La proximidad de la venida de Cristo implica un ambiente cada vez más desafiante para el ejercicio del ministerio pastoral. En esta entrevista, el pastor Stanley Arco, presidente de la Iglesia Adventista en Sudamérica, responde preguntas que realizaron pastores distritales en relación con cómo enfrentar los desafíos y estar enfocados en el ejercicio de las actividades pastorales.

Nombrado en abril de este año para ser presidente de la División Sudamericana, el pastor Stanley Arco tiene una vasta experiencia ministerial. Fue pastor distrital, líder del Ministerio Joven, secretario de Asociación, presidente de Unión y vicepresidente de la DSA. Además de la diversidad de funciones, también trabajó en diferentes regiones de Brasil y desempeñó su ministerio en Bolivia y en Chile. Casado con la profesora Regiane Arco, ellos son padres de tres hijas y abuelos de dos nietos.

¿Cómo describiría su visión para los próximos años de la División Sudamericana?

Lo que esperamos, en estos tiempos desafiantes en los que se cuestionan las creencias bíblicas, es una iglesia con la identidad adventista consolidada y el enfoque claro en el cumplimiento de la misión. Queremos que todas las personas, de todas las franjas etarias, con todos sus diferentes dones, estén comprometidas con el propósito de proclamar el evangelio eterno en todos los lugares de los ocho países que componen nuestra División.

¿Cuáles son los principales desafíos para el cumplimiento de la misión en nuestro territorio? ¿Qué pueden hacer los pastores para superar estos desafíos?

El desafío principal es espiritual. Necesitamos, tanto pastores como miembros, recibir diariamente el bautismo del Espíritu Santo. El compromiso de ver a la iglesia buscar la comunión e involucrada en la misión es una necesidad diaria. Los pastores ejercen un papel fundamental al inspirar, capacitar, delegar y comprometer espiritualmente a la iglesia. Necesitamos pastores reavivados espiritualmente para terminar la obra, no solo para mejorar las estadísticas. El papel del ministerio va mucho más allá de preparar y presentar sermones: apunta al fortalecimiento espiritual del rebaño y desafiarlo a un compromiso más profundo con Cristo y la misión. La innovación, la creatividad, el esfuerzo, la ética y la dependencia de Dios son imprescindibles para el ministerio. Los pastores no deben cargar solos con la iglesia, sino que necesitan depender de Dios e involucrar a los miembros en todos los frentes del trabajo.

En un mundo cada día más enfocado en el profesionalismo, ¿cómo garantizar que el ministerio pastoral no pierda el sentido sagrado de su vocación?

Es necesario que cada pastor tenga un pastor que lo pastoree, discipule y acompañe. Necesitamos pastores profundamente conectados con Dios, con su Palabra, y con la plena certeza de su llamado, cuya dedicación se refleje en acciones concretas y efectivas en la vida cotidiana. Para que esto ocurra, es esencial desarrollar el concepto de un ministerio discipulador. Así, tenemos una relación equilibrada entre la vida devocional consistente y la práctica pastoral productiva.

Para fortalecer el ministerio, promovemos capacitaciones, concilios, grupos pequeños pastorales y estrategias de educación continua cada vez más enfocados en ayudar a los pastores a nutrir su espiritualidad y perfeccionarlos para cumplir la misión. En los últimos años, dando oído a todas las instancias de la iglesia, desarrollamos las Competencias ministeriales, que tienen por objetivo ofrecer un perfil pastoral para pastores distritales, administradores, directores de departamentos, pastores del área educativa y profesores de Teología. Las competencias sirven para ayudar en el desarrollo integral del pastor, de modo que “desempeñ[e] con esmero el ministerio” (BLPH), según enseña 2 Timoteo 4:5.

Las redes sociales se convirtieron en un campo fértil para algunos críticos de la iglesia. ¿Cuáles son sus sugerencias para lidiar con esta realidad en la congregación local?

Siempre tendremos críticas entre nosotros; por lo tanto, evalúalas y, con oración, realiza los cambios que sean necesarios para disminuir, al máximo, los ruidos. Aplica Mateo 18 en cada procedimiento. Ten un ministerio consistente y trabaja arduamente en favor de tu rebaño. Comunica con transparencia las actividades de la iglesia. Prepara a los líderes con un “así dice el Señor” y con la práctica espiritual.

En las redes sociales, un campo fértil para las críticas, debemos comportarnos con amor, cautela y sabiduría. Que nuestros perfiles en las redes sociales sirvan para enseñar principios bíblicos, edificar a la iglesia y reafirmar nuestra identidad adventista. Por lo tanto, es necesario ser equilibrados y estar atentos a las observaciones que indiquen la necesidad de ajustes, además de desarrollar una capacidad de dialogar que atienda la necesidad de la iglesia en el momento oportuno.

¿Qué se puede hacer para promover el compromiso de las nuevas generaciones en el cumplimiento de la misión?

Creo que hay tres acciones que son necesarias: integrar, cuidar y desafiar. Integrar a niños, adolescentes y jóvenes con los adultos en los planes de la iglesia. Cada grupo tiene diferentes necesidades, formas de interpretar el mundo y desafíos propios de su edad y madurez. Los adultos maduros espiritualmente deben ser el modelo para las nuevas generaciones.

Cuidar que los planes y las estrategias estén enfocados en el desarrollo espiritual y fundamentados en la Biblia y los escritos de Elena de White. Para que esto ocurra, es necesario oír con atención las ideas y las percepciones de las nuevas generaciones. Además, necesitamos tener programas relevantes, no meras distracciones.

Finalmente, debemos desafiar a las nuevas generaciones a asumir el compromiso con la iglesia y la misión, con el acompañamiento de los miembros de más experiencia. Esto significa, entre otras cosas, delegarles responsabilidades y funciones en el liderazgo, darles la oportunidad de testificar y dar estudios bíblicos, dejarlos hablar al corazón de otros jóvenes y permitir que desarrollen estrategias misioneras en el ambiente virtual.