Los humanos tenemos nuestra propia norma, y en virtud de ella clasificamos una cosa como grande o pequeña, pero Dios no valora las cosas de acuerdo con nuestras reglas.

El camino de la fama desciende, mas el sendero de la humildad asciende.

¿POR QUE elegí este tema? Por la siguiente razón: a menos que aprendamos esta lección, “nunca seremos salvos”.[1]

“Cuanto más importante sea el cargo de uno, y tanto mayor sea su influencia, mucho más necesitará cultivar la paciencia y la humildad”.[2]

Creo que ahora sí lo comprenden. La HUMILDAD es el tema que vamos a considerar hoy. Salomón ejemplificó esta virtud en sus primeros años, y si “hubiese continuado sirviendo al Señor con humildad, todo su reinado habría ejercido una poderosa influencia para el bien sobre las naciones circundantes, que habían recibido una impresión tan favorable del reino de David su padre y de las sabias palabras y obras magníficas realizadas durante los primeros años de su propio reinado.[3]

Reiteremos la respuesta a la pregunta de por qué elegí este tema: porque en este tiempo nos afecta directamente a usted y a mí… “Dios obra por medio de los que él elige. A veces elige al más humilde instrumento para efectuar la mayor obra; porque su poder se revela en la debilidad del hombre.

“Los humanos tenemos nuestra propia norma, y en virtud de ella clasificamos una cosa como grande o pequeña; pero Dios no valora las cosas de acuerdo con nuestra regla. No hemos de suponer que lo que es grande para nosotros tiene que serlo para Dios, o lo que es pequeño para nosotros tiene que serlo para Dios.

“No nos toca juzgar nuestros propios logros ni elegir, nuestra obra. Hemos de llevar las cargas que Dios nos señala, llevándolas por su causa, y siempre recurriendo a él en busca de descanso.[4]

Una última razón por la que elegí este tema: “Jesús vino con pobreza y humillación, a fin de ser tanto nuestro ejemplo como nuestro Redentor. Si hubiese aparecido con pompa real, ¿cómo podría habernos enseñado la humildad? ¿Cómo podría haber presentado verdades tan terminantes como las del sermón del monte? ¿Dónde habría quedado la esperanza de los humildes en esta vida, si Jesús hubiese venido a morar como rey entre los hombres?[5]

¿Qué significa realmente la verdadera humildad?

“La cualidad o estado de ser humilde’’. ¿Pero qué significa ser humilde? ¿Hay algún jardinero entre nosotros? ¿Han escuchado alguna vez la palabra “HUMUS”? —simplemente significa tierra! ¿Nos dice algo este significado?…

Por supuesto, si usted quiere ahondar un poco más, podemos definirlo así:

No orgulloso ni altivo; no arrogante ni dogmático. Reflejando, expresando y ofreciéndolo todo con un espíritu de deferencia y sencillez.

¿QUE es —entonces— la humildad? “…la humildad es la puerta que conduce a las ricas provisiones de la gracia de Dios”.[6]

La humildad es grandeza

“Vez tras vez Jesús había tratado de establecer este principio entre sus discípulos. Cuando Santiago y Juan hicieron su petición de preeminencia, él dijo: ‘El que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor’ (Mat. 20:26). En mi reino, el principio de preferencia y supremacía no tiene cabida. La única grandeza es la grandeza de la HUMILDAD. La única distinción se halla en la devoción al servicio de los demás”[7] ¿QUE es —por lo tanto— la HUMILDAD?

“La humildad es un principio activo que nace de una cabal comprensión del gran amor de Dios, y que siempre se demostrará por la forma en que obra”.[8]

Preguntemos al apóstol Pedro qué es HUMILDAD: “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de HUMILDAD; porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, HUMILLAOS, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que é| os EXALTE cuando fuere tiempo” (1 Ped. 5:5, 6).[9]

Si decimos que EL CAMINO QUE ASCIENDE EN REALIDAD DESCIENDE, ¿estamos enunciando una PARADOJA?

Oigámoslo directamente de la boca de Jesús: “Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mar. 8:34). Paul Cedar, ex pastor emérito de la Iglesia Congregacional, de la Avenida Lake, en Pasadena, California, lo expresó en forma muy sucinta en una entrevista realizada hace poco: “La vida auténtica consiste en ser transparentes delante de Dios. Y ése es el secreto de la HUMILDAD.

“La HUMILDAD no consiste en tener un complejo de inferioridad: algo que yo experimenté durante muchos años.

“Transité por el penoso sendero mental que dice que para llegar a ser espiritual debía ser un gusano. Pero la auténtica humildad, según la Biblia, consiste en verme a mí mismo como Dios me ve, y sabiendo que ‘todo lo puedo en Cristo que me fortalece’ (Fil. 4:13).

“Sé que no estoy calificado para ser pastor de esta iglesia. No tengo todas las cualidades que se requieren para llenar sus necesidades. Pero si ando en el Espíritu, puedo ser útil aquí.

 “Hace mucho, cuando tenía 21 años, me hicieron una entrevista en la ciudad de Cedar Rapids, lowa. Un venerable pastor dijo algo en esa ocasión que todavía recuerdo con gratitud: ‘Lo que me asusta de tu presencia en esta iglesia. Paul —me dijo—, es que pienso que tienes todos los talentos que se requieren para hacer este trabajo, y para hacerlo bien. Y muero de miedo al imaginar que eso es exactamente lo que vas a hacer’.

“De momento no comprendí absolutamente nada de lo que me quería decir. Luego continuó: ‘Lo que deseo para ti es un empleo donde sepas que no tienes todos los talentos, pues sólo así dependerás del Espíritu Santo y podrás proyectarte más allá de ti mismo’.

“Esta idea se grabó en mi mente. Proyectarnos más allá de nosotros mismos es otro método que Dios utiliza para mantenernos honestos. El nos coloca, como colocó a Moisés, en situaciones en las que nos sentimos completamente incapaces sin él” (Leadership, Summer Quaterly, 1984, págs. 22, 23, tomo 15, No. 3).

¿Que’ no es la humildad?

Mi autora favorita, después de la Biblia, lo expresa así: (De paso, quiero decir que la mayoría de los conceptos que estamos considerando proviene de esa misma pluma inspirada, a menos que se indique otra cosa.)

“A menudo estamos propensos a llamar HUMILDAD al espíritu del siervo holgazán. Pero la verdadera humildad es otra cosa muy distinta. El estar vestidos de humildad no significa que hemos de ser enanos intelectuales, deficientes en la aspiración y cobardes en la vida, rehuyendo las cargas por temor a no poderlas llevar con éxito. La VERDADERA humildad cumple el propósito de Dios dependiendo de su fuerza”.[10]

¿CUAL es la lección más importante y más dulce que debemos aprender?

A una hermana que pensaba que lo sabía todo se le dijo: “La mejor y más dulce lección que hemos de aprender es la de la HUMILDAD.

“ Aprended de mí’, dice el humilde Nazareno, ‘porque soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas’. Todavía tiene que aprender y practicar esta lección de mansedumbre, tolerancia, paciencia y amor. Usted puede ser una bendición. Puede ayudar al que tiene necesidad; pero debe dejar su cinta de medir, porque no le corresponde a usted usarla.

“Uno que es infalible en su juicio, que comprende la debilidad de nuestra naturaleza corrupta se reserva el derecho de juzgar.

“Él pesa todo en las balanzas del santuario, y todos nosotros debemos aceptar su medida exacta”.[11]

¿Notó usted las palabras: mansedumbre, tolerancia, paciencia, amor?

Ellas me recuerdan lo que Izaak Walton (escritor naturalista inglés) escribió hace 300 años en The Compleat Angler: “Usted descubrirá que la pesca con caña es como la virtud de la HUMILDAD, que tiene serenidad de espíritu y una cantidad de otras bendiciones que vienen junto con ella” (The Shorter Barttlet’s Quotations, pág. 4). —En otras palabras: ¡Pesque la HUMILDAD — y muchas otras virtudes parecen venir en el mismo paquete!

¿Quién nos dio ejemplos de humildad?

¿Ha pensado alguna vez en DAVID? —el del Antiguo Testamento, por supuesto. Se nos ha dicho que el mayor honor que se le concedió al ser ungido como rey, “no le ensoberbeció. A pesar del elevado cargo que había de desempeñar, siguió tranquilamente en su ocupación, contento mientras aguardaba el desarrollo de los planes del Señor, a su tiempo y a su modo.

“Tan HUMILDE y MODESTO como antes de su ungimiento, el pastorcillo regresó a las colinas, para vigilar y cuidar sus rebaños tan cariñosamente como antes”.[12]

Hagamos una breve digresión para considerar el COMO de la HUMILDAD:

Pensemos en la preparación de David. Su juventud “como pastor, con sus lecciones de humildad, de trabajo paciente y cuidado tierno de los rebaños; la comunión con la naturaleza en la soledad de las colinas, que desarrolló su genio para la música y la poesía, dirigió sus pensamientos al Creador; la prolongada disciplina de su vida en el desierto, que le hacían manifestar valor, fortaleza, paciencia y fe en Dios, habían sido cosas de las que el Señor se valió en su preparación para ocupar el trono de Israel”.[13]

¿Qué ejemplo puede ser mejor que el de Juan el Bautista? “Antes de la honra viene la HUMILDAD”.

“Para ocupar un lugar elevado ante los hombres, el Cielo elige al obrero que, como Juan el Bautista, toma un lugar humilde delante de Dios. El discípulo que más se asemeja a un niño es el más eficiente en la labor para Dios”.[14]

¡Esto nos dice elocuentemente que el camino que asciende en realidad desciende! Demos un buen salto, y ubiquémonos en nuestros días.

¿Recuerda usted la reacción del presidente de los Estados Unidos cuando se le acusó de que no era un “buen cristiano” porque los recortes del presupuesto habían causado sufrimientos a los pobres? La información señala que sonrió y dijo:

“Bueno, cuando supe que ella había hecho esa declaración, le ofrecí la otra mejilla” (Time, 6 de agosto de 1984).

¿Comparar la HUMILDAD con la GRANDEZA?

Según mi apreciación, mi padre era un GRAN hombre. Tal vez no por una gran hazaña —como juzga el mundo—, sino por su HUMILDAD.

Durante la Segunda Guerra Mundial estábamos en las Filipinas, y él trataba con mucha frecuencia con las autoridades japonesas. (Eramos ciudadanos alemanes en ese tiempo, por lo cual no estábamos en los campos de concentración. De hecho, aunque Alemania se suponía era una aliada del Japón, éramos considerados “enemigos amigables”, pues todos los “blancos” eran considerados “sospechosos”.)

 Fue durante ese tiempo que oí con frecuencia decir a mi padre que prefería tratar con un capitán o un individuo de mayor rango que con un soldado raso o un cabo. Casi siempre cuanto más elevado era el rango, más bondad, humildad, y comprensión manifestaban.

¿Quién manifiesta humildad?

Aun los ángeles que ofician delante del Arca del Pacto: “Un ala de cada ángel se extendía hacia arriba, mientras la otra permanecía plegada sobre el cuerpo (véase Eze. 1:11) en señal de reverencia y HUMILDAD”.[15]

¿Quién más? ¿Juan el discípulo amado? ¿Qué? ¿El hermano de Jacobo? ¿Uno de los dos hermanos que fueron llamados “hijos del trueno”? (Mar. 3:17).

¿Esos dos que pidieron sentarse al lado de Jesús en su reino? ¿Llama usted a eso HUMILDAD? ¡Un momento! ¿Qué fue lo que hizo la diferencia? ¡Jesús!

“Al discípulo amado se le concedieron privilegios tan grandes como raras veces se les ha concedido a los mortales.

“Sin embargo, había asimilado tan profundamente el carácter de Cristo, que el orgullo no hallaba lugar en su corazón. Su HUMILDAD no consistía en una mera profesión; era —observen esto— una GRACIA que lo cubría tan naturalmente como un vestido. Siempre trató de ocultar sus actos de justicia propia y evitar todo lo que pudiera atraer la atención sobre sí mismo. En su Evangelio Juan menciona al discípulo a quien Jesús amaba, pero oculta el hecho de que el que había sido honrado con este privilegio era él mismo”.[16]

Así como Juan vivió y caminó con Cristo durante unos tres años, y tuvo la ventaja de conocer ese ejemplo perfecto de HUMILDAD, laboriosidad y obediencia”,[17] nosotros también podemos tener esa misma experiencia hoy. “HUMILDAD, abnegación, benevolencia, y la devolución de un diezmo fiel, muestran que la gracia de Dios está obrando en el corazón. El mayor maestro, el médico más grande que el mundo haya conocido, dio muchas lecciones acerca de la necesidad de la HUMILDAD. Sus seguidores deben llevar sus lecciones a la vida práctica”.[18]

¿Cuándo debe mostrarse humildad?

“El celo cristiano no se gastará en palabrerías, sino que será sensible y actuará con vigor y eficiencia. Sin embargo, el celo cristiano no actuará para ser visto. La humildad caracterizará todos sus esfuerzos y se verá en todas sus obras”.[19] “La humildad y la reverencia deben caracterizar el comportamiento de todos los que se allegan a la presencia de Dios.

En el nombre de Jesús podemos acercarnos a él con confianza, pero no debemos hacerlo con la osadía de la presunción, como si el Señor estuviese al mismo nivel que nosotros”.[20] Lehman Hotchkiss, un pastor de iglesia, dijo:

‘‘El cultivo de la humildad y la sensación de la grandeza de Dios pueden librarnos de la tendencia a ser acusadores, duros y orgullosos. Para mí, aplicar la DISCIPLINA EN LA IGLESIA ha significado siempre un mayor sentido de HUMILDAD.

“Al tratar a las personas que han caído llego a una comprensión más clara de que NADIE, lejos de Jesús, puede vencer la tentación” (Leadership, Summer Quar- terly, 1984, pág. 48).

Respecto al DONDE y CUANDO de la HUMILDAD, citemos una vez más a Paul Cedar:

“Tenía 23 años de edad cuando comencé a trabajar en la organización de Billy Graham como evangelista asociado, viajando, haciendo arreglos con dirigentes de iglesias en varias ciudades. Pronto comprendí que muchos ocupaban posiciones de autoridad, ganadas por movimientos políticos.

“Habían luchado por ascender y la vida del Espíritu, una de las características que señala Filipenses 2, con mucha frecuencia estaba ausente. Si usted es pastor de iglesia, no puede darse el lujo de arruinarse a menudo siguiendo sus propias inclinaciones.

“Debiera nombrarse una comisión integrada por cinco o seis pastores en la misma ciudad; cuando lo haga, inmediatamente surgirá una diversidad de opiniones.

“No puede seguir cada uno su propio curso de acción. Pronto identifiqué dos clases de miembros de junta: los muy amados siervos de Cristo, que harían todo cuanto se necesitara hacer sin preocuparse de acumular méritos para ascender, y la clase de gente que nunca se dejaba ver hasta que Billy llegaba a la ciudad.

“De repente, allí estaban todos reunidos, a su derecha y a su izquierda como Ja- cobo y Juan…”. Luego concluye diciendo:

“Estoy profundamente convencido del principio de que es el Señor quien promueve a los hombres al puesto que ocupan” (Leadership, Summer Quarterly, 1984, pág. 14, tomo 5, No.3).

¿Podríamos establecer algunos paralelismos con nuestras propias comisiones y juntas?

Puede haber miembros de junta que están acostumbrados a hacer las cosas a su manera, y no tienen que ser necesariamente médicos, dentistas, administradores o abogados.

Incluso las amas de casa pueden caer en la trampita de actuar por sí mismas todo el tiempo.

¿Qué pasa cuando todos estos individuos se reúnen en calidad de junta? ¿Brilla allí la HUMILDAD? Nos preguntamos: pero, ¿cómo? ¿cómo? ¿cómo?

“Caminar con la cabeza inclinada y el corazón lleno de preocupaciones relativas a uno mismo no es prueba de verdadera HUMILDAD.[21]

“Mientras más se comprende el carácter de Dios, más humilde se hace, y menor es la estimación de sí mismo”.[22]

Mientras se habla a Dios de pobreza de espíritu, el corazón quizás está henchido con la presunción de su humildad superior y justicia exaltada. Hay una sola forma en que podemos obtener un verdadero conocimiento del yo.

Debemos contemplar a Cristo

“La ignorancia de su vida y su carácter induce a los hombres a exaltarse en su justicia propia. Cuando contemplemos su pureza y excelencia, veremos nuestra propia debilidad, nuestra pobreza y nuestros defectos tales cuales son”.[23]

¿Comenzamos claramente a ver el cuadro? ¿Cómo? “La razón por la cual él no escoge más a menudo a hombres de saber y encumbrados para dirigir… es porque confían en sus credos, teorías y sistemas teológicos, y no SIENTEN la NECESIDAD de ser enseñados por Dios. Sólo aquellos que están en unión personal con la Fuente de la sabiduría son capaces de comprender o explicar las Escrituras.

“Los hombres poco versados en conocimientos escolásticos son llamados a veces a declarar la verdad, no porque son ignorantes, sino porque no son demasiado pagados de sí mismos para dejarse enseñar por Dios.

“Ellos aprenden en la escuela de Cristo y su HUMILDAD y obediencia los hace

 grandes. Al concederles el conocimiento de su verdad, Dios les confiere un honor en comparación con el cual los honores terrenales y la grandeza humana son insignificantes”.[24]

¿EL CAMINO DE LA FAMA ES DESCENDENTE EN REALIDAD? ¡Sí! Pero también es cierto que EL CAMINO QUE DECLINA, EN REALIDAD, ASCIENDE.

“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: SUBIRE al cielo; EN LO ALTO, junto a las estrellas de Dios, LEVANTARE MI TRONO. Y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; SOBRE LAS ALTURAS DE LAS NUBES SUBIRE, Y SERE SEMEJANTE AL ALTISIMO. Mas tú derribado eres HASTA EL SEOL, a los lados del abismo” (Isa. 14:12-15).

Es doloroso aprender las lecciones de la humildad; sin embargo, nada puede ser más útil al final.

“El dolor que acompaña el aprendizaje de la humildad es el resultado de la exaltación propia por una falsa estima de nosotros mismos, de modo que no podemos ver nuestra gran necesidad.

“Vanidad y orgullo llenan los corazones de los hombres. Sólo la gracia de Dios puede producir una reforma”.[25]

¿DIFICIL? ¡Sí! Pero digamos con Pablo:

‘‘Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13). ¿Recuerdan la parábola de Jesús registrada en Lucas 14:7-12? Leamos la versión Dios Habla Hoy:Alver

Jesús cómo los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, les dio este consejo:

‘‘Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar principal, pues puede llegar otro invitado más importante que tú; y el que invitó a los dos, puede venir a decirte: ‘Dale tu lugar a este otro’. Entonces tendrás que ir con vergüenza a ocupar el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, pásate a un lugar de más honor’. Así recibirás honores delante de los que están sentados contigo a la mesa.

“Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla será engrandecido”.

¿Estamos dispuestos a practicar estas enseñanzas de Jesús?

Pero no sólo sus enseñanzas, sino también su EJEMPLO supremo. Esta experiencia puede ser nuestra por la FE, mediante la GRACIA de Dios.

Esta experiencia puede, no sólo acercarnos más a nuestro Salvador, sino unirnos más estrechamente como miembros de junta.


Referencias

[1] Testimonies, tomo 4, pág. 368.

[2] Patriarcas y profetas, pág. 445.

[3] Profetas y reyes, pág. 32.

[4] Palabras de vida del gran Maestro, pág. 298.

[5] El Deseado de todas las gentes, pág. 111.

[6] Testimonies, tomo 1, pág. 598

[7] El Deseado de todas las gentes, pág. 604.

[8] Comentario bíblico adventista, tomo 5, pág. 1.139.

[9] Los hechos de los apóstoles, pág. 421.

[10] Palabras de vida del gran Maestro, págs. 297, 298.

[11] Testimonies, tomo 2, pág. 438.

[12] Patriarcas y profetas, págs. 693,694.

[13] Id., pág. 808.

[14] El Deseado de todas las gentes, pág. 403.

[15] Patriarcas y profetas, pág. 360.

[16] The Sanctified Life, págs. 78, 79.

[17] El evangelismo, pág. 461.

[18] Consejos sobre salud (inglés), pág. 590.

[19] Joyas de los testimonios, tomo 1, pág. 234.

[20] Patriarcas y profetas, págs. 256, 257.

[21] El conflicto de los siglos, pág. 531.

[22] Sons and Daughters of God, pág. 68.

[23] Palabras de vida del gran Maestro, pág. 123

[24] El conflicto de los siglos, págs. 508,509.

[25] Testimonies, tomo 4, pág. 378.