En la actualidad prácticamente todo obrero tiene una colección más o menos abundante y variada de diapositivas. Mientras la cantidad no supere algunos centenares es relativamente fácil recordar los diversos motivos y el lugar específico del estuche en que se encuentra determinada diapositiva.
Pero al aumentar la variedad y número de ellas es cada vez más difícil el recordarlas así como el hallarlas con rapidez.
Si a la gran cantidad se agrega el hecho de que algunas fueron sacadas o proyectadas hace más tiempo que otras, es fácil concluir que más de una pronto puede quedar relegada al olvido perdiendo con ello la posibilidad de ser usada provechosamente.
Por eso, buscando un método de archivo ágil, ilimitado y práctico a la vez, se trató de adaptar el sistema decimal de Dewey, utilizado con éxito en las bibliotecas, a la clasificación de diapositivas.
Se trata de una adaptación, ya que en la clasificación bibliográfica hay números dedicados a temas tales como “Obras generales” y de consulta que difícilmente darían lugar a diapositivas, salvo que éstas mostraran tales obras. Debido a eso fueron remplazados temas por otros como “Motivos familiares” por ejemplo, ya que éstos difícilmente faltan en una colección familiar. Lo mismo se puede decir del tema “Filología lingüística” que fue remplazado por “Óptica especial”, un tema apasionante para el aficionado a la fotografía con un equipo adecuado. Otro tanto sucedió con el tema “Filosofía”, remplazado por el título general de “Iglesia Adventista”. Bajo éste se ubica todo lo que tenga relación directa con la Iglesia Adventista, su historia, su organización y sus actividades.
La restante clasificación bibliográfica es aplicable en líneas generales a las diapositivas. Como es de suponer se necesita una guía numérica y de temas para realizar la clasificación. A continuación se la ofrece como sugerencia o base a fin de adaptarla a criterio del interesado y de acuerdo con la existencia de diapositivas que posea. Sin embargo, caben antes algunas observaciones generales.
La experiencia muestra que no es práctico proceder con las diapositivas como con los libros de una biblioteca. En ésta se van intercalando los libros a medida que se los compra y clasifica. No interesa el orden cronológico de adquisición. En las diapositivas sucede con mucha frecuencia que se quiere conservar determinado orden o sucesión ya sea por tratarse de un viaje o por algún otro motivo. Ello hace imposible el pensar en intercalarlas para establecer un orden temático como la clasificación lo requeriría. Además es más fácil intercalar un libro desplazando los siguientes que hacer lo mismo con una diapositiva, lo que obligaría a correr posiblemente centenares de ellas pasándolas de una ranura o gaveta a otra. Por esto se impone una numeración primaria y propia de cada diapositiva siguiendo un orden correlativo ascendente del uno en adelante ubicándolas en los estuches o gavetas en ese orden numérico, procediendo luego a la asignación de un orden numérico, alfabético o alfanumérico de los estuches o gavetas. Ubicada así la colección no hay inconveniente en agregar diapositivas enumerándolas en forma ilimitada.
Sólo entonces se comienza con la tarea de clasificación propiamente dicha, procediendo de la siguiente manera: Observando el motivo de la diapositiva a clasificar y en base a la lista de temas generales se elige el tema al que corresponda. Dentro de ese tema general habrá subdivisiones ya establecidas o a establecer por el interesado, a una de las cuales corresponderá el motivo fotografiado. Naturalmente que el criterio del clasificador dará prioridad a determinada faceta del motivo en base al uso futuro que hará de esa diapositiva. Si el motivo fotografiado abarcara más de un posible tema, cada uno se decidirá por aquél que más le interese de acuerdo con su aplicación. Lo ideal sería clasificar la diapositiva bajo cada uno de los distintos temas posibles.
Pasemos a dónde registrar la clasificación. Para ello se confeccionarán tarjetas o fichas que serán guardadas en orden alfabético de temas o en orden numérico de clasificación en un lugar apropiado, siguiendo el modelo sugerente adjunto. Necesariamente habrá por lo menos tantas tarjetas o fichas como diapositivas. En un caso ideal debería haber dos por cada una. Veamos por qué. Un ordenamiento de tarjetas seguiría el alfabeto tomando como referencia el tema. Así, al buscar determinado tema lo localizamos con rapidez y la tarjeta nos daría la ubicación (número de diapositiva y gaveta en que está) con exactitud. El otro ordenamiento de tarjetas sería por el número de la clasificación decimal en forma progresiva de modo de tener juntas todas las tarjetas de un tema general aunque las subdivisiones no sigan un orden alfabético. Esta última disposición nos permitiría ubicar fácilmente todas las diapositivas de la “Obra Médica” (Números 130 al 139) por ejemplo, haciendo caso omiso del hecho de que las tarjetas correspondientes a ellas están fuera de orden alfabético aunque se trate de motivos afines.
Como queda demostrado sería práctico tener dos tarjeteros. Uno con las tarjetas en orden alfabético y el otro en orden numérico siguiendo la clasificación decimal. Por eso se sugiere encabezar la ficha o tarjeta con ambos datos facilitando su visualización.
¿Qué pasaría si la diapositiva se prestara para ser clasificada bajo varios temas? En ese caso convendría hacer dos fichas por cada tema. Una para el fichero alfabético y la otra para el numérico. Vemos que el perfeccionamiento ocasiona bastante trabajo. Pero sería la única manera de aprovechar en forma cabal el material ilustrativo disponible.
Como es de suponerse, al querer todas las diapositivas que muestran las secuencias de un viaje, por ejemplo, basta con acudir al fichero alfabético donde la ficha correspondiente a “Viajes” (Números 801 al 809) con el tema del recorrido de ese viaje nos indicará los dos números entre los cuales están en orden cronológico todos los distintos temas fotográficos en ese viaje.
Resta hacer algunas consideraciones sobre la guía de clasificación. Quien conoce el sistema Dewey sabe que la guía de clasificación es un abultado volumen con infinidad de temas subdivididos al mínimo, contemplando prácticamente todas las posibilidades. En este caso de las diapositivas sería largo entrar en demasiados detalles. Por otro lado es común que las colecciones sean bastante unilaterales debido al gusto o la necesidad del interesado. Por ello no tendría objeto el disponer de una clasificación detallada en temas que a lo mejor no se necesitan. A eso se debe que las subdivisiones no hayan sido demasiado elaboradas dando lugar así a la inventiva del clasificador según sus necesidades específicas. De todos modos se puede acudir a la clasificación bibliográfica para orientarse, llegado el caso.
Se observará que las primeras dos centenas han sido elaboradas más detalladamente por considerar que todo obrero adventista tiene una cantidad de diapositivas de “Parientes o familiares” y de la “Iglesia Adventista”.
De los demás temas se sugiere una clasificación indicando las decenas, dejando al criterio del interesado las correspondientes subdivisiones.
Como ejemplos prácticos tomemos dos diapositivas. Supongamos la Nº 148 (en la numeración corrida) en la que aparece Juan Rodríguez, uno de los dos tíos abuelos maternos con María Pérez, la prima por parte de nuestra madre. Aclaremos que en nuestro caso particular hemos subdividido el número correspondiente a los tíos abuelos maternos por tener dos tíos tales, correspondiéndole a Juan el número 2. Luego el número de la diapositiva sería el 015.2. La ficha podría ser la siguiente:
Tema: Rodríguez, Juan
Subtema: Pérez, María
Gaveta: I
Lugar: Parque Independencia
Circunstancias: Cumpleaños de María Pérez
Observaciones: El edificio del fondo a la derecha es la casa del tío Juan. El mismo día saqué a papá y mamá.
Ficha: N° 015.2
Fecha: 18/5/64
Estuche: A Diapositiva N° 148
Calificación: Muy buena
Como se advierte se justificaría una tarjeta con los mismos datos invirtiendo el temay subtema y con otro número correspondiente a María Pérez, nuestra única prima por parte de nuestra madre. Esa tarjeta seria la siguiente:
Tema: Pérez, María
Subtema: Rodríguez, Juan
Ficha Nb 036
Fecha: 18/5/64
Los demás datos se repiten o se anota una llamada señalando la tarjeta 015.2 como fuente de información.
Otro ejemplo sería la diapositiva N° 859 (en la numeración corrida) del edificio del dispensario administrado por una iglesia, supongamos la Central de la ciudad de Santa Fe. La clasificaríamos de la siguiente manera:
Al ser dispensario pertenece a la obra médica. Luego estará entre los números 130 y 139. Por tratarse de un edificio será el número 134. Al detallar que es de una iglesia local se registrará bajo el número 134.7. Si para mayor detalle hemos subdividido el número 7 en las diversas iglesias con las que más nos hemos vinculado y a la de Santa Fe le correspondiera el número 5 en esa subdivisión, tendríamos como número definitivo el 134.75. El número 5 correspondiente a Santa Fe podría subdividirse a su vez según a cuál de las varias iglesias de la ciudad nos referimos con lo que agregaríamos otro número que sería el correspondiente a la iglesia central, el 2 por ejemplo. Entonces nuestra diapositiva sería el número 134.752. Y así podríamos seguir clasificando hasta el más mínimo detalle, según nos lo indique la necesidad o nos resulte práctico. ¿Qué tema asignaríamos a esta diapositiva? Podría ser “Santa Fe, dispensario”. Por lo que la tarjeta quedaría como sigue:
Tema: Santa Fe, dispensario
Subtema: Edificio
Gaveta: III Estuche B
Lugar: Barrio Libertad
Circunstancias: El día de la inauguración.
Observaciones: Obtenida con lente gran angular
Ficha Nb 134.752
Fecha: 6/9/66
Diapositiva Nb 859
Calificación: Buena
Se observará que hay algunos números sin subdivisión asignada. Ello obedece al deseo de darle más elasticidad o adaptabilidad a la clasificación frente a las necesidades del clasificador. La clasificación que se acompaña es solamente a título de sugerencia admitiendo mejoras y ampliaciones. Podrían resultar de interés algunas reglas generales o convenciones a fin de unificar el criterio de clasificación. Por ejemplo: En el caso de nombres de personas se clasificará por orden alfabético en base al apellido paterno. Si se tratara de una señora será por el apellido del esposo.
En el caso de países se clasificará en base al nombre del país posponiendo la especificación de si es república o estado, etc.
Al tratarse de accidentes geográficos o parajes se pospondrán los artículos así como el nombre del tipo de accidente de que se trate. Así se evitará el tener que recorrer una cantidad de fichas bajo el título de “Río” para encontrar determinado río. Por ejemplo no se clasificará “Río Paraná”, sino “Paraná, río”; no se dirá “Sierra Grande”, sino “Grande, sierra”, etc.
Generalizando las reglas enumeradas se puede establecer que cada tema figurará bajo el nombre distintivo o específico en primer lugar, dejando en segundo término los nombres genéricos, artículos, etc.
A éstas se podrían agregar otras convenciones generales a tener en cuenta para lograr uniformidad de criterio y evitar variaciones que provocarían confusión restando valor a la clasificación.
El autor de este trabajo agradecerá toda sugerencia que signifique perfeccionamiento de la clasificación y se pone a disposición de quienes se interesen en el tema, considerando bien empleado el tiempo dedicado a su elaboración si alguien se puede beneficiar con ella.