Así como la gente usa Internet con las más diversas intenciones, podemos usarla para predicar y evangelizar.

     Hace un tiempo, más precisamente en 1969, se comenzaba a conocer una nueva manera de comunicarse. Al principio parecía algo utópico, un medio de comunicación lento y caro, basado prácticamente sólo en textos. Estaba, sin embargo, inserto en una ideología que era la gran motivadora de sus usuarios. Pretendían realmente comunicarse en segundos con el mundo entero, y apostaban a que la tecnología podría mejorar la vida al traer información con más rapidez e interactividad, además de la total libertad de expresión. Ese medio de comunicación recibió el nombre de Internet, que se aplica a una red mundial de computadoras. Desde el punto de vista del usuario, lo que cautivó la imaginación fue sin duda la posibilidad de comunicarse prácticamente con cualquier persona en cualquier lugar del mundo.

     Mientras que la ideología superaba a la tecnología, los críticos decían que era una moda más que sólo alcanzaría a unos pocos usuarios. Pero los que apostaron a que Internet no avanzaría mucho perdieron. Rápidamente fue ganando espacios. Primero se le agregaron imágenes y sonido. Finalmente los vídeos y las video conferencias. Mientras este nuevo medio de comunicación se popularizaba, el mundo económico y político comenzaba a soñar con la globalización.

     Internet se reveló como el gran medio para alcanzar tanto los objetivos de las empresas transnacionales como para realizar el sueño de la comunicación instantánea, barata y libre, de acuerdo con la ideología de sus primeros usuarios. Se convirtió realmente en el mejor método para conseguir información, divertirse y hacer negocios. Todo aquel que desee divulgar ideas busca Internet como uno de los principales medios. Se popularizó tan rápidamente porque satisfizo las dos más grandes necesidades de esta época: información, que es el principal capital del mundo, y economía, que necesita de mucho espacio para sobrevivir. Y si Internet es capaz de extender un brazo hacia la información y el otro hacia la economía, está en una posición central, tal vez insustituible.

EL MUNDO VIRTUAL

     Cada medio de comunicación tiene sus características específicas. La televisión, por ejemplo, se caracteriza por la pasividad del espectador. La radio, por la ausencia de lo visible.

     Veamos ahora las características de Internet. Voy a destacar sólo las más importantes.

     Libertad. No importa cuál sea su opinión, se la respeta. Lo que importa es que usted quiere conversar. Si afecta a alguien, o si es irrespetuoso, la misma comunidad a la cual usted injurió le aplicará su sanción. No hay prejuicios, pero tampoco hay impunidad.

     Relación personalizada. Se puede mantener una relación personalizada con otro individuo en ese medio virtual, de tal manera que se acerca muchísimo a la vida real. La mayor diferencia es la ausencia de presencia física, lo que no excluye la capacidad de conocer o percibir las reacciones emocionales de la otra persona. La famosa primera impresión, causada por lo que la persona dice o, mejor, por la forma como lo dice, también se verifica vía Internet. Y cuando se eliminan los títulos o las apariencias, es posible llegar a lo que hay dentro de las personas.

     Virtualidad. Tal como si fuera una réplica del mundo real, el mundo virtual ofrece oportunidades para relacionarse con otra gente, para hacer negocios, para divertirse, para robar, para tener acceso a la pornografía, a la información, a la religión, etc. Lo mismo que en el mundo real, usted elige el camino que desea recorrer. La diferencia es que no se avanza por caminos de cemento, pero eso no quiere decir que esos caminos sean indefinidos. Son sólo virtuales, pero llevan a destinos tan definidos como los de concreto. Son exactamente como los del mundo real: no van todos en el mismo sentido o dirección.

     Internet refleja el mundo sin añadirle virtudes ni defectos. Es decir, esa es una característica de cualquier medio de comunicación. Como lo dice su propio nombre, es un medio, y no se lo puede responsabilizar por los vicios de su origen. Por el hecho de que en el mundo haya cosas malas, no estamos en la obligación de aceptarlas, y mucho menos le podemos adjudicar a cualquier medio la responsabilidad o el privilegio que tenemos, como seres humanos, de elegir el destino o el resultado de esa decisión.

UN MEDIO DE EVANGELIZACIÓN 

     Internet, como todos los medios de comunicación, se puede usar para transmitir cualquier información. Como sucedió en la etapa inicial de prácticamente todos los medios, la iglesia y la sociedad reaccionaron siempre dejando traslucir cierto temor acerca de la influencia de cada nuevo medio. Pero cuando pasa el susto inicial, y con la debida comprensión de que ese medio es sólo eso, y no un ser pensante y amenazador (una especie de anticristo), la iglesia lo emplea cada vez con más eficacia.

     Si la religión tiene como objetivo religar al hombre con Dios, ella es en sí misma un medio, y se tiene que identificar con todos los medios de comunicación y echar mano de ellos para alcanzar sus fines. De la misma manera que Dios empleó la palabra escrita con una vasta diversidad de formas y estilos, como medio para transmitirnos sus revelaciones, nosotros debemos aprovechar cada medio disponible con creatividad e intensidad.

     Una de las principales actividades del cristiano es dar testimonio. Para ello debe usar todos los medios de los que pueda disponer.

     La mayor parte de nosotros ya usó Internet con varios propósitos: consultar el saldo de su cuenta en el banco, recibir noticias en tiempo real, encontrar amigos, hacer investigaciones y hasta descubrir ilustraciones para sus mensajes Pero este medio de comunicación también es útil para la evangelización. La falta de prejuicios de los usuarios, y hasta el tipo de relación personal virtual, nos ayudan a predicar el evangelio a toda esa gente.

     La pregunta entonces no es si debo usar Internet para beneficiar a mi iglesia, sino cómo puedo hacerlo para alcanzar mis objetivos cristianos.

     De la misma manera que otros pueden usar Internet con diversas intenciones, nosotros también la podemos usar para predicar y evangelizar. Ya resolvimos ese problema con la radio y la televisión, por cuyos medios mucha gente ha recibido la bendición del evangelio. Pero, cuando adoptamos Internet no sólo estamos echando mano de un medio capaz de alcanzar a miles de personas; también podemos hacerlo de tal manera que interactuemos personalmente con ellas.

     Hoy la iglesia tiene varias páginas con contenidos interesantes, como: estudios bíblicos, himnos, conjuntos musicales, lecciones de la Escuela Sabática, revistas y actividades infantiles, entre otras opciones. Muchos adventistas navegan diariamente por Internet, pero posiblemente no tengan ni el conocimiento ni el interés como para dedicar tiempo a crear páginas con contenido religioso, incluso porque es grande la inversión necesaria para que una página sea realmente visitada. Pero esos hermanos se pueden dedicar a la evangelización personal. El correo electrónico, las sesiones de conversación y los grupos de discusión ofrecen oportunidades para una evangelización personal y eficaz.

     No tenga miedo de identificar su religión en Internet. Haga planes para llevar a cabo, por ese medio de comunicación, una inversión evangelizadora y personal para su iglesia. Los resultados ciertamente serán grandiosos.

Sobre el autor: Estudiante del 4°año de Teología y Administración de empresas, del Centro Universitario Adventista, Engenheiro Coelho, San Pablo, Rep. del Brasil.