Antes del estudio de los problemas implícitos en la traducción de este versículo, diremos algunas palabras acerca del vocablo Logos.

Los comentarios acerca de esta palabra han sido numerosos y extensos. Sabatini Lalli lo estudió detenidamente en un libro de cien páginas titulado El Logos Eterno. El Diccionario Teológico del Nuevo Testamento de Kitel, le dedica nada menos que sesenta páginas. El autor de estas líneas también tuvo el privilegio o el pesado deber de escribir una monografía de setenta páginas mientras estudiaba en la Universidad Andrews.

Al parecer este término se originó con los estoicos, que lo usaban para designar la sabiduría divina como la fuerza integradora del universo.

La palabra Logos es muy rica en significado: máxima, razón, pensamiento, palabra, orden, argumento, explicación, verbo y otros. Procede de la misma raíz de la palabra lego, que significa: el que habla, el que dice.

El filósofo judío Filón la empleó 1.300 veces en su exposición del Antiguo Testamento, pero en sus escritos la palabra Logos no contiene la idea de personalidad o preexistencia. Para él, el Logos era un “instrumento” o “herramienta” de la que se sirvió el Creador para formar el universo.

Juan la usó para referirse a Cristo, como expresión del carácter, la mente y la voluntad de Dios. El hecho de que este pasaje se refiere a una persona, queda probado por el versículo 14 del mismo capítulo. Por qué Juan llamó Logos a Cristo, es un asunto muy controvertido entre los comentaristas. Tal vez la explicación más sencilla y satisfactoria sea la de Melanchton y otros, es a saber, que a Cristo se lo llama “Verbo” (Logos) porque es la voz o el intérprete de la voluntad divina.

La palabra Logos corresponde al término Elohim del Antiguo Testamento. Elohim no es un título atribuido a la Divinidad, sino el nombre de Dios como Creador. En Génesis 1:1 y en Juan 1:3 se presenta al Logos como Creador de todas las cosas.

Juan inicia su Evangelio declarando de manera categórica e inconfundible que Cristo es Dios; no obstante esta claridad meridiana, este versículo es el más citado por los testigos de Jehová para negar la divinidad de Cristo.

Para mayor información citamos la síntesis hecha por William Barclay en su obra New Testament Words (Palabras del Nuevo Testamento), pág. 188, después del estudio de la palabra Logos tal como la usa Juan.

“Al darle a Jesús el nombre de Logos, Juan afirmó dos cosas acerca de él:

“1. Jesús es el poder creador de Dios que vino a morar entre los hombres. Su venida no tuvo como motivo esencialmente el decir algo, sino hacer algunas cosas en nuestro lugar.

“2. Jesús es el pensamiento de Dios encarnado. Podemos traducir las palabras de Juan de esta manera: ‘El pensamiento o propósito de Dios se volvió hombre. Una palabra es siempre la expresión de un pensamiento, y Jesús es la perfecta expresión de los pensamientos de Dios para los hombres’.

“En el idioma en que Juan escribió el Evangelio, Juan 1:1 aparece así:

Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγος, καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν, καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος.

Los testigos de Jehová, en su afán de oponerse a la doctrina de la Trinidad, traducen el versículo de esta manera:

“En el principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era un Dios”.

No se puede aceptar esta traducción por las siguientes razones:

  1. Al introducir “un segundo Dios” introducen también el politeísmo en el monoteísmo bíblico.
  2. Nadie, entre los eruditos que dominan el griego, apoya esta traducción.
  3. Al consultar las grandes traducciones de la Biblia verificamos que esta distorsión no aparece en ninguna de ellas. Sólo Moffat y Goodspeed, que al parecer quisieron evitar el problema que se les presentaba por causa de la carencia del artículo antes de la palabra Dios (Theós), tradujeron así: “Y el Verbo era divino”. Si esa fuera la idea, Juan habría usado el adjetivo divino (Theiós).

En Juan 1:1 hay un período formado por tres oraciones, las dos primeras tratan de preparar el espíritu de los lectores y oyentes para que acepten la afirmación sublime de que Cristo es Dios.

Los dos principales problemas gramaticales esgrimidos por los testigos de Jehová son los siguientes:

  1. ¿Cuál es el sujeto de la oración?
  2. El uso del artículo con la palabra Theós, o sea Dios.

Primer problema: El sujeto de la oración.

En castellano ponemos el predicado (en este caso Dios) después del verbo copulativo, mientras que en griego se lo coloca antes porque de este modo resulta mucho más enfático. (Lenski, R. C. The Interpretation of St. John’s Gospel [La interpretación del Evangelio según San Juan], pág. 33.)

De acuerdo con Robertson (pág. 791), la palabra Theós en esta frase es el complemento directo y Logos es el sujeto.

Es la regla elemental de la gramática griega que el adjetivo que se encuentra antes del artículo es complemento directo, y que el adjetivo que viene después del sustantivo, aun sin artículo, también es complemento directo. Sabatini Lalli, en su libro El Logos Eterno, en la página 34, cita los siguientes ejemplos del First Greek Book (Primer libro griego) de John Williams White:

Μικραι αι οικιαι ησαν

-αι οικιαι μικραι ηεσαν

Que apoyan la afirmación arriba mencionada. En estos dos ejemplos el sustantivo oikiai es el sujeto, y el adjetivo mikrai es el complemento directo. Si aplicamos esta misma regla a la tercera afirmación de San Juan 1:1 veremos que Logos es el sujeto y Theós el complemento directo, de manera que la única traducción correcta puede ser: “El Verbo era Dios”.

Segundo problema: La ausencia del artículo antes de Theós.

El pastor Arnaldo B. Chnstianini, en su Radiografía de los Testigos de Jehová, pág. 19, 20, escribió lo siguiente:

“Los así llamados testigos de Jehová argumentan que al aparecer el artículo definido ton Theón en la segunda oración de S. Juan 1:1, y al no aparecer el artículo con la palabra Theós en la tercera oración del mismo pasaje del Evangelio, se debe a que esa omisión tiene como propósito manifestar una diferencia. Y van más lejos aún: Dicen que esa diferencia’ tiene en el primer caso el propósito de referirse ‘al Dios único y verdadero (Jehová)’, y en el segundo sólo significa ‘un Dios’, otro ‘Dios’, que no es el primero, y es inferior a aquél, de modo que este último ‘Dios’ es Jesucristo.

“Pero esto es un contrasentido, además de ser un sacrilegio. No existe ninguna base lingüística ni lógica para tal afirmación. ¡Es pura invención!”

Esta afirmación de los testigos de Jehová tal vez provenga de Orígenes, el precursor del arrianismo, que establecía una diferencia entre Theós y Ho Theós en Juan 1:1. Según esta interpretación Cristo es Theós, mientras Dios el Padre es Ho Theós.

Walter R. Martin, quien ha sido tal vez el que ha sintetizado mejor la historia y las doctrinas de los testigos de Jehová, puso en evidencia la fragilidad de su argumentación, en el sentido de que Dios con artículo es Jehová y sin artículo es un dios inferior, a saber, Jesús. En su libro The Kingdom of the Cults (El reino de las sectas), págs. 75, 76, ilustra con varios ejemplos bíblicos la inconsistencia de dicha afirmación.

Para ser consecuentes tendrían que traducir los siguientes pasajes de esta manera:

Mateo 5:9: “Llamados hijos de un Dios”.

Lucas 1:35: “Hijo de un Dios”.

Lucas 1:78: “Por la entrañable misericordia de un Dios nuestro”.

Juan 1:6: “Hubo un hombre enviado por un Dios”.

Habría que traducir así, puesto que el artículo definido no se encuentra delante de estas palabras.

Los testigos de Jehová añaden el artículo o lo omiten siempre y cuando esto favorezca sus conclusiones, sin tomar en consideración las reglas más elementales del uso del artículo en griego.

Los expertos en el idioma griego afirman que los escritores del Nuevo Testamento frecuentemente omiten el artículo con la palabra Dios, Theós.

Robertson, al comentar el pasaje de San Juan 1:1, afirma: “En el Nuevo Testamento… aunque tengamos la expresión pros tón Theón, es muchísimo más común que encontremos sencillamente la palabra Theós, especialmente en las epístolas”.

El uso o la omisión del artículo es bastante complejo en griego. Al estudiar su empleo en tres de las mejores gramáticas griegas, a saber, las de Dana and Mantey, Robertson y Blass no encontré ninguna base filológica que pruebe las afirmaciones de los testigos.

Dana and Mantey, en la página 139 de su gramática, afirman lo siguiente:

“Un estudio del uso de la palabra Theós tal como lo afirma Moulton, nos convence de que sin el artículo significa ‘divina esencia’, mientras que con artículo significa ‘personalidad divina’… El uso de Theós en Juan 1:1 es un buen ejemplo de esto: Pros tón Theón se refiere a la comunión de Cristo con la persona del Padre, mientras Theós en ho logos pone énfasis en la participación de Cristo en la esencia de la naturaleza divina”.

Robertson, que dedica 43 páginas de su gramática para referirse al empleo del artículo, afirma en la página 795: “La palabra Theós como nombre propio se usa frecuentemente con artículo o sin él. En las epístolas aparece frecuentemente sin artículo. En San Juan 1:1, como es sujeto, aparece como Ho Theós, pero como complemento directo Theós en ho Lagos”.

W. C. Taylor, en su libro Introducción del Nuevo Testamento Griego, declara en la página 195:

“En general el sujeto tiene artículo, pero el predicado no lo tiene: Theós agápe estín, es decir, Dios es amor (1 Juan 4:16)”.

En cuanto al empleo del artículo indefinido “un” antes de la palabra Dios, que los testigos de Jehová escriben irreverentemente con minúscula, el pastor Arnaldo B. Christianini probó hasta la saciedad que tal subterfugio no resiste el menor análisis.

Robertson, en la página 796 de su gramática, afirma lo siguiente: “El griego no tiene artículo indefinido. Hubiera sido muy fácil si la ausencia del artículo en griego siempre indicara que el sustantivo es indefinido, pero hemos visto que no es éste el caso. El nombre sin artículo puede ser definido o indefinido”.

Blass, en su Gramática Griega del Nuevo Testamento, en la página 143, afirma: “Los complementos directos, como regla general, aparecen sin artículo”.

El profesor Bruce M. Metzger, destacado helenista, especializado en el griego del Nuevo Testamento, comenta en su trabajo titulado Jehovah Witness and Christ (Los testigos de Jehová y Cristo): “Al emplear el artículo ‘un’, los traductores (de la versión del Nuevo Mundo) desprecian el bien conocido hecho de que en la gramática griega los sustantivos pueden ser definidos por varias razones, ya sea que tengan artículo definido o no. Una frase prepositiva, en la cual el artículo definido no aparece expresamente, puede ser definida en griego, como ocurre realmente en Juan 1:1”.

Después de otros comentarios acerca de Juan 1:1, el pastor Christianini concluye:

“Los testigos de Jehová ni siquiera tienen noción de lo ridículo que es el insistir en su extraña ‘traducción’. Sus ‘ministros’ (todos los miembros de su organización son ministros) no admiten que nadie más sepa griego fuera de ellos. Todas las eminencias de renombre mundial, expertas en ese idioma, son ignorantes para los testigos de Jehová. Sólo las traducciones (diagloton) y del (Nuevo Mundo) son intocables. No tienen interés en examinar otras, y no quieren cotejarlas ni analizarlas. Esconden la cabeza en la arena como el avestruz”.

Sobre el autor: El pastor Pedro Apolinário enseña portugués, griego, hebreo y crítica textual en la Facultad Adventista de Teología del Instituto Adventista de Ensino, de San Pablo, Brasil. Tiene el título de profesor de Lenguas Bíblicas de la Universidad Andrews.