Paráfrasis de 1 de Corintios 13
Si yo hablase con lenguaje de erudición y usase probados métodos de enseñanza, y fracasara en llevar a mis alumnos a Cristo, o en ayudarlos a edificar un carácter cristiano, vengo a ser como el gemido del viento en un desierto de Siria.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y tantos argumentos como para aplastar a todos los que se atreviesen a discutir conmigo, si no los gano para Cristo, de veras que no soy más que un ruidoso y perjudicial metal que resuena, sin más valor que un címbalo que retiñe.
Y aunque tuviera la mayor habilidad didáctica y dominara todos los secretos de la psicología religiosa, y aunque tuviera todo el conocimiento bíblico, si no me juego por entero en la tarea de ganar a otros para Cristo vengo a ser como una neblina en alta mar.
Y aunque leyera todas las publicaciones denominacionales, y sobrepasara mi blanco de ofrendas y pagara honradamente el diezmo, y asistiera a asambleas ministeriales y a congresos, si me conformo con algo menos que ganar a los pecadores para Cristo y confirmar a las almas en el carácter y el servicio cristianos, de nada me sirve.
El maestro, profesor, predicador u obrero ganador de almas es sufrido, es benigno, y halla gran gozo solamente en esparcir las palabras de la verdad salvadora; no envidia a los otros que ganan más que él; no se envanece de ningún cargo o posición de autoridad, y no está lleno de orgullo intelectual.
El ganador de almas no se porta indecorosamente durante la semana, no busca su propia comodidad, no se irrita, no se complace en escuchar malos informes acerca de sus hermanos; todo lo sufre, cree todas las cosas que los hermanos le aseguran, y espera que las cosas vayan de esa forma.
Y ahora permanecen el conocimiento, los métodos y el evangelismo, estos tres; pero el mayor de ellos es el evangelismo.
Sobre el autor: Director del Depto. de Religión del Columbio Unión College