no es la autoridad absoluta en diversos ramos del conocimiento humano. Actualmente, la información está accesible, literalmente, en la punta de los dedos. Y la especialización del conocimiento nos ha llevado a saber cada vez más de cada vez menos. Hoy, el mundo funciona con redes de relaciones y, a medida que aumenta la conectividad, esas relaciones se hacen cada vez más superficiales. El líder del pasado sabía dar la repuesta correcta; el líder del futuro hace la pregunta correcta.

Ministerio: ¿Cuál fue el momento más difícil de esta tarea ministerial y qué lecciones le dejó?

Gerson: Creo que uno de los momentos más difíciles de mi ministerio fue la readaptación al pastoreo de iglesia, después de haber trabajado algunos años como director de departamentos. Me sentía seguro como especialista de un área específica, pero cuando volví a la iglesia percibí que ella no necesitaba un profesional, sino un amigo y líder que invirtiera tiempo con los miembros, ayudándolos a enfrentar sus luchas, buscando ayuda de Dios para solucionar problemas. Fueron algunos años de desafíos y altibajos, pero aprendí a ser más humilde y a confiar más en Dios. Tuve la oportunidad de tener a mi familia cerca, casi todo el tiempo. Hoy, intento estar siempre rodeado de gente comprometida con el servicio a Dios. Busco conciliar el trabajo en la oficina con el campo de trabajo. No quiero ser promotor de un producto, sino un practicante que enseña a partir de su propia experiencia.

Ministerio: ¿Qué tiene para decir acerca de la experiencia de pastorear iglesias en el Brasil y en los Estados Unidos?

Gerson: Creo que las necesidades básicas del ser humano son las mismas en todo lugar. Si la persona va a vivir en otro país, recibe una serie de influencias anteriormente desconocidas. Eso puede traer desafíos y traumas, pero, al mismo tiempo, ofrece oportunidad de servicio. Cuando alguien se muda a un lugar distante, esa persona se hace más “vulnerable” o abierta a recibir un mensaje que puede cambiar su vida. Con relación al lugar en que se trabaja, he visto una gran diferencia en países que están más desarrollados o secularizados, en los que la mayoría de las personas tienen muchas reservas y preconceptos con la religión institucionalizada. En los países en que no existe libertad religiosa, en que el cristianismo es minoría o prácticamente no existe, la dificultad es mayor todavía. No es fácil explicar los desafíos para alcanzar a personas que viven en un contexto secularizado o no cristiano. A veces estamos tan cerrados, sirviendo a la iglesia, que perdemos la noción de los desafíos que están a nuestro alrededor. Es un privilegio ser misionero en cualquier país, pero también es un trabajo de gran compromiso y abnegación, que incluye a toda la familia. Además de eso, lleva mucho tiempo, varios años, para que el misionero se adapte a la nueva cultura y consiga comunicarse adecuadamente. No me refiero sencillamente a aprender una nueva lengua, sino a entender cómo las personas de la referida cultura procesan de forma distinta las pequeñas cosas diarias. Infelizmente, muchos misioneros vuelven a su casa cuando están comenzando a comprender la manera por la que actúan estas personas de otra cultura. La comprensión y la valoración de esta nueva cultura son imprescindibles para que haya respeto y diálogo. Esto se aplica tanto a si trabaja en otro país como si cruza la calle para compartir las buenas nuevas con el vecino no cristiano.

Ministerio: ¿Cuáles son las actividades y los proyectos del Centro de Estudios para el Ministerio Urbano?

Gerson: El mundo se transforma rápidamente. Los educadores deben adaptar su currículo y estilo didáctico a fin de preparar estudiantes para trabajos que todavía no existen, usando tecnología que todavía no fue inventada, para resolver problemas que todavía no fueron identificados. Cada dos años, la cantidad de información técnica se duplica. Recuerdo que, veinte años atrás, vendí un automóvil a fin de comprar una línea telefónica para nuestra casa en el Brasil. Hoy, no tenemos línea telefónica en casa; usamos solo el teléfono celular. Desde la antigüedad, la mayoría de las personas tenía un estilo de vida rural, que dependía de la agricultura y de la caza. Hasta el año 1800, solo el 3% de la población mundial vivía en las ciudades. Años más tarde, en 1900, el índice de la población urbana alcanzaba el 14%. En décadas recientes, el mundo ha experimentado un crecimiento sin precedentes de la población urbana. La expectativa es que, para el año 2050, el 70% de la población del mundo estará concentrada en los centros urbanos. Evidentemente, esa población necesita ser alcanzada con el mensaje del evangelio. En ese sentido, el Centro de Ministerio Urbano de la Asociación General es un centro de recursos y consultoría. No es nuestro propósito desarrollar programas, sino ayudar a desarrollar personas y comunidades. Nuestra misión es inspirar y capacitar a la iglesia para hacer nuevos discípulos. Nuestra visión es ofrecer un ministerio para alcanzar a los no cristianos. Estamos construyendo un sitio de informaciones y recursos, llamado “Misión para las ciudades”: www.missionthecities.org

Ministerio: Este es el año de la evangelización de las grandes ciudades. ¿Qué es el proyecto “NY13”?

Gerson: Sin duda, NY13 es una de las mayores iniciativas evangelizadoras de la iglesia. Es un abordaje abarcador del ministerio, que promueve el reavivamiento espiritual, la capacitación y el entrenamiento, la participación misionera en la comunidad, las campañas de cosecha y la formación de discípulos. En los últimos dos años, la iglesia en Nueva York ha invertido mucho tiempo en la planificación y la oración, preparándose para esta gran iniciativa. Como resultado de estar centrada en la misión, la iglesia ha sido muy bendecida por Dios. Por ejemplo, el año pasado se verificó el mayor crecimiento de la iglesia, en toda su historia, en Nueva York. Esperamos que este año sea todavía mejor. Pero no queremos ser triunfalistas, dando la impresión de que todo funciona fácilmente. Los desafíos son inmensos, las necesidades son incalculables. Existen más de 500 grupos étnicos. Se hablan más de 300 lenguas en un área metropolitana de aproximadamente 20 millones de personas. Nueva York es una de las ciudades más visitadas del mundo. Además de eso, es el centro mundial de las finanzas, con una riqueza cultural inmensa. Es también reconocida como centro de comunicaciones, por ser el centro de producción de noticias para el mundo. Elena de White menciona proféticamente que el trabajo en Nueva York debería servir de modelo para el trabajo en otras grandes ciudades del mundo. Durante el año 2013, esperamos tener centenas de campañas de cosecha, miles de Grupos pequeños y decenas de nuevas iglesias.

Ministerio: ¿Qué sugerencias tiene con respecto a los métodos para evangelizar las grandes ciudades?

Gerson: Hace mucho tiempo, aprendí que existe solo un método de evangelización que no funciona: es el método de no hacer nada. Dios es tan poderoso, y está tan dispuesto a ayudar, que puede bendecir hasta incluso las iniciativas más limitadas. Por otro lado, Elena de White afirmó que la única metodología que producirá verdadero éxito es seguir el ejemplo de Cristo. Él se mezclaba con las personas, demostraba simpatía por ellas, atendía sus necesidades, y después las invitaba a seguirlo. Creo que una de las mayores necesidades que tenemos, como pastores, es recordar que, sobre todo, somos cristianos, y como seguidores de Cristo debemos vivir como él vivió, y desarrollar un modelo relacional de ministerio y estilo de vida. Los desafíos que existen en los grandes centros urbanos también ofrecen oportunidades para la misión. Millones de personas que viven en las grandes ciudades tienen las mismas necesidades espirituales. A veces pienso que, en lugar de asumir la actitud de promotores que desarrollan y venden técnicas de testificación, debemos vivir el evangelio. En esto reside la fuerza de nuestra predicación.

Ministerio: ¿Cómo evalúa la marcha misionera de la iglesia, a la luz de la segunda venida de Cristo?

Gerson: La Iglesia Adventista está creciendo. En algunas regiones, como los Estados Unidos, es la iglesia que más crece: aproximadamente un 2,5% anual. Pero la mayor parte de este crecimiento ocurre entre minorías y, principalmente, inmigrantes de primera generación. Eso quiere decir que muchos ya eran adventistas en sus países de origen. Pero existen segmentos de la sociedad que, prácticamente, no estamos alcanzando. Lo mismo sucede en otras regiones, como Oriente Medio, y algunas partes de Asia, donde la Iglesia Adventista no está creciendo o tiene presencia irrelevante. Incluso en países donde la iglesia crece mucho, como el Brasil, la presencia adventista es pequeña en relación con el crecimiento de la población y de otras iglesias, especialmente en los grandes centros urbanos. El desafío de alcanzar los grandes centros urbanos y segmentos poblacionales en los que la iglesia no ha conseguido penetrar nos lleva a pensar que necesitaríamos 150 años más de historia para cumplir la misión. Pero, como la Palabra de Dios ejemplifica muchas veces, la imposibilidad humana es la oportunidad de Dios. Con un pueblo comprometido con la misión, el Espíritu Santo de Dios terminará la tarea de predicación del evangelio en poco tiempo. La victoria está garantizada.

Sobre el autor: Nacido en la ciudad de Santos, San Pablo, el Pr. Gerson Pereira dos Santos terminó su carrera ministerial en la Asociación Paulista Este, donde fue pastor de iglesias y director de departamentos, tarea que también desempeñó en la Unión Central Brasileña. En 1994, fue a los Estados Unidos, donde también pastoreó iglesias, coordinó departamentos en las asociaciones de Florida y del Gran New York. En esta última, también actuó como secretario.