Es obvio que partir el pan juntos era sencillamente una comida común compartida

     Como joven pastor tuve discusiones con pastores no adventistas acerca del sábado o séptimo día. En sus argumentos para defender el domingo estos pastores se apoyaban indefectiblemente en Hechos 20:7: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; ya largó el discurso hasta la medianoche”. Este pasaje, decían, apoya el domingo como día del Señor en dos registros:(1) Pablo y los cristianos de Troas se habían reunido el primer día de la semana celebrar la eucaristía. Como se expresa con claridad en las palabras “partir el pan”, y (2) Pablo estaba predicando a la asamblea de creyentes.

     La primavera pasada, durante un simposio sobre el sábado celebrado en la Universidad de Denver, surgió el mismo argumento. En esta ocasión, sin embargo, los eruditos del Nuevo Testamento usaron Hechos 20:7 para mostrar que la raíz del cambio del sábado al domingo se halla en las enseñanzas y prácticas el apóstol Pablo. Recordando las discusiones de aquellos años decidí darle otra miradita a este texto.

Sintaxis del pasaje

     Los dos puntos clave de la sintaxis que nos ayudan a comprender este versículo son un infinitivo, que en griego indica propósito (klasai) y un participio causal (mellón). Primero el participio causal. El texto dice que Pablo habló con la gente ‘habiendo de partir al día siguiente’. La palabra “habiendo” (mellón) es un participio causal que da la razón por la cual Pablo predicó, porque estaba a punto de partir. No se da otra razón para este sermón, e imponer el cambio del sábado al domingo como la razón por la cual Pablo predicó es hacerle violencia al texto.

     El infinitivo que indica propósito (klasai, “partir”) nos da una vislumbre de la razón particular por la cual la iglesia de Troas se reunió ese primer día de la semana en particular. Se reunieron con el fin de partir el pan. Quince textos del Nuevo Testamento mencionan el acto de partir el pan. Cinco de ellos se relacionan directamente con la eucaristía (Mat. 26:26; Mar. 14:22; Luc. 22:19; 1 Cor. 10:16; 11:24). En cuanto a las otras diez referencias, los comentaristas por lo general concuerdan en que nueve de ellas tienen al menos una conexión simbólica con la comida de la eucaristía (Mat. 14:19; 15:36; Mar. 8:6,19; Luc.24:30; Hech. 2:42,46; 20:7,11). A causa de su contexto, Hechos 27:35 no se considera que se refiera a la eucaristía.

El partimiento del pan en la iglesia primitiva

     Aquellos que relacionan los pasajes arriba citados de Hechos (excepto 27:35) con la eucaristía, señalan la primera aparición de ‘partir el pan” (Hech. 2:42) como un precedente del cual se parte para comprender los siguientes pasajes. Examinemos el versículo en la versión Nueva Biblia Española: “Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles y en la comunidad de vida, en el partir el pan y en las oraciones”. La presenciado una coma en la NBE (Nueva Biblia Española), que divide las cuatro actividades de estos cristianos primitivos en dos grupos, lleva al lector a pensar que ‘enseñanza’ y ‘comunión de vida’ van juntas, y que ‘el partir el pan’ y ‘las oraciones’ van juntas. Así, sería fácil pensar que las dos últimas actividades comprendían la experiencia de la adoración comunitaria —la eucaristía y las oraciones- y que la enseñanza y la comunión de unos con otros representan sus esfuerzos misioneros. Sin embargo, la RVR (Reina-Valera Revisada 1960) divide estas cuatro actividades en tres grupos por el uso de comas “la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.

     El uso que hacen los editores o los traductores de los signos de puntuación cambia la comprensión del texto. Para los adventistas, el ejemplo más claro de esto es Lucas 23:43: “Te lo aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Nueva Biblia Española). Nosotros reconocemos que la multitud de pasajes escriturísticos que presentan la muerte como un sueño se oponen a la colocación de esos dos puntos después de la expresión “te lo aseguro”: Del mismo modo, la colocación de comas en Hechos 2:42 también puede volver confuso su significado. Si quitamos las comas del verso, aparece inmediatamente un quiasmo para aclarar el significado del partimiento del pan en la iglesia primitiva.

     a. Enseñanza

     b. Comunión

     b’. Partimiento del pan

     a’. Oraciones

     La enseñanza de los apóstoles y las oraciones (a y a’) eran actividades espirituales de la iglesia primitiva, mientras que la comunión y el partimiento del pan eran actividades sociales. Así, Hechos 2:42 introduce el sistema de apoyo adoptado por la iglesia primitiva después del día de Pentecostés para suplir tanto las necesidades espirituales como las sociales de los nuevos conversos.

     Al final del capítulo 2 de Hechos hallamos evidencia adicional de que el partimiento del pan se relaciona con las actividades sociales, no con la eucaristía: “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hech. 2:46). Es obvio que partir el pan juntos era sencillamente una comida común compartida.

Conclusión

     Aunque los eruditos no adventistas usan Hechos 20:7 para defender el domingo como día del Señor, la evidencia interna del texto no apoya tal uso. El partimiento del pan en Hechos 2:42 es una comida común, parte del sistema de apoyo social para los conversos de la iglesia primitiva. Hechos 2:46 y 27:35 también se relacionan con comidas comunes. Basados en el peso de estas evidencias que se hallan en todo el libro de los Hechos, el partimiento del pan del capítulo 20:7, 11 debe representar, del mismo modo, un evento social —en realidad celebrado el sábado de noche sin ninguna conexión con la eucaristía. No hay apoyo aquí para la observancia del domingo.