Orientaciones para conducir el proceso de nombramientos de los oficiales de la iglesia.

Cada uno o dos años, en el contexto adventista, el pastor distrital y sus líderes deben ocuparse de la elección de los oficiales para el próximo período eclesiástico.

La elección de esos oficiales se da por medio de una junta de nombramientos. El pastor o, en su ausencia, el anciano, debe presentar el asunto ante la iglesia. Entonces, una comisión organizadora (Junta Grande) es formada para elegir a los participantes de la Junta de Nombramientos.

La Comisión Organizadora

Esta comisión puede ser elegida de dos maneras: (1) Por indicación, verbal o escrita, de los miembros bautizados de la congregación. Su tamaño debe ser mayor que el número de miembros de la Junta de la Iglesia. Ningún miembro puede indicar a más de una persona. (2) Por sugerencia y voto de los miembros para que la Junta de la Iglesia, más un grupo de cinco a siete personas indicadas por la congregación, funcione como Comisión Organizadora.

Es saludable alternar la manera en la que se escoge esta Comisión a lo largo de los años.

El perfil de la Junta de Nombramientos

Al reunirse para sugerir los nombres para la Junta de Nombramientos, la Comisión Organizadora debe considerar algunos puntos importantes: valorar que haya una representatividad equilibrada; elegir solamente miembros que estén en situación regular en relación con la iglesia, de acuerdo con la definición del Manual de la iglesia; no indicar personas que se oponen a la unidad, que se rehúsan a cooperar y que no respetan ni a los pastores ni a los oficiales; sugerir a personas que tengan en el corazón el bienestar y el crecimiento de la iglesia.

Los nombres deben ser llevados para la apreciación y la votación de la iglesia, que también votará, entre ellos, al secretario de esta comisión específica. El pastor es miembro ex officio y actúa como presidente.

El trabajo de la Junta de Nombramientos

La Junta de Nombramientos se reunirá, entonces, en un lugar y una fecha previamente marcados, para completar los diferentes cargos (el formulario es enviado por la Asociación o Misión. Ver, también, Manual de la iglesia, 2015, pp. 74-112). Se debe evitar sobrecargar a alguna persona con diversos cargos, a no ser que haya una extrema necesidad, y por algún tiempo previamente especificado. Los oficiales pueden ser reelegidos, pero no es aconsejable que una persona ocupe cierta posición de manera indefinida.

La votación de los indicados

Después del término de los trabajos, algunos miembros, sugeridos por la propia Junta, deben informarles a los nombrados sus nominaciones para las diferentes responsabilidades, a fin de obtener su consentimiento. Nadie está autorizado a comentar fuera de la Junta los asuntos allí tratados.

El informe que contiene el nombre y la función de los indicados es presentado a la iglesia por el secretario de la Junta. Puede ser leído, en el caso de una iglesia pequeña, o publicado –como un anexo en el boletín de iglesia, en una iglesia más grande–. El pastor, o el líder indicado por la Junta, debe entonces proponer, pedir apoyo y comunicar que el informe quedará bajo observación por una o dos semanas. Después de ese período, deberá ser votado.

El intervalo de dos semanas entre la primera presentación de la lista de oficiales nombrados y la votación final es lo más indicado, pues pueden haber personas que desistirán del cargo ofrecido, u objeciones o

falta de tiempo para entrar en contacto con el indicado. Si hubiera objeciones justificables, la Junta se deberá reunir y presentar nuevos nombres para sustituir a los objetados.

Los oficiales son elegidos para que actúen durante uno o dos años, de acuerdo con lo que haya sido aprobado por la congregación local. Si durante ese período algún cargo queda vacante, la Junta de Iglesia deberá indicar un sucesor para que lo ocupe hasta el final del período establecido y deberá someter ese nombre a la iglesia para su votación.

Cierre del proceso

Concluido el proceso, el pastor distrital podrá presentarle a la iglesia, un sábado, a todos los recién elegidos, pidiendo las bendiciones del Señor sobre cada uno de ellos. Sería oportuno, también, expresar gratitud por aquellos que no fueron reelegidos para las funciones que desempeñaban durante el último período, destacando que eso no les impide continuar sirviendo a la iglesia por medio de sus dones.

Sobre el autor: editor asociado de la revista Ministerio Adventista, edición de la CPB