Un predicador chino usó esta ilustración referente al tema de robar a Dios. “Un hombre fue al mercado llevando siete monedas. Al ver un mendigo que pedía limosna, le dio seis monedas y se guardó una. Pero el mendigo, en vez de agradecerlo, siguió al buen hombre y le robó la última moneda. ¡Qué miserable! Y tú, a quien Dios ha concedido seis días, ¿le robarás también el séptimo?”—The Presbyterian.
Egoísmo. Cierto artista chino, famoso por su notable labor artística, explicó la forma como pintaba y decía: “Antes de comenzar mi trabajo, espero hasta que todo pensamiento de la fama que el cuadro podría reportarme, haya desaparecido. Aguardo luego algunos días más hasta que desaparece todo pensamiento relacionado con el dinero que recibiré. Finalmente espero hasta que todo pensamiento de mí mismo desaparezca, y entonces, sí. estoy listo para comenzar mi obra.” —Execudve’s Digest.
El corazón recto para con Dios. Cuando Sir Walter Raleigh fue conducido al cadalso, el verdugo le preguntó si su cabeza estaba firme. Raleigh contestó: “Poco importa, amigo, cómo está la cabeza, siempre que el corazón esté bien.” Aquí, en la presencia de Dios, ante cuyos ojos se revelan los secretos de todos los corazones, aquí ante la Cruz de misericordia y de amor, ¿qué dice nuestro corazón? ¿Es recto ante el Señor?
Los hombres que estiman un buen carácter, edifican sus vidas sobre un fundamento sólido de moral, conocimiento y religión. La piedad y el buen carácter son inseparables. Así como un hombre sin Dios es un hombre sin timón. una nación sin Dios se convierte en una nación desprovista de timón. —Tomás A. Hippaka.