La arqueología, la historia antigua y la geografía de las tierras bíblicas han llegado a ser importantes ciencias auxiliares para el estudio de las Escrituras. Durante la Edad Media los ministros eran educados casi exclusivamente en la teología sagrada y en la filosofía. Sin embargo los reformadores, sintiendo que esta enseñanza era insuficiente, comenzaron a poner énfasis en una cabal comprensión del texto bíblico, cosa que requirió el conocimiento de los idiomas bíblicos, el hebreo y el griego. En este último siglo se han añadido nuevas disciplinas a las que el ministro debía dominar: el conocimiento de los antecedentes históricos de los tiempos bíblicos, y del ambiente cultural, religioso, topográfico y climatológico. El ministro que no ha empleado cierto tiempo en el estudio de estas ciencias auxiliares, no puede pretender que posee una educación teológica completa.

Las investigaciones arqueológicas efectuadas en las tierras bíblicas durante los últimos 150 años han reabierto la historia del pasado, y han sacado a la luz las religiones y las culturas de muchas naciones de la antigüedad. Ahora sabemos cómo se vestían, qué comían, cómo empleaban el tiempo y qué clase de muebles, instrumentos musicales y armas utilizaban los pueblos bíblicos. También nos hemos familiarizado con sus esperanzas y temores, con sus creencias y conceptos, que influyeron en sus vidas desde la cuna hasta la tumba. En las tierras bíblicas se han encontrado muchos monumentos, con inscripciones y sin ellas, cubiertos por el polvo de los siglos. Han arrojado luz sobre la Biblia, y han confirmado muchos de sus pasajes históricos. También se han descubierto antiguos manuscritos bíblicos, tales cómo los famosos rollos del Mar Muerto o el papiro de Chesler Beatty, que han proporcionado evidencias claras de que el texto bíblico ha sido fielmente transmitido a través de los siglos. La mayor parte de este material se halla reunido en grandes colecciones guardadas en famosos museos del Antiguo Mundo, incluyendo los de las tierras bíblicas. Por esta razón, sólo es posible obtener un conocimiento de primera mano respecto de estos descubrimientos visitando los países que guardan dichas colecciones.

Los profesores de Biblia y los ministros enseñan y predican durante toda su vida acerca de países que la mayoría de ellos conocen sólo a través de los libros o de otras fuentes secundarias. Como es difícil, sin un conocimiento de primera mano, obtener una visión exacta de la vida oriental, tan diferente de la que el hombre occidental concibe generalmente, pueden deslizarse conceptos equivocados en los sermones y en las conferencias. Por otra parte, la presentación de la verdad bíblica puede ganar mucho en energía y convicción si todos los hechos históricos, geográficos o arqueológicos expuestos son exactos y están basados en observaciones hechas en las fuentes originales. Estas son algunas razones que abogan en favor de una visita a las tierras bíblicas, que será de gran inspiración para los ministros y los maestros cristianos. Varias denominaciones han reconocido el valor de tales peregrinajes y han organizado giras dirigidas por guías experimentados, en las cuales participaron sus ministros.

La gira a Europa Oriental y a las tierras bíblicas organizada por el Seminario Teológico Adventista en 1957 se planeó de manera que los profesores de Biblia y los ministros tuvieran el máximo de oportunidad para estudiar los resultados del trabajo arqueológico llevado a cabo en los diferentes lugares, y para obtener un conocimiento de primera mano de los países que sirvieron de escenario para los acontecimientos históricos de la Biblia. Antes de iniciarse la gira, los participantes se reunieron en Washington, para dedicarse al estudio intenso durante una semana, a fin de recibir una orientación adecuada para el viaje. En el transcurso de la gira, que duró nueve semanas, se visitaron numerosos museos famosos de Europa y el Cercano Oriente, se pasó algún tiempo en las principales tierras bíblicas, y se visitaron muchos lugares importantes que desempeñaron un papel significativo en la historia o en la profecía bíblicas.

Sobre el autor: (Profesor del Seminario Adventista)