La clase bíblica especial del pastor puede ser una poderosa agencia ganadora de almas dentro de la escuela sabática. La mayor parte de las visitas no adventistas son invitadas a esta clase, y le ofrece al pastor una buena oportunidad de conocer a personas que son candidatos para el bautismo y la feligresía de la iglesia.

 Hay varias maneras de aumentar la asista clase especial. Si el pastor lleva a cabo un ciclo de conferencias o un programa radial, puede invitar a la gente a visitar su clase bíblica, y ofrecerles un atractivo obsequio a los que asistan. Un buen obsequio puede ser El Camino a Cristo. Y si la iglesia no desea gastar mucho, podrá obsequiar un hermoso cuadro de Cristo.

 El pastor también puede imitar a los miembros de la iglesia a llevar a sus amigos y parientes a esta clase. Pueden interesarlos mencionando el obsequio. Cuando las visitas asisten, debería anotárselas por todos los medios en un cuaderno o tarjeta. Esto le proporciona al pastor la dirección, de modo que pueda realizar una visita o enviar una nota de aprecio por su asistencia.

 En mi experiencia personal, he instado a los que asisten a mis reuniones de evangelismo a ir a mi clase bíblica de la escuela sabática. Les digo que voy a comenzar una nueva clase, y que todavía no tengo miembros. Esto es una invitación a un bondadoso corazón a ayudar a iniciar la clase asistiendo. Les digo que a menos que vayan ellos, no tendré a quien enseñar. Con este recurso, más el ofrecimiento del obsequio, la gente asiste a la clase.

 Otro buen estímulo consiste en ofrecer un certificado. En mis reuniones muestro un hermoso certificado y digo que quien asista a mi clase bíblica durante dos o tres meses recibirá uno de ellos. Muchas personas sienten como, si recibieran un diploma, y esto apunta a su deseo humano de recibir reconocimiento.

 Podría decirse más todavía acerca del arte de lograr que la gente asista a la clase bíblica, pero posiblemente debería decirse algo acerca de la clase misma. Ante todo, debería efectuarse en el mejor lugar posible, preferentemente en un cuarto separado. Esto proporcionará comodidad y una atmósfera más personal. Cuando esto no es posible, debería designarse un lugar cerca de la entrada del salón para este propósito. Debería colocarse un letrero que diga: “La Clase Bíblica del Pastor”, o algo por el estilo.

 La clase en sí misma debería ser amistosa e informal. Generalmente cada semana hacemos que la gente se salude. La enseñanza debería estimular una respuesta de la clase. Además es necesario que se los inspire a estudiar por su cuenta. Toda respuesta dada por estas apreciadas personas, aun cuando sea imperfecta, debería aceptarse y retribuirse con palabras de felicitación y ánimo. El pastor debería hacer que la enseñanza sea evangélica. Habría que obtener lecciones de los textos que sostienen y apoyan la verdad. Al final de cada clase habría que hacer llamamientos. La gente debería retirarse profundamente inspirada.

 Algunos pueden pensar que esta clase bíblica especial puede tener éxito únicamente en una iglesia grande, pero esto no es exacto. En mi caso, en algunas iglesias pequeñas ha sucedido que hemos tenido la mitad del salón ocupado por las visitas a esta clase. Esto ha resultado asombroso para los miembros. En algunos casos ha sido necesario dividir la clase en tres grupos porque era demasiado numerosa. No se aprecian bien las grandes posibilidades de esta clase bíblica.

 Habrá otros que digan que esto puede realizarse únicamente en relación con una campaña de evangelismo, pero también es inexacta esta suposición. En algunos casos los pastores han ido prácticamente de puerta en puerta invitando a la gente a ayudarle a iniciar una nueva clase bíblica, y lo han hecho con éxito. El día de las visitas de la escuela sabática también proporciona una buena oportunidad.

 Si el pastor inicia una clase de escuela sabática con el propósito de ganar almas, y pide a los miembros que le ayuden, tendrá éxito sólo si la conduce debidamente. Cuando los visitantes no adventistas acuden a nuestra iglesia y son saludados amistosamente, e invitados a una clase evangelistica activa, interesante e inspiradora, están dispuestos a regresar. Si el pastor visita a los asistentes a su clase, o por lo menos les envía una nota de aprecio, está en camino de ganar a un nuevo converso para la verdad. Quiera Dios despertarnos a las grandes posibilidades de la clase del pastor de la escuela sabática.

Sobre el autor: Evangelista de la Unión del Pacifico del Norte