Los psicólogos dicen que una meta en la vida profesional es tan importante para un hombre como lo es para una mujer sentirse amada. Esto no es ninguna novedad; pero en el mundo de hoy abrirse paso en la vida es como perseguir un sueño que exige tanto valor y resistencia como caminar solo en la selva.

Toda mujer desea que esa caminata sea más suave, pero no siempre lo consigue. En nuestra sociedad compleja y exigente, no siempre las cosas se limitan a hacer lo que hacía la abuela, como mantener las medias remendadas y hacer la torta favorita. Por supuesto, es más que eso. La pregunta es: ¿Qué?

Preocupada por conseguir algunas respuestas, Margaret Lañe entrevistó a las esposas de diversos profesionales. Esas damas saben lo que es sentarse debajo de un sol quemante, aparentemente saturadas de sus discursos de campañas políticas que ya escucharon tantas veces, y saben lo que es esperar horas y más horas para comer. O el marido está tan absorto en los estudios del laboratorio que casi se olvida de regresar a casa por la noche.

Saben lo que significa levantarse temprano para un día de actividades, como barrer el patio, usar la aspiradora, lustrar el piso, cuidar a los niños enfermos y preocuparse por el presupuesto cuando el dinero se está terminando. A continuación publicamos algunas de las conclusiones de su estudio:

Crea en su esposo. “Si hubieras perdido tu confianza en mí, estaría derrotado —le dijo a su esposa un alto funcionario del Gobierno—. Mientras crees en mí, crezco y puedo derrotar al mundo”.

Respete las decisiones profesionales. Una esposa dijo que es importante animar al marido a llevar a cabo lo que le interesa y le resulta desafiante. Tendrá problemas la mujer que pone sus propios deseos egoístas antes que la carrera de su marido, y puede lograr que al fin él se contente con menos de lo que en realidad puede lograr.

Reconozca las cualidades de su esposo. Los maridos de éxito necesitan saber que se los aprecia. Según Kathryn Grosby, “una mujer jamás debería tener miedo de decirle a su esposo que ella lo considera maravilloso, magnífico y adorable”

Desarrolle sus propios intereses. Al depender totalmente del esposo, usted consume energías que él podría emplear en una obra fructífera en favor de la familia y la sociedad. De acuerdo con Dorothy Chandler, “la contribución más importante que una esposa puede dar al éxito de su marido se logra cuando ella misma se convierte en una esposa feliz y realizada”

No subestime sus funciones. Muchas esposas hablaron acerca de la importancia de poner en segundo plano sus propios intereses, aunque no les haya parecido justo. Manifestaron que no es sabio ni necesario competir con el hombre en su mismo nivel. La mujer que lo hace, de acuerdo con Leonore Rommey, no se está dando cuenta de su propia fuerza.

Eduque sus oídos. Elizabeth Fulbrith dice: “una esposa debe ser sensible a las necesidades de su marido. Con frecuencia, la mayor necesidad de un hombre es disponer de alguien que lo oiga. Usted no necesita entender el trabajo de su esposo para ser su confidente”.

Vaya con él. En esta época de cambios rápidos, una de las cualidades más importantes de una esposa es su disposición a ir adonde lo exija el trabajo de su esposo.

Haga un refugio de su hogar. Una señora declaró que el apoyo más importante que ella le ofreció a su esposo fue hacer del hogar “un lugar tranquilo donde él podía refugiarse después de las luchas del día” En la opinión de las esposas entrevistadas, lo que importa no es que los muebles brillen o que los adornos sean de buen gusto, sino el ambiente agradable, el descanso del esposo y el sosiego del hogar.

Sea positiva. Una de las características que tienen en común las esposas de hombres de éxito es la habilidad para encontrarle solución a los problemas y concentrarse en los aspectos positivos de la vida.

Equilibre lo amargo y lo dulce. Muchas esposas dijeron que su problema más grande era controlar a los hijos mientras el padre estaba ausente. Otras se refirieron a la dificultas para adaptarse a la vida pública. No hay una respuesta fácil para esto. Sophie Munford, casada hace más de cincuenta años, formuló una declaración común cuando dijo: “No cambiaría mi vida por nada del mundo”.

A semejanza de otros maridos, los hombres que tienen vida pública no siempre alaban ni reconocen abiertamente a sus esposas, pero manifiestan de otras maneras sus sentimientos. Richard Nixon le dijo a Lyndon Johnson: Los dos somos afortunados, porque nos casamos con mujeres mejores que nosotros”

¿Cómo puede usted, esposa de pastor, ayudar a concretar los sueños de su esposo? Apoyándolo y dándole amor, y si está a su disposición cuando él la necesita.

(Adaptado del libro Your Husband’s Success and You [El éxito de su esposo y usted], de Margaret Lañe.)

Sobre la autora: Coordinadora del Área Femenina de la Asociación Ministerial en la Unión del Nordeste del Brasil