I. LA PROFECIA EN TIEMPOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
1. Adán hablaba cara a cara con Dios antes de que entrara el pecado. (Gén. 1:28.)
2. Después del pecado solamente oía la voz de Dios. (Gén. 3:8.)
3. Más tarde Dios habló por medio de sus profetas. (Amos 3:7; 2 Sam. 23:2.)
4. Al profeta se lo llamaba vidente. (1 Sam. 9:9.)
5. Los santos hombres hablaron inspirados por el Espíritu Santo. (2 Ped. 1:21.)
6. Dios hablaba a los profetas en visiones y sueños. (Núm. 12:6.)
7. Cuando se descuidó la obediencia a la ley, Dios restringió las visiones proféticas. (Lam. 2: 8, 9.)
8. La profecía divina es triple:
a. Explica el pasado.
b. Aconseja para el presente.
c. Predice el futuro.
II. LA PROFECIA EN LA IGLESIA PRIMITIVA
1. Dios había puesto profetas en la iglesia. (1 Cor. 12:28.)
2. Los apóstoles, profetas y maestros formaban parte de la iglesia. (Efe. 4:11.)
3. Los dones proféticos fueron dados para la edificación y perfección de los santos. (Vers. 12-15.)
4. La profecía de Pablo revela la venida del Anticristo. (2 Tes. 2:3, 4.)
5. Daniel predijo que el Anticristo atacaría la ley de Dios. (Dan. 7:25.)
III. LOS DONES PROFETICOS DECLINAN DURANTE UN SIGLO
1. Los dones proféticos cesaron en la iglesia cuando se desechó la ley. (Sal. 74:7-10.)
2. Serían restaurados en la iglesia de los últimos días. (1 Cor. 1:4-7.)
IV. SURGE LA IGLESIA QUE SE IDENTIFICA POR EL DON DE PROFECIA
1. Se conoce a la iglesia remanente porque guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús. (Apoc. 12:17.)
2. “El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.” (Apoc. 19:10.)
3. Al guardar los mandamientos desarrollan la fe de Jesús. (Apoc. 14:12.)
4. Los tres mensajes angélicos fueron dados para la iglesia remanente. (Vers. 6-12.)
5. Los mensajes continúan hasta el fin de la prueba.
6. La iglesia remanente surgió en 1844, al fin de la profecía de los 2.300 días. (Dan. 8:14.)
7. La verdadera iglesia se identifica porque:
a. Guarda los mandamientos de Dios.
b. Tiene el espíritu de profecía.
c. Surge en 1844.
d. Proclama el mensaje de la hora del juicio.
¡De qué modo admirable la iglesia remanente responde a las características de la verdadera iglesia de Dios en los últimos días! El don de profecía, asociado con la obediencia a la ley de Dios, identifica a los verdaderos creyentes. Debemos estar muy agradecidos a Dios por la dirección que nos marca el espíritu de profecía.
“Empezando con Moisés, alfa de la historia bíblica, Cristo expuso en todas las Escrituras las cosas que le concernían. Si se hubiese dado a conocer primero, el corazón de ellos habría quedado satisfecho. En la plenitud de su gozo, no habrían deseado más. Pero era necesario que comprendiesen el testimonio que le daban los símbolos y las profecías del Antiguo Testamento. Su fe debía establecerse sobre éstas. Cristo no realizó ningún milagro para convencerlos, sino que su primera obra consistió en explicar las Escrituras. Ellos habían considerado su muerte como la destrucción de todas sus esperanzas. Ahora les demostró por los profetas que era la evidencia más categórica para su fe…
“Es la voz de Cristo la que habla por los patriarcas y los profetas, desde los días de Adán hasta las escenas finales del tiempo. El salvador está revelado en el Antiguo Testamento tan claramente como en el Nuevo. Es la luz del pasado profético lo que presenta la vida de Cristo y las enseñanzas del Nuevo Testamento con claridad y belleza. Los milagros de Cristo son una prueba de su divinidad; pero una prueba aún más categórica de que él es el Redentor del mundo se halla al comparar las profecías del Antiguo Testamento con la historia del Nuevo.”—“El Deseado de Todas las Gentes” págs. 728, 729.
“Los predicadores deben presentar la segura Palabra profética como fundamento de la fe de los adventistas del séptimo día. Deben estudiar detenidamente las profecías de Daniel y del Apocalipsis, y en relación con ellas las palabras: ‘He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.’ ”—“Obreros Evangélicos ” pág. 154.
Sobre el autor: Instructora bíblica de Oackland, California, EE.UU.