Como consecuencia natural de nuestra filosofía cristiana de la vida, surgió también esta institución educativa como un eslabón más de la cadena mundial de escuelas y colegios adventistas. Comenzó en 1944 con una matrícula de 21 alumnos, y al comenzar este año, el undécimo, lo iniciamos hace pocas semanas con una inscripción de 141 estudiantes de los cuales 121 son internos.
En nuestros colegios, los maestros “son siervos de Dios, y los alumnos hijos de Dios.” Cada joven es considerado como un candidato para el cielo, y para responder a esta consigna nuestros jóvenes saben que deben prepararse para servir a la humanidad en calidad de “apóstoles, santos y aun mártires.”
Las condiciones de ubicación son óptimas para cumplir los objetivos del IAU. Se encuentra en un hermoso predio de 50 hectáreas, sobre una de las más transitadas carreteras nacionales, a 33 kilómetros de Montevideo. Posee la institución una promisoria quinta con más de 6.000 árboles frutales de primera calidad, miles de eucaliptos, un tambo con animales de pedigree en su mayoría, y excelentes edificios para las actividades diarias.
Escribo estas líneas en vísperas de la primera Semana de Oración que, con la segunda de fin de año marcan las dos cumbres de espiritualidad en la vida del Colegio, y que tantos y tan notables resultados cuentan en su haber. En el día de ayer los jóvenes y los profesores realizamos la salida anual para la Recolección, y gracias a Dios reunimos aproximadamente $ 1.000 uruguayos, suma que supera a cuantas reuniéramos en ocasiones anteriores. La disposición de los jóvenes fue magnífica y los vecinos y amigos de las ciudades vecinas respondieron con generosidad y afecto a nuestras solicitudes. Indudablemente los ángeles precedieron a la alegre, juvenil y misionera embajada.
A fines del año ppdo., hicimos una consulta a los alumnos acerca de vocaciones y orientación final de sus talentos. El 98 % respondió por escrito en el sentido de que aspiraba a consagrarse a la actividad en una u otra rama de la causa de Dios. Este índice implica también una tremenda responsabilidad para nosotros, ya que sabemos que nos toca velar y estimular, a la vez que habilitar mediante la educación cristiana diaria y la vida consecuente, estos altos ideales de servicio cristiano.
A fines del año ppdo. 16 jóvenes fueron bautizados y hasta la fecha han egresado 68 graduados del IAU.
El plantel está formándose; falta, por lo tanto, mucho desarrollo. Otros edificios deberán surgir para atender urgentes demandas; nuevas industrias deberán desarrollarse para servir vocaciones y proveer fuentes de recursos para jóvenes con aspiraciones pero sin medios; algunas hectáreas más de tierra se hacen necesarias para desarrollar y cultivar los productos necesarios para la Institución. Confiamos plenamente en el Director e Inspirador de esta escuela, Jesús, el gran Maestro, quien proveerá los medios y la orientación debida para que el Instituto cumpla cabalmente la misión de “salvar del pecado y guiar en el servicio” a los centenares de jóvenes de este país.
El cuerpo de profesores vive estos ideales junto con los estudiantes, con la determinación de cumplir con fidelidad su misión en este rinconcito del gran plan de Dios. Nuestros jóvenes se preparan para entrar con la mayor idoneidad religiosa, moral, intelectual, social y práctica, en las triunfantes legiones de misioneros del gran Movimiento Adventista.
Sobre el autor: Director.