Estudios sobre la creación 2
En el artículo del número anterior analizamos la doctrina de la creación como es enseñada en la Biblia. Ahora consideraremos en qué forma el mundo cristiano se alejó de la clara verdad de la creación literal.
1. ¿Cuál fué la posición de los escritores neotestamentarios respecto de la creación?
“Todas las cosas por él [Cristo] fueron hechas” (Juan 1:3).
“Al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios” (Mar. 10:6).
“Porque por él fueron criadas todas las cosas” (Col. 1:16).
2. Según la Biblia, ¿qué relación existe entre Cristo y las cosas creadas?
“Por él todas las cosas subsisten” (Col. 1:17);
“Sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia” (Heb. 1:3).
Cristo, además de crear el universo, continúa manteniéndolo. La física moderna ha demostrado que la sustancia material no es más que una manifestación de energía. Esto concuerda perfectamente con las declaraciones bíblicas. El poder que mantiene todas las cosas es el mismo poder que se requirió para producirlas en el principio. Nótese la expresión “la palabra de su potencia”. En el griego, el término logos se emplea con el significado de una efusión o emanación de poder.
El deísmo, que floreció en el siglo XVIII, y que aun hoy es apoyado por muchas personas inclinadas a la ciencia, supone que cuando Dios creó la materia, la dotó con propiedades mediante las cuales podía continuar realizando por sí misma la obra ordenada originalmente. Pero la Biblia no respalda esta opinión. El universo material, según las Escrituras, es sustentado y mantenido por el Verbo, el Logos, la emanación de poder divino que procede del trono de Dios. Así como la luz eléctrica cesa de brillar cuando se interrumpe el fluido que dimana de la fuente de poder, también la sustancia material cesará de actuar, en efecto deja de existir, si se interrumpe por un instante la corriente del poder divino.
En este estudio debemos tener cuidado de no formarnos la idea de que el Verbo, que designa a Cristo en persona, realmente está presente en todas partes en la naturaleza. Semejante criterio se identificaría con el panteísmo. Muchas de las grandes religiones paganas se fundan exactamente en esta premisa, que Dios y la naturaleza son una misma cosa. Debemos realizar una cuidadosa distinción entre el Verbo, Cristo, el Ser personal, y la efusión de poder mediante la cual se manifiesta a través de todo el universo.
En la Biblia se dice tan poco acerca de la relación que existe entre las tres personas de la Divinidad, que debemos evitar efectuar especulaciones indebidas. Sin embargo, la declaración de Génesis 1:2, de que el Espíritu se movía sobre la faz de las aguas, nos autoriza a concluir que éste era uno de los agentes activos en la creación. Si es así, no hay duda de que también es uno de los agentes activos en el mantenimiento del universo. Sin embargo, las especulaciones acerca de la interrelación de las Personas de la Trinidad son infructuosas.
3. ¿Qué clase de control declara Dios que tiene sobre la naturaleza?
En Isaías 48:3 Dios declara su capacidad para predecir los acontecimientos. Esto sería imposible a menos que tuviera un control pleno y completo sobre las fuerzas naturales y sobre los poderes de los hombres. En el versículo 7 afirma que crea o hace acontecer nuevas cosas, a fin de probar su superioridad sobre los dioses paganos.
4. ¿Contra qué cosa amonesta Pablo a la iglesia primitiva?
“Los argumentos de la falsamente llamada ciencia” (1 Tim. 6:20).
En los días de Pablo la filosofía griega era una clase de naturalismo. Atribuía todos los fenómenos naturales a fuerzas inherentes a la materia. Negaba la existencia de un Ser Supremo, tal como enseña la Biblia. Todas las fuerzas naturales obraban por sí mismas mediante elementos inmanentes.
En el siglo V DC el teólogo cristiano San Agustín introdujo en el cristianismo una interpretación de la creación copiada de la filosofía griega. Afirmó que la creación no se efectuó instantáneamente, o en un tiempo limitado; declaró que debíamos creer que Dios creó los gérmenes originales de la vida con potencialidades que posibilitaban un desarrollo infinito. A través de largas edades estos gérmenes originales, o semillas, como los llamó, continuaron su desarrollo progresivo hasta alcanzar la complejidad de organización que se advierte en el mundo actual.
Autoridades competentes han llamado a esta interpretación una completa evolución teísta. Esta posición ha constituido el criterio ortodoxo de la Iglesia Católica prácticamente durante toda su historia, y en la actualidad es ampliamente aceptada por los teólogos católicos y protestantes.
5. ¿Qué apostasía científica fué predicha por el apóstol Pedro?
En 2 Pedro 3 se predice una rebelión moderna contra la creación literal y el diluvio. Esta se basa en la doctrina de que “Todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (vers. 4). La Biblia dice que están “Acabadas las obras desde el principio del mundo” (Heb. 4:3). Pero los escépticos modernos dicen que todas las cosas prosiguen como estaban en el principio de la creación. Según esto, la tierra y su vida serían el resultado de un lento proceso natural. La teoría del uniformismo propuesta en 1785 por James Hutton, de Escocia, y extendida a la geología científica por el geólogo inglés Carlos Lyell en 1830, ha llegado a ser la base para la interpretación geológica popular. La consecuencia de esto ha sido que los hombres de ciencia de la actualidad “ignoran voluntariamente” el diluvio. “Porque voluntariamente se olvidan de esto” (2 Ped. 3:5, VM).
El uniformismo no sólo es una hipótesis aún no demostrada sino que es indemostrable. Las observaciones realizadas desde hace 150 años no bastan para probar que las fuerzas conocidas en la actualidad han estado en operación de una manera uniforme durante miles de millones de años. El criterio del conocimiento geológico actual es insuficiente para medir períodos de tiempo tan vastos. Y esto no es todo, sino que además todo el esquema del uniformismo se basa en una teología deísta, y niega el poder de Dios para crear o destruir o alterar mediante sus facultades infinitas. Esta teoría está absolutamente en desacuerdo con la enseñanza de la Biblia respecto de su acción completa y continua a través de las cosas creadas por él.
6. ¿Es posible armonizar los descubrimientos de la ciencia con las sencillas enseñanzas bíblicas referentes a la creación y al diluvio?
La posición del creacionista moderno es perfectamente consistente con todos los principios conocidos de la filosofía y la ciencia. Cree en lo siguiente:
a. Que toda la sustancia material fué creada por la orden del Creador; por lo tanto no acepta que la materia tenga una existencia independiente de las propiedades inherentes mediante las cuales realiza sus actividades; los fenómenos de la naturaleza están sujetos al control del Ser Supremo en todo tiempo y en todas sus manifestaciones.
b. Que la organización de las características físicas de la tierra y la creación de la vida se llevaron a cabo en seis días literales; de acuerdo con esto las teorías de la evolución cósmica y biológica cumplida a través de largas edades no son aceptables.
c. Que el trastorno y la degeneración que reinan entre las plantas, los animales y el hombre son una consecuencia del advenimiento del pecado al mundo, a través de Satanás y de sus agentes.
d. Que la tierra primitiva fué destruida por una catástrofe devastadora, el diluvio de Génesis 6, 7 y 8, y que este diluvio fué la causa directa e indirecta de casi todas las características geológicas de la tierra.
e. Que a partir del diluvio, la superficie de la tierra ha experimentado muchos cambios menores, que han influido en el clima y las condiciones ecológicas, y que éstos se han efectuado simultáneamente con ciertos cambios ocurridos en la estructura y el comportamiento de las plantas y los animales; de esta manera se distribuyeron sobre la superficie de la tierra las actuales “especies” de las plantas y los animales.
Respecto de estos puntos, el creacionista afirma que su criterio es tan científico como el del evolucionista. Sostiene que las teorías del evolucionismo no tienen apoyo suficiente de la evidencia científica para hacerlas concluyentes. Por lo tanto acepta el relato de la creación y el diluvio presentado por el Génesis como un registro histórico inspirado, y basándose en esta suposición procede a ordenar los hechos de la ciencia en armonía con la interpretación literal de este relato. Todas las supuestas “evidencias” científicas contrarias a este criterio literal son consideradas como suposiciones que no han sido probadas.
En el artículo siguiente daremos un vistazo a las principales evidencias que apoyan las enseñanzas bíblicas respecto de una creación literal y del diluvio.
Sobre el autor: Profesor jubilado de Biología del Pacific Unión College