No era la intención o el plan original de Dios el dar su palabra en forma escrita al hombre. Sus ángeles debían ser sus maestros. Dios y los ángeles visitaban a Adán y Eva sin nada que los ocultase. Pero, al entrar el pecado, se suspendió la comunicación directa. El hombre no pudo gozar más de esa íntima comunión con su Hacedor. La gloria de Dios es un fuego consumidor para el pecador. Por lo tanto, Dios inventó un plan por medio del cual pudiera establecer contacto con la familia humana.

Los medios empleados por Dios para dar su palabra

1. Voz audible

 Gén. 3:8-15. Dios habló y dio a conocer su plan de salvación a Adán y Eva.

 Núm. 12:7, 8. Moisés, como profeta, tuvo el raro privilegio de escuchar la voz del Señor.

 2. Cara a cara

 Exo. 33:11. Nótese la intimidad que existía entre el Señor y Moisés.

 3. Por medio de ángeles

 Zac. 1:9. Los ángeles hablaron con el profeta Zacarías.

 Luc. 1:11, 18, 19. Gabriel, procedente de la presencia de Dios, habló con Zacarías, padre del Bautista.

 4. Por medio de visiones, tanto durante la noche como durante el día

 Dan. 7:2. Daniel vio en visión la historia del mundo.

 Apoc. 1:19. Juan vio el pasado, el presente y el futuro.

 5. Por medio de la escritura de Dios mismo

 Deut. 9:9, 10. La ley fue dada y escrita por Dios mismo.

Deut. 10:2, 4; Exo. 32:16. La única porción de la Biblia que Dios mismo escribió.

 6. Por medio de sueños

 Núm. 12:6. Los profetas tuvieron sueños.

 Gén. 37:5, 9. Por medio de sueños dados por inspiración divina, José pudo conocer el futuro.

 7. Por medio del Espíritu Santo

 2 Ped. 1:21. El Espíritu Santo habló por medio de los hombres santos, o profetas.

 2 Sam. 23:1, 2. El Espíritu Santo habló por medio de David.

 8. Por medio de Cristo

 Juan 17:14. Cristo, cuando estuvo en la tierra, comunicó la Palabra de su Padre.

 Heb. 1:1,2. La Palabra fue pronunciada por el Hijo.

 Mat. 17:5. Debemos oírlo.

El mundo sin Biblia

¿Hemos tenido siempre la Biblia? No. La Palabra de Dios fue dada oralmente por los profetas durante aproximadamente 2.500 años. 

 Los que vivieron en la época que precedió a la aparición de la Palabra escrita, tenían la bendición de la longevidad y poseían mentes claras y de una extraordinaria retentiva. Adán vivió 930 años. Tuvo el privilegio de repetir a ocho generaciones la historia de la caída y todo el plan de salvación.

 Gén. 5:3-30. Por el estudio de las genealogías de Génesis 5 descubrimos que Adán vivió 56 años después que Lamec naciera. El padre de Noé, sin duda, escuchó el Evangelio de los mismos labios de Adán.

 Gén. 11:10-26. La genealogía de Sem, uno de los hombres que pasaron a través del Diluvio, revela que vivió muchos años después del nacimiento de Abrahán. Los mensajes de inspiración fueron así transmitidos de boca en boca hasta los días de Moisés.

La palabra escrita

Algunas razones por las cuales la Palabra fue dada en forma escrita:

 1. La capacidad mental del hombre disminuyó debido a los efectos del pecado.

 2. La vida se acortó a causa de las enfermedades.

 3. La posibilidad de que se escaparan errores debido a la poca eficacia de las facultades mentales.

 4. La apostasía creciente. La verdad de Dios debía darse con exactitud. De allí las razones de la Palabra escrita.

La Escritura da a la palabra el sello de la autenticidad

Mat. 24:35. La validez de las promesas de Dios está asegurada por la Palabra escrita. Su nombre es una garantía para cada una de ellas.

Moisés, el primer profeta que diera sus mensajes por escrito

Exo. 24:4. No hay relato de escritos inspirados anteriores a los que escribió Moisés. Comenzando con este profeta y abarcando un período de aproximadamente 1.500 años, Dios empleó a los profetas, y de este modo reunió un tomo de escritos inspirados que ha soportado la prueba de los siglos.

El canon de nuestras Biblias

Canon. “Una ley o regla en general. Los libros de las Sagradas Escrituras, llamados el Canon Sagrado o regla general de moral y deberes religiosos, dada por inspiración.”—Webster.

 Fil. 3:16. La Biblia, dada por Dios, es la regla de la vida y la práctica espiritual del hombre.

El canon del Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento contiene 39 libros que abarcan aproximadamente un período que va desde el año 1.500 a de J. C. al 400 a. de J. C.; Moisés, el primero; Malaquías, el último.

 El presente canon fue fijado o cerrado en el tiempo de Esdras, después de la cautividad babilónica, cuando todos los libros del Antiguo Testamento fueron compilados en un volumen. La compilación excluyó los siete libros conocidos con el nombre de apócrifos, a saber, (1) Tobías. (2) Judit, (3) Sabiduría, (4) Eclesiástico, (5) Baruc, (6) Esdras, (7) Macabeos, y también algunas adiciones a los libros de Ester y Daniel.

 Desde el momento en que el canon del Antiguo Testamento fue cerrado definitivamente, los libros apócrifos desaparecieron en su forma hebrea, y nos han llegado sólo a través del griego. La iglesia Católica conserva los libros apócrifos a pesar de que San Jerónimo los rechazó cuando tradujo la Biblia al latín para constituir la versión conocida con el nombre de Vulgata, debido a que no figuraban en el canon hebreo. No obstante, con muchos escrúpulos consintió en traducir dos de esos libros: Judit y Tobías. Dejó sin tocar los cinco restantes: Esdras, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc y Macabeos; tampoco fueron traducidos por él los apéndices a los libros de Ester y Daniel.

Apócrifo significa oculto o secreto

Es notable que ninguno de los profetas citó nada de los apócrifos, y que Cristo ignoró por completo esos libros, con lo que se prueba que no forman parte de los libros inspirados. No obstante, fueron incluidos en la Septuaginta, una traducción griega del Antiguo Testamento, que se empleaba corrientemente en la época de Cristo.

 Los libros apócrifos fueron rechazados por los judíos de Palestina y por la iglesia cristiana primitiva como inferiores en contenido y espurios en lo que a su autoridad se refiere. No obstante, fueron trasladados de la Septuaginta a la Antigua Versión Latina, conocida con el nombre de Vulgata, y a la versión inglesa de Douay, como asimismo a las versiones castellanas, a saber, la de Félix de Torres y Amat, de Scío de San Miguel, y otras.

Las divisiones del Antiguo Testamento

(1) Ley, (2) Profetas, (3) Salmos.

 Luc. 24:44. Cristo reconoció estas divisiones.

La necesidad de estudiar las Escrituras

2 Tim. 3:16, 17. El Antiguo Testamento contiene toda la luz dada acerca de las doctrinas verdaderas que son necesarias para la salvación.

 Luc. 24:27. Cristo enseñó mediante las Escrituras del Antiguo Testamento; y también lo hicieron los apóstoles. Pasaron 62 años antes de que el Nuevo Testamento se completara.

 Juan 5:39. Al escudriñar el Libro sagrado, descubrimos a Cristo, y cuando ello ocurre, llega hasta nosotros como la “Perla de gran precio.

 2 Tim. 3:15. El estudio de la Biblia, correctamente comprendido, nos hará “sabios para la salvación,” lo que, después de todo, es lo que necesitamos. Descubrimos que el hombre del libro es Jesucristo.

El Canon del Nuevo Testamento

Jesús no nos dejó nada escrito de su propia mano. Confió a sus apóstoles sus enseñanzas oralmente, y ellos las proclamaron por doquier. Más tarde los apóstoles escribieron las palabras de nuestro Señor. No obstante, pasaron varios siglos antes de que los 27 libros que ahora constituyen el Nuevo Testamento fueran aceptados como canónicos. Para ser específicos, en el año 397 de J. C., los 27 libros inspirados divinamente fueron compilados en un volumen. Dios preservo sus escritos hasta que llegaron a constituir un con junto.

 De este modo tenemos la Biblia (colección de libros), constituida por dos porciones: el Antiguo y el Nuevo Testamento. La Iglesia Católica le añadió siete al Antiguo Testamente conocidos como libros apócrifos, que podemos calificar como no inspirados.

Algunos elementos no inspirados

La división de los capítulos. El Cardenal Hugo dividió la Biblia en capítulos. Lo hizo para preparar una concordancia latina. A pesar de que esta división es conveniente, debemos reconocer que muchas veces está hecha en forma arbitraria.

 La puntuación. La puntuación se hizo entre los años 1455 y 1515 de J. C. por Aldo Manucio.

 La introducción de versículos. En 1551, Sir Robert Stephanus dividió los capítulos del Nuevo Testamento en versículos. Más tarde, en 1560, la Biblia de Ginebra apareció publicada con el Antiguo Testamento dividido en versículos.

Sobre el autor: Instructora bíblica de la Unión de Columbia, EE. UU.