Tema: El Retiro de Integración

Una de las principales preocupaciones hoy de la Iglesia Adventista y al mismo tiempo uno de sus objetivos, es lograr una coordinación de fuerzas y métodos en la tarea básica de la iglesia: evangelizar.

Mucho se ha hecho ya en lo que atañe a eliminar planes y programas que en vez de proporcionarle agilidad y eficiencia a la maquinaria, tal vez tornaban más pesado su funcionamiento. También se están dando pasos decisivos en la fusión de departamentos afines, y de algunos campos, con el propósito de reducir gastos de administración y lograr una mayor inversión de fondos y talentos para alcanzar más almas. Pero esa preocupación no debe limitarse al ámbito de la Asociación General, la división, la unión o la asociación local. Debe manifestarse también en la unidad menor, y sin embargo la más importante: la iglesia local. Si la iglesia local no asume su papel en la programación coordinada, serán en vano los esfuerzos de las organizaciones superiores.

¿Qué puede hacer el pastor local para lograrlo? El es sin duda la clave del proceso. Tanto en el programa del año en curso como en el de 1974, se destacan las tres fases básicas de la obra de la iglesia: Reavivamiento, Instrucción y Acción. Las tres son importantes. Descuidar una de ellas es frenar todo el proceso, o por lo menos limitarlo. Si la iglesia experimenta un reavivamiento espiritual, sentirá el deseo de hacer más por Cristo. Si se la instruye en los secretos de la tarea, se sentirá capacitada para realizarla. Con un plan de acción práctico, la iglesia podrá experimentar la alegría de ver los frutos de esa acción coordinada.

El pastor Eneas Simón, así como muchos obreros de Sudamérica, reunió a los dirigentes de sus nueve iglesias y grupos durante un día especial llamado Retiro de Integración. La noticia de ese acontecimiento notable nos movió a entrevistar al pastor Eneas Simón pidiéndole que informara a los lectores sobre lo alcanzado en ese día especial de retiro.

P. ¿Cuál ha sido su experiencia en la obra hasta ahora?

R. Pastor Pereyra, completé 21 años de ministerio, de los cuales tres fueron dedicados a la obra administrativa, ocho a la evangelización directa y diez a la obra pastoral. Actualmente soy pastor evangelista del distrito de Juveve, en Curitiba.

P. Como pastor, ¿cuál es el problema que más le ha preocupado en las iglesias?

R. (1) Conseguir una mayor participación de los miembros en las actividades internas de la iglesia, es decir: Integración; (2) el reavivamiento y la reforma que necesitamos; (3) llevar a los miembros a tener certeza del perdón de sus pecados y a que experimenten la justificación por la fe en su vida personal; (4) crear conciencia de la necesidad de recibir el derramamiento del Espíritu Santo y de la urgencia de finalizar la obra.

P. ¿Cómo surgió el plan de realizar un Retiro de Integración?

R. Surgió a fines de 1966, cuando fueron elegidos los oficiales de la Iglesia de Campo Grande, en el Estado de Mato Grosso. Descubrimos que había necesidad de ordenar varios ancianos y diáconos, y que era oportuno dictar un curso de preparación para ellos. Puesto que era difícil encontrar un horario favorable para todos, solucionamos el problema invitando a esos ancianos y diáconos a celebrar un retiro espiritual. Ese retiro resultó de gran inspiración y bendición. Desde entonces hemos tratado de llevarlo a cabo cada año para los ancianos y diáconos de la iglesia sede. Al comienzo de 1972 extendimos la invitación a los demás oficiales de esa iglesia, y la respuesta fue muy entusiasta. Pero ante la necesidad de orientar más y mejor a los oficiales elegidos para actuar este año en todas las doce iglesias y grupos de mi distrito, nueve de las cuales están ubicadas en la zona de Curitiba, surgió la idea de convocarlos para un Retiro de Integración cuya meta principal iba a ser fomentar e impulsar el tan anhelado reavivamiento.

P. He sabido que este retiro se llevó a cabo en diciembre del año pasado. ¿Dónde fue realizado y cuántos oficiales asistieron?

R. Conseguimos la quinta del Colegio Santa María, donde se celebran las reuniones de padres y maestros de este colegio. Es un lugar atractivo, con lagos y bosques. Allí contamos con la presencia de 250 oficiales de nueve iglesias y grupos. A cada uno se le escribió con anticipación, indicando los preparativos que debía realizar y solicitándole que no llevase niños a fin de poder concentrarse plenamente en los temas a ser tratados.

P. ¿Cuál fue el programa de la reunión?

R. Nuestro objetivo fundamental era: Reavivamiento. El lema de la jornada: Desligados del mundo, ligados a Dios. Y el programa siguiente:

P. ¿Puede detallar brevemente lo realizado en el aspecto devocional?

R. Como se advierte en el programa, la parte de la mañana fue dedicada al análisis de las necesidades espirituales del adventista de hoy. Se realizaron estudios sobre el reavivamiento, la obra del Espíritu Santo y la justificación, poniendo énfasis en la importancia de la experiencia cristiana personal. Entre un tema y otro hubo períodos de oración y meditación en grupos de dos o tres personas y también individualmente. Se preparó una selección de citas del espíritu de profecía sobre el reavivamiento, el Espíritu Santo y la lluvia tardía, y la experiencia cristiana personal. Estas citas sirvieron de base para los momentos de meditación.

P. ¿Y en cuanto a la integración y unificación del trabajo?

R. La parte de la tarde fue dedicada al análisis de las responsabilidades generales y específicas de cada oficial de iglesia. Los asistentes se dividieron en grupos de trabajo por departamento a fin de desarrollar un programa de acción distrital integrado. Este método permitió que los oficiales de más experiencia pudieran compartir sus ideas y planes con los demás. Después cada grupo informó al plenario sobre los planes y sugerencias de interés general.

P. ¿Aplicará en su distrito el programa de acción coordinada del año 1973, Año de la Juventud?

R. Durante el período destinado a planear el trabajo para 1973, el programa de acción coordinada fue ampliamente

analizado. Vamos a seguirlo tan de cerca como sea posible.

P. En el programa del Retiro de Integración aparece una hora y media dedicada al tema “Justificación por la fe – Experiencia personal”. ¿Qué se realizó durante ese periodo?

R. Pastor, en ese período presentamos un mensaje de Dios sobre el arrepentimiento, la confesión y el perdón. A fin de ilustrar la realidad del perdón divino, sugerimos que cada uno escribiera en un papel los pecados que lo hacían sentirse separado de Dios. Después encendimos una hoguera para quemar esos papeles, mostrando que así como el fuego los devoró, Dios también borra los pecados de todo aquel que se arrepiente y cree. Fue un momento solemne e inspirador.

P. ¿Está satisfecho con los resultados obtenidos mediante los retiros?

R. Hemos comprobado con alegría que los resultados siempre han sido positivos. Este último retiro ya está produciendo sus frutos. Muchos de los que asistieron han experimentado una verdadera transformación, y manifiestan un mayor interés y una mayor participación en las responsabilidades de la iglesia. ¡Se ha despertado un verdadero entusiasmo por ganar almas y terminar la obra! Por ejemplo, el blanco fijado para 1973 por los dirigentes de las iglesias y grupos del distrito es de 242 almas. Esto ya es evidencia de un comienzo de reavivamiento.

Nota. Estuvimos en Curitiba días antes de la programación de Semana Santa, y al visitar al pastor Eneas Simón pudimos comprobar el entusiasmo de los oficiales de esas iglesias y grupos, y de los hermanos en general, para llevar a cabo el programa de evangelización. Estamos seguros de que esa magnífica tarea realizada producirá los frutos deseados.

¿No podríamos repetir a través de todo nuestro territorio esta notable experiencia?