Y el problema del agente moralmente libre

La ciencia de ganar almas es la más elevada de todas las ciencias. La sierva del Señor escribió lo siguiente acerca de este gran tema:

“La más alta de todas las ciencias es la de salvar almas. La obra más grande a que puedan aspirar seres humanos es la de ganar a hombres del pecado a la santidad. Para realizar tamaña obra, hay que echar amplios cimientos. Para esto se necesita una educación comprensiva… Algo más se “necesita que la cultura de la inteligencia. La educación no es, completa si el cuerpo, la inteligencia y el corazón no han sido igualmente desarrollados. El carácter tiene que recibir disciplina adecuada para su más completo y alto desarrollo.”—“El Ministerio de Curación, págs. 389, 380.

Esto significa que el ministro debe estudiar sinceramente la más grande de todas las ciencias: la de ganar almas. Muchos pastores son expertos en teología sistemática, pero le han dedicado poco estudio a la teología práctica, que comprende la ciencia de ganar alma.’. Un doctor en medicina necesita estudiar 20 años en diferentes establecimientos antes de estar calificado para recibir su título. Pero eso no es todo. Debe mantenerse informado del progreso de la ciencia médica y realizar estudios de especialización a fin de ser un médico competente y prolongar la vida de sus pacientes algunos años más. Cuánto más importante es que un ministro estudie la ciencia de ganar almas, porque no trata con la vida temporal sino con la vida eterna, cuando la humanidad será libertada de toda enfermedad y muerte.

A medida que pasan los años el ganador de almas tiene el deber de investigar y estudiar con diligencia a fin de ganar más personas para Cristo. Proverbios 11:30. VM, contiene una declaración que es un desafío: “Y el que gana las almas es sabio. ‘ El ganador de almas eficiente ha recibido el atributo de sabio. Esto significa que es hábil en el arte de ganar almas mediante un estudio y una experiencia práctica constantes.

En la actualidad encontramos dificultades que aumentan de continuo en el campo de la ganancia de almas. Algunos creen que es inútil emplear el tiempo, la energía y el dinero en un intento de ganar almas que no quieren ser salvadas. Como resultado, ciertos evangelistas se han desanimado y han pedido su traslado a otra clase de trabajo que no esté relacionado tan directamente con los esfuerzos activos para el rescate de los perdidos. Esta actitud es una consecuencia natural de la falta de estudio y experiencia en la ciencia de salvar almas. En algunos casos se debe a que el pastor ha procurado ganar las almas mediante su propia fuerza y poder.

Hace dos años, en una iglesia presbiteriana, leí la siguiente declaración: ‘‘Para las personas que piensan, las dificultades no son más que escaleras que conducen al progreso.” Para el que ama a las almas, las dificultades y las perplejidades en el evangelismo constituyen un desafío a subir más alto en la escala del éxito evangélico.

Por qué la ganancia de almas es una ciencia

La ganancia de almas es una ciencia porque “para conducir las almas a Jesús debe haber un conocimiento de la naturaleza del hombre y un estudio de la mente humana.” (“Testimonies,” tomo 4. pág. 67.) Los dos principios esenciales presentados aquí declaran explícitamente que e1 ministro debe ser un estudiante ferviente de la psicología humana. Debe procurarse todos los medios posibles para comprender la conducta del hombre, y saber por qué los hombres deciden seguir ciertas filosofías y creencias religiosas.

En el libro Evangelista leemos que el trato con las mentes humanas es “la ocupación más delicada que se haya encomendado al hombre mortal.” (Pág. 348.) Y en realidad es una tarea muy delicada tratar con las almas por quienes Cristo murió. Para comprender el comportamiento de la mente humana y de la conducta del hombre, es necesario estudiar y trabajar con aplicación, y sobre todo, tener una experiencia práctica. El conocimiento de esta ciencia es de capital importancia para la ganancia de almas. Romanos 12:2 nos da el secreto del éxito en este sentido: sólo cuando la mente es transformada y renovada será capaz de comprender y aceptar la perfecta voluntad de Dios.

Entonces, el factor importante en la ganancia de almas es conocer por experiencia cómo transformar y renovar la mente humana mediante el poder del Espíritu Santo. En otras palabras, quien se dedique a la ganancia de almas llegará a ser un agudo estudiante y observador de la naturaleza humana y de la compleja mente del hombre, a fin de determinar el mejor método para colocar esa mente bajo la influencia del Espíritu de Dios.

El problema del agente moralmente libre

Dios ha dotado al hombre de la facultad de elegir. Este cuenta con una voluntad libre. Sólo él puede decidir a quién servirá: al Cordero de Dios o a la serpiente satánica. En Efesios 6:11, 12 se nos dice que es asaltado constantemente por el espíritu de las tinieblas. Satanás procura con sutileza inducirlo a rebelarse contra la voluntad de Dios. Pero al mismo tiempo el Espíritu trabaja para infundir en su mente la capacidad de ejercer su libre voluntad, de tal forma que pueda resistir a los deseos de la mente carnal y a las influencias malignas. Dios no obligará al hombre a que le obedezca; Satanás tampoco puede forzarlo a seguir sus engaños. Es el hombre quien, en último término, tiene que realizar la decisión final en favor o en contra de Dios.

Volvamos a la mente de la persona. Inspirado por las sugestiones engañosas de Satanás, el hombre se dice: “No hay Dios, por lo tanto no necesito obedecerle.” Su conciencia le dice No. pero su subconciencia le dice Sí. Esta contradicción interna produce un conflicto mental. Pero el hombre puede vencer en esta lucha, y sobreponerse a los desórdenes nerviosos y emocionales que le sobrevienen como resultado; y luego restaurar la paz mental cuando restaure la armonía entre él y su Creador. En resumen, la rebelión, que es pecado, está rompiendo la relación del hombre con Dios. La salvación es una reconciliación.

Comprensión de los sentimientos

Para salvar un alma es necesario estudiar las condiciones espirituales, sociales y económicas de la persona que se procura llevar a Cristo. En Efesios 2:1-3, 12. VM. se analiza el problema espiritual de la salvación: “A vosotros os dió vida, estando muertos en las transgresiones y los pecados, en que anduvisteis en un tiempo conforme al uso de este siglo, conforme al príncipe de la potestad del aire, espíritu que ahora obra en los hijos de la desobediencia: en medio de los cuales también nosotros todos en un tiempo vivíamos en las concupiscencias de nuestra carne. cumpliendo los deseos de la carne, y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira. asi como los demás” “Acordaos, digo, que en aquel tiempo estabais sin Cristo, estando extrañados de la ciudadanía de Israel, y siendo extranjeros con respecto a los pactos de la promesa: no teniendo esperanza, y sin Dios en el mundo”

El hombre, por naturaleza, está dominado por el espíritu del príncipe de las potestades del aire. Es desobediente, alejado de la iglesia, un extranjero a las promesas de Dios, y sin esperanza en el mundo. Aquí es donde el ministro debe utilizar la comprensión de los sentimientos de las personas. El verdadero ganador de almas, para comprender los pensamientos y sentimientos de quien desea ganar, y para saber por qué obra como lo hace, debe ponerse en el lugar de esa persona y procurar mirar a través de sus ojos. Debe tener en cuenta la voluntad de Dios para esa persona, según se la describe en Apocalipsis 18:4, VM: “Salid de ella, pueblo mío. para que no participéis en sus pecados, y para que no recibáis de sus plagas” Únicamente por medio del estudio con oración podemos ser guiados a seguir un plan de acción que llevará a los hombres las elevadas normas descriptas en Apocalipsis 14:12. VM: “En esto está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.

Es una ciencia admirable la que nos enseña cómo tratar con el pecador indiferente a la salvación o lleno de prejuicios hacia la verdad, para cambiar la actitud de su mente y hacerla amar a Dios y obedecer sus mandamientos. Los experimentos científicos pueden repetirse en el tubo de ensayo; pero la ciencia de salvar almas, que es la victoria de Dios sobre el poder de Satanás para controlar la mente del hombre, es demostrada diariamente en el evangelismo.

Satanás estorba la ganancia de almas

Para apartar a la persona de la belleza de la armonía con la voluntad de Dios. Satanás obra sobre la mente humana: el aliento del libre albedrío. Recurre a dos métodos diferentes que enceguecen y paralizan la mente. El primero de ellos lo encontramos en 2 Cor. 4:4. VM: “En los cuales el dios de este siglo ha cegado los entendimientos de los que no creen, para que no les amanezca la luz del Evangelio de la gloria de Cristo.”

La razón por la cual los incrédulos no ven la luz del Evangelio es porque Satanás ha cegado sus mentes, y un ciego no puede ver. ¿Cómo llega Satanás a este resultado? “En los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores. incontinentes, fieros, aborrecedores de los que son buenos, traidores, protervos, hinchados de orgullo, amadores de los placeres más bien que amadores de Dios; teniendo la forma de la piedad, mas negando el poder de ella: apártate también de los tales. Porque de éstos son los que se entran en las casas, y cautivan a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias: los cuales siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad: hombres corrompidos de corazón, y réprobos en lo que toca a la fe.” (2 Tim. 3:1-8. VM.)

Aquí, el apóstol enumera unos veinte pecados que contaminan o ciegan la mente. El pecado separa de Dios, desorganiza y oscurece las bellezas y los gozos que proporcionan una clara conciencia y una vida feliz. Una persona que está dominada por algunos, o por todos estos pecados se enceguece de tal forma que se opondrá a la verdad, porque su razón está corrompida. Aun cuando la mente semicontaminada oye la verdad, nunca podrá comprenderla por sí misma, y mucho menos aceptarla.

Consideremos a un pecador del siglo veinte ofuscado por Satanás. Es, consciente o inconscientemente. un transgresor de la ley de Dios. Fuma, bebe, y viola impunemente todos los mandamientos. Su vida de hogar es infeliz, porque tiene que recurrir al engaño para ocultarle a su esposa su infidelidad. Como resultado de esta clase de vida, es un hombre nervioso, intolerante, impaciente c impuro, y su familia sufre inocentemente las consecuencias. Los pecadores siempre se esconden de Dios, como lo hicieron Adán y Eva, porque el pecado los separa de su Creador. Esta clase de hombre es generalmente indiferente a los temas religiosos y procura evitar las reuniones de ese carácter. El pecado lo ha cegado y no ve sus necesidades espirituales. ¿Qué puede hacer el ganador de almas para influir en esa mente pervertida?

Por otra parte, hay muchas personas que son moralmente rectas y que odian el pecado, a quienes Satanás no puede engañarlas de modo que se rebelen contra la verdad. Para los tales utiliza un método diferente, pero muy sutil. En lugar de cegar sus mentes, las paraliza. Lo encontramos en Apocalipsis 14:8 y 17:2, VM: “Y otro ángel, el segundo, le siguió, diciendo: ¡Caída, caída es la gran Babilonia, la cual ha hecho que todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación!” “Con quien han cometido fornicación los reyes de la tierra, y los que habitan en la tierra han sido embriagados con el vino de su fornicación.”

Satanás ha embriagado a los habitantes del mundo con el vino de la “fornicación” de Babilonia. Quien está bajo la influencia del vino no puede razonar con inteligencia o comprender con claridad. Analicemos el significado de este texto: “Embriagados con el vino de su fornicación” (Apoc. 17:2). ¿Qué simboliza el vino adulterado? En 1Corintios 11:27 y Mateo 26:27-29 encontramos que el vino puro es un símbolo de la sangre de Cristo, derramada para la salvación de los hombres. Este símbolo de la sangre de Cristo, el vino puro, representa en el sentido bíblico la verdadera doctrina de la salvación dada por Cristo. Satanás hace que la gente beba del vino de la “fornicación”. Los embriaga con un plan de salvación adulterado, y la gente cree que el error es la verdad, y que la verdad es el error. Esta es la razón por la cual, cuando el evangelista presenta la verdad, tantos cristianos así llamados escogidos y cultos la rechazan. Han bebido con avidez de la fuente del error, porque les da la sensación de salvación. Les permite vivir como quieren, y así son incapaces de ver la verdad, porque están embriagados con las falsas doctrinas.

“Satanás ha trabajado con poder engañador, introduciendo una cantidad de errores que oscurecen la verdad. El error no puede permanecer solo, y pronto se extinguiría si no se afirmara, como un parásito, del árbol de la verdad: vive a expensas de la verdad de Dios. Las tradiciones de los hombres, como gérmenes que flotan, se prenden de la verdad de Dios, y los hombres las consideran como una parte de la verdad. Mediante doctrinas falsas, Satanás obtiene una firme posición, y cautiva las mentes de los hombres, induciéndolos a apoyar teorías que carecen de fundamento en la verdad. Los hombres enseñan como doctrinas los mandamientos de los hombres; y las tradiciones, a medida que se transmiten de generación en generación. adquieren poder sobre la mente humana. Pero el transcurso del tiempo no convierte el error en verdad, ni su gravoso peso hace que la planta de la verdad se convierta en un parásito. El árbol de la verdad lleva su propio fruto genuino, y manifiesta su verdadero origen y naturaleza. El parásito del error también lleva su propio fruto, y hace manifiesto que su carácter es diferente del de la planta de origen celestial. Satanás obtiene poder sobre la mente mediante falsas teorías y tradiciones.”—Evangelism, pág. 589. (La cursiva es nuestra.)

Tomemos como ejemplo el caso de una fiel mujer protestante. Aunque ha aceptado fácilmente una falsa doctrina de redención, su religión le ofrece la salvación y el cielo sin que deba hacer un gran esfuerzo o sacrificio. Con el tiempo toma contacto con la verdad de Dios. No tendría reparos en ser adventista si la iglesia fuera popular. Pero la idea de verse rechazada por sus amigos por haberse unido a esta iglesia impopular, que observa el así llamado sábado judío, es más de lo que puede soportar. Además, el asunto de la reforma pro salud y la vestimenta moderada no es cosa que llama la atención a su gusto y vanidad. El Espíritu de Dios continúa influyendo en ella para que siga la luz que ha recibido. Entonces, para aliviar su conciencia estudia la Biblia, no con el fin de hallar la verdad sino, para demostrar que la verdad es un error. El problema que ahora se presenta es el siguiente: ¿Cómo tratará el ganador de almas con esa mente que está paralizada por la falsa doctrina de una pseudo salvación? ¿Cómo puede guiársela para hacerle ver la verdad en toda su belleza, tal como es en Jesús nuestro Señor?

En todo esfuerzo que hagamos por salvar a las almas, entramos en lucha con Satanás, quien es poderoso y sabio, y trabaja con astucia e inteligencia para engañar a cuantos pueda. Satanás llega, si le es posible, hasta a impresionar a las juntas directivas con la idea de dificultades insalvables a fin de impedir que se lleven a cabo los planes de esfuerzos evangélicos. Influye en los obreros para que olviden los deseos de entrar en el evangelismo. También hace que los ministros estén ocupados de tal manera en sus deberes menores, no importa cuán legítimos sean, que no encuentren tiempo para trabajar en la ganancia de almas.

Hemos visto que la ciencia de ganar almas abarca el conocimiento de la naturaleza humana y el estudio de la mente, cómo vencer el poder de Satanás y ganar a la gente para Cristo. Significa un estudio intenso y constante, mucha oración y trabajo diligente y tenaz.

Sobre el autor: Director Adjunto de la Asoc, Ministerial de la Asociación General