“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hech. 20:28). La primera responsabilidad del pastor consiste en cuidar su propia relación espiritual con Dios. Luego está su responsabilidad hacia su familia. En Israel, antes de que el sumo sacerdote ministrara por la congregación el día décimo del séptimo mes, hacía expiación “por sí y por su casa” (Lev. 16:6). Una dirección bien equilibrada conduce al crecimiento simétrico de cada fase del programa de la iglesia.
Debido a que el pastor se preocupa de la debida alimentación de su grey, y como sabe que este fin se logra parcialmente a través del estudio de la lección, se interesará definidamente en la marcha de la escuela sabática. Si languidece esta fase de la obra de la iglesia, ello podría indicar una falta de dirección pastoral debida. El ministro, como verdadero pastor. debe conducir su rebaño hacia pastos más verdes, lo cual presupone que él mismo debe asistir a la escuela sabática y participar en su programa. La colaboración del pastor con el director a fin de elegir maestros bien calificados y planear la utilización de los mejores talentos para el desarrollo vigoroso de la escuela sabática, son responsabilidades pastorales básicas para el progreso de este departamento de la iglesia.
Para cumplir su misión de conducir a las almas hacia Cristo, la iglesia debe ejercer una poderosa influencia para el bien dentro de la comunidad. En Deuteronomio 28:13, 14 se indica claramente que la absoluta fidelidad a los mandamientos de Dios es el factor básico del prestigio y la influencia. Transigir en los elevados ideales dados con el propósito de separarnos de Babilonia ocasionará un resultado opuesto. Daniel, José y la reina Ester se elevaron a una categoría de poder y prestigio merced a su fidelidad. El mundo espera y anhela ver una iglesia que viva a la altura de su fe. El pastor puede animar a la escuela sabática a fortalecer su influencia en este sentido.
Dios, mediante su sierva, ha puesto una norma definida delante de los ministros, maestros de escuela sabática y dirigentes:
“Una completa consagración del alma deben mantener los maestros y directores de nuestras escuelas sabáticas y los ministros en nuestros púlpitos, porque todos ellos están empeñados en la obra de llevar las almas a Cristo” (Counsels on Sabbath School Work, pág. 157).
El pastor debe comprender que el impacto de su acción evangelística y sus resultados estarán determinados mayormente por los principios del mensaje de Dios revelados en las vidas de los miembros de la iglesia. “El mundo será convencido, no por lo que enseña el pulpito, sino por lo que vive la iglesia” (Testimonies, tomo 7, pág. 16. La cursiva no está en el original).
“La influencia que surge de la obra de la escuela sabática debería mejorar y agrandar a la iglesia” (Counsels on Sabbath School Work, pág. 9).
Para que la escuela sabática cumpla su doble misión —fortalecer a los miembros de la iglesia y reunir en su seno a las personas que están afuera— debe ejercer una influencia competente, atractiva y magnética. En Zacarías 8:23 se describe ese poder ejercido sobre la iglesia: “En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros”. Este debería ser el testimonio que se dé de cada escuela sabática.
La devoción a Dios de Salomón (véase The SDA Bible Commentary, tomo 3, pág. 233) inició la edad de oro de Israel. Tan gloriosa y extensa fue la influencia del reino de Dios en la tierra que la reina de Sabá acudió para verificar el informe que había oído en su propio país. Su reacción indicó que había visto mucho más que la mera gloria temporal, sabiduría y riqueza. Reconoció que había una espiritualidad y una comunión con Dios: “Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos” fueron sus palabras. Luego añadió: “Bendito sea Jehová tu Dios, el cual se ha agradado de ti… por cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre ellos” (2 Crón.9:7, 8).
Luego le hizo obsequios fabulosos. En un año, el rey recibió 666 talentos de oro como ofrenda voluntaria entregada por gente ajena al pueblo de Israel. Esta cantidad equivale a 20 millones de dólares.
Así como la dedicación de Salomón estableció la edad de oro en Israel, la rededicación —el nuevo nacimiento— ¿no traería la edad de oro a nuestra iglesia y escuela sabática? ¿No vendría gente de lejos y de cerca diciendo: “Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros”? ¿No compartirían su riqueza para darle ímpetu a la causa de Dios?
¿Cuán real es el nuevo nacimiento para nosotros? Recuerdo que el día de su nacimiento tomé en brazos a nuestro primer hijo. Se posesionó de mí una responsabilidad sagrada por esa nueva vida. Una nueva y mayor dependencia de Dios para ponerme a la altura de esa responsabilidad me estimuló a una dedicación más profunda.
Jesucristo debe convertirse en una realidad para nosotros. Debemos poder decir con Juan: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida… lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:1-3).
Hace poco leí la siguiente declaración en una de nuestras revistas: “La escuela sabática es el gigante? dormido que está en nuestro medio. Despierta únicamente cuando el pastor ve en cada maestro y clase una unidad de evangelismo capaz de ganar almas o dirigir escuelas sabáticas filiales. Como perspicaz mayordomo del potencial humano al servicio de Dios, el pastor reconocerá en la escuela sabática una tremenda fuerza, llamada ‘el más grande instrumento ganador de almas’ entre nosotros” (Teodoro Carcich, Central Union Reaper, 28 de febrero de 1961).
Resulta interesante saber que los bautistas y otras denominaciones consideran que “la escuela dominical es la principal agencia evangelística de la iglesia” (J. N. Burnette, The Place of the Sunday School in Evangelism, pág. 22).
A través de las escuelas sabáticas filiales y las escuelas bíblicas de vacaciones, el pastor y su junta encuentran posibilidades ilimitadas para integrar los vastos recursos de los talentos que hay en la iglesia en un productivo esfuerzo en pro de la ganancia de almas.
La iglesia de la cual soy pastor lleva a cabo una exitosa Escuela Bíblica de vacaciones con un programa bien trazado. Obreros voluntarios activos visitan todos los hogares de los cuales vienen niños no adventistas. Así se establece un vínculo de amistad como parte de un programa de largo alcance que terminará produciendo conversiones. Actualmente se efectúa en nuestro propio templo una escuela dominical que dura todo el año.
El pastor debe reconocer la escuela sabática como un centro de preparación. “En nuestras escuelas sabáticas los jóvenes cristianos podrían recibir responsabilidades, para que desarrollen sus capacidades y obtengan poder espiritual” (Counsels on Sabbath School Work, pág. 62).
La enseñanza en una clase de escuela sabática durante varios años fue un peldaño que sirvió para ponerme en camino hacia el ministerio. Cuando decidí ir al colegio para prepararme como pastor, actuaba como director de escuela sabática en la iglesia de mi pueblo.
En este tiempo de crisis inminente, el sermón y él estudió diario de la lección deberían estimular a los hermanos a una profunda investigación de la verdad bíblica. Se fortalecerán para resistir el zarandeo y finalmente serán secados para la segunda venida del Salvador. Si diariamente atesoramos en nuestro corazón las enseñanzas de las Escrituras, entonces el Espíritu Santo nos hará recordar los pasajes adecuados en el momento de necesidad.
Cuando se predique en alta voz el mensaje del tercer ángel, el conocimiento de la gloria de Dios abarcará todo el mundo. ¿Cómo se cumplirá esto?
“A medida que las pruebas aumenten a nuestro alrededor, se verán en nuestras filas movimientos de unión y de separación… Algunos… en momentos de verdadero peligro mostrarán que no habían edificado sobre la roca sólida, y cederán a la tentación… Pero, por otra parte, cuando la tormenta de la persecución se desate sobre nosotros, las verdaderas ovejas oirán la voz del verdadero Pastor.
“Así la verdad será llevada a la vida práctica… El amor de Cristo, el amor de nuestros hermanos, testificará ante el mundo que hemos estado con Jesús y aprendido de él. Entonces el mensaje del tercer ángel aumentará de tono hasta alcanzar gran intensidad, y todo el mundo será alumbrado con la gloria del Señor” (Testimonies, tomo 6, págs. 400, 401).
Sobre el autor: Pastor de la Iglesia de Takoma Park, Maryland