Como las redes sociales pueden perjudicar el trabajo de la iglesia

“Si el pueblo de Dios quisiera manifestar verdadero interés en sus vecinos, muchos serían alcanzados por las verdades especiales para este tiempo. Nada puede dar tanto carácter a la obra como el ayudar a la gente donde está”.[1]

 “Sacrificó la noble libertad de su virilidad, y se transformó en abyecto esclavo de la opinión pública. Aunque convencido del valor que tenía el consejo dado por Jeremías, no tenía energía moral para obedecer, y como consecuencia siguió avanzando en la mala dirección”.[2]

 Estas dos citas están en contextos diferentes, pero, de cierta manera, tratan de la misma cuestión de fondo. La primera habla respecto de lo que contribuye a la buena reputación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La segunda se refiere al imprudente rey Sedequías, y su incapacidad de cumplir la voluntad divina, quien prefirió satisfacer a la opinión pública.

Según especialistas, la reputación de una organización está relacionada con lo que se percibe a partir del comportamiento de la institución o de las personas relacionadas con ella. José Carlos Thomaz y Eliane Brito afirman que “la reputación corporativa se desarrolla a lo largo del tiempo, y es el resultado de interacciones repetidas y de experiencias acumuladas en las relaciones con la organización. […] Se considera, además, que la reputación corporativa emerge y es determinada por las principales imágenes o percepciones de una empresa y percibidas por sus varios públicos”.[3]

 Por lo tanto, la forma en que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es vista depende del tipo de relación que las personas interesadas tienen con ella, ya sea por medio de un contacto en las redes sociales de la iglesia, una visita a una congregación o, incluso, por medio de la convivencia con un miembro de la iglesia. Esa experiencia va a componer la percepción que se tiene sobre los adventistas y, en última instancia, su reputación.

 En las redes sociales, pastores y miembros contribuyen, directa o indirectamente, a hacer mejor o peor esa reputación. Y eso ocurre de acuerdo con lo que publican y comparten. En última instancia, queriéndolo o no, todos los miembros de la iglesia son sus representantes ante los públicos con los que se relacionan. Por eso, algunos cuidados son válidos a la hora de interactuar en las redes sociales.

Coherencia

Elena de White enseña que la reputación de la iglesia está relacionada con el cumplimiento de la misión adventista. En la práctica, eso significa que cuando un miembro de iglesia o un pastor de la iglesia publica algo en las redes, debe ser consciente de la necesidad de demostrar claramente los principios en los que afirma creer. De esa manera, efectivamente predican el evangelio. Por otro lado, al actuar de manera prejuiciosa, irrespetuosa, hostil, condenatoria, terminan depreciando la imagen del evangelio. La mejor manera de predicar el evangelio en las redes sociales es exaltar las verdades de las Sagradas Escrituras, en lugar de criticar los conceptos y las enseñanzas divergentes de la cosmovisión bíblica.

 Respeto

Alguien que busca una congregación adventista generalmente lo hace por entender que en ella encontrará un ambiente acogedor, amistoso y benéfico para su vida. El visitante espera, también, contar con cierta privacidad mientras frecuenta el lugar. Sin embargo, el entusiasmo típico de nuestros días por el mundo virtual hace que, muchas veces, el deseo de realizar la primera publicación sobre la presencia de alguien famoso en una reunión de la iglesia pueda generar una situación incómoda para la persona, que solo quería participar de un culto y nada más. Fotos, videos y textos sobre tales visitantes deberán pasar por el filtro del sentido común, del respeto a la imagen y del derecho a la privacidad.

Críticas

 Criticar a una organización para que corrija sus errores es importante; sin embargo, debe hacerse de la manera correcta y en el ambiente apropiado. La crítica pública realizada en las redes sociales, puede parecer una excelente contribución, pero no lo es. Generalmente, esa conducta alimenta enojo, promueve discusiones sin fin, y pocas veces resulta en algún tipo de cambio en la organización criticada.

 ¿Quiere ayudar a la Iglesia Adventista a fin de que tenga una buena reputación? ¡Excelente! Entonces, sea un buen usuario de las redes sociales. Piense antes de publicar; evalúe el tipo de mensaje que desea compartir; considere qué alcance tendrán esas palabras o esa imagen; y sea sincero al reconocer cuál es su objetivo. Pondere los puntos a favor y los puntos en contra de su manifestación pública, porque después de que algo es publicado es imposible anular sus consecuencias. Y estas, muchas veces, perjudican la imagen de la iglesia de la que tú y tu familia forman parte.

Sobre el autor: gerente de la Asesoría de Comunicación de la División Sudamericana de la IASD.


Referencias

[1]  Elena de White, Joyas de los testimonios (Buenos Aires: ACES, 2015), t. 2, p. 570.

[2]  Elena de White, Profetas y reyes (Buenos Aires: ACES, 2008), p. 337.

[3]  Eliane Brito y José Carlos Thomaz, “Comunicação Corporativa: Contribuição para a Reputação das Organizações”, en Organicom – Revista brasileira de Comunicação organizacional e Relações públicas, año 4, Nº 7, p. 143.