¿Qué es un plan? Alguien ha dicho lo siguiente: un plan es “una anticipación mental, un estudio previo de una tarea o trabajo, que resulta en un proyecto de acción inmediata o futura”.

Independientemente de la definición que queramos darle a esta palabra, hay una verdad básica acerca de la planificación, y es que sin ella:

Las tareas fáciles se tornan difíciles.

Las buenas ideas y los ideales se comprometen.

Lo poco llega a costar mucho.

El éxito cambia de nombre, se llama fracaso.

No todos recuerdan que en lo que va de este siglo, Europa ha sido salvada dos veces por dos planes diferentes. Sí, el continente europeo fue salvado:

Del nacismo, por el plan del día “D”.

Del hambre y del caos económico, por el plan Marshal.

Cada vez que el destino de las cosas y los valores superiores estuvieron en juego, los hombres no confiaron en los riesgos de la suerte aventurera, ni de la experiencia insegura de todos los días.

Las victorias consagradoras de los hombres de todos los tiempos y condiciones sociales siempre estuvieron estrechamente relacionadas con planes bien completos, ejecutados con toda fidelidad e idealismo.

¡Amigos! En cada cosa que hacemos en nuestro ministerio adventista, conviene que tengamos presente una verdad incuestionable:

Trabajamos para Dios y la eternidad.

El que trabaja para Dios y la eternidad no puede depender de la suerte aventurera ni de la experiencia de cada día.

Por lo tanto, el imperativo del movimiento adventista consiste en trazar planes.

¡Grandes cosas para una causa grande!

Y ahora queremos formular dos preguntas personales. ¿Dónde está el plan para el trabajo ministerial de 1964? ¿En la tierra de nadie? ¿En el valle de sombra y de muerte?

¿Qué es un plan para usted? ¿Una sombra ignota? ¿Ese desconocido?

Sobre el autor: Director del dpto. de Jóvenes de la División Sudamericana.