La explosión evangelizdora 79 movilizó todas las fuerzas de la iglesia en una campaña sin precedentes que, sin duda, dará una cosecha de más de 60.000 almas.
En el contexto de la Explosión se realizaron grandes campañas evangelizadoras. Las principales fueron:
CAMPAÑA NACIONAL DE EL SALVADOR. Dirigida por el pastor Carlos Aeschlimann, el pastor Raúl Rodríguez, 13 pastores y 127 laicos predicando simultáneamente. Con una gran graduación de 5.005 alumnos de La Voz de la Esperanza en un gigantesco acto al que asistieron 12.000 personas. Un bautismo masivo de 1.325 almas en un solo día ante un público de más de 8.000 personas. En la campaña, se bautizaron 2.000 personas.
CAMPAÑA DE SANTO DOMINGO. Dirigida por el pastor Walter Cameron, con Eligió Contreras y Diógenes Suero como conferenciantes asociados. Resultado final de la campaña: 1.000 preciosas almas.
CAMPAÑA DE KINGSTON, JAMAICA. Dirigida por el pastor G. H. Rainey. Se bautizaron 975 personas.
CAMPAÑA MULTIPLE DE MONTERREY, MEXICO. Dirigida por el pastor Carlos Aeschlimann y los pastores Donato Ramírez, Jaime
Cruz, Abel Aguilar y José Carpintero como conferenciantes asociados. Esta campaña involucró 20 iglesias y resultó en 600 bautizados.
CAMPAÑA DE GUATEMALA. Dirigida por el pastor Kenneth Cox y su equipo en la carpa gigante con pantalla cuádruple. Asistieron hasta 7.000 personas por noche. Causó un gran impacto en la ciudad. Se bautizaron 476 personas. Continuó la campaña el pastor Víctor E. Collins.
CAMPAÑA DE PANAMA. Dirigida por el pastor Milton Peverini, en carpa y auditorio simultáneamente. La campaña fue precedida por una gigantesca graduación de 6.000 alumnos de La Voz de la Esperanza. Resultado: 250 bautizados.
Todos evangelizando
Cabe mencionar que todos los administradores y departamentales a nivel de división, unión y campo local, dirigieron campañas de evangelización. Asimismo, todos los pastores de la División dirigieron de una a cuatro campañas. A esto hay que agregar no menos de tres mil laicos que se plegaron al imponente ejército de predicadores.
Esta movilización produjo, en las palabras del entonces secretario ministerial de la Asociación General, pastor N. R. Dower, “el resultado más glorioso en toda la historia de la Iglesia Adventista”. ¡Alabado sea el Señor!