Pregunta 18

¿Por qué los adventistas difieren de otros cristianos al relacionar la marca de la bestia con la cuestión del sábado? ¿Por qué ponen tanto énfasis en esta cuestión?

Los adventistas creemos que las profecías bíblicas prenuncian el resurgimiento del poder papal, con la imposición legal de la señal de su autoridad en estos últimos días. Entendemos que entonces será cuando “la marca de la bestia” se impondrá —en relación con la última gran crisis religiosa que afectará a toda la humanidad. (Apoc. 13:16, 17.) Por eso los adventistas tenemos una convicción tan profunda acerca del sábado como una prueba venidera.

En primer término, no estamos solos en nuestras convicciones acerca del sábado. Numerosos eruditos bautistas, en el siglo XVII estaban tan preocupados con esta cuestión del sábado que, después de una laboriosa investigación, fundaron la Iglesia Bautista del Séptimo Día, y no pocos fueron encarcelados a causa de su fe.

Tampoco somos los únicos que relacionamos la marca con alguna forma de subordinación al papado, de sumisión a su poder, leyes, presiones y mandatos. Encontramos que hay muchos eruditos cristianos de diferentes países y razas que han estudiado y escrito acerca de este tema. Durante siglos, los cristianos consideraron esta marca venidera y vislumbraron sus intenciones. Veamos algunos casos.

Desde el tiempo de Juan Purvey, asociado de Wiclef, en adelante, los hombres han pensado que la marca de la bestia tiene que ver con el papado, y con el poder papal y sus decretos. Andreas Osiander (muerto en 1552), pastor reformado de Nuremberg, dijo que era el sometimiento al papado. Nicolás von Amsdorf, (muerto en 1575), de Magdeburgo, colaborador del clero, pensaba que se refería a las ceremonias y los decretos puestos en vigencia por el papa.

Henrich Bullinger, (muerto en 1575), sucesor de Zwinglio, en Zurich, dijo que se refería al poder excomunicatorio del papado. El obispo Nicolás Ridley, de Inglaterra, (martirizado en 1555), declaró que implicaba el sometimiento a la bestia. El matemático escocés Sir John Napier, (muerto en 1617), la definió como una profesión de obediencia a Roma. El pietista Johann Lucius, (muerto en 1686), creía que era la confesión de la religión romana. Y Sir Isaac Newton, (muerto en 1727), colocaba la marca de la bestia y el sello de Dios en contraste.

En la América colonial, el teócrata puritano John Cotton, (muerto en 1652), creía que aquellos que recibían la marca de la bestia eran los que recibían órdenes de la Iglesia de Roma. El congregacionalista Eduardo Holyoke, (muerto en 1660), la definía como el sometimiento a la ley del papa. De nuevo en Inglaterra, el teólogo bautista Andrew Fuller, (muerto en 1815; colocaba la marca de la bestia y el sello de Dios en oposición. Y para el ministro presbiteriano norteamericano Robert Reid, (muerto en 1844), era el sometimiento al error romano. Estas son muestras de las aplicaciones históricas dadas por los eruditos de cinco siglos al respecto de la marca de la bestia. (Todas estas declaraciones están analizadas en el libro de LeRoy Edwin Froom, Prophetic Faith of Our Fathers, tomos 2, 3). Ninguno de estos expositores, de los siglos pasados, aplicó la marca de la bestia específicamente a la cuestión del sábado, pero la relacionaron con el papado.

Los adventistas sabatarios reconocieron que el sábado no era una prueba de los siglos pasados, sino que creían que la restauración del sábado era una parte del último gran reaviva- miento de las verdades apostólicas descuidadas y olvidadas —una parte a la que se le daría énfasis en relación con el último mensaje de Dios en i a preparación de su pueblo para recibir al Señor que volvería a la tierra.

Los adventistas creemos que las profecías de Daniel 7 y de Apocalipsis 13, que atañen a la bestia, se refieren particularmente al papado, y que las actividades y el futuro poder persecutorio se destacarán enormemente justamente antes del regreso de nuestro Señor en gloria. Entendemos que entonces el sábado se convertirá en una piedra de toque mundial.

Así fue como los heraldos adventistas de una reforma sabática realizaron una aplicación lógica adicional de la marca de la bestia —sosteniendo que era, en esencia, el intento hecho por el papa de cambiar el sábado del cuarto mandamiento del Decálogo, su esfuerzo por imponer este cambio al cristianismo, y la aceptación del sustituto del papado por los individuos. Creemos que al final del tiempo, a la luz de la clara prohibición divina, todos los hombres se verán frente a una decisión a aceptar o rechazar la observancia del domingo. (Véase la pregunta 19, “¿Cuándo se recibirá la marca de la bestia?”)

Que la Iglesia Católica Romana sostiene que su poder para realizar cambios es la señal de su autoridad, puede verse en las siguientes declaraciones extraídas de sus catecismos. Henry Tuberville, del Colegio de Douay, Francia, en An Abridgement of the Christian Doctrine, (1619), pág. 58, hace tres siglos, declaró lo siguiente:

“Pregunta; ¿Cómo prueba usted que la iglesia tiene poder para establecer fiestas y días de guardar?

“Respuesta; Por el mismo hecho de cambiar el día de reposo al domingo, lo que los protestantes admiten y por lo cual se contradicen a sí mismos, observando estrictamente el domingo, y profanando la mayor parte de las demás fiestas ordenadas por la misma iglesia”.

Stephen Keenan, en A Doctrinal Catechism, (1865), pág. 174, aprobado por el arzobispo John Hughes, de Nueva York, realizó una declaración parecida:

Pregunta: ¿Tiene usted otra forma de probar que la iglesia tiene poder para instituir festividades de guardar?

“Respuesta: Si no poseyera ese poder, no habría podido hacer aquello con lo cual todos los modernos teólogos concuerdan; no habría podido cambiar la observancia del sábado, séptimo día de la semana por la observancia del domingo, primer día de la semana, un cambio para el cual no existe autoridad bíblica”.

Peter Geiermann, en The Convert’s Catechism of Catholic Doctrine, (edición de 1910), pág. 50. repite esta pretensión:

“Pregunta: ¿Por qué cambió la Iglesia Católica el sábado por el domingo?

“Respuesta: La iglesia sustituyó el sábado por el domingo porque Cristo se levantó de los muertos el día domingo, y el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles en domingo.

“Pregunta: ¿Por qué autoridad cambió la iglesia el sábado por el domingo?

“Respuesta: La iglesia cambió el sábado por el domingo por la plenitud de ese poder divino que Jesucristo derramó sobre ella”.