Muchas iglesias incluyen el creacionismo entre sus enseñanzas, pero pocas se mantienen todavía leales a una creación litera] de seis días de 24 horas. El autor, hombre de ciencia reconocido, explica por qué el creacionismo es todavía fundamental para el adventismo

Carlos Darwin publicó en 1859 su famoso libro acerca del origen de las especies. Este tratado propone tanto una teoría general como mecanismos especiales para la evolución de la vida. Aunque la controvertida idea del desarrolló de formas avanzadas de vida a partir de formas sencillas fue puesta en duda inicialmente tanto por hombres de ciencia como por teólogos, sólo pocas décadas más tarde el evolucionismo ganó amplia aceptación en la comunidad académica del mundo occidental. Del mismo modo, muchas iglesias cristianas aceptaron, y aun apoyaron, esta teoría que está en agudo contraste con el registro de los orígenes que se da en el Génesis. Mientras el evolucionismo ganaba popularidad, la incipiente Iglesia Adventista del Séptimo Día estaba difundiendo su mensaje con un fuerte énfasis en la veracidad, de la Palabra de Dios. Aunque no hay una evidencia definitiva, es interesante considerar la posibilidad de que este mensaje llegara a la existencia específicamente para contrarrestar la creciente ola de secularismo. Aun sin tomar en cuenta esto, el enfoque racional adventista de la Biblia y el estudio de la naturaleza han sido argumentos significativos para contrarrestar el fuerte énfasis sobré la evolución que prevalece en los círculos intelectuales contemporáneos.

Para el adventismo, el creacionismo es más que un freno para la evolución, aunque ese papel sea importante. También es la base de algunas de las creencias más fundamentales y singulares de la iglesia. Nuestra aceptación del sábado del séptimo día y nuestra creencia en la inspiración de la Escritura y de Elena G. de White están íntimamente ligadas al concepto de creación. La autoridad de Dios, incluyendo su autoridad en los tres mensajes angélicos de Apocalipsis 14, tiene su base en su cualidad de Creador. La creación es una parte integral del mensaje de la iglesia escogida.

La creación como una señal de la autoridad de Dios

Muchos factores pueden generar respeto por la autoridad. Estos incluyen la fuerza física, la capacidad intelectual, el dominio propio, las posesiones, y aun cualidades menos majestuosas como la compasión y la belleza. En la Biblia, la autoridad de Dios se presenta en un nivel más alto. No dirige simplemente partes del universo; Él lo hizo todo. Él es el Creador de todo, y nadie más puede arrogarse esta pretensión. Para el adventismo la enseñanza de la creación tiene un significado más que académico. Destaca el respeto por la autoridad de Dios.

Muchos pasajes en la Biblia nos informan que Dios es el Creador de todo. (Por ejemplo, Sal. 33:6; 146:6; Neh. 9:6; Hech. 4:24 y Apoc. 14:7.) Otros pasajes merecen mención especial. Uno de los principales es el registro de los orígenes en Génesis 1 y 2. Aquí Dios crea todo: este mundo y la vida que sostiene, incluyendo al hombre, en seis días. El Decálogo contiene un registro de las palabras escritas por Dios mismo, que explican su razón para pedirnos que guardemos el sábado como día santo. Conmemora los singulares actos creativos que realizó en seis días. Todo lo creado fue “bueno en gran manera”, y descansó en el séptimo día (Exo. 20: 11; 31: 17). La conversación entre Job y Dios, registrada en Job 38-41, contiene probablemente la descripción más magnífica de la creación de Dios. Dios pregunta a Job, por ejemplo, dónde estaba cuando fueron puestos los fundamentos de la tierra, y si podría él soltar las ligaduras de Orión. Isaías 40 nuevamente destaca la imposibilidad de comparar a Dios, presentándolo como el Creador en los versículos 12 y 28. Los versículos 25 y 26 añaden énfasis al vínculo entre la importancia de Dios y su condición de Creador: “¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; á todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio”.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día cree que ha sido especialmente llamada para dar los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14 a “toda nación, y tribu, y lengua, y pueblo”. En este mensaje final al mundo la autoridad de Dios está basada sobre su condición de Creador. Se nos ordena: ‘Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (vers. 7).

Debido a que la Biblia destaca su condición de creador como la señal de la autoridad de Dios, parecería que la creación fuera importante para cualquier iglesia que deseara proyectar la perspectiva adecuada acerca de la grandeza de Dios. Para la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Él es el Creador de todo, y sólo Él puede pretender esta base para su autoridad.

El sábado y la creación

La observancia del séptimo día de la semana como sábado es un pilar distintivo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La inclusión de “séptimo día” en su nombre atestigua de la importancia de esta doctrina. El mandato para la observancia del sábado procede primariamente del Decálogo. Sin embargo, el sábado es más que un monumento a la semana de la creación de Dios. Marcos 2: 27 declara que fue hecho para el hombre, lo que implica que tiene alguna utilidad. Como destaca Ezequiel 20, provee un día para recordar al Creador y descansar de las tareas seculares. Tanto el versículo 12 como el 20 identifican el sábado como una señal para que la humanidad sepa que “yo soy Jehová”. Este capítulo también señala que la profanación del sábado (vers. 13 y 16) fue uno de los factores que demoraron la entrada de Israel en la tierra prometida (vers. 15).

Muchos niegan la historicidad del registro de la creación en el Génesis. Uno no puede hacer esto sin poner en duda la confiabilidad de las autoridades más importantes en las Escrituras, ya que ellas se refieren al registro del Génesis de los orígenes como a un hecho. Estos incluyen a Dios (Exo. 20:11 y 31:17), a Cristo (Mat. 19: 4-6), a Pablo (Rom. 5: 12-14; 1 Cor. 15:45; 2 Cor. 11:3) y a Pedro (2 Ped. 3:3-6). Negar la validez del registro de la creación es desafiar la confiabilidad de las Escrituras como un todo.

Alternativas para el registro de la creación

Se han sugerido varios conceptos alternativos para la literalidad del registro de la creación del Génesis. La mayoría propone un largo período de desarrollo gradual de la vida sobre la tierra, acomodándose así al pensamiento evolucionista. Muchos de estos conceptos también incluyen una forma de participación divina, conservando el concepto de un Dios capaz de actuar en la naturaleza. Tres ejemplos servirán para ilustrarlo: 1) La creación progresiva propone que los actos creativos de Dios ocurrieron en episodios sucesivas, generalmente distribuidos a lo largo de millones de años. 2) La evolución teísta propone a un Dios que ayuda en el progreso gradual de un proceso evolutivo continuo. 3) Un tercer modelo propone que Dios originó vida sencilla que luego se desarrolló a formas más avanzadas por los procesos puramente naturales de la evolución.

Muchas grandes denominaciones cristianas aceptan o toleran estas alternativas o algunas semejantes a ellas. En este contexto, el registro del Génesis se considera alegórico, presentando simplemente el mensaje de que Dios es el Creador con detalles metafóricos que no tienen significación táctica. Aunque uno puede escoger creer que este mensaje es una alegoría, pareciera que las conclusiones basadas sobre los hechos tienen más autoridad. La creencia en Dios como Creador se fortalece cuando se basa en un informe real de la creación más bien que en una alegoría. La Iglesia Adventista del Séptimo Día desempeña una misión especial al fortalecer la creencia en el Creador por su aceptación de la veracidad del informe del Génesis que habla de una creación literal en seis días. La verdad con respecto a la condición de Dios como Creador no se basa en un mito ni en una metáfora.

Me resulta difícil relegar el informe del Génesis acerca de la creación al nivel de una alegoría, no sólo porque muchas personalidades bíblicas importantes se refieren a él como a un hecho, sino también porque: 1) La Biblia ha recibido autenticación muy sólida. El informe de la creación no ha sido verificado científicamente; sin embargo, la confianza en la realidad histórica del resto de la Biblia puede lógicamente ser extrapolada al registro de la creación. Además, ni se lo presenta ni interpreta en la Biblia de alguna otra forma. 2) Las autoridades bíblicas que se refieren al registro de la creación fueron hombres íntegros dispuestos a arriesgar sus propias vidas por lo que ellos creían cierto. Su integridad personal presta confianza a su testimonio en favor del registro de la creación. 3) La negación actual de una creación literal en seis días ya fue predicha en la Biblia hace casi dos mil años, en 2 Pedro 3: 3-5. Esto sugiere que la Biblia no es un libro ordinario. Pedro podría haber predicho mil otras ideas que serían negadas en los últimos días. El menciona específicamente la creación y el diluvio -los dos conceptos bíblicos principales que son vigorosamente negados por las interpretaciones científicas modernas-, un cumplimiento notable de sus predicciones.

Elena G. de White y el concepto de creación

La mensajera de Dios, Elena G. de White, hizo algunas declaraciones directas en apoyo del registro de la creación. Aunque ella da algunos detalles con respecto a la creación que no aparecen en la Biblia, sus numerosas referencias, descripciones e inferencias concuerdan con una lectura directa de las Escrituras.

Además de concordar con el registro bíblico de la creación, Elena G. de White advierte en forma especial contra cualquier desviación de ese registro, especialmente contra la práctica común de reinterpretar la duración del proceso de creación. Ella declara: “Pero la suposición de que los acontecimientos de la primera semana requirieron miles y miles de años, ataca directamente los fundamentos del cuarto mandamiento. Representa al Creador como si estuviese ordenando a los hombres que observaran la semana de días literales en memoria de largos e indefinidos períodos. Esto es distinto del método que El usa en relación con sus criaturas. Hace oscuro e indefinido lo que Él ha hecho muy claro. Es incredulidad en la forma más insidiosa y, por lo tanto, más peligrosa; su verdadero carácter está disfrazado de tal manera que la sostienen y enseñan muchos que dicen creer en la Sagrada Escritura” (Patriarcas y profetas, págs. 102, 103).

La gente pocas veces aprecia que la contribución mayor de Elena de White a la filosofía de la Iglesia Adventista del Séptimo Día es un enfoque integral de la realidad. Esto se manifiesta en muchos conceptos que incluyen la unidad del alma y el cuerpo, el efecto de la mente sobre la fisiología, y la armonía entre la Biblia y la ciencia. Ella declara: “Toda verdad, ya sea en la naturaleza o en la revelación, es consecuente consigo misma en todas sus manifestaciones” (ibíd., pág. 106). Este enfoque integral de la verdad no se manifiesta en las disciplinas eruditas tradicionales, donde las limitaciones de la especialización y la disonancia son más aceptables. Nuestra visión integral exige que la Biblia y la ciencia concuerden. Elena G. de White no da lugar a una dicotomía de pensamiento aquí. Ella declara: “Puesto que el libro de la naturaleza y el de la revelación llevan el sello de la misma Mente maestra, no pueden sino hablar en armonía” (La educación, pág. 128).

El informe de la creación y las inferencias científicas

Muchas interpretaciones científicas contemporáneas están en desacuerdo con el informe de la creación del Génesis. Aunque el espacio no nos permite elaborar en detalle lo que ha llenado muchos volúmenes, destacaremos unos pocos puntos. En mi opinión, la evidencia científica más sólida que apoya la idea de la creación reside en la evidencia de un diseño inteligente. Exigir que los numerosos y complejos sistemas físicos, fisiológicos y bioquímicos integrados en las formas vivientes se desarrollaran espontáneamente parece casi imposible de creer. El concepto de creación provee una alternativa plausible.

Algunas interpretaciones científicas que incluyen a Dios como el originador y sustentador del universo no están en armonía con las especificaciones bíblicas, especialmente en el área de las relaciones temporales. Estas interpretaciones, como ocurre con muchos otros conceptos científicos amplios, son puestas en tela de juicio por motivos científicos.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día, con su enfoque integral de la verdad, ha reconocido el conflicto entre algunas informaciones científicas y el Génesis y ha establecido el Instituto de Investigaciones de Ciencias Geológicas que consiste en un pequeño grupo de hombres de ciencia que investigan los temas que se relacionan con un estudio amplio de los orígenes. Mientras trabajo para este Instituto, mi experiencia personal en el estudio de la ciencia ha fortalecido mi creencia en la creación como también en el informe del Génesis acerca de un diluvio universal. No todas las preguntas que las interpretaciones científicas plantean al Génesis han sido respondidas, y tengo simpatía por quienes ven un verdadero conflicto entre algunas conclusiones científicas y el Génesis. A causa de este conflicto, muchas personas recomiendan que los detalles del registro de la creación del Génesis sean descartados, pero yo no creo que reconocer los puntos de aparente discrepancia sea base suficiente para negar el informe bíblico. Antes de descartar el Génesis, uno debe obtener una visión abarcante y presentar una alternativa que sea más confiable y más explicativa. Hasta que se resuelva este planteo, parece más razonable creer en el informe bíblico de los orígenes porque explica mejor el tema.

Conclusión

La iglesia cree que tiene un mensaje especial para el mundo en esta época. Un pilar fundamental de este mensaje es el informe de la creación tal como aparece en el libro del Génesis. La creación sirve como base para la autoridad y el poder de Dios. La creación es importante para creer en la confiabilidad de la Biblia como un todo, y es la base principal para la observancia del sábado. Para la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la creación es una creencia muy fundamental.

Sobre el autor: Es director del Instituto de Investigaciones de Ciencias Geológicas, ubicado en la Universidad de Loma Linda, Loma Linda, California, Estados Unidos.