Si hay un nombre que suena más dulce O que otro en los oídos del creyente, es el nombre de Jesús. ¡Jesús! La vida de todos nuestros gozos. ¡Jesús! Es el nombre que arranca melodías de todas las arpas del cielo. Si existe un nombre más encantador y más precioso que otro, es éste. Va entretejido en todas nuestras expresiones de alabanza. Muchos de los himnos que cantamos comienzan con él, y casi todos lo nombran en alguna estrofa. Es el resumen de todo gozo. Es la música de las campanas celestiales; es un himno en una palabra; es un océano para la comprensión, aunque es sólo una gota de brevedad; es un oratorio inigualable en dos sílabas; una reunión de los aleluyas de la eternidad en cinco letras”.

Así escribió Charles H. Spurgeon, un predicador de una generación pasada, un hombre de Dios muy conocido en sus días, y que hoy es considerado por muchos como el “príncipe de los predicadores”. ¡Qué tributo maravilloso a nuestro Señor contienen esas líneas! Nótese el énfasis en la dulzura y la preciosura de este nombre del Hijo de Dios. Cuán apropiado es que le cantemos loores. Pensemos en algunos conocidos himnos, como Cuán dulce el nombre de Jesús!”, “Jesús me guía”, “Jesús, tu dulce nombre” “Ni uno hay”, y muchos otros. ’’

Es este sagrado nombre el que nos ocupará en este estudio. A continuación presentaremos varios aspectos de este notable lema.

I. Jesús —su nombre

Consideremos las diferentes formas en que se nombra al Hijo de Dios en las Sagradas Escrituras.

1. Sus nombres en el Nuevo Testamento

a. “Y llamarás su nombre Jesús” (Mat. 1:21)

b. “Y llamarás su nombre Emmanuel” (Mat. 1:23).

c. “Su nombre es llamado el Verbo de Dios” (Apoc 19: 13). J

2. Sus nombres en el Antiguo Testamento

a. “Llamarase su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isa. 9:6).

En la versión de los LXX leemos: “Su nombre es llamado el Mensajero de poderoso consejo” (The Septuagint Versión of the Old Testament With an English Translation). Los antiguos rabinos consideraron este texto como mesiánico. Leemos: “Su nombre será llamado desde antiguo Admirable, Consejero, Dios fuerte, el que vive eternamente, el Ungido [Mesías]” (J. F. Stenning, Targum of Isaiah. pág. 32).

b. “He aquí el varón cuyo nombre es Pimpollo” (Zac. 6:12). En Zacarías 3:8 también se menciona el “Pimpollo” como “mi siervo, el Pimpollo”, y en Jeremías 23:5 leemos: “Despertaré a David renuevo justo, y reinará un Rey, el cual será dichoso”.

En el Targum leemos en Jeremías 23: 5: “Despertaré a David el Mesías, el Justo”.

c. “Este será su nombre que le llamarán: JEHOVA, JUSTICIA NUESTRA” (Jer. 23:6).

Muchos judíos piadosos de antaño reconocieron este texto como refiriéndose al Mesías. “[Respecto] del Mesías, está escrito: y éste será el nombre por el cual será llamado, el Señor, justicia nuestra” (Talmud Baba Bathra 75 b).

II. Jesús y su reconocimiento del nombre de su Padre

Jesús dijo muchas veces que su Padre lo había “enviado” (Juan 5:24, 36, etc.); que había “descendido del cielo” (Juan 6:38); que su voluntad consistía en hacer la voluntad de su Padre (Juan 5:30). Habló particularmente del “nombre” de Dios. “Yo he venido en nombre de mi Padre” (Juan 5:43); “Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí” (Juan 10:25). Declaró: “He manifestado tu nombre” (Juan 17:26). Esto demuestra que había una estrecha relación entre nuestro Señor cuando vivió en la tierra y su Padre que estaba en el cielo. Esta comunión se expresa en forma admirable en la observación siguiente: “Yo y el Padre una cosa somos” (Juan 10:30). y “Porque yo, lo que a él agrada, hago siempre” (Juan 8:29).

III. Jesús es igual a Dios

Los siguientes pasajes destacan la admirable unidad que existe entre el Padre y el Hijo:

1. Cristo es igual a Dios

Honrar al Hijo es honrar al Padre (Juan 5:23).

Ver a Cristo es ver a Dios (Juan 14:7-9). Creer en Jesús es creer en Dios (Juan 12:44).

Conocer a Cristo es conocer al Padre (Juan 14:7).

Cristo levanta a los muertos como lo hace el Padre (Juan 5:21).

Cristo tiene vida en sí como la tiene el Padre (Juan 5:26).

Hace las mismas cosas que hace el Padre (Juan 5:19).

2. Todas las cosas le fueron dadas a Jesús

“Todas las cosas me son entregadas de mi Padre” (Mat. 11:27).

“Toda potestad me es dada” (Mat. 28: 18). “[Dios] sometió todas las cosas debajo de sus pies” (Efe. 1:22).

“El Padre… todas las cosas dió en su mano” (Juan 3:35).

“Porque el Padre… le muestra todas las cosas” (Juan 5: 20).

“El Padre… todo el juicio dió al Hijo” (Juan 5:22).

“El Padre… le dió poder de hacer juicio” (Juan 5:26, 27).

IV. Jesús —su nombre Josué

1. La forma latina para Jesús es Jesu la forma griega es lesous, y su equivalente hebreo es Josue

2. Josué significa “Jehová es salvación”, o “Jehová el Salvador”.

3. Josué es la forma hebrea del nombre Jesús.

4. El nombre “Jesús” de Mateo 1:21 se refiere a Jehová el Salvador, y este nombre concuerda con el de “Emmanuel” de Mateo 1:23: Dios con nosotros, es decir, Jehová Dios está con nosotros en la persona de su Hijo el Salvador.

Dios está con nosotros en la persona de su Hijo el Salvador.

V. Jesús —”Mi nombre está en él”

Hace varios milenios, Moisés el siervo de Dios, escribió las palabras que Jehová (Yahweh) tu Dios (‘Elohim) (Exo. 23: 19) habló a Israel: “He aquí yo envío el Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado’’. “Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión: porque mi nombre está en él” (Exo. 23, 20, 21).

Dios, en este pasaje, no se refiere a un ángel creado, sino a uno de los componentes de la Divinidad: Uno que ¡jodía perdonar los pecados (Mar. 2:7), Uno en quien estaba el nombre del Padre. Sería natural que éste fuera el Hijo de Dios, porque como Hijo, llevaría el nombre del Padre.

El testimonio judío antiguo equipara a este “Ángel” con la Deidad. Kalisch, un comentarista hebreo, escribe:

“El mensajero (Ángel) de Dios ciertamente posee ciertas ‘cualidades divinas’ … el mensajero y Dios son virtual mente idénticos; el primero como un representante del último; la Providencia requiere una completa personificación” (Hist. and Crit. Com. on O. T.).

“No sorprende que uno de los padres de la iglesia creyera que este texto se refería a Dios y a su Mesías:

“He aquí, yo envío a mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino… ‘Mi nombre está en él’. Por eso él mismo dice en el Evangelio: ‘Bendito el que; viene en el nombre del Señor’… ‘Yo he venido en el nombre de mi Padre’” (Novatián,. Treatise Concerning the Trinity, cap. XVIII).

El nombre de Dios estaba en su Hijo, pero no sólo su nombre: Dios mismo estaba en su Hijo. Por esto leemos: “Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí” (2 Cor. 5:19); “Dios ha sido manifestado en carne” (1 Tim. 3:16); “El Padre está en mí, y yo en el Padre” (Juan 10:38); “Todo lo que tiene el Padre, mío es” (Juan 16:15).

Con esta íntima relación que existe entre el Padre y el Hijo, no admira que a este último se le hayan atribuido nombres y títulos divinos.

VI. Jesús y los nombres y títulos divinos

Los nombres divinos de Jesús

a. Se lo llama “Bendito por los siglos”.

“De los cuales es Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos” (Rom. 9:5). Cristo era Dios en esencia, y en el sentido más elevado. Estaba con Dios desde toda la eternidad, era Dios sobre todo, bendito por los siglos” (The SDA Bible Commentary tomo 5, pág. 1126).

b. Se lo llama Dios y Señor Jesucristo.

“La gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo (2 Tes. 1:12).

Robertson hace notar: “Aquí la estricta sintaxis requiere, puesto que hay un solo artículo con los sustantivos theou y kuriou, que se haga referencia a una sola persona, Jesucristo”.

Debe aceptarse este mismo criterio con los siguientes pasajes: “Del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo” (Tito 2:13). “De nuestro Dios y Salvador Jesucristo” (2 Ped. 1:1).

c. Es llamado “Dios”.

“Mas al Hijo: tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo” (Heb. 1:8; véase Sal 45:6).

d. Es llamado “el Verbo de Dios”.

’ “Y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS” (Apoc. 19: 13).

“Y el Verbo era Dios… Cristo, el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno solo con el Padre eterno, uno solo en naturaleza, en carácter y en propósitos; era el único ser que podía penetrar en todos los designios y fines de Dios” (Patriarcas y Profetas, pág. 12).

e. Se lo llama “Señor mío, y Dios mío”.

Esta es la confesión de Tomás, registrada en Juan 20:28. Tomás utiliza dos de los nombres de Dios que se emplean con frecuencia en el Antiguo Testamento, “Dios” y “Señor” y los aplica a Cristo.

“Jesús, revelado en su amor y misericordia como el Salvador crucificado, obtendrá de muchos labios rebeldes el reconocimiento de Tomás: ‘Señor mío. y Dios mío’ ” (E. G. de White, citada en The SDA Bible Commentory, tomo 5, pág. 1151).

2.    Los nombres de Dios aplicados a Cristo. En los siguientes pasajes bíblicos se verá que algunos de los nombres y de los títulos de Dios se aplican a nuestro bendito Señor en el Nuevo Testamento.

a. YAHWEH

Hechos 2:21: “Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo (véase también Rom. 10:13). Estas palabras pertenecen a: “Y será que cualquiera que invocare el nombre de Jehová, será salvo” (Joel 2:32).

Mateo 3:3: “Aparejad el camino del Señor”. Esto es una cita de: “Barred camino a Jehová” (Isa. 40: 3).

Lucas 1:76: “Porque irás ante la faz del Señor, para aparejar sus caminos’ Esto hace referencia a: “Yo os envío a Elías el profeta antes que venga el día de Jehová grande y terrible” (Mal. 4: 5, 6).

Marcos 2:28: “Así que el Hijo del hombre es Señor aún del sábado”. Esto se confirma en Éxodo 20: 10: “E1 séptimo día será reposo para Jehová tu Dios”.

Hebreos 1:9-12: “Has amado la justicia, y aborrecido la maldad; por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. Y tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra; y los cielos son obras de tus manos: Ellos perecerán, mas tú eres permanente; y todos ellos se envejecerán como una vestidura; y como un vestido los envolverás, y serán mudados; empero tú eres el mismo, y tus años no acabarán”.

Estas palabras se han citado de Salmo 102:25-27, y se refieren claramente al Señor (Jehová) (véase el vers. 12).

Jeremías 23:5, 6: “He aquí que vienen los días, dice Jehová, y despertaré a David renuevo justo, y reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá… y éste será el nombre que le llamarán: ‘JEHOVÁ, JUSTICIA NUESTRA’”.

Aquí Jehová está hablando de sí mismo como el Mesías.

b. YAHWEH, ‘ELOHIM

En Hebreos 2: 13 leemos: “Yo confiaré en él”. El contexto revela que es Jesús el que habla y que él es el objeto de esa confianza. (Véase Heb. 2:9-17.) Pero 2 Samuel 22, el pasaje del Antiguo Testamento del que ha sido tomada esta expresión, dice: “Jehová es mi roca” (vers. 2). “Dios de mi roca” (vers. 3).

c.  ADON,  ADONAI

En Mateo 22:42-45 leemos: “¿Qué os parece del Cristo? ¿de quién es Hijo? Dícenle: de David. El les dice: ¿Pues cómo David en Espíritu le llama Señor, diciendo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies? Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo?”

Este pasaje se ha citado del Salmo 110, donde leemos: “Jehová dijo a mi Señor [‘Ado- ni]” (vers. 1). “El Señor [‘Adonai] a tu diestra” (vers. 5).

d. ELOHIM

Hebreos 1:8, 9: “Mas al Hijo: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; vara de equidad la vara de tu reino; has amado la justicia y aborrecido la maldad; por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros”.

Estas palabras han sido tomadas del Salmo 45:6, 7, y el término “Dios” que aparece en la expresión “Tu trono, oh Dios” corresponde a (Helohim).

e. JEHOVA, EMMANUEL

La base bíblica para las expresiones combinadas de Isaías 7:14: Emmanuel, Dios con nosotros, se refiere a Jehová del vers. 10. La misma relación se advierte en el capítulo 8:5, 8.

El espíritu de profecía utiliza varias veces esta misma expresión. Véase Counsels on Health, pág. 455; Testimonies, tomo 5, pág. 195; Testimony Treasures, pág. 54, etc.

“Jehová es el nombre dado a Cristo” (E. G. de White, en Signs of the Times, 3/5/1899).

f. Otros títulos

A Jesús nuestro Salvador se le ha dado otros nombres del Antiguo Testamento.

El Santo, el término “Santo” se refiere a Jesús en varios pasajes del Nuevo Testamento (Hech. 2:27; Mar. 1:24; Luc. 4:34; Hech. 3:14, etc.), pero en el Antiguo Testamento se lo emplea para hablar de Jehová: “El Santo de Israel” (Isa. 45:11); también aparece en Isa. 47:4; 48: 17; 49: 7, etc.

 Rey de gloria. En Salmo 24:8, donde aparece esta expresión, se hace referencia a Jehová, pero se aplica a Jesús. Compárese con Sant. 2:1; 1 Cor. 2:8; El Deseado de Todas las Gentes, págs. 35, 42.

Rey de reyes. Véase Daniel 2:47 y

Apocalipsis 17:14; 19:16; también Patriarcas y Profetas, pág. 371, y El Deseado de Todas las Gentes, pág. 763.

Padre eterno. Véase Isaías 9:6; también Isaías 40:28 y Génesis 21:33. Además El Deseado de Todas las Gentes, págs. 431, 521.

Alfa y Omega Véase Apocalipsis 1: 11; 21:6; 22:13. El primero y el postrero: Isaías 41:4; 44:6; 48:12. Principio y fin: Apocalipsis 1:8; 21:6; 22:13. Patriarcas y Profetas, pág. 383; Counsels on Health, pág. 369.

YO SOY, Éxodo 3:14; véase la lista de los pasajes de los libros de Juan y el Apocalipsis donde figura esta expresión. Además, Patriarcas y Profetas, pág. 381, v El Deseado de Todas las Gentes, págs. 19, 20.

“Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás” (Apoc. 5:13).

Este es el nombre maravilloso de nuestro Señor admirable. Recordemos siempre que somos “perdonados” en su nombre (1 Juan 2:12); somos “justificados” mediante el mismo bendito nombre (1 Cor. 6:11). ¿No creeremos (1 Juan 5:13), confesaremos (Apoc. 3:5), anunciaremos (Rom. 9:17), y glorificaremos (Apoc. 15:4) el maravilloso nombre de Jesús nuestro Señor?

Sobre el autor: Secretario de la Asociación General