Necesitamos avanzar juntos. Este es el ideal que nos mueve a producir esta edición especial de la revista Ministerio Adventista. A través de ella, queremos ampliar la visión del trabajo pastoral en conexión con los Grupos pequeños, cuyo papel es fundamental en la preparación de un pueblo para el encuentro con el Señor. Este es un plan divino y también un estilo de vida para toda la iglesia en Sudamérica. Con todo, su fuerza dependerá del compromiso de cada pastor y de cada hermano.

Venimos trabajando desde hace algunos años con este tema. Hemos pasado diferentes etapas de este viaje y, ahora, es el momento de consolidar la visión presentada por “Uno que no puede errar” (Elena G. de White, El evangelismo, p. 89).

Este es el momento de dar un gran paso, concientizándonos de que el Grupo pequeño es la base del funcionamiento de una iglesia saludable. Es la mejor estructura para generar misioneros comprometidos, al igual que nuevos conversos bien integrados y con calidad.

Este es el momento de consolidar la formación de Grupos pequeños de calidad, a través de prototipos y un buen liderazgo, para tener una iglesia en consonancia con la visión bíblica. Es el momento de entender que el grupo pequeño tiene una función profética en la preparación de un pueblo para el encuentro con el Señor.

Este es el momento de confirmar una propuesta adventista para los Grupos pequeños. Existen muchas fórmulas, con agitación, estilo carismático, énfasis místico y apelaciones populares. Pero no buscamos un Grupo pequeño carismático ni contemplativo, ni solo un encuentro de amigos. No buscamos iglesias en los hogares ni mucho menos iglesias sin estructura, basadas en células. No pretendemos desviar el foco del mensaje hacia las relaciones. No buscamos clases bíblicas en las casas ni un programa temporario, fruto de promociones especiales. No buscamos un Grupo que viva solo de la motivación, la visión y el contenido de su líder.

Buscamos un Grupo pequeño en el que se desarrolle el amor mutuo, por Dios y por su Palabra, y donde la estructura de la iglesia encuentre el mejor lugar para desarrollar sus actividades. Pensamos en un Grupo pequeño que no cierre las puertas de la iglesia para reunirse en los hogares, sino que use la comunión de los hogares para fortalecer la asistencia a la iglesia; un Grupo pequeño que sea relacional en la forma dinámica de estudiar la Biblia, y aplicarla a la vida y a las necesidades personales.

Queremos un Grupo pequeño en el que los participantes abran el corazón, usando como base el estudio de los grandes temas de la Biblia. Un Grupo pequeño que sea misionero, motivando a sus miembros a cumplir la misión, recibiendo e integrando nuevos interesados. Nuestro objetivo es tener Grupos que lleven a los miembros a las casas de sus amigos para allí ministrar estudios bíblicos; que sirvan de apoyo al trabajo del pastor, a través de los cuales, este pueda atender bien a la iglesia.

Nuestro sueño es tener Grupos pequeños con un liderazgo capacitado y equipado, para que no se conviertan en una puerta de entrada para falsos movimientos. Que crezcan y se multipliquen, habiendo sido generados con solidez a partir de un prototipo o plan de multiplicación.

A medida que esta visión avance, escribiremos un nuevo capítulo en la historia de la iglesia. Espero que sea el último. Ante los desafíos de nuestro crecimiento, el Grupo pequeño es un instrumento poderoso para hacer que los miembros de nuestras iglesias sean más amados, integrados, atendidos y valorizados. Creceremos con más calidad y también veremos a más miembros comprometidos con la misión. Nuestro ejército estará más organizado y los nuevos miembros nacerán en el Reino de Dios con la debida motivación misionera y bien integrados al discipulado.

Con la solidificación de los Grupos pequeños, el cuidado pastoral será compartido con los líderes, facilitando el trabajo de los pastores que, en la mayoría de los casos, están sobrecargados. La Biblia será más relevante para las necesidades actuales de las personas que pasarán a estar más interesadas unas por otras, de forma edificante. Estaremos más cercanos a la lluvia tardía, de los grandes milagros del Espíritu Santo y del Reino del Cielo. ¡Este es el momento!

Sobre el autor: Presidente de la División Sudamericana de la IASD.