La integridad ministerial en el empleo de un texto de las Escrituras es notablemente fortalecida por el conocimiento que el predicador tiene de su sentido original. El secreto de la correcta interpretación bíblica consiste en apropiarse del significado que el texto tenía realmente para su autor y en captar el sentido que él deseaba que percibieran sus primeros lectores. La comprensión bíblica requiere la inteligencia del significado que tenía el texto en su medio original. En la preparación de un sermón el empleo de un texto no se determina por la pregunta: “¿Cómo puedo aplicar este pasaje de la Biblia para ayudar a mi pueblo?” Aunque esto es importante, la cuestión que debe decidir la aplicación de un texto es ésta: “¿Qué enseña realmente este pasaje de la Biblia?” Cuando el predicador ha satisfecho este punto, entonces podrá descubrir exactamente qué empleo del texto será el más acertado para su grey.

El predicador debe obrar con precaución, no sea que sus propias concepciones primen sobre las palabras de las Escrituras. Ningún predicador pondrá en duda la ventaja obvia que se obtiene de este principio que enseña el empleo de un pasaje cabalmente comprendido en su significado original. Por supuesto que esto requiere oración y estudio diligente, y además, un gran conocimiento de los libros de la Biblia. La comprensión del predicador es fortalecida por la información histórica y cultural relativa a los tiempos y las condiciones bajo los cuales se dio originalmente el mensaje.

Necesitamos más predicadores que enseñen el significado bíblico e histórico de los textos. Debiera desterrarse toda alegorización caprichosa y todo alejamiento del significado básico de los textos. Estamos al tanto de que cuando sepamos qué enseñaba un texto dado a la generación a que fue dirigido, también sabremos cuál es su mensaje principal para nuestra época. Es verdad que el transcurso del tiempo y el cumplimiento de las profecías han mejorado la comprensión de los mensajes originales de los pasajes proféticos de la Biblia; sin embargo su verdad esencial sigue siendo su significado original.

Por cierto que muchos textos contienen una rica variedad de significados implícitos, pero se debe ser cuidadoso de no extraer del texto lo que nunca fue la intención del autor. Cuando se inicia el estudio con una comprensión lo más clara posible, se cuenta con una guía que impedirá el alejamiento del significado original de un pasaje. No significa apartarse del texto atribuirle un nuevo significado —siempre que esté de acuerdo con el sentido original, — o cuando hechos recientes o nuevos acontecimientos arrojan luz adicional sobre su significado para nuestra época. La persona que ha sido ordenada para predicar la Palabra de Dios, procurará impartirla con gran integridad, para no errar el mensaje que Dios desea dar a su grey.