El pastor siempre está listo para atender a cualquiera. No tiene horario. De día o de noche, si el teléfono suena o si alguien llama a la puerta, no mide esfuerzos ni considera las circunstancias. Aunque no lo busquen, va a buscar con diligencia a la gente, con el fin de ayudarla en sus necesidades. Oye lamentos, quejas, agravios y confidencias. Llora y ríe, aconseja y ora. Consuela y ayuda a disipar las tinieblas que suelen envolver la existencia de sus semejantes. Extiende la mano o el cayado, y libera al que se había perdido entre las espinas de la vida. Advierte al transgresor acerca de los peligros de la senda pecaminosa. Le muestra la seguridad del camino de la salvación. Nutre el espíritu de la gente con mensajes bíblicos. Bautiza, celebra ceremonias de bodas, dedica los niños a Dios. Festeja nacimientos y preside servicios fúnebres. Y además cumple con las obligaciones burocráticas y administrativas de la iglesia.
Así es el pastor. Cuida de todo y de todos. Pero, ¿quién lo cuida a él? ¿O no necesita que lo cuiden? ¿Es por casualidad un superhombre? ¿No tiene sentimientos? ¿No necesita de un oído o de una mano amigos? Nada de eso. El pastor es sólo un “vaso de barro” que contiene un tesoro muy valioso. A veces ese vaso sufre alguna avería y necesita reparación. Sería obvio decir que Jesucristo es el supremo pastor de todos nosotros, el pastor de los pastores.
En él encontramos, efectivamente, todo lo que necesitamos en todos los aspectos de la vida. Pero él ha encargado a ciertos instrumentos suyos para que pastoreen su rebaño junto con él. Como pastores, nosotros somos esos instrumentos. Como ovejas, recibimos el cuidado de la Asociación Ministerial por medio de sus secretarios.
¿Cómo funciona esa asociación? ¿Qué actividades desarrolla? ¿Cuáles son las cualidades que debe tener un secretario ministerial? Esos son los temas que, entre otros, comentó con nosotros el pastor James A. Cress, secretario de la Asociación Ministerial de la Asociación General, en la entrevista que le concedió a Ministerio Adventista en Foz do Iguazu, Paraná, Brasil.
Ministerio: ¿Cuándo se creó la Asociación Ministerial y con qué propósito?
Pastor Cress: La Asociación Ministerial fue fundada en 1923. La verdad es que había llegado el momento cuando el pastor Arthur G. Daniells debía jubilarse, pero él no aceptaba la idea. Había sido presidente de la Asociación General por 21 años, y creía que debía seguir trabajando. Entonces se le asignó la tarea de crear una asociación ministerial. No sabemos con exactitud qué tenían en mente los miembros de la junta; tal vez sólo le querían dar un trabajo al pastor Daniells. Pero él era un hombre de mucha visión, y le gustó la tarea, entendiendo que el objetivo a alcanzar debía ser el crecimiento espiritual y profesional del pastor y su familia.
En esa época muchos pastores no tenían formación académica. Entonces el pastor Daniells comenzó a recomendar algunos libros para que ellos los leyeran, animándolos a crecer intelectual y espiritualmente. También se le dio énfasis especial a la evangelización. Con el crecimiento de la obra se hizo necesario que alguien atendiera ese aspecto. Entonces surgieron figuras notables como los pastores Froom, Anderson y Spangler que, como secretarios asociados de la Asociación Ministerial, también eran directores de la revista Ministry.
Hace entre 15 y 20 años, no estoy muy seguro, se fundó el Instituto Bíblico de Investigación, separado de la Asociación Ministerial. En verdad, al principio eran parte de un mismo departamento. En el Instituto, una comisión de eruditos se encargaba de investigar temas teológicos. Cuando se produjo la separación, los teólogos continuaron con sus investigaciones, y el aspecto práctico de la obra quedó en manos de la Asociación Ministerial. Eso tiene sus pros y sus contras. El lado bueno es que el equipo de investigadores dedica tiempo a escribir y responder preguntas teológicas que necesitan aclaración. El lado malo es que en la tarea diaria no hay mucha interacción entre los investigadores y los que nos dedicamos a las tareas prácticas.
Ministerio: Además de eso, ¿qué otras actividades promueve la Asociación Ministerial?
Pastor Cress: Bien, existe también el área femenina de la Asociación Ministerial. Publicamos además la revista Ministry. La AFAM (la rama femenina de la Asociación Ministerial) tiene como misión atender a las familias de los pastores, y trabaja especialmente con las esposas y los hijos. Ponemos énfasis, igualmente, en el crecimiento de la iglesia por medio de la evangelización pública en las grandes ciudades o en los lugares donde todavía no hay presencia adventista, compartiendo principios por medio de los cuales las iglesias locales pueden crecer y desarrollarse. Junto con eso, está la obra que se hace en favor de los ancianos de iglesia, motivándolos, inspirándolos y capacitándolos con recursos materiales y técnicos para que hagan la obra que les corresponde. En la Asociación General, Sharon Cress es la responsable de AFAM, y el pastor Joel Sarli, un brasileño, se encarga de la obra en favor de los ancianos de iglesia. El área de crecimiento y de evangelización está bajo la coordinación del pastor Peter Prime, cuyo nombramiento es reciente. También existe el área de desarrollo profesional, dirigida por el pastor Nikolaus Satelmajer. Es importante que recordemos que nos preocupamos asimismo de los pastores de otras denominaciones. Por otra parte, somos la organización que más ha hecho en favor de esos pastores, ofreciéndoles seminarios, publicaciones, elementos audiovisuales, etc. Se sienten felices y nos animan a continuar esta obra. Desde que comenzamos esta actividad, varios pastores han aceptado el mensaje adventista. La producción de recursos es importante, y es factible financieramente. Hemos invertido mucho en esto en los últimos siete años.
Ministerio: ¿Qué piensa de la mujer en la tarea ministerial?
Pastor Cress: No voy a hablar aquí acerca de la ordenación de la mujer al ministerio pastoral, sino de la mujer que sirve en el ministerio. Desde el punto de vista histórico eso forma parte de la Asociación Ministerial. Por muchos años, hasta mediados de la década de 1970 específicamente, la Asociación Ministerial debía tener como asociada a una mujer. Ella debía encargarse de que otras damas también sirvieran en el ministerio adventista. Las que aceptaban el desafío recibían el título de instructoras u obreras bíblicas. Hoy la terminología cambió; en algunos lugares se las llama asociadas del pastor, en otros simplemente pastoras. Eso no tiene nada que ver con el tema de la ordenación; se trata sólo de un arreglo práctico. En la Asociación Ministerial hoy no tenemos una asociada con ese propósito. Sharon lleva a cabo su obra con las esposas y los hijos de los pastores. De todas maneras, hay otra área, el Ministerio de la Mujer, que incentiva el desarrollo de las damas en las actividades de la iglesia. Las mujeres pueden y deben servir aunque no sean ordenadas.
Ministerio: ¿Qué cualidades debe tener un secretario ministerial?
Pastor Cress: Primeramente debe ser alguien que ame a los pastores. Estos deben sentir que el secretario ministerial es su amigo. No creo que los secretarios ministeriales deberían desarrollar funciones administrativas además, porque tenderían a diversificarse mucho, corriendo el riesgo de no darle la debida importancia a la ayuda que necesitan los pastores. La asistencia al pastor y a su familia es una actividad prioritaria que el secretario ministerial debe tener muy en cuenta. Existe para realizar esta tarea específicamente. Al decir esto, quiero expresar en realidad que la primera cosa que debe tener en el corazón el secretario ministerial, en relación con los pastores y sus familias, es el amor de Jesús. Debe estar en condiciones de decir a los pastores: “Síganme, así como yo sigo a Cristo”. El secretario ministerial debe ser de visión amplia, en el sentido de entender correctamente la evangelización bíblica, el arte de dar estudios bíblicos personales, hacer visitas pastorales, comprender lo que es el crecimiento de la iglesia y saber satisfacer las necesidades individuales y familiares. Debería, por lo tanto, ser alguien de probado éxito en todas las áreas de la tarea pastoral que desarrolló previamente en sus iglesias. No debería ocupar ese cargo por causa del cargo en sí, o porque se lo consideró merecedor de una “promoción”, sino porque se creyó que era capaz de ayudar a los otros pastores. Por supuesto, también debe ser alguien cuya vida familiar sea consecuente.
Ministerio: ¿Percibe usted alguna tensión entre las tareas del secretario ministerial y las del presidente del campo? En caso afirmativo, ¿cómo se la podría eliminar?
Pastor Cress: Espero que este asunto se trate siempre en los concilios ministeriales. A veces parece que resulta más fácil ignorar un tema que admitir su existencia. Otras, un presidente puede manifestar cierto recelo, que no necesita existir, relativo a la supuesta “sombra” que le podría proyectar cualquier director de departamentos. Tal vez incluso se deba a que él no tiene la experiencia necesaria acerca de ese tema. Pero, repito, ese recelo no debe existir. No es pecado que él no haya sido nunca director de Educación o de Publicaciones, por ejemplo. Puede ser que haya sido un pastor de éxito también, y ahora tiene que trabajar con un secretario ministerial que se encuentra entre lo que él fue en lo pasado y lo que es en este momento. Entienda bien lo que voy a decir y publíquelo correctamente: el presidente no le debe tener miedo al secretario ministerial, ni tampoco debe tratar de amedrentarlo; todo lo contrario, el secretario ministerial debería formar parte de los planes del presidente. Incluso creo que algunos secretarios ministeriales habrían contribuido a que exista cierta tensión, porque se estarían preparando para convertirse ellos mismos en administradores en el futuro. La responsabilidad del secretario ministerial consiste en reducir esa tensión porque, de alguna manera, él forma parte de la administración también. Por ejemplo: algunas veces la administración lo puede comisionar para que intente solucionar un problema ministerial. Pero esa autoridad le fue delegada, y la debe ejercer de tal manera que tanto los pastores como los administradores confíen en él. Él es el pastor de los pastores, incluido el presidente. A veces el secretario ministerial oirá quejas de los pastores con respecto a la administración, y vice-versa. Su papel no consiste en tomar partido ni implementar medidas en contra de uno o de otro. Debe ser un pastor que, con sólida sabiduría espiritual, sugiera caminos de reconciliación.
Ministerio: La evangelización pública, por su misma naturaleza, es también una actividad llena de tensiones, que pueden afectar al secretario ministerial. ¿No sería mejor que sólo fuera secretario ministerial y no evangelista a la vez?
Pastor Cress: Conozco algunos secretarios ministeriales de mucho éxito, que también son o han sido grandes evangelistas. Son estudiosos, fuertes en la preparación de pastores y laicos, excelentes predicadores. La palabra que más me gustaría ver entre las dos funciones es “equilibrio”. No importa cuáles sean las predilecciones de los pastores; la mía es la evangelización. Trabajé más de diez años como evangelista, especialmente en ciudades grandes. Pero no descuidé el énfasis en aspectos importantes como la preparación de laicos y pastores, y la ayuda a sus familias. Me gusta la evangelización, pero no me puedo limitar a lo que más me gusta. Es necesario asumir con equilibrio todas las responsabilidades.
Ministerio: ¿Cómo ve usted, en su cargo, el ministerio adventista de hoy, frente a los desafíos de este fin de milenio?
Pastor Cress: Ciertamente estamos más cerca que nunca del regreso de Jesús. Como adventistas, debemos estar más conscientes de eso que cualquier otro grupo religioso. Pero no necesitamos concentrarnos en las fechas del calendario, lo que ciertamente es artificial. En cambio, es importante observar la rapidez con que cunde la iniquidad, el aumento de las calamidades naturales, las “guerras y rumores de guerras” y el colapso de los valores. Esas cosas le dan a esta época el carácter de un momento especial y solemne de la Historia. Por otro lado, también hay un impresionante progreso tecnológico y científico que posibilita y facilita la predicación del evangelio en todo el mundo. Ciertamente nos gustaría que la obra hubiera avanzado más, pero estamos haciendo nuestra parte. Y el Señor ha abierto puertas de manera sobrenatural en algunos lugares. Él guía a su pueblo, dirige y orienta a sus pastores, los usa y seguirá creando las condiciones que nos permitirán enfrentar los desafíos del momento.
Ministerio: ¿Cuáles son los problemas más difíciles, en su opinión, que requieren mayor atención de los pastores?
Pastor Cress: Me parece que deben prestar atención a ciertas cosas que podrían impedirles desempeñar sus funciones. Una de ellas es la tentación de hacer el trabajo solos, sin pedir ayuda, provocando así una división muy marcada entre ellos y los laicos. Es como si estuvieran en el estadio, donde mucha gente mira a las pocas personas que participan del juego, para aplaudirlos o criticarlos. Son miles los que también necesitan de cierto tipo de ejercicio. Es necesario que los pastores saquen a los hermanos y a los oficiales que se encuentran en los bancos del estadio, asignándoles algunas tareas, preparándolos con el fin de que las puedan llevar a cabo y ubicándolos para trabajar, especialmente a los ancianos. Es posible que algún pastor crea que si les confía ciertas tareas a los laicos, estos no las harán tan bien como él. O tal vez piense en otro tipo de riesgo, a saber, que los laicos hagan mejor la tarea que el mismo pastor; éste es un problema que tiene que ver con su ego. Otra situación que debe captar el pastor son los ataques directos o indirectos que lanza Satanás. La Sra. White dice que somos el blanco del enemigo. Por eso, el pastor debe estar constantemente en comunión con el Señor, de quien obtendrá fuerzas para enfrentar al adversario, ya sea que se presente con ferocidad o subrepticiamente. El pastor nunca debería estar tan lleno de trabajo que no tenga tiempo para hablar con Dios por medio del estudio de la Biblia y la oración. A eso le añadiremos la necesidad de disponer de tiempo para la familia. Nunca se puede exagerar esto, porque muchos se descuidan y terminan perdiendo la vocación y la familia, en busca de lo que es éxito para los humanos. Las dos cosas: la vocación y la familia, son dones de Dios al pastor, sagrados por cierto, y se los debe preservar. La mediocridad es otro problema contra el cual el pastor debe estar precavido, no permitiendo que nada le impida su crecimiento personal.
Ministerio: ¿Cómo podemos evaluar correctamente el desempeño de un pastor? No todos trabajamos en las mismas condiciones favorables.
Pastor Cress: En primer lugar, creo que nunca vamos a dejar de tener en cuenta los bautismos que llevamos a cabo. Estoy de acuerdo con que el ideal sería contar cuántos de los miembros bautizados por un pastor siguen siendo seguidores de Cristo seis meses o un año después. Los bautismos son un factor importante en la obra pastoral, y uno de los frutos de la misión. Si esa manera de evaluar es justa o no, yo diría que lo es. Pero no se la debería usar como único criterio para todos los pastores, ya sea que trabajen en zonas relativamente fáciles o no. Algunos se desempeñan en regiones y en condiciones más favorables que otros. De modo que debemos evaluar a cada cual según sus circunstancias. Y tampoco debería ser el único parámetro de la evaluación. Están, por ejemplo, la atención del rebaño, su habilidad como predicador, su capacidad de preparar a los miembros para el servicio, la diligencia en la visitación, los estudios bíblicos, la participación espiritual de los hermanos, la conducción de los servicios del culto y su relación general con los miembros de la iglesia. Creo que el criterio es muy amplio, y no se lo puede restringir a sólo cierta cantidad de bautismos. Hay lugares donde se bautizan diez mil personas o más, y un año después muchas de ellas ya abandonaron la congregación, o no se nota crecimiento en otras áreas, como la del diezmo, por ejemplo. Si éste es el caso, es señal de que algo no está bien, a pesar de la cantidad de bautismos que podría haber.
Ministerio: ¿Qué blancos desearía usted, como secretario ministerial de la Asociación General, que alcanzaran los pastores en sus vidas?
Pastor Cress: Quiero que mis colegas, los pastores adventistas de todo el mundo, primeramente amen a Jesús y mantengan con él una relación íntima, de fe, constante, de tal manera que reflejen eso sobre el rebaño que se les confió. Quiero que estudien la Biblia y oren en busca del poder del Espíritu Santo, de manera que tengan un mensaje poderoso que transmitir, para alimentar y reconfortar a sus congregaciones. Quiero que no descuiden a la familia, que es su primera iglesia. Por fin, deseo que dirijan la congregación con amor, sabiduría, paciencia y ternura. Quiero que motiven, inspiren y preparen para el servicio a los ancianos de la iglesia, a los demás oficiales y a los laicos. Deben ser pastores que no se conformen con lo mínimo, sino que estén siempre creciendo intelectual y espiritualmente. Quiero insistir en que el pastor debe amar a la gente, lo que es un desafío hoy. Parece que los seminarios preparan a los ministros poniendo mucho énfasis en el aspecto intelectual, que es importante por cierto, pero que no lo es todo. El pastor no se puede limitar a ese aspecto. Hay algunos que desgraciadamente están entrampados en esa
maraña escolástica, ajenos al quehacer cotidiano de la gente. Pero nosotros los preparamos para eso. Estudiamos la Biblia con ellos, teóricamente, y después les decimos: “Ahora vayan y amen a la gente”. Antes de eso necesitamos acostumbrarlos a relacionarse con la gente. Es bueno que tengan cierto desarrollo intelectual, pero también deben tener un desarrollo psicológico. Los hermanos necesitan sentir que el pastor está cerca de ellos, y quieren sentirlo, al ver que los trata como personas, como seres humanos, atento a sus necesidades, interesado en satisfacerlos y empeñado en hacerlo. Quieren sentir la simpatía del pastor, y necesitan percibirla en su relación con ellos. El progreso tecnológico introdujo muchos cambios en este mundo, pero el corazón humano sigue siendo el mismo.
Ministerio: ¿Le gustaría dar un mensaje especial a los pastores de Sudamérica?
Pastor Cress: Le quiero decir lo siguiente a cada pastor adventista de Sudamérica: la mejor oportunidad que usted tuvo en la vida es la obra que está llevando a cabo ahora, en el lugar donde se encuentra. No pierda tiempo pensando en lo que ya fue, aunque no debe ser ingrato con ese pasado de victorias, ni dejar de pensar en lo que llegará a ser en el futuro; pero recuerde que eso le pertenece a Dios. Si usted no está feliz con el trabajo que está haciendo actualmente, en el lugar donde se encuentra, ciertamente no está calificado para imaginarse lo que podría llegar a ser en el futuro. La Hna. White afirma que existen miles de personas que se encuentran en los umbrales del reino, esperando que alguien las invite a entrar. Algunas de ellas están ahí, rodeándolo, en su campo de acción, al alcance de su voz y de su labor. Por eso creo que la mayor oportunidad que tenemos es la tarea que estamos haciendo ahora. Aprovechémosla de la mejor manera en nombre de Dios.