Introducción: La palabra “poder” proviene del griego dinamis, “fuerza”, “capacidad”, “poder”. La palabra castellana dinamita deriva de dinamis. Pero Lucas se refiere aquí (Hech. 1:8) al poder sobrenatural recibido sólo por aquellos sobre los que viene el Espíritu Santo. Este es el poder prometido para cambiar, transformar, proclamar, testificar y conducir a la gente a Cristo.

  1. ¿Es ésta nuestra mayor necesidad actual? Si nos detuviéramos en las calles y preguntáramos a la gente, probablemente recibiríamos una variedad de respuestas:

 —Señor, ¿cuál, piensa Ud., es la mayor necesidad del mundo?

 —La reducción de los impuestos, ¿qué otra cosa podría ser? —respondería un norteamericano.

 —Y Ud., señor, ¿qué dice?

 — ¡Pienso que es tiempo de poner punto final a la guerra de Vietnam —dirá un asiático.

 —Señora, ¿qué piensa Ud.?

 —Bien. Estoy en favor del movimiento feminista. ¡Debe haber oportunidades iguales, derechos iguales! —respondería una inglesa.

 —Y Ud., ¿qué dice, joven?

 —Bueno. La mayor necesidad de este país es la de amor.

 Otros dirían que lo que necesitamos es hallar una solución para los problemas sociales, la pobreza, la contaminación, la inflación, el desempleo, la enfermedad, la inmoralidad y para saber qué hacer en días de estancamiento económico de los países en que vivimos.

  • ¿Y qué piensan los adventistas del séptimo día? Permítanme hacer un giro y escudriñar sus pensamientos íntimos. Recuerden: ¡estoy examinando las profundidades internas!

 —Pastor González, ¿cuáles son sus planes para 1972?

 —Con la ayuda del Señor esperamos hacer una gran campaña evangelística. Ud. sabe que para eso necesitamos dinero. ¡Esperamos conseguir cierta suma aquí!

 —Prof. Fernández, ¿cuáles son algunas de sus grandes necesidades?

 —Necesitamos ampliar los campus, nos hace falta un nuevo edificio de ciencias y hemos emprendido una gran campaña para matricular más estudiantes en nuestro colegio.

 —Pastor Alfonso, ¿cuál es su mayor necesidad?

 —Debemos acabar nuestro templo en 1972. ¡Hemos trabajado durante dos años!

 —¿Qué puede decir Ud., joven, como observador?

 —Pienso que nuestra mayor necesidad es la de ser mejor comprendidos, de que la juventud tenga más participación en la iglesia.

  • ¿Es ésta nuestra mayor necesidad? Estoy seguro de que todos estarán de acuerdo en que lo que más necesitamos es EL PODER DE UNA VIDA LLENA DEL ESPIRITU. ¿Cómo podemos alcanzar ese poder en nuestra vida? ¿Hay alguna otra cosa que debamos hacer? ¿Qué debe ocurrir en nuestra vida? O quizá podamos decirlo de otro modo. ¿Qué hará ese poder por nuestra vida? ¡Es un asunto recíproco!

I. DINAMITARA AL YO

 1. Uno de los mayores intereses del mundo actual son las drogas. Esta es una era de píldoras, tabaco, alcohol. Me he enterado de que hay 20.000 adictos en Washington D. C. Amsterdam y Frankfurt también están llenas de ellos lo mismo que la mayoría de las ciudades del mundo. Hace no mucho tiempo recibí una carta de un amigo mío del Brasil. Con otras personas había entrevistado al ministro de educación. En ese momento, el ministro estaba en una reunión especial con el presidente del Brasil tratando el problema de las drogas que está comenzando a afectar a ese país. Inmediatamente pusimos a su disposición 80.000 jóvenes adventistas en la lucha contra las drogas. Los periódicos publicaron la noticia.

 2. Lo peor de todo es la “afición religiosa”. Mucha gente en el mundo actual se vuelve a la religión para obtener un alivio momentáneo de las tensiones, la ansiedad, las presiones y los problemas. Muchos adventistas, que son en realidad adventistas solamente del séptimo día, van a la iglesia únicamente en sábado para conseguir ese alivio momentáneo, deslizándose en ella por unos pocos momentos. Precisamente como la gente que corre tras los narcóticos y el alcohol, para huir de la realidad, así también hay muchos cristianos que corren al templo para obtener una “inyección” religiosa para librarse de las responsabilidades verdaderas de un verdadero cristiano y seguidor de Cristo. Esa inyección en el brazo apaga por un rato sus conciencias turbadas. Pero su efecto se disipa pronto pues en la mañana del lunes se quitan su capa religiosa y la ponen a un lado hasta el sábado siguiente. Esto parece aliviar las conciencias de muchos. No nos atrevamos a llamarlos durante la semana o pedirles algún favor especial. ¡Sus intereses particulares requieren todo su tiempo! ¡Esa no es la religión de Cristo! ¡Esa no es una vida llena del Espíritu!

 3. Cristo no aplicó paños tibios sobre la hipocresía cristiana y el egoísmo farisaico. Fue a la raíz del asunto y arrancó la máscara del corazón humano. Cristo era el único que podía curar la afición religiosa. Algunas personas se vacunan con la religión. Pero con esa pequeña dosis no se puede obtener la religión toda.

 4. La religión que no cambia internamente al hombre es solamente una afición. Dice el espíritu de profecía: “La naturaleza humana está siempre luchando para manifestarse, lista para la lucha; pero el que aprende de Cristo, se despoja del yo, del orgullo, del amor a la supremacía, y hay silencio en el alma. EL YO ES PUESTO A LA DISPOSICION DEL ESPIRITU SANTO. No estamos ansiosos, entonces, de tener el puesto más elevado” (Mensajes para los Jóvenes, pág. 160). “Cristo se despojó de sí mismo, y el yo no apareció en nada de lo que hizo” (Ibid.).

 5. No podemos tener una vida llena del Espíritu cuando está llena del yo. Debemos ser despojados de todo nuestro yo, de nuestra insinceridad e hipocresía. Pero si sometemos nuestras vidas a Cristo, ese poder, esa dinamita eliminará al yo de nuestras vidas. Entonces seremos sinceros en nuestra religión. Sabemos que esta palabra proviene de dos términos latinos: sine y sere. En castellano, sincero significa “sin cera”. En otras palabras, significa que una cosa es siempre la misma en todo momento. Eso es lo que el Espíritu hará por nosotros. Su poder eliminará, limpiará toda la cera que haya en nuestras vidas. Seremos cristianos sinceros, cristianos sin cera.

II. DINAMITARA EL PECADO

  1. El corazón del hombre es egoísta y necesita el altruismo que sólo Cristo puede dar.

 —El corazón del hombre es malévolo y necesita el amor que sólo Cristo puede dar.

 —El corazón del hombre es sucio y necesita la pureza que sólo Cristo puede dar.

 —El corazón del hombre es culpable y necesita el perdón que sólo Cristo puede dar.

 —El corazón del hombre es pecaminoso y necesita la transfusión que sólo la sangre de Cristo puede dar.

 Sin Cristo el hombre se embrutece y llega a ser casi un animal. Sin Dios hasta el mejor hombre del mundo es capaz de cometer los crímenes más terribles.

  2. ¿Cómo podemos comprender la naturaleza del hombre? ¿Por qué la controversia acerca de la absurda guerra vietnamita? ¿Por qué tantos muertos en las guerras? ¡Hermanos contra hermanos! ¿Por qué tantos crímenes? El hombre es incontrolable desde que el pecado penetró en sus venas. ¡Cuántas veces vemos personas que se encolerizan! Son amables por un momento, entonces, repentinamente, ese terrible elemento nubla sus mentes y, ¡oh! ¡cuánto necesitamos una transfusión de la sangre de Cristo!

 3. La madre de Lee Oswald dijo que su hijo era un buen muchacho. Pero mató a Kennedy. Goebels también fue honrado por sus buenas cualidades, pero sabemos de su historia en la segunda guerra mundial. Eichmann llegó a ser en la Argentina un ciudadano modelo, pero ¡a cuántos envió a los hornos en Alemania! ¿Por qué? ¡Así es el pecado! El pecado encenderá la voluntad del hombre para la comisión de las acciones más crueles.

 Ilustración: Hace un tiempo estuve en el campo de batalla de Antietam, junto a Hagerstown, Maryland. “La batalla de Antietam del día 17 de septiembre de 1862, alteró grandemente el curso de la Guerra Civil. Cinco días después de la victoria federal, Lincoln expidió la proclamación de la emancipación, en la cual advertía al sur que el 1º de enero de 1863 iba a declarar libres a todos los esclavos del territorio todavía rebelde a los Estados Unidos. En esa batalla murieron 12.410 federales y 10.700 confederados” (De un folleto del Ministerio del Interior de los Estados Unidos).

 4. Cristo también dictó la proclamación de la emancipación contra la esclavitud del pecado. Tenía un método para llegar a la raíz del mal. Su sangre llega hasta la más profunda mancha de pecado y limpia, purifica y regenera. Nos da una nueva clase de vida. El Espíritu de Dios en nuestras vidas dinamitará al pecado de ellas y de nuestros corazones.

 5. Estoy seguro de que saben cómo se elimina una montaña para construir una gran carretera. Se hace con dinamita. La dinamita se coloca en lugares estratégicos. Entonces lo único que se requiere es una chispa que encienda la dinamita. Bien, hermanos, si ponemos a Cristo en nuestros corazones todo lo que nos hará falta será el fuego del Espíritu Santo para eliminar el pecado. Se producirá una gran explosión y quedará despejado el lugar para una hermosa carretera que conducirá al cielo. Sí, el Espíritu será la dinamita que limpiará todas las cosas.

 6. El espíritu de profecía dice: “El hombre estaba dotado originalmente de facultades nobles y de un entendimiento bien equilibrado. Era perfecto y estaba en armonía con Dios. Sus pensamientos eran puros, sus designios santos. Pero por la desobediencia, sus facultades se pervirtieron y el egoísmo sustituyó al amor. Su naturaleza se hizo tan débil por la transgresión, que le fue imposible, por su propia fuerza, resistir el poder del mal” (El Camino a Cristo, pág. 15).

 7. Los resultados del pecado se hallan en todas partes.

 —El estigma del pecado se encuentra en los muchos viciosos que se ven tendidos por las calles.

 —El estigma del pecado se encuentra en los rostros de jóvenes que deambulan, apáticos y silenciosos.

 —El estigma del pecado se encuentra en los parques, en las casas sucias, en los departamentos llenos de humo, donde la gente vive en la promiscuidad.

 —El estigma del pecado se encuentra en los rostros de los alcohólicos que buscan escapar de la realidad.

 —El estigma del pecado se encuentra en los lagos y ríos contaminados. Sí, ¡la creación del hombre ha fracasado! ¡Está por destruirse a sí mismo! Sólo Dios puede cambiar, puede renovar, puede crear una nueva vida en el corazón del hombre. ¡La creación del hombre ha fracasado!

 Ilustración: “El último capítulo del Génesis” (Autor desconocido).

 “En el principio existía la tierra y la tierra tenía forma y belleza. Y el hombre habitaba en la tierra y en sus praderas y valles. Y dijo el hombre: ‘Edifiquemos rascacielos en este hermoso lugar’.

 “Y edificó ciudades y la tierra quedó cubierta de cemento y acero. Y las praderas desaparecieron. Y el hombre vio que era bueno.

 “Al segundo día el hombre miró las aguas de la tierra. Y dijo: ‘Echemos nuestros residuos en las aguas y la inmundicia desaparecerá’. Y así lo hizo.

 “Y; las aguas se contaminaron y su hedor era sofocante. Y el hombre vio que era bueno.

 “Al tercer día el hombre miró los bosques de la tierra y vio que estaban lozanos. Y dijo el hombre: ‘Tronchemos los árboles para nuestras casas y cortemos madera para nuestro propio uso’.

 “Y los campos se volvieron estériles y los árboles desaparecieron. Y vio el hombre que era bueno.

 “Al cuarto día el hombre vio que había abundancia de animales que corrían y jugaban bajo el sol. Y dijo el hombre: ‘Enjaulemos a los animales para que nos deleiten y hagamos de su matanza un deporte’. Y así lo hizo. Y ya no hubo más animales sobre la superficie de la tierra. Y vio el hombre que era bueno.

 “Al quinto día el hombre aspiró el aire de la tierra. Y dijo: ‘Esparzamos al aire nuestros desechos y los vientos los disiparán’. Y así lo hizo. Y el aire estaba lleno de humo y los gases no se pudieron eliminar. Y el aire se sobrecargó con los gases que sofocaban y hacían arder. Y vio el hombre que era bueno.

 “Al sexto día el hombre se contempló a sí mismo. Y observando que había muchas razas e idiomas diferentes, los temió y los odió. Y dijo: ‘Hagamos grandes máquinas y destruyámoslos antes de que nos destruyan a nosotros’. Y el hombre hizo grandes máquinas y la tierra fue convulsionada por la furia de tremendas guerras. Y el hombre vio que era bueno.

 “Al séptimo día el hombre descansó de todas sus obras, y la tierra estaba calma y vacía pues el hombre no habitaría sobre su superficie nunca más. ¡Y ESO SI QUE FUE BUENO!”

 Permítanme añadir: Apocalipsis 11: 18: “Ha venido… el tiempo… de destruir a los que destruyen la tierra”.

III. UNA VIDA LLENA DEL ESPIRITU NOS HARA CRISTIANOS-DINAMOS

 1. Gálatas 5: 22-24. ¡Esto es lo que ese gran poder hará por el cristiano! ¡Hará de él una dínamo! ¿Por qué? “Porque el Espíritu Santo no es sólo una influencia. ¡Es una Persona Poderosa, el Santo Espíritu de Dios! La Biblia nos dice que es omnipresente. Esto significa que está en todas partes al mismo tiempo. La Biblia nos dice que es omnipotente. Esto significa que tiene todo el poder. La Biblia nos dice que es omnisciente. Esto significa que tiene todo el conocimiento. Sabe cada cosa que Ud. hace” (De un sermón de Billy Graham). Está observándonos constantemente. También es eterno. Santo, de absoluta santidad, absoluta pureza, absoluta justicia. Así es el Espíritu Santo.

 2. ¿Sabe Ud. qué hará por nosotros? Juan 16:8: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”. ¡Dinamitará al pecado de nuestro corazón! Pero debemos reconocer que somos pecadores. Mientras nuestro corazón esté lleno de pecado y del yo el Espíritu no podrá hacer nada.

 3. En química hay una palabra muy interesante. La oí cuando visité la gran academia de Nueva York. Esa palabra es “solubilidad”. El equilibrio depende fundamentalmente de la facilidad con la que pueden mezclarse dos especies moleculares. Pero no hay solubilidad entre el pecado y los frutos del Espíritu. El pecado y el amor, el pecado y la gracia no pueden mezclarse. No pueden unirse.

 4. Debemos entregar nuestros corazones a Jesús. “Sometámonos a Cristo y no al ambiente que nos rodea”, como dijo el pastor N. C. Wilson en un culto en la Asociación General. ¡Debemos morir en la cruz con Cristo! Gál. 2:20. Quien ha sido crucificado, ha muerto y no puede actuar otra vez. Imaginémonos que estamos en un funeral. Cuando pasamos junto al féretro para decir adiós a nuestro amado o a nuestro amigo, vemos que nos guiña el ojo. Pienso que lo más probable es que saldríamos corriendo tan rápido como nos fuera posible. Esto sucedió realmente en el Brasil. Mientras se llevaba el féretro, alguien tropezó y lo dejó caer. El muerto despertó, o resucitó. No sé quién era. Pero no había muerto. La gente salió corriendo y lo dejó solo. Hermanos, si nuestra vieja naturaleza está muerta con Cristo, crucificada con Cristo, entonces está realmente muerta. El Señor debe tener una nueva vida y esa nueva vida sólo vendrá por medio de él. Él puede resucitar para vida eterna. El Espíritu Santo nos dará este nuevo modus vivendi, una nueva forma de vida. El Espíritu Santo será el sine qua non en la vida del cristiano.

 5. ¡La solubilidad del amor y el gozo! Esta debiera ser nuestra nueva manera de vivir: una vida llena del Espíritu que lleve los frutos del Espíritu, que una a los hermanos, que cambie nuestra vida y nuestra conducta. El apóstol Pablo menciona nueve elementos solubles: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. ¿Los hallamos en el término medio de los que en la actualidad dicen ser cristianos? ¡No! ¿Por qué? Porque nuestra mayor necesidad es la dinamita del Espíritu Santo, ese gran poder que mezcle, armonice, solubilice esos nueve elementos en vuestras vidas.

 6. ¿Qué clase de fruto estamos produciendo? ¿Estamos dando los frutos de vidas llenas del Espíritu?

 Pablo menciona en primer término al amor. Cuatro letras compactas, A-M-O-R, cuatro letras en los cuatro ángulos de la cruz. El Señor nos Amó, Murió, ofreciéndose por nosotros, Obvió el problema del pecado con su victoria y nos Redimió dándonos la vida eterna. ¡Este es el AMOR! ¡Un amor dinámico! Es una pena que no podamos expresar el amor como los griegos. Nuestros idiomas son demasiado pobres. Usamos la palabra amor para referirnos a muchas cosas. “Amo los paseos”. “Amo las papas”. “Amo a mi esposa”. “Amo este clima”, etc. Y esa misma palabra puede usarse para el amor impuro y sensual. Pero en griego hay diferentes palabras para expresar el amor.

 Eros es el amor sensual (el de las películas eróticas).

 Philia (Phileo) es el amor entre amigos o entre esposos (Filadelfia: ciudad del amor fraternal).

 Pero para el amor sobrenatural los griegos usan Agape (Agapao), ¡el amor de Jesús por la humanidad!

 —Un joven dirá: “Querida, te amo. Créeme, no necesitamos esperar hasta el matrimonio”.

La Biblia dice que “el amor es paciente y benigno”.

 —“Tú sabes que no puedo seguir trabajando con———————. ¡Me enloquece!”

 La Biblia dice: “El amor no tiene malos modales, no es egoísta o irritable”.

 —“María, sabes que jamás olvidaré lo que dijo de mí”.

 La Biblia dice: “El amor no se acuerda del mal”.

 —“¿Te enteraste de lo que pasó con el Sr. y la Sra.——————? ¡Se han divorciado!” “¿De veras? No sabía nada. Cuéntame cómo fue”.

 Pablo dice: “El amor no se alegra del mal, sino que se alegra de la verdad”.

 —“¡Ya no sé qué hacer! Mi hijo es un caso desesperado. Ha comenzado a drogarse”…

 “El amor nunca se desanima, su paciencia y su esperanza nunca se acaban”. (1 Cor. 13, Buenas Nuevas para el Hombre Moderno.)

 ¡Este es el amor! ¡El gran obsequio que Dios desea darnos hoy! Si “estamos llenos del Espíritu” estaremos llenos del amor de Dios. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos”. Sabrán que somos cristianos por nuestro amor.

 En 1 Corintios 13 Pablo pudo haber dicho:

 —Si yo hablara francés, inglés, alemán, castellano y portugués, pero no tengo amor, ¡soy semejante a metal que resuena, o címbalo que retiñe! ¡Todos ustedes saldrían corriendo de este edificio!

 —Si pudiera predicar como Billy Graham, Moody y algunos de los grandes predicadores adventistas de nuestros días, pero no tengo agápe, ¡nada soy!

 —Si pudiera comprender todos los misterios del universo y todos los secretos del espacio y ser como el Dr. Werner Von Braun o Einstein y no tengo amor… ¡estoy vacío!

 —Si tuviera la fe de pioneros como Guillermo Miller, Jaime y Elena White, si como Pablo pudiera decir: “¡Levántate y anda!” pero no tengo amor, eso sería el “caos”. ¡Esa no sería una fe verdadera!

 —Si llamara al pastor————-y le dijera: “Aquí tiene. Este es el título de propiedad de mi casa, éste el de mi automóvil, aquí está mi dinero (que no sería demasiado). Entrego todo a la causa”, pero no tengo amor… ¡la Biblia dice que eso no está bien!

 —Finalmente, si ustedes me vieran morir en la hoguera —¡qué mártir!— pero sin amor, mi sacrificio no tendría significado.

 Un hombre sin amor es semejante a Herodes cuando Jesús tuvo que enfrentarlo, según lo dijo el Dr. A. Bietz en su libro When God Met Man. “¡Habla!” dijo. “He oído muchas cosas de ti… Habla, ¡vamos! ¡Haz un milagro, haz algo!” La respuesta de Jesús fue el silencio. Ante la nada, no había nada que decir. ¡El que no tiene amor está vacío! ¡Hay en él una gran brecha, un vacío asombroso, un desolado desierto! ¡Una vacuidad eterna! Jesús no tiene nada que decir a cristianos que no tienen amor. Siempre habrá silencio entre la nada y el todo.

 Amor: La llave que abre los corazones.

Ilustración: “El joven soldado camboyano había quedado durante cinco semanas en estado de conmoción. Cuando lo vi en un hospital de Phnom Penh, no había hablado una sola palabra desde su internación. Trozos de artillería le habían herido una pierna, habían desfigurado horriblemente su rostro, destruido su vista, y destrozado su futuro.

 “Tan grande era su agonía que se había encerrado en su dolor y arrojado la llave lejos de sí. Nadie podía alcanzarlo.

 “Como parte de una gran cantidad de medicinas y de enseres hospitalarios que yo había traído para tratar de aminorar el sufrimiento en Camboya, había diez sillas de ruedas. Le dije a los médicos que deseaba ofrecerle una a ese soldado como obsequio de amor cristiano.

 “Después de ayudarlo a dejar su camilla para ocupar la silla de ruedas, observé cómo sus manos palpaban los brazos y las ruedas de la silla mientras los médicos le hablaban de! obsequio. Sus ojos sin vista se llenaron de lágrimas que corrieron por sus mejillas y se volvió hacia el médico pronunciando sus primeras palabras vacilantes, palabras de gratitud. Más tarde supe que después de mi partida salió de ese joven un diluvio de palabras que lo alivió cuando sus emociones reprimidas hallaron expresión verbal.

 “El médico dijo: ‘Hoy hemos visto cómo el amor abrió una vida’” (De la revista PHP, junio de 1971, pág. 32, “Cómo el amor abre una vida”, de W. Stanley Mooneyham, Estados Unidos).

 7. Amor y gozo, la solubilidad de estos dos elementos abarca todas las cosas.

 —Se supone que los cristianos han de regocijarse.

 —Campanas de gozo “sonarán en nuestros corazones”.

 —Podremos tener un silencio gozoso.

 —Por la forma como cantan algunos cristianos, pienso que muchos tienen temor, están afligidos o tristes de ser cristianos. Muchos cristianos harían bien en devolver sus vidas al Señor con una nota que dijera: “¡Lamento los deterioros! Me entrego. ¡Haz lo que a ti te parezca mejor!”

 Sólo Cristo puede dar verdadero gozo.

Ilustración: Tenemos gozo cuando nos vamos a casar, cuando un hijo o una hija se gradúan en la universidad. Los orgullosos padres desearían contarlo a todo el mundo. Mi hermano estuvo casado durante muchos años pero su hogar no se veía alegrado con hijos. Hace algunos meses su esposa tuvo un bebé. Mi hermano me despertó a la 1.30 de la madrugada para contármelo. Estaba tan contento de que escribió telegramas, hizo llamados telefónicos a todo el mundo. ¡Qué papá orgulloso!

 Nunca olvidaré la ocasión cuando, siendo niño, vine gritando por la calle: “¡Mamá, aprobé, aprobé!” Yo tenía siete años.

 Si usted tiene gozo en su corazón, deseará compartirlo con los demás.

 8. Los amigos, el amor y el gozo servirán como elementos de solubilidad para hacer que nuestras vidas se llenen del Espíritu con sus nueve elementos, con sus dones.

 Para integrar un coro se nos elige según la calidad de nuestra voz. El último himno de este mundo será cantado por aquellos que posean esas cualidades. Ese es el único medio para conseguir armonía.

 Conclusión: Permítanme terminar diciendo que hay un gran poder en la vida de cristianos llenos del Espíritu.

 —Poder que eliminará al yo para siempre y vaciará al hombre de su simulación e hipocresía.

 —Poder que destruirá los escombros del pecado en nuestros corazones y limpiará la senda para una nueva vida, para nuevas construcciones, para nuevas carreteras, para nuevas semillas que lleven los frutos del Espíritu.

 —Poder que revelará los frutos del Espíritu, los nueve frutos resumidos en uno: ¡AMOR!

 —Poder que cubrirá las brechas generacionales con amor, gozo, paz, todos los demás frutos del Espíritu, capacitándonos para vivir unidos y hacer planes para la vida que se halla más allá del sol.

 ¡Llénanos, oh, Señor!

Sobre el autor: Sermón devocional presentado por el pastor Leo Ranzolin en el concilio otoñal el 12 de octubre de 1971, en Washington D. C.).