I. Introducción

1. Todos buscan la felicidad en la vida.

2. Pocos son verdaderamente felices. Algunos afirman que la felicidad no es más que una ilusión.

3. La felicidad no es un objetivo, sino una disposición mental.

4. Se confunde el placer con la verdadera felicidad.

5. El temor y la incertidumbre que reinan en nuestros días son los enemigos de la felicidad. El estado negativo de la mente.

6. Una conciencia enferma es otro factor de la infelicidad.

II. La razón de la infelicidad

1. No hay paz sin armonía con Dios. (Isa. 57:21.)

2. La falta de armonía con Dios ocasiona temor. (Prov. 10:24.)

3. La paz no puede convivir con el pecado. (Sal. 38:2, 3.)

4. El pecado nos ha separado de Dios. (Isa. 59:2.)

5. La separación de Dios constituye la infelicidad. (Sal. 38: 4, 6, 10.)

III. Cómo vencer la infelicidad

1. Si la separación de Dios ha ocasionado la infelicidad, la reconciliación y la salvación traerán gozo. (Sal. 51:8, 12.)

2. Encontraremos felicidad al guardar sus mandamientos. (Isa. 48: 18.)

3. Hallaremos paz al guardar su ley. (Sal. 119:165.)

4. Eliminaremos la infelicidad por medio de la confianza, encomendando nuestros caminos al Señor, y esperando en él. (Sal. 37:3-7.)

IV. La verdadera felicidad de la vida

1. Sólo en una experiencia cristiana genuina se halla la libertad de:

* El temor. (1 Juan 4:18; Isa. 43:5; Sal. 56:3, 4.)

* La angustia de la ansiedad. (Mat. 6: 25.)

2. Sólo en la experiencia cristiana genuina se halla:

* La paz. (Isa. 32:17; Juan 16:33; Sant. 3:18.)

* El reposo y la confianza. (Mat. 11:28.)

* La verdadera felicidad. (Sal. 33:1; 128:1, 2; Prov. 16:20; Sal. 16:11.)

Sobre el autor: Seminario Teológico Adventista