La iglesia proclama 10 principios con respecto a los cristianos y la intervención genética
Desde el más reciente descubrimiento de la estructuramolecular del DNA, el conocimiento de la obra interna de los genes humanos y de las plantas ha sido formidable. La ingeniería genética actual presenta asombrosas posibilidades para alterar la estructura de los genes. El potencial parece casi ¡limitado.
¿Cómo impactará dicha ingeniería a la “imagen de Dios” en los seres humanos? ¿Qué actitud deberían asumir los cristianos frente a tales posibilidades?
Los dirigentes de la iglesia adventista han formulado un valioso documento que explora los avances y usos posibles de la ingeniería genética y ofrece diez pautas orientadoras para los cristianos. El documento fue preparado para los dirigentes de la iglesia por la Comisión sobre el punto de vista cristiano de la vida humana, nombrada por la iglesia, la misma que había preparado anteriormente las pautas sobre el aborto, la manipulación de la reproducción humana y la RU486. El siguiente es el documento completo que fue votado por la Junta Administrativa de la Asociación General el 13 de junio de 1995. — Los editores.
La mayoría de los nuevos descubrimientos en genética son el resultado de un creciente conocimiento concerniente a la estructura fundamental de los genes, no sólo en los seres humanos sino en todos los órdenes de la vida sobre la tierra. Entre estos estudios están la cartografía genética, los nuevos medios para probar los genes, las nuevas posibilidades para la ingeniería genética y una variedad de estrategias eugenésicas que habrían sido inimaginables hace pocos años.
En suma, los nuevos conocimientos de la genética han producido un potencial sin precedentes. Con él ha surgido una enorme fuerza para bien y para mal. Y con él también viene aparejada una tremenda responsabilidad. Desde el punto de vista de la fe cristiana, somos responsables del uso que hagamos de este potencial no sólo en el ámbito de la humanidad global, sino también en todo el orden de la vida creada que Dios nos ha confiado como mayordomos. Finalmente, somos responsables ante el Hacedor del universo del bienestar mutuo y también de la tierra.
Cuando la creación surgió de las manos del Creador era buena “en gran manera” (Gén. 131). La dotación genética que Adán y Eva recibieron de su Creador era sin defecto. Las enfermedades de índole genética que los seres humanos sufren ahora no son el resultado de la variación normal. Se han desarrollado a través de mutaciones dañinas. En la restauración del genoma humano a una condición más saludable, las modernas ciencias de la salud pueden intentar recobrar más de las condiciones perdidas de la creación original. En la medida en que las intervenciones genéticas positivas pueden realizarse en armonía con los principios cristianos, debe dárseles la bienvenida como una forma de cooperación con la intervención divina en el alivio de los dolorosos resultados del pecado.
Cualquier intento de hacer una declaración de principios sobre la ética de las intervenciones genéticas debe confrontarse con las complejidades de un campo de la ciencia rápidamente cambiante. Desde el descubrimiento de la estructura molecular del DNA (ácido desoxirribonucleico) ha florecido el conocimiento de la genética a través de un cada vez más amplio espectro de las formas de vida.
Mucho de la creciente información y del fortalecimiento de las habilidades tecnológicas ha sido acompañado por significativas preocupaciones éticas. Sólo podemos imaginar las futuras preguntas que surgirán a medida que la ciencia genética progrese. La complejidad de los asuntos y la rapidez de los cambios presentan la posibilidad de que las declaraciones de principios cristianos requieran una ampliación, cuando no una modificación, a medida que pase el tiempo.
Cartografía genética: zona de rápidos cambios
Un ejemplo de una zona de rápidos cambios es la cartografía genética. Un esfuerzo científico internacional conocido como el Proyecto del Genoma Humano está intentando construir una carta o “mapa” genético detallado de todos los cromosomas humanos. El objetivo es proveer una descripción completa de la secuencia de los millones de pares de DNA que contienen los cromosomas humanos. Los investigadores planean usar esta información para facilitar la identificación y el aislamiento de los genes humanos, proveyendo así una valiosa ayuda en la comprensión del desarrollo humano y en el tratamiento de las enfermedades humanas. Nuevos aspectos acerca de la identidad, papel y función de los genes humanos aparecen continuamente.
El creciente conocimiento de la identidad de los genes humanos ha dado paso a una variedad de nuevas posibilidades para las pruebas genéticas. En el pasado, la información genética acerca de un individuo era, en general, inferida de la historia familiar de la persona, o de las observaciones clínicas de su fenotipo o de las expresiones físicas de sus genes. Hoy, un creciente número de sofisticados análisis genéticos posibilitan la identificación de los genes defectuosos que causan enfermedades genéticas como la fibrosis cistica y algunos tipos de cáncer. Muchas de estas pruebas pueden realizarse ahora prenatalmente. Existe el potencial para la identificación de centenares de características genéticas incluyendo un amplio espectro de desórdenes genéticos.
Otro resultado adicional del conocimiento genético básico es la capacidad de alterar los genes intencionalmente; a esto se le llama ingeniería genética. A través del uso de enzimas que son capaces de extirpar segmentos específicos de los genes, es posible cambiar la composición genética de las células insertando, removiendo o cambiando deliberadamente genes específicos. La ingeniería genética presenta asombrosas nuevas posibilidades, incluyendo la transferencia de genes a través de las fronteras biológicas, por ejemplo, de los animales a las plantas. El potencial para mejorar las formas de vida parece no tener límites. Las plantas genéticamente manipuladas, por ejemplo, pueden llegar a ser más productivas, más resistentes a las enfermedades o menos susceptibles a los procesos internos de degeneración.
La ingeniería genética ha beneficiado directamente a la ciencia médica humana. Ha hecho posible, por ejemplo, la producción de insulina y el factor de crecimiento humano, ninguno de los cuales podía obtenerse hasta hace poco en cantidades suficientes. La ingeniería genética también ha hecho posible el tratamiento de enfermedades a través de la alteración genética. Con este tipo de tratamiento, un paciente a cuyas células les faltan genes o éstos son defectuosos, recibe el material genético que necesita. Nadie sabe cuántas enfermedades genéticas podrán tratarse eventualmente en esta forma, pero el éxito inicial con enfermedades como la fibrosis cística da esperanzas de que otros desórdenes genéticos puedan ser tratables también.
El aumento del conocimiento genético también produce nuevas posibilidades para la eugenesia, o esfuerzos para mejorar el fondo genético de varias especies, incluyendo los seres humanos. En términos generales, tales intentos caen dentro de dos categorías. La eugenesia negativa usa estrategias cuyos objetivos son evitar que los genes peligrosos sean heredados. La eugenesia positiva usa estrategias cuyos objetivos son promover la transmisión de genes deseables. Un ejemplo de eugenesia negativa, común en el pasado, es la esterilización de individuos que se consideran portadores de genes defectuosos capaces de ser heredados. Un ejemplo de eugenesia positiva es la inseminación artificial por medio de donantes que han sido seleccionados por sus rasgos considerados deseables como, por ejemplo, la inteligencia superior.
Preocupaciones éticas. Con el propósito de establecer un equilibrio, conviene considerar algunos ejemplos de las actuales preocupaciones éticas para las cuales necesitamos declarar los principios cristianos. Estas pueden ser colocadas en cuatro categorías básicas: la santidad de la vida humana, la protección de la dignidad humana, la aceptación de las responsabilidades sociales y la salvaguardia del Dios de la creación.
Santidad de la vida humana. Si el determinismo genético reduce el significado de la condición humana a la producción mecanicista de la biología molecular, hay un grave riesgo de que ocurra la devaluación de la vida humana. Por ejemplo, nuevas capacidades para la prueba genética prenatal, incluyendo el examen de la vida humana preembrionaria anterior a la implantación, y la generación de cuestionamientos acerca del valor de la vida humana cuando es genéticamente defectuosa. ¿Cuán serio debe ser un defecto genético, prenatalmente diagnosticado, antes que haya una razón éticamente legítima para descartar un preembrión o para inducir un aborto? Algunas condiciones, como la trisomía 18, se consideran, por lo general, como incompatibles con la vida. Pero la seriedad relativa de la mayoría de los defectos genéticos es un asunto de criterio.
Protección de la dignidad humana. La protección de la privacidad personal y la confidencialidad es una de las mayores preocupaciones asociadas con las nuevas posibilidades de la prueba genética. El conocimiento del perfil genético de una persona podría ser de significativo valor para los empleadores potenciales, compañías de seguros, y para los parientes de la persona. Ya sea que la prueba genética sea voluntaria u obligatoria, cuándo y por quién debería ser realizada y cuánto y con quién debería compartirse la información obtenida, son cuestiones muy significativas que preocupan a la ética. Tendrían que hacerse difíciles decisiones en cuanto a si hay excepciones a las expectativas usuales de confidencialidad y privacidad cuando las personas pueden sufrir considerable daño por falta de información. Y está en juego la protección de las personas contra el estigma y la discriminación injusta por causa de su estructura genética.
Otras preocupaciones relacionadas con la dignidad humana surgen de la posibilidad de que se altere intencionalmente el banco genético humano. Las intervenciones médicas por causa de enfermedades genéticas pueden dirigirse ya sea a las células corporales que sean genéticamente defectuosas o a la alteración de las células reproductivas. Los cambios en las células reproductivas humanas pueden llegar a ser una parte permanente del banco genético humano. Las intervenciones pueden extenderse también más allá del tratamiento de las enfermedades e incluir intentos de fortalecer las que antes se habían considerado como características humanas normales. ¿Cuáles son las implicaciones del significado de ser una criatura humana, por ejemplo, si las intervenciones dirigidas a fortalecer la inteligencia o la psique humana llegan a ser posibles?
Aceptación de las responsabilidades sociales. La fuerza resultante del nuevo conocimiento genético también suscita preocupaciones acerca de las políticas éticas y sociales y los límites entre las libertades individuales y las responsabilidades sociales. Por ejemplo, ¿debería la sociedad inventar políticas diseñadas para alentar ya sea la eugenesia positiva o negativa? ¿Se le debería dar a los individuos con serios desórdenes genéticos total libertad procreativa? Otra área de preocupaciones sociales tiene que ver con el uso de los recursos. Podemos cuestionamos acerca de la cantidad de recursos sociales que deberían gastarse para intervenciones en la genética humana cuando los cuidados básicos de la salud no son accesibles. Surgen otras preguntas con respecto a la distribución de los beneficios y costos de las intervenciones genéticas y cómo serán compartidas por ricos y pobres dentro de la sociedad.
Mayordomía de la creación de Dios. A medida que el potencial de la ingeniería genética se desarrolla más y más, podrían realizarse muchos cambios en varias especies que habitan el planeta. Estos tienen la virtud de ser tanto permanentes como, hasta cierto grado, impredecibles. ¿Qué límites, si es que los hay, deberían aceptarse para los cambios genéticos? ¿Hay fronteras que no deberían traspasarse en la transferencia de genes de una forma de vida a otra? Sería de esperarse que todos los cambios genéticos tuvieran el objetivo de fortalecer la vida en nuestro planeta.
Pero hay razones preocupantes. Por ejemplo, ya se ha dado atención a las alteraciones genéticas con el propósito de desarrollar nuevas armas biológicas. La explotación de otras formas de vida con propósitos de seguridad militar o ganancia económica debería ser objeto de un cuidadoso escrutinio.
Siendo que tenemos grandes preocupaciones de carácter ético en mente, hacemos la siguiente declaración de principios cristianos que deberían servir de pautas para las intervenciones genéticas. Principios
1. Confidencialidad. El amor cristiano demanda que se mantenga la confianza en las relaciones humanas. La protección de la confidencialidad es esencial para preservar tal confianza. Con el propósito de salvaguardar la privacidad personal y protegerse contra la discriminación injusta, la información acerca de la constitución genética de una persona debería mantenerse en forma totalmente confidencial a menos que ella decida compartir dicho conocimiento con otros. En los casos en que alguien pueda sufrir serios daños sin la información genética de otra persona, hay una obligación moral de compartir la información necesaria (Mat. 7:12; Fil. 2:4).
2. Confianza plena. La obligación cristiana de ser confiable requiere que los resultados de la prueba genética sean honestamente informados a la persona que ha sido sometida a prueba o a un miembro responsable de la familia si la persona es incapaz de comprender la información (Efe. 4:25).
3. Honrar la imagen de Dios. Sólo los seres humanos fueron creados a la imagen de Dios en toda la creación (Gén. 1:26,27). El reconocimiento cristiano de la sabiduría y el poder de Dios en la creación debería inducirlos a ser precavidos en los intentos de alterar permanentemente el banco genético humano (vers. 31). Tomando en cuenta el conocimiento actual, las intervenciones genéticas en los seres humanos deberían limitarse al tratamiento de individuos con desórdenes genéticos (terapia celular somática) y suprimir todo intento de cambiar las células reproductivas de los seres humanos (alteraciones celulares) que podrían afectar la imagen de Dios en las generaciones futuras. Todas las intervenciones en los seres humanos por razones genéticas deberían tomarse con grandes precauciones morales y con la protección apropiada de la vida humana en todas las etapas de su desarrollo.
4. Prevención del sufrimiento. Es una responsabilidad cristiana prevenir o aliviar el sufrimiento siempre que sea posible (Hech. 10:38). Por esta razón, el propósito primario de las intervenciones genéticas en los seres humanos debería ser el tratamiento o la prevención de enfermedades y el alivio del dolor y el sufrimiento. Dadas las tendencias de la naturaleza humana pecaminosa, la posibilidad del abuso y los riesgos biológicos desconocidos, los intentos de modificar las características físicas o mentales con intervención genética para personas saludables que están libres de desórdenes genéticos, debería considerarse con suma precaución.
5. Libertad de elección. Dios le concede gran valor a la libertad humana y rechaza el camino de la coerción. Las personas que son capaces de hacer sus propias decisiones deberían ser libres de decidir si se someten a una prueba genética o no. También deberían ser libres de decidir cómo manejar la información que resultara de la prueba, excepto si otros pueden sufrir daños serios y evitables por esa causa. Puede ser que la decisión moralmente responsable sea evitar los conocidos riesgos de los defectos congénitos absteniéndose de la procreación. Si bien las decisiones acerca de la procreación y la prueba genética son profundamente personales, debería hacerlas el individuo, con la debida consideración por el bien común.
6. Mayordomía de la creación. La salvaguardia de la creación de Dios incluye la estima por la diversidad y el equilibrio ecológico del mundo natural con sus incontables especies de criaturas vivientes (Gén. 1). Las intervenciones genéticas en las plantas y animales debieran mostrar respeto por la rica variedad de las formas de vida. La explotación y la manipulación que destruiría el equilibrio natural o que degradaría el mundo creado por Dios debería prohibirse.
7. No violencia. El uso de la manipulación genética para crear armas para la guerra es una afrenta directa a los valores cristianos de la paz y la vida. Es moralmente inaceptable el abuso que se hace de la creación de Dios cambiando las formas de vida para crear armas destructivas (Apoc. 11:18).
8. Justicia. Dios ama a todos los seres humanos sin tomar en cuenta su estatus social (Hech. 10:34). Los beneficios de la investigación genética deberían ser accesibles a todas las personas necesitadas sin distinciones injustas.
9. Dignidad humana. Creados a la imagen de Dios, los seres humanos son mucho más que la suma de sus genes (Gén. 1:27; Hech. 17:28). La dignidad humana no debería reducirse a mecanismos genéticos. Las personas deberían ser tratadas con dignidad y respeto por sus cualidades individuales, y no considerárseles como estereotipos sobre la base de su herencia genética.
10. Salud. Los seres humanos tienen la responsabilidad de mantener la salud de sus cuerpos, incluyendo la salud genética (1 Cor. 10:31). Esto significa que los cristianos deberían evitar aquello que podría resultar genéticamente destructivo para ellos mismos o para sus hijos, tales como el abuso de drogas y la radiación excesiva.
Términos genéticos
Bases gemelas. Par de bases complementarias que forman la estructura del DNA; las unidades que se usan para medir la longitud del DNA. Están formadas de Adenina (A), que siempre debe hacer par con la tiamina (T); y la guanina (G), que siempre debe hacer par con la citocina (C).
Cromosoma. El bastón condensado hecho de una hebra lineal de DNA entrelazada con proteína que es la portadora de la estructura del gen de la célula viviente. Los seres humanos tienen 23 pares de cromosomas.
DNA (Acido Desoxirribonucleico). La molécula de doble espiral que tiene el código de información genética y es la molécula hereditaria primaria en la mayoría de las especies.
Enzima. La proteína que facilita una reacción química específica sin cambiar su dirección o su naturaleza.
Eugenesia. Estrategias aplicadas al intento de mejorar el banco genético de una especie, ya sea deteniendo la transmisión de las características indeseables o aumentando la transmisión de las características deseadas.
Gen. La unidad básica de la herencia; una sección del DNA que contiene información para la producción de moléculas de proteínas.
Cartografía genética. El proceso de averiguar la secuencia genética de una especie.
Terapia genética. El reemplazo médico o la reparación de genes defectuosos en la célula viviente.
Ingeniería genética. Los procesos de alteración de la estructura genética de las células o de los organismos individuales mediante la inserción, remoción o cambio adecuado de genes específicos.
Prueba genética. El examen de la estructura genética de los individuos con el propósito de identificar posibles rasgos hereditarios, incluyendo defectos o anormalidades.
Célula germinal. Célula reproductiva.
Genoma. Todo el material genético que tiene que ver con los cromosomas de un organismo o individuo en particular.
Genotipo. La estructura genética de un individuo.
Proyecto del Genoma Humano. El esfuerzo científico internacional por construir un mapa detallado de los genes humanos, identificando sus estructuras y funciones.
Implantación. El acto de fijar un embrión a la pared del útero.
Mutación. Una alteración permanente del DNA que puede heredarse.
Eugenesia negativa. Estrategias para evitar la transmisión de rasgos genéticos que se consideran indeseables.
Fenotipo. Las características observables que resultan de un genotipo particular por influencia de factores ambientales.
Eugenesia positiva. Estrategias para promover la transmisión de rasgos genéticos que se consideran deseables.
Pre-embrión. Un huevo fertilizado (o conceptos) anterior a la implantación y al comienzo de la gestación.
DNA recombinado. Una nueva secuencia de DNA que es artificialmente producida mediante la unión de segmentos de DNA.
Célula somática. Cualquier célula de un cuerpo diferente de las células reproductivas.