¿Qué hace que un pastor adventista “sea” pastor adventista?
Hace algunos días, leí un tuit escrito por un colega, que decía: “Tú no eres lo que crees que eres; tú eres lo que crees”. ¡Cuánta verdad! ¿En qué crees? Nuestras creencias determinan nuestras acciones, las motivaciones de nuestra vida y, por último, nuestro destino. De hecho, nuestras creencias reflejan nuestra cosmovisión. Según C. Stephen Evans, “la cosmovisión es un ‘lente’ intelectual a través del cual vemos la realidad”. James Sire, uno de los principales estudiosos de la cosmovisión cristiana, definió el término con las siguientes palabras: “Una cosmovisión es un compromiso, una orientación fundamental del corazón, que se puede expresar como una historia o un conjunto de presuposiciones […] que tenemos […] sobre la constitución básica de la realidad, y que proporciona la base sobre la cual vivimos, nos movemos y poseemos nuestro ser”.
En un sermón predicado en la sede sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el pastor Adolfo Suárez, rector del Seminario Adventista Latinoamericano de Teología, afirmó que “la cosmovisión orienta nuestras ideas, decisiones y modo de vivir. Y nuestro modo de vivir evidencia la cosmovisión que cultivamos”.
Se espera de los ministros de la iglesia que estén en acuerdo con la cosmovisión bíblica que fundamenta la identidad adventista del séptimo día. Esto significa tener una comprensión clara del evangelio de Cristo, insertado en el marco del Gran Conflicto, desde el Edén caído hasta el Edén restaurado. A esta altura, debemos preguntarnos: en la práctica, ¿qué hace que un pastor adventista “sea” pastor adventista?
En primer lugar, un pastor adventista está comprometido con la Deidad, compuesta por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cree en Dios como Creador, Redentor e Iniciador de una relación personal con él, alrededor de la cual se desarrolla su vida y su ministerio. Además, un pastor adventista acepta la Biblia como Palabra de Dios, fuente y guía autoritativa para la vida, el ministerio y las enseñanzas del evangelio. Por lo tanto, está de acuerdo con las 28 Creencias Fundamentales que expresan el entendimiento del cuerpo de creyentes, y predica en conformidad con esa expresión colectiva de la fe adventista.
Por consiguiente, un pastor adventista está comprometido con el mensaje, la organización y los miembros de la iglesia. No actúa aparte de las directrices oficiales y vigila para que las recomendaciones del Manual de la iglesia y los demás reglamentos vigentes en nuestra confesión se apliquen con las mejores motivaciones.
Además, un pastor adventista participa activamente de la misión redentora de Dios al proclamar el evangelio salvador de Cristo por medio del cultivo del fruto y los dones del Espíritu.
Por último, un pastor adventista del séptimo día es el que espera con ansias la segunda venida de Jesús y trabaja arduamente para cumplir la misión que fue otorgada por el gran Maestro “de ser y hacer discípulos” que esperan el regreso del Salvador y, a su vez, hacen más discípulos. Por casualidad, ¿es esta tu identidad y la mía?
Sobre el autor: secretario ministerial para la Iglesia Adventista en América del Sur.