Pautas sobre el aborto
Pautas adventistas del séptimo día sobre el aborto, es la primera declaración de la Iglesia formulada desde 1971, cuando los dirigentes de la Asociación General votaron las pautas de la comisión ad hoc para que sirvieran de orientación en los hospitales adventistas.
El documento de tres páginas y media reconoce que existe un conflicto en la sociedad, e incluso entre los cristianos, sobre la moralidad del aborto que surge del deseo de proteger la vida humana prenatal mientras se sostiene la libertad personal de la mujer.
Los adventistas del séptimo día enfrentan la cuestión del aborto en formas que revelen fe en Dios como el Creador y Sustentador de la vida dice la introducción, y en formas que reflejen la libertad y la responsabilidad cristianas. Y aunque honestas diferencias sobre la cuestión del aborto existen entre los adventistas, lo siguiente representa un intento de proveer pautas acerca de varios principios y asuntos correlacionados.
El documento sostiene decididamente la santidad de la vida humana y enumera diversas formas en que la Iglesia puede expresar su respeto por el valor de la misma.
La declaración expresa con claridad que si bien la Iglesia no actúa como conciencia de los individuos, sí provee orientación moral.
Las pautas condenan firmemente los abortos por motivos de control de la natalidad, selección de género o conveniencia. Sin embargo, la declaración reconoce que las mujeres pueden afrontar excepcionales circunstancias que representen serios dilemas morales o médicos, como amenazas a la vida de la mujer embarazada, serios peligros para su salud, severos defectos congénitos bien diagnosticados en el feto, y embarazo resultante de una violación o incesto.
El documento dice que la decisión final de interrumpir o no el embarazo debería hacerlo la propia mujer embarazada después de haber hecho consultas y recibido ayuda apropiada resultante de una información exacta, basada en los principios bíblicos y del Espíritu Santo.
La declaración dice también que cualquier intento de obligar a la mujer, ya sea a seguir embarazada o a interrumpir su embarazo, debería rechazarse como violación a la libertad personal.
El documento fue redactado por los 26 miembros de la Comisión Para el Punto de Vista Cristiano de la Vida. Humana, que comenzó su trabajo a pedido de los dirigentes de la Asociación General, en 1988. El grupo recibió, durante el proceso de redacción, opiniones de los dirigentes de la Iglesia de todas partes del mundo.
A pesar de ello hubo oposición. El informe de una minoría exigió que se añadieran algunos principios bíblicos en todo el informe y se borrara la expresión serios peligros para su salud. Este informe minoritario fue descartado durante las discusiones. Sin embargo, muchos asistentes al concilio sugirieron que el documento original necesitaba un tono pastoral más decidido y la inclusión de más referencias bíblicas a través de todo el texto.
Cuando el documento se presentó por primera vez al concilio el 9 de octubre, la junta votó devolverlo a la comisión para que fuera revisado.
Cuando la declaración de principios ligeramente revisada se presentó al concilio el 12 de octubre, el presidente de la Asociación General, Roberto S. Folkenberg, dijo que los adventistas de todo el mundo esperaban una declaración definitiva sobre el aborto.
Finalmente el concilio votó el documento con la enmienda de unas pocas palabras.
Declaración sobre el ambiente
La junta ejecutiva de la Asociación General aprobó también una declaración de principios sobre ecología, que dice que el mundo es un don de amor del Dios Creador y que los adventistas tienen la responsabilidad de preservar y cuidar el ambiente. Afirma la posición de que la preocupación por el ambiente debería extenderse en forma natural a la salud personal y al estilo de vida, puesto que los seres humanos son también parte de la creación de Dios.
La declaración alienta a tener un estilo de vida sencillo, integral, que promueva las prácticas saludables, incluyendo un régimen vegetariano y ejercicio físico, así como el rechazo del uso del alcohol, tabaco y otras sustancias nocivas.
Siendo que la pobreza humana y el deterioro del ambiente están interrelacionadas continúa la declaración, nos comprometemos a mejorar la calidad de vida de todos los pueblos. Nuestro objetivo es desarrollar, en forma sostenida, los recursos, mientras se satisfacen las necesidades humanas.
Cuidado de los moribundos
En la declaración de consenso sobre el cuidado de los moribundos, la iglesia formula su clara oposición al homicidio por misericordia o a quitar la vida en forma intencional a una persona que sufre o agoniza. La declaración dice, sin embargo, que el amor no nos obliga a ofrecer ni aceptar intervención médica cuya carga sobrepase los probables beneficios. Así, los tratamientos médicos que prolongan la vida pueden ser omitidos o detenidos si sólo añaden sufrimiento al paciente o si alargan innecesariamente el proceso de la agonía.
La declaración dice también que cuando la intervención médica no cura a un paciente, el objetivo primario de la atención debe ser aliviar el sufrimiento.
Sobre la autora: Redactora asociada de Liberty Alert