Para evitar el agotamiento, muy común entre los pastores, pruebe lo siguiente:
1. Desayune una vez por semana con su esposa. Anote esta actividad en sucalendario familiar y cúmplala regularmente;un escape necesario (y no lleve consigosu teléfono celular; el asunto es, precisamente,¡fugarse!)
2. Intercambie llaves de su casa con otra pareja. Cuando usted y su esposanecesiten un respiro, escápense del pueblo.Pasen una noche en casa de sus amigos, yellos en la suya. Una llamadita por teléfonoantes de bajarse en la banqueta de la casa sería muy útil. Este tipo de reciprocidadhace maravillas en los interesados.
3. Organice semanalmente todas sus responsabilidades. Con frecuencia, el agotamientosencillamente es el resultado de laimprovisación y la ausencia de planes detrabajo.
4. Comience a preparar el sermón de la próxima semana lo más temprano posible, para evitar todo tipo de presión lanoche anterior a la predicación.
5. Programe cada día con eficiencia, de tal modo que no tenga que superponer ningún deber.
6. Haga una lista de sus responsabilidades en orden de prioridad;diferencie entre mayores y menores.
7. Relaciónese con pastores de otras denominaciones. Estas personas no puedenhacerle daño eclesiásticamente, puestoque no son de su círculo oficial. No existencuerdas políticas que puedan manipularpara perjudicarlo.
8. Tómese, por lo menos, un día completo cada semana, libre de debereseclesiásticos.
9. Filtre las llamadas telefónicas con una máquina contestadora. El teléfonode la casa pastoral automáticamente traeráel trabajo a casa; es la naturaleza del trabajo.Sin embargo, esto no tiene por qué aprisionaral pastor. Él puede filtrar las llamadaspara poder programar las respuestascon más eficiencia.
10. Obtenga ayuda para cuidar a sus niños, de modo que ambos esposos puedan tener algún tiempo libre. Esto esimperativo, por razones obvias; y sinembargo, muchos matrimonios pastoralesno parecen entender la necesidad de planeartales oportunidades.
11. Coma en un restaurante económico. Algunos ministros y sus esposas no salen a comer afuera con frecuencia por el costo, pero las pausas económicas son tan refrescantes, como las costosas. Una sencilla cena de picnic, o alguna variación de ella, puede ser también una opción.
12. Lleve a cabo su pasatiempo favorito, y consérvelo. Úselo en su debida oportunidad para dar lugar a la creatividad y variedad de las actividades extra eclesiásticas.
13. Haga pausas de tipo recreativo en su programa semanal. Si no es atleta, al menos planee caminatas por las zonas rurales, vecindarios, o alrededores del lugar donde vive.
14. No lea sólo material religioso. El cerebro necesita alimento variado. Por ejemplo, la lectura de revistas selectas que apelan a su mentalidad puede ser muy renovadora.
15. Tenga ciertas normas para evitar que los miembros se apoderen de la sala de su casa, incluso si ésta se encuentra ubicada cerca de la iglesia. La casa del pastor es la zona privada de la familia pastoral, a menos que los miembros sean invitados.
16. Planee con anticipación. Tenga sendos calendarios de actividades en la iglesia y la casa pastoral, de modo que pueda consultarlos rápidamente. Marque los asuntos a medida que se realicen.
17. Dése un paseo por el centro comercial. No planee comprar nada. Un cambio de escenario, de vez en cuando, es terapéutico.
18. Maneje por el campo. No se apresure a volver al lugar de trabajo.
19. Tome sus vacaciones anuales. No es de héroes dejar de tomar estos respiros tan necesarios.
20. Sea realista con respecto a su vocación. No trate de ponerle una cara feliz a todo y a todos. Exprese sus sentimientos a un amigo de confianza, pero sea cuidadoso. Asegúrese de que la persona sea plenamente confiable. Muchas veces conviene encontrar un confidente tal, fuera del sistema.
21. Vigile las señales de peligro en su cuerpo y su mente. Si algo anormal comienza a sentir o ve aparecer, puede ser tiempo de ver a su médico.
22. No vea mucha televisión, si tiene esa inclinación. Encuentre otras actividades que tomen el lugar de la pantalla chica.
23. Trate de acostarse a una hora razonable cada noche. Los trasnochadores pagan sus cuentas a largo plazo.
24. Conteste su correo tan pronto como pueda-, una acción sencilla como ésta puede mantener sus responsabilidades al día y quitar esa sensación de estrés que, de otra manera, experimentaría a la luz de responsabilidades no cumplidas.
25. Delegue más responsabilidades a los miembros. No trate de hacerlo todo usted solo. Si no hubiera suficientes obreros para todos los trabajos, pregúntese usted mismo si ese asunto en particular es esencial. Si no, descártelo.
26. Con respecto a la visitación de los miembros-, ponga una lista y un horario desprendibles en el boletín de la iglesia, donde los miembros anoten el día y la hora que les gustaría que el pastor los visitara. Esto cortaría de raíz la crítica de que el pastor nunca visita los hogares de sus miembros. Dado el frenético ritmo de la vida de hoy, las funciones pastorales de viejo cuño deben adaptarse.
27. Disminuya el ritmo si tiene la tendencia de apresurarse. Cancele todo lo que no sea esencial. Elimine todo movimiento innecesario y rutinario.
28. Escuche la evaluación o valoración de su cónyuge, respecto de su forma de atender sus responsabilidades ministeriales. Su cónyuge considera más objetivamente lo que usted tiende a impregnar de subjetividad, y es la única persona en el mundo que conoce muy bien su trabajo y sus reacciones.
29. Comprenda que Dios es el único que cambia las vidas. El ministro puede guiar a la gente a la verdad acerca de Dios, pero luego le corresponde al Señor y a la libre voluntad de la persona continuar de allí en adelante.
30. Conviene recordar que fue Dios quien dijo que él edificaría a su iglesia. En esta causa, nosotros los ministros somos sencillamente instrumentos y siervos. La omniabarcante fuerza divina debe descender sobre cada congregación local. Mucho de esto es un misterio para nosotros. Por lo tanto, debemos someter el resultado final del ministerio a Dios solamente.
31. Niegúese a leer material deprimente, especialmente información con respecto a otras congregaciones, particularmente de aquellas que parecen saturar las estadísticas. Cada situación es una obra individual delante de Dios. Mantenga una actitud mental positiva, negándose a llenarse de información que pudiera desalentarlo.
32. Evite las comparaciones con otras iglesias. Sencillamente no se reúna con los ministros que están en el juego verbal de comparar y competir constantemente. Esta es una actitud de la “carne”, no del “Espíritu”.
33. Haga descansar su obra y a las almas continuamente en las manos de Dios. No analice tan meticulosamente el lugar que ocupa en las “gráficas del éxito”.
34. Una vez más, hablando de las actividades, disfrute de los conciertos locales y de las reuniones de la comunidad.
35. Planee excursiones familiares que no tengan nada que ver con la obra de la iglesia.
36. Cuando suba la presión, tome una mañana libre y no haga nada en particular. Asegúrese de que su mente controle su ritmo, para que pueda volver al carril de nuevo. Estimular más la mente cuando ya está exhausta, es crear problemas.
37. Escuche música relajante.
Adapte algunas de estas ideas a su situación particular, no sólo le ayudarán a evitar el agotamiento, sino que contribuirán significativamente a que disfrute de un buen sentido de realización en su ministerio y en su vida, en general.
Sobre el autor: es pastor de la Iglesia de los Nazarenos en Windham, Maine.