La gente a veces sigue a “líderes” ciegos y mediocres, pero en general coopera con líderes que tienen grandes sueños y saben adónde quieren llegar. Lo que nos motiva a la mayoría no es la necesidad, sino la visión. Eso vale también en el ámbito corporativo. Una iglesia con un propósito definido tiene más posibilidades de lograr el éxito que otra sin ningún objetivo.

El propósito de este artículo consiste en incentivar a los pastores a formular declaraciones de propósitos, valores, misión y visión para sus iglesias, incorporándolas a su ministerio, y dar algunas sugerencias acerca de cómo hacerlo.

Antes de presentar cada uno de estos conceptos, conviene resaltar que expresan cosas diferentes. El Dr. Aubrey Malphurs, profesor del Seminario de Dallas y consultor de iglesias, dice que esos vocablos técnicos son “parientes” pero no sinónimos. Sus propósitos tienen que ver con la teología, mientras los valores están relacionados con la filosofía del ministerio; la visión y la misión tienen que ver con “el qué”, pero la visión es más “gráfica” (cuadro 1).

Propósitos

“Las mejores organizaciones son las que están dirigidas por un propósito —escribe Leith Anderson—. Saben por qué existen”.[1] Si una iglesia no conoce el porqué de su existencia no tiene derecho de invitar a la gente a formar parte de ella. El éxito de la Iglesia Adventista se debe, en buena parte, a su sentido de misión profética.

Según Rick Warren, fundador y pastor de la Iglesia Comunitaria del Valle de Saddleback, en el Condado de Orange, California, la iglesia tiene cinco propósitos que resumimos en el cuadro 2.

Lamentablemente, muchas iglesias no están dirigidas por propósitos. Por eso su acción no es equilibrada. Warren dice que históricamente las iglesias han asumido cinco formas básicas (cuadro 3), lo que depende del propósito en que más ponen énfasis sus líderes: 1) conquistar personas para Cristo, 2) experiencia con Dios, 3) reunión de familia, 4) clases bíblicas y 5) conciencia social. Los miembros de cada una de ellas consideran que su modelo es el más espiritual, pero la verdad es que los cinco son importantes. Es necesario combinar todos estos enfoques para lograr el equilibrio.[2] Es lo que hacen las iglesias que tienen propósitos.

Para definir los propósitos básicos de su iglesia debe reunir a los miembros y estudiar el asunto con ellos. En ese proceso examinen lo que dice la Biblia sobre el asunto,[3] anoten en un papel lo que han descubierto y resuman todo en una sentencia, teniendo cuidado de que esa declaración sea bíblica, definida, transferible y mensurable.[4]

Valores

Ya sea que esté consciente o no de ello, toda organización tiene valores, y expresar esos valores mediante declaraciones sencillas, claras, originales y poderosas es un factor importante para mejorar su desempeño.

Los valores son declaraciones de creencia y de compromiso de parte de una organización, y constituyen la filosofía (ideología) de su ministerio. Deben ser bíblicas, apasionantes y constantes, pero no se las debe confundir con la visión, las estrategias, los principios o los credos doctrinales.

Los valores son importantes, según Malphurs, porque 1) determinan la orientación del ministerio, 2) promueven la participación personal, 3) determinan lo que es importante, 4) implican cambios positivos, 5) ejercen influencia sobre el comportamiento en general, 6) inspiran a la gente, 7) acentúan la credibilidad de los dirigentes, 8) modelan el carácter y la visión del ministerio, 9) contribuyen al éxito del ministerio y 10) afectan la ética de la organización.[5]

            El autor propone un breve test para probar si un valor es bueno:

  • ¿Es bíblico?
  • ¿Inspira entusiasmo?
  • ¿Es compartido?
  • ¿Es constante?
  • ¿Se lo puede expresar con claridad?
  • ¿Concuerda con los otros valores?
  • ¿Es aplicable?[6]

Usted puede organizar de diversas maneras la lista de valores de su iglesia. Algunas iglesias comienzan cada declaración con la palabra “Valoramos…”, y citan uno o dos pasajes bíblicos para fundamentarla. Otras prefieren decir: “Estamos comprometidos con…” E incluso otras adoptan la fórmula “Creemos que…” Los valores pueden ser entre cinco y quince, y su longitud puede ir de una línea hasta un párrafo.

Por ejemplo, la lista de valores de la Iglesia de Jerusalén, de esa ciudad, podría ser la siguiente:

  • Valoramos la enseñanza expositiva (Hech. 2:42, 43).
  • Valoramos las relaciones (Hech. 2:42).
  • Valoramos la oración (Hech. 2:42).
  • Valoramos la comunidad bíblica (Hech. 2:44-46).
  • Valoramos el loor y la adoración (Hech. 2:47).
  • Valoramos la evangelizaron (Hech. 2:47).
  • El credo de la famosa Wi-llow Creek Community Church, cerca de Chicago, reza así:
  • Creemos que la enseñanza llena de unción es el catalizador de la transformación de la vida de los miembros de la iglesia.
  • Creemos que los perdidos le interesan a Dios y, por lo tanto, deberían interesarle a la iglesia.
  • Creemos que la iglesia debe ser culturalmente importante, al mismo tiempo que se conserva doctrinalmente pura.
  • Creemos que los seguidores de Cristo deben ser auténticos, y deben anhelar el crecimiento continuo.
  • Creemos que la iglesia debe actuar como una comunidad unida de siervos que administran sus dones espirituales.
  • Creemos que una relación amorosa debe saturar cada aspecto de la vida de la iglesia.
  • Creemos que los cambios en la vida se producen mejor en los grupos pequeños.
  • Creemos que la excelencia honra a Dios e inspira a la gente.
  • Creemos que las iglesias deben ser dirigidas por gente que posee el don de dirigir.
  • Creemos que la plena dedicación a Cristo y a su causa debe ser la norma de cada cristiano.

Si se conocen los valores de su iglesia será más fácil guiarla por el camino por donde debe andar.

Misión

La declaración de misión es una descripción general del plan de acción de la iglesia, o sea, de la clase de ministerio que desarrollará. No cambia cada año.

La preparación de una declaración de misión tiene varias ventajas: 1) unifica a la iglesia y le da dirección, 2) motiva a los miembros, 3) fomenta el sentido de responsabilidad y la rendición de cuentas, 4) elimina el falso sentimiento de culpa, 5) Le da seguridad a la iglesia de que está haciendo la voluntad de Dios.[7]

Una buena declaración de misión toma en cuenta la teología bíblica, el territorio geográfico del cual es responsable la iglesia, el público que desea alcanzar, sus principales actividades y los resultados que espera alcanzar.[8]

¿Cómo preparar una declaración de misión?

  • Explíquele a la iglesia qué es una declaración de misión.
  • Divida a la iglesia en pequeños grupos, y recoja sugerencias.
  • Prepare un cuestionario. Pregunte qué tiene de especial su iglesia y cuál es su propósito en la comunidad. Descubra qué programas actuales aprecian los hermanos y cuáles les gustaría cambiar.
  • Forme un equipo (comisión de planes) para que trabaje sobre la base de las informaciones recogidas.
  • Redacte una sucinta declaración de misión y un informe más amplio con las metas de la obra.
  • Vote la declaración y los planes, para darles carácter oficial. Al preparar la declaración de misión tenga en cuenta los blancos de la iglesia ¿De qué clase son? En el cuadro 4 encontrará la diferencia que existe entre los blancos de una iglesia que sólo desea sobrevivir y los de la que tiene una misión que cumplir.

Note estos tres ejemplos de declaración de misión; el tercero es de una institución:

Ejemplo 1: “Transformar a la gente sin religión en seguidores totalmente consagrados”. —Iglesia de la comunidad de Willow Creek.

Ejemplo 2: “Compartir las buenas nuevas de la salvación con la comunidad de (nombre del lugar), y así ayudar a cumplir la orden de Jesús de hacer discípulos en todas las naciones”.

Ejemplo 3: “Producir y distribuir publicaciones cristianas, educacionales y de salud, con el fin de promover el bienestar físico, mental, social y espiritual del ser humano”.

Dele un carácter bíblico a la declaración de misión, sin dejar de darle un toque “adventista”, en el sentido de tomar en consideración los aspectos que valoriza la Iglesia Adventista, como ser la vida sana y la restauración de la imagen de Dios en el ser humano.

Visión

La visión es un componente básico de cualquier empresa humana. Si vale para las organizaciones seculares, mucho más para la iglesia. “Sin profecía (sin visión) el pueblo se desenfrena”, dice Salomón (Prov. 29:18). La visión capacita a la gente para trasladarse de la mediocridad a la excelencia. Como dice Frank Gaines, “sólo el que ve lo invisible puede hacer lo imposible”.[9]

Algunos de los mensajeros de Dios de más éxito en lo pasado tenían una visión, literal o figurada. Piense en Moisés, Nehemías, Juan el Bautista, Pablo, Martín Lutero, Elena de White y Martin Luther King, Jr. Algunos de los pastores de más éxito hoy también tienen una visión para su ministerio. Piense en David Yonggi Cho (de la Iglesia de Yoida, del Evangelio Pleno, de Seúl, Corea), en Bill Hybels (de la iglesia de la comunidad de Willow Creek, de las afueras de Chicago) y en Rick Warren (de la iglesia de la comunidad de Saddleback, en el condado de Orange, en California).

La visión es importante porque establece prioridades y mantiene el centro de atención. Dice por qué se debe hacer algo Atrae a la gente y pone de manifiesto que la institución o el líder saben adónde quieren llegar. A pesar de eso, la mayor parte de los pastores de Sudamérica trabaja sin ella. Tenemos que cambiar de mentalidad, para que las iglesias puedan cumplir su misión más eficazmente. La Iglesia Adventista tiene una declaración de visión mundial, pero usted la debe adaptar a su realidad local.

¿Qué es visión, en el contexto de la iglesia? George Barna ofrece una útil definición: “La visión, para el ministerio, es una imagen mental clara de un futuro deseado, dada por Dios a sus siervos, que se basa en una comprensión correcta de Dios, de nosotros mismos y de las circunstancias.[10]

La visión no es sólo una previsión, ni se la debería confundir con la misión. Mientras que la misión es una declaración general de los objetivos del ministerio, la visión es una declaración específica de la dirección y la unidad de ese ministerio; mientras la declaración de misión es de naturaleza filosófica y tiene el objetivo de informar, la declaración de visión es estratégica, y su mira es inspirar. [11]

Si la meta final de la visión cristiana es glorificar a Dios, su objetivo inmediato es dar una razón para la acción, y ayudar al pastor y a los miembros a ubicar su punto de llegada. Malphurs afirma: “La visión le da dirección al ministerio. Responde y pregunta: ‘¿Adónde va este ministerio?’ Focaliza el futuro tanto para el líder como para los participantes de la organización”.[12]

¿Cuáles son las cualidades de una buena visión?:

  • La visión es efectiva e inspiradora.
  • Nace de un sueño y se alimenta de él.
  • Dice con claridad en qué consiste el sueño.
  • Es realista y se adapta a las circunstancias.
  • Le presenta al grupo su excelencia y lo desafía a alcanzarla.
  • Es estable en su esencia (centro) y es flexible en lo circunstancial (periferia).
  • Apunta hacia las posibilidades; no hacia los problemas.
  • Prepara para el futuro, y honra el pasado.

Con el fin de escribir una declaración de visión importante y representativa, usted debe dar algunos pasos:

  • Organice un equipo para discutir el asunto y dar sugerencias.
  • Analice las sugerencias de su equipo y de los miembros.
  • Escriba una breve declaración de visión.
  • Haga un diseño o logotipo que capte la esencia de la visión y la simbolice.
  • Cree un slogan de cinco a diez palabras que sintetice la visión.

Tanto como sea posible, implique a los miembros en este proceso, pero no permita que el “exceso” de democracia lo frene. En relación con la declaración de visión de la iglesia, usted puede crear su propia declaración de visión para su ministerio. Si ya tiene una, téngala en cuanta al redactar la declaración de visión de la iglesia.

Considere estos tres ejemplos de declaración de visión (el tercero es de una institución):

Ejemplo 1: “Nuestra visión es movilizar un ejército de personas que amen a Cristo con todo su ser, que se relacionen bíblicamente en su círculo de influencia, que magnifiquen su llamado y sus propios dones, con el fin de ayudar a cumplir la Gran Comisión, para alcanzar a los que no han sido alcanzados alrededor del mundo”. —Iglesia de la Comunidad de Willow Creek.

Ejemplo 2: “Presentar a Cristo a todo el mundo de manera actualizada, creativa, destacada y amorosa, en el ambiente en que viven, de modo que puedan desarrollar plenamente su potencial”.

Ejemplo 3: “Ser, por la gracia deDios, una institución reconocida por su ética, la excelencia de sus productos y servicios, y ampliar su participación en el mercado editorial, con la mira de dar satisfacción a los clientes”. —Casa Publicadora Brasileira.

Pues bien, una vez que la declaración está escrita, usted necesita compartir la visión con la iglesia. ¿De qué manera?

  • Primero: venda la visión a sus colaboradores más inmediatos.
  • Prepare mentalmente a la gente para el anuncio de la visión.
  • Discuta las alternativas de la iglesia, y muestre cuál es el sueño de Dios para su comunidad.
  • Presente la visión a los miembros. Use uno o dos cultos para presentarla. Hágalo de modo gráfico, claro, preciso, entusiasta, importante.
  • Comience la tarea de convertir el sueño en realidad.
  • Mantenga siempre la visión delante de los miembros, de acuerdo con el “principio de Nehemías” (Neh. 4:6-15). Según Warren, la visión se debe reafirmar cada 26 días para mantener motivada a la iglesia y en la buena dirección.[13] Use ejemplos personales, símbolos, lemas,[14] música, relatos, héroes, personajes, contactos personales, encuentros, vídeos, boletines, carteles, llaveros, adhesivos.  
  • Evalúe lo que se está haciendo.
  • Anuncie las victorias obtenidas.
  • Como soñador, mantenga vivo el sueño.

A veces las iglesias y los líderes visionarios perturban la paz de algunos dirigentes, pero son necesarios. Los pioneros adventistas eran visionarios. Sin grandes sueños no hay grandes victorias.

Después de formular las declaraciones de propósitos, valores, misión y visión de su iglesia, y compartirlas con los miembros, ¿terminó la tarea? Claro que no. Es necesario trabajar duramente para convertir las intenciones en éxitos. Y es necesario ser perseverante para no perder la visión y desistir. El desánimo es una tentación universal, pero pida fuerzas a Dios, dedique tiempo a conversar con otros visionarios, procure alcanzar las metas propuestas, y los sueños se transformarán en realidades.

Sobre el autor: Redactor de la Casa Publicadora Brasileña.


Referencias:

[1] Leith Anderson, Dying for Change [Ansiosos por los cambios] (Minneapolis, Bethany, 1990), p. 111.

[2]  Rick Warren, The Purpose Driven Church [La iglesia guiada por un propósito] (Grand Rapids, MI, Zondervan, 1995), pp. 103-107. “La iglesia existe para edificar, animar, equipar y evangelizar”, dice el autor pp. 122-125.

[3] Ibíd., p. 125.

[4] Consulte textos acerca de la misión de la iglesia, como ser Mateo 16:15 al 19; 28:18 al 20; Hechos 1:8; 2:41 al 47; 9:15; 26:15 al 23; Romanos 12:1 al 8; Efesios 2:19 al 22; 1 Pedro 23 y 10.

[5] Ver Warren, pp. 100,101

[6] Aubrey Malphurs, Values-Driven Leadership [Un liderazgo conducido por los valores] (Grand Rapids, MI, Baker, 1996), pp. 13-30.

[7] Russell Burrill, Syllabus para “CHMN615 – Evangelism and Church Growth” [La evangelización y el crecimiento de la iglesia] (Andrews Uni-versity, otoño de 1999), p. 130.

[8] Ibíd.

[9] ‘Citado por Frank S. Mead, editor compilador, The Enciclopedia of Religious Quotations [Enciclopedia de citas religiosas] (Old Tappan, NJ, Revell, 1965), p. 465.

[10] George Bama, The Power of Vision [El poder de la visión] (Ventura, CA, Regal, 1992), p. 28.

[11] Ibíd., p. 37.

[12] Aubrey Malphurs, Developing a Vision for Ministry in the 21st Century [Cómo desarrollar una visión para el ministerio en el siglo XXI] (Grand Rapids, MI, Baker, 1992), pp. 19, 20.

[13] Warren, p. 111.

[14] Los slogans, como: “Cada miembro un pastor”, “Todos los líderes siempre son aprendices”, “Salvar a los perdidos a cualquier costo”, son poderosos.