En la primera parte de la campaña, que se llevó a cabo entre el 12 de marzo y el 12 de mayo de 1979, se unieron todas las iglesias de la capital para una serie de siete reuniones en un estadio cubierto. A pesar de los graves problemas y convulsiones políticas y sociales que interrumpieron el servicio de transporte y de luz, varios miles de personas acudieron cada noche a escuchar los mensajes del evangelista y a ver las películas y las ilustraciones en el telón triple y la pizarra luminosa.

La primera parte culminó el domingo 18 de marzo con una de las reuniones más grandes e impresionantes en toda la historia de la División Interamericana, realizada en el Gimnasio Nacional, y a la cual asistieron doce mil personas. Cantaron Los Heraldos del Rey, el evangelista dictó una conferencia, y en sólo cinco minutos se graduaron cinco mil alumnos de los cursos de La Voz de la Esperanza.

Campaña diversificada

De allí en adelante la campaña prosiguió en todo el país. Solamente en la capital se predicaba en 18 lugares. Los predicadores eran todos los obreros y además colaboraban 120 predicadores laicos.

En Usulután el pastor Carlos Martín tenía un público de 700 a 1.200 personas por noche, en un gimnasio abierto. En Cojutepeque asistían cada noche cuatrocientas personas para escuchar al pastor Alfredo Argueta; y en Ahuachapán, el pastor Tevni Grajales y sus laicos dirigieron 16 campañas.

Se celebraron cuatro reuniones generales de todos los obreros para coordinar los detalles de las campañas y los bautismos.

Preparación de los candidatos

La mayor parte de los asistentes a las conferencias eran graduados de La Voz de la Esperanza o invitados por los hermanos. Por lo tanto, constituían un público amigo y preparado espiritualmente, lo cual permitió presentar el mensaje en forma directa. En las conferencias se usó el sistema de clase bíblica con el curso denominado “Este es el Camino”, y los candidatos en su mayoría fueron instruidos por los laicos con el curso “La Fe de Jesús”.

Campaña evangélica nacional

La gran Campaña Evangélica Nacional, a la cual nos estamos refiriendo, dio como resultado el bautismo de 1.826 almas. Fue, probablemente, una de las campañas más productivas en la historia de la evangelización adventista en todo el mundo. En ella se probó, además, este nuevo concepto de “campaña nacional”.

Una estrategia nueva

Consistió en que al mismo tiempo todos los obreros, juntamente con 120 predicadores laicos, abrieron centros de predicación en todo el país en un esfuerzo concertado. Se usó el mismo temario, la misma propaganda, la misma metodología y el mismo material. Desde la capital, el autor de estas líneas, que a su vez predicaba en tres iglesias, más el presidente de la misión, pastor Raúl Rodríguez, que predicaba en dos iglesias, dirigían la gigantesca campaña. Los directores de departamentos dirigían un ciclo cada uno. Todos los obreros llevaron a cabo por lo menos una campaña, entre ellos el tesorero y el cajero de la misión. Las secretarias daban estudios bíblicos. Pero lo más impresionante fue la participación masiva de cientos de laicos en la tarea de predicar y preparar a los candidatos para el bautismo.

Planes y preparación del terreno

Los planes de la campaña comenzaron a trazarse con un año de anticipación. La preparación del terreno comenzó en octubre de 1978 cuando 2.400 carteros misioneros fueron entrenados y lanzados á la acción. Además se celebró una ceremonia en cuyo transcurso^ se impartieron instrucciones y se les entregó el libro de sermones a los 120 predicadores laicos. Los demás fueron motivados y capacitados para dar estudios bíblicos y ganar almas, y las clases bautismales completaron la instrucción de cientos de interesados. Como resultado, al comienzo de la campaña se celebró una graduación de cinco mil alumnos de los cursos de La Voz de la Esperanza.

Números impresionantes

En las reuniones masivas que se realizaron en el Gimnasio Nacional, la asistencia fluctuó entre cuatro y doce mil personas por noche. En la parte culminante de la campaña nacional predicaban veinte obreros y 125 laicos en todo el país, con una asistencia de por lo menos ocho mil personas en los diversos centros de predicación.

Se graduaron 5.062 alumnos de La Voz de la Esperanza, preparados, por 2.400 carteros misioneros.

Se celebraron dos concentraciones de laicos en el cine Libertad de la capital con la asistencia de cinco mil personas.

De enero a mayo los obreros dirigieron 37 campañas, y los laicos, 219.

El gran bautismo nacional, un milagro moderno

La semana previa al gran bautismo nacional fijado para el 12 de mayo, el país fue sacudido por graves disturbios políticos. Grupos extremistas ocuparon tres embajadas. Hubo decenas de muertos, el sistema de transportes quedó suspendido y la ciudad capital aterrorizada y paralizada. El viernes por la mañana parecía que la situación no tenía remedio. Los obreros oraron con fervor. En las últimas horas del viernes empezó a retornar la normalidad dejando un enorme interrogante en cuanto a lo que sucedería al día siguiente. Pero el presidente de la misión se mantuvo inquebrantable en su decisión de actuar con fe y seguir adelante con el programa previsto.

El sábado la situación era casi normal, pero por primera vez en el año se desató, desde temprano, una tormenta. A pesar de todo llegaron al lugar del bautismo doscientos vehículos que transportaban a siete mil personas provocando una congestión del tránsito. Bajo una lluvia que por momentos era torrencial, doce pastores bautizaron 1.001 almas en el lago de llopango, en menos de una hora.

Tomando en cuenta los bautismos que hubo en otros tres lugares, se bautizaron ese sábado 1.325 personas. Fueron momentos dramáticos en que la mano de Dios obró en forma patente.

Factores que posibilitaron la victoria

  • La planificación de todos los detalles de la campaña con meses de anticipación.
  • El trabajo previo de ablandamiento del terreno excepcionalmente bien planeado, dirigido y ejecutado.
  • La dedicación total de la administración de la misión y de todo el cuerpo de obreros al éxito de la campaña
  • La participación masiva de los laicos.
  • La presentación del mensaje usando la Biblia en forma directa y clara, en una atmósfera espiritual y adventista.
  • La perfecta coordinación y el entendimiento entre el evangelista, la administración de la misión, los pastores y los laicos.
  • El espíritu de colaboración y buena voluntad, que permitió que toda la campaña se desenvolviera sin incidentes.
  • La ayuda de las organizaciones superiores: la Unión Centroamericana y la División Interamericana.
  • La presencia evidente del Espíritu Santo.

El papel de los laicos

Los laicos de El Salvador desempeñaron un papel notorio en todos los aspectos de la campaña. Prepararon el terreno, y durante la campaña, según el último informe, actuaron como predicadores en 120 lugares y dieron 295 ciclos de conferencias. 356 laicos ayudaron como instructores bíblicos, y se atribuye a su trabajo el bautismo de 1.520 almas de las 1.826 alcanzadas.

Pocas veces una campaña importante ha dependido tanto del trabajo de los laicos, y pocas veces los laicos han respondido en forma tan definida. Fueron los verdaderos héroes.

Incidentes

Fieros ataques de Satanás contra la campaña. En la primera semana, cuando se había programado un gran ciclo en el Gimnasio Nacional, con capacidad para 15.000 personas, hubo huelgas de ómnibus, faltó la energía eléctrica y la ciudad estaba convulsionada. De las siete reuniones hubo que cancelar dos. Pero cuando hubo relativa normalidad la asistencia fue de cinco a doce mil personas.

 El Espíritu Santo obró en medio de la lluvia. Ese 12 de mayo el tiempo era realmente inclemente. Llovía, soplaba el viento, y altas olas azotaban las playas. Sin embargo, era patente la presencia del Espíritu de Dios. Dentro del lago una fila de doce pastores luchaban con las olas, e interminables hileras de candidatos se introducían valientemente en las agitadas aguas y eran sumergidos en ellas. A cada momento llegaban nuevos candidatos a engrosar las filas. Cuando ya se había dado por finalizada la ceremonia y sólo quedaban cuatro pastores en la playa, llegaron vahos ómnibus con 56 candidatos más, que rogaban se los bautizara.

El Espíritu Santo logra decisiones en la playa y bajo la lluvia. La esposa de un médico adventista de Ahuachapán había decidido postergar su bautismo, pero quiso ir a ver el bautismo nacional. En medio de la lluvia sintió tal emoción por el cuadro que presenciaba, que manifestó su deseo de bautizarse. Sus hijas quisieron acompañarla y fueron bautizadas.

Otra señora que no estaba decidida también sintió el llamado del Señor, pero estaba afligida porque no tenía ropa para entrar al agua. El chofer del ómnibus en que venía le dijo: “Señora, si usted quiere bautizarse, debe hacerlo. Yo le presto mi camisa, bautícese”. De esa manera, con la camisa del chofer, y sacrificando su falda, descendió a las aguas bautismales.

Sanamiento. Cuando era la hora de partir hacia el lugar del bautismo, uno de los candidatos fue víctima de un fuerte ataque que hizo temer por su vida. El Hno. Navidad, con otros dos ancianos, consiguieron aceite y rápidamente procedieron a ungirlo en el mismo autobús. Pocos minutos después se sintió repuesto y pidió ir al lugar del bautismo. Al salir de las aguas bautismales manifestó que nunca se había sentido mejor en su vida.

Maravillosas victorias de los laicos. Uno de los laicos que trabajó con el pastor Carlos Martín preparó 51 candidatos para el bautismo.

Como fruto del trabajo de la Sra. Vda. de Marroquín, se graduaron 28 alumnos de los cursos por correspondencia, de los cuales se bautizaron veinte.

Otro cartero misionero trabajó con quince alumnos de los cuales se bautizaron trece.

El anciano de la Iglesia Central, Hno. Danny Perla, dictó un ciclo de conferencias en San Martín y bautizó treinta preciosas almas.

Finanzas

El presupuesto de la campaña nacional era de 35.000 dólares. Gran parte de la propaganda y el material que usaron los pastores y laicos de todo El Salvador provino de ese presupuesto único. De acuerdo con el último informe, los gastos de la campaña se mantuvieron dentro de los límites del presupuesto.

Reflexiones

El último capítulo todavía está por escribirse. Los hermanos de El Salvador llevarán a cabo otras 252 campañas hasta fin de año, mantendrán funcionando alrededor de cien clases bautismales y esperan bautizar varios cientos de preciosas almas.

Cabe una reflexión: Si un territorio pequeño como es El Salvador, con la ayuda del Espíritu Santo y la consagración total de obreros y laicos, logró tales resultados, ¿qué no podrían lograr nuestras grandes asociaciones?

Otra reflexión es que la idea de una campaña nacional galvaniza la atención, concentra las fuerzas, hace un gran impacto y rinde abundantes frutos. ¿Seguirán otros este ejemplo?