Se discute acaloradamente si el cigarrillo es perjudicial y en qué forma, pero nadie pretende que vigorice los músculos, beneficie al aparato respiratorio o mejore de alguna manera la salud. Tal es la declaración del doctor Edwin P. Jordán.

 “Por lo general los médicos están de acuerdo en que el fumar en exceso perjudica la salud. Aunque el fumar moderadamente disminuye la eficiencia física del atleta. El hábito de fumar perjudica notoriamente la respiración. La disnea se produce antes en los fumadores y dura más tiempo. El corazón envía menos sangre después que la persona ha fumado. La mitad de los fumadores, en comparación con los no fumadores, obtienen éxito en las pruebas que se realizan en los colegios para formar los equipos de fútbol.

 Los fisiólogos han demostrado que la eficiencia muscular disminuye después de un solo cigarrillo. Después de fumar una sola vez, particularmente un cigarrillo, la eficiencia mental disminuye en término medio, un diez por ciento y en mayor grado en lo que se refiere a la imaginación, la percepción y la asociación, las facultades principales del pensamiento.

 “Numerosos investigadores han descubierto que el efecto inmediato de un cigarrillo consiste en disminuir la exactitud de la coordinación. Un solo cigarrillo, por ejemplo, disminuye la exactitud del disparo de un rifle y produce el mismo efecto en los deportistas que deben lanzar tiros certeros.

 “En resumen, es el consenso de los educadores, los médicos, los fisiólogos, los entrenadores de deportistas y los atletas mismos, que la elevada eficiencia muscular, la resistencia, y la habilidad para hacer frente al esfuerzo muscular intenso y prolongado son incompatibles con el cigarrillo.”—Dr. William Brady, Asbury Park Press.

 “Análisis químicos de precisión realizados en el humo de tabaco comprueban que en cada bocanada del mismo, ya sea que proceda de un cigarrillo, de un cigarro o de una pipa, se encuentra aproximadamente un dos por ciento de monóxido de carbono. Esto es dos partes de monóxido de carbono en cien partes de humo. Si se respirara aire con la misma concentración de monóxido de carbono se producirían todos o algunos de los siguientes síntomas desagradables y graves: tirantez en la frente, probablemente dolor de cabeza, rubor en las mejillas, presión en las sienes, vahídos, debilidad, visión confusa, náuseas y desmayos, que harían recordar los efectos del primer cigarrillo que se fumó.

 “Puesto que la presencia de sólo un 0,1 % de monóxido de carbono en el aire que se respira produce dolor de cabeza y síntomas, y que un 1 % de monóxido de carbono en el aire puede ser fatal al cabo de unas pocas inspiraciones, se me ocurre que el monóxido de carbono y no la nicotina es el factor responsable de los malos efectos del hábito de fumar.” — Dr. William Brady, Toledo Blade.

 “Dosis menores que la fatal de monóxido de carbono ingeridas varias veces al día. o dosis menores que la fatal de alcohol ingeridas diariamente o a intervalos, pueden producir tal daño en las células vitales, que los tejidos de los órganos resulten tan dañados que sea imposible repararlos. La máquina humana es maravillosamente eficiente si se la usa en forma adecuada, pero no se puede esperar que continúe funcionando bien si se abusa de ella.”—Ibid.

 “Estos son los efectos del fumar moderada u ocasionalmente. Entre los efectos bien reconocidos del fumar en exceso se encuentran la faringitis crónica; según algunos médicos, el cáncer de los bronquios y los pulmones; los perjuicios causados por el tabaco, y manifestados en forma de disnea, palpitaciones, dolores que se sienten en la zona del corazón o bajo el esternón; el complejo de úlcera duodenal (una falsa úlcera que presenta todos los síntomas de la verdadera pero que resulta negativa al tomar una radiografía) ; la enfermedad de Burger, que exige la amputación del pie o la pierna en algunos casos; ceguera parcial e insomnio; dolores de cabeza; temblores.”—Dr. William Brady, Asbury Park Press.

 “La Compañía de Seguros Metropolitan, en su informe estadístico, declara que el cáncer pulmonar prepara el terreno para todas las otras enfermedades del aparato respiratorio, y causa, en los EE. UU., un elevado porcentaje de muertes entre las personas de raza blanca, y cobra tributo más elevado aún que la tuberculosis pulmonar y la neumonía.

 “El término medio para el bienio 1950-1951, en lo que respecta al cáncer del aparato respiratorio entre los hombres que poseían pólizas de esta compañía, fue de 25,7 por 100.000; el término medio correspondiente a la tuberculosis pulmonar fue de 21.9 por cada 100.000 y para a neumonía de 14,6. Las cantidades excesivas en el índice de cáncer sobre los de tuberculosis y neumonía, se aplican mayormente a personas de edad.

 “Hace veinte años, de acuerdo con los informes estadísticos, la mortalidad producida por cáncer pulmonar entre personas de sexo masculino era inferior a la producida por tuberculosis. En aquel entonces el término medio de fallecimientos producidos por cáncer pulmonar entre los hombres era de 65 a 74. y correspondía a menos de un tercio del término medio de fallecimientos producidos por tuberculosis; en la actualidad el término medio de las muertes causadas por cáncer pulmonar casi duplica al término medio correspondiente a la tuberculosis.”—New York Times.

 “El aumento del índice del cáncer pulmonar se debe indudablemente a los efectos cancerígenos (productores de cáncer) del tabaco. Hay un paralelismo muy claro entre este índice y el aumento del índice del cáncer de los bronquios. En 1920. el cáncer de los bronquios constituía el 1,1 por ciento de todos los casos de cáncer; en 1930, el 2,2 % y en 1948, el 8,3 %. En base al número de personas que fuman actualmente lanzamos la predicción de que en 1970 el cáncer pulmonar representará el 18 %, vale decir que casi una de cada cinco personas tendrá cáncer.” —Dr. Altos Ochsner.

 Debiera darse amplia publicidad a los efectos del tabaco sobre el cerebro, los bronquios, el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos y otros órganos del cuerpo, hasta que todo fumador sepa plenamente que si continúa fumando lo hace a riesgo de su propia salud. —Activities, Agos.-Oct.. 1953.