En la Misión del Lago Titicaca, la iglesia crece indiferentes a las paradojas y las dificultades de la región
Antes de asumir la presidencia de la Misión del Lago Titicaca en diciembre del año pasado, el pastor Julio Medina sirvió como pastor de iglesia en varios campos peruanos y fue secretario de la Misión Peruana del Sur. La sede de la Misión está situada en la ciudad de Puno, junto al lago Titicaca, el lago navegable situado a mayor altura en el mundo, a 3.834 metros sobre el nivel del mar. El pastor Medina se graduó en Teología en el Seminario Teológico de la Universidad Peruana Unión, UPEU, en 1982. Está casado con Carol Rojas, coordinadora de los Ministerios de la Mujer, Niños y Adolescentes, y directora del departamento de Hogar y Familia. Tienen tres hijos: Carlos, Tammy y Leslie.
Uno de los distritos más extensos de la Misión del Lago Titicaca es el de Macusani, dirigido por el pastor Roger Quispe Machaca. En ese territorio, hay más de 30 congregaciones diseminadas por todo su ámbito geográfico. Por ejemplo, en esa región está la ciudad de Azaroma, a más de 5.200 metros de altura y que, en los días más fríos, sufre temperaturas de menos de 20 grados bajo cero. Por otro lado, parte del distrito se extiende hasta la selva peruana, donde la temperatura llega a 40 grados sobre cero. El pastor Quispe también se graduó en Teología en la UPEU, y está casado con Betty Gladys Colla, maestra de escuela primaria.
El autor de esta entrevista conversó con estos dos pastores en ocasión del desarrollo de un proyecto de entrenamiento para pastores y ancianos de iglesia de la Unión Peruana.
Ministerio: ¿Oué nos podría decir acerca de esta Misión, que ha crecido tanto en los últimos años?
Pastor Medina: La Misión del Lago Titicaca cuenta con 255 iglesias y 410 grupos organizados, lo que da un total de 665 congregaciones. En este momento, tenemos 31 distritos pastorales y contamos con 123.000 miembros. Tenemos 60 escuelas con aproximadamente 4.500 alumnos. En nuestro territorio, también funciona una filial de la Universidad Peruana Unión, con más de 1.000 estudiantes, y también contamos con una clínica médica en la ciudad de Juliaca. Dios ha bendecido mucho este campo en el aspecto de la evangelización; pero tenemos grandes desafíos financieros. Ésta es una región muy pobre.
Ministerio: ¿Cuántas personas se bautizaron el año pasado, y qué métodos produjeron los mejores resultados?
Pastor Medina: Gracias a Dios y al arduo trabajo de los pastores y la importante participación de los miembros de iglesia, se añadieron a la misión 7.514 personas. El secreto de este importante éxito fue un programa agresivo de evangelización que incluyó a los miembros, que trabajaron organizados por los pastores de las respectivas iglesias. A eso le debemos añadir varias campañas de cosecha. La más importante de ellas fue “La caravana del poder” que, como idea, nació en este campo y se está diseminando por varias uniones de la División Sudamericana.
Ministerio: ¿Cuál es el desafío más importante para el año zoos?
Pastor Medina: Queremos organizar 2.500 Grupos pequeños, abarcar a 10.000 participantes, a los que llamamos gedeones, para que den estudios bíblicos y, junto con otras estrategias de evangelización, queremos llevar al bautismo a 10.500 nuevos creyentes. Es un sueño, pero hasta el mes de marzo teníamos inscritos a 5.000 miembros directamente comprometidos en tareas de evangelización.
Ministerio: ¿Qué significa para usted, pastor Quispe, ejercer su ministerio en más de 30 congregaciones, en una región de tantos contrastes, y con accesos y medios de locomoción tan difíciles?
Pastor Quispe: En realidad, no me resultó difícil adaptarme ni a climas tan diferentes ni a altitudes tan grandes. Doy gracias a Dios por la salud y la disposición que me da para atender una región con tantos retos. Me siento feliz al observar la alegría de los hermanos por la asistencia pastoral que reciben. Confieso que me gustaría atender con más frecuencia a cada una de mis congregaciones, pero las dificultades impuestas por la geografía me lo impiden. Muchas veces, tengo que salir de casa a la 1 de la madrugada a fin de conseguir algún transporte para ir a determinados lugares. Otras veces, cuando no hay otros medios, voy a caballo o a pie. Hay una iglesia en Phalca, y para llegar hasta allí necesito caminar tres días. No hay caminos pavimentados, y voy por los senderos.
Ministerio: ¿Qué otros desafíos impone, en esa Misión, su trabajo?
Pastor Quispe: También tengo algunas congregaciones en la selva peruana. En esos casos, enfrento calor, mosquitos e insectos transmisores de la fiebre amarilla y la hepatitis B. Muchas veces, tengo que caminar de noche en medio de la selva acompañado solo por una linterna, evitando las serpientes venenosas y otras alimañas. Le doy gracias a Dios porque, hasta ahora, no me alcanzó ninguna enfermedad.
Ministerio: ¿Qué nos puede decir acerca del nivel de educación de la población?
Pastor Quispe: La mayoría de los habitantes de la región habla castellano, pero hay muchos que sólo hablan quechua. Mi esposa y yo hablamos ese idioma desde que éramos niños, y por ello nos resulta muy fácil predicar y cantar. Eso nos ha ayudado mucho en las campañas de evangelización porque, cuando se habla la lengua nativa, desaparecen los prejuicios en la gente. Hay otro pueblo nativo que habla aimará. Como yo no lo hablo, dependo de la ayuda de los miembros para evangelizar a esa población. Alrededor del 70% de la población no sabe leer ni escribir. Por medio de la evangelización, la iglesia se está convirtiendo en un centro de instrucción, pues enseñamos a la gente a leer cuando les damos estudios bíblicos. Además de conocer a Jesús, aprenden a leer. Creo que esto es una gran honra.
Ministerio: ¿De dónde procede tanta pasión y disposición para atender estas iglesias?
Pastor Quispe: Además del amor a Dios y a su causa, durante varios años serví en el ejército peruano, y allí aprendí a tener valor, perseverancia, a no desanimarme fácilmente y a no tener temor de los obstáculos. La disciplina militar aprendida en el pasado me ayuda a enfrentar los desafíos del ministerio pastoral de hoy. Ahora soy un soldado de Cristo, y no podría llevar a cabo la obra que Dios me confió con menos rigor y prolijidad que los que aplicaba cuando estaba en el ejército. La convicción de que estoy sirviendo al Señor llena mi corazón de un sentimiento que supera al mero patriotismo.
Ministerio: ¿Se adaptó fácilmente su esposa a esa región tan desafiante?
Pastor Quispe: Desde niña, mi esposa deseaba ser misionera y casarse con un pastor. Ese sueño se volvió realidad, y ella es muy feliz por estar donde está y hacer lo que hace. Es maestra, pero ahora me ayuda mucho como voluntaria en el ministerio pastoral, coordinando las actividades de los Ministerios de la Mujer, de los Niños y los Adolescentes en todo el distrito. En la obra de evangelización, ella dirige seminarios de salud pública y, algunas veces, también predica sermones. De ese modo, las problemáticas que enfrentamos juntos en nuestra labor no son motivo de desánimo ni de tristeza, sino de alegría. Agradezco a Dios por la esposa que me dio.
Ministerio: ¿Cuántas personas se bautizaron en su distrito el año pasado?
Pastor Quispe: Por la gracia de Dios, se bautizaron 417 personas. Con este fin preparamos bien a las iglesias, las entrenamos y las equipamos para la obra evangélica en sus diferentes aspectos, lino de los métodos más eficaces fue la evangelización personal, con los “gedeones”. Son miembros voluntarios que van de casa en casa ofreciendo estudios bíblicos, estudiando la Biblia con la gente que acepta la invitación y llevándola a las reuniones nocturnas de evangelización.
Ministerio: ¿De qué manera es posible entrenar y equipar a tantas congregaciones?
Pastor Quispe: El distrito se divide en regiones, y entonces se llevan a cabo reuniones periódicas con los miembros de cada región. Cuando se los convoca, la respuesta es sencillamente maravillosa. Reciben orientación, Biblias, estudios bíblicos “La fe de Jesús” y folletos para contactos. Algún tiempo después, se llevan a cabo campañas regionales de cosecha. Los resultados son óptimos. Es oportuno recordar que mucha de la gente que se convierte se bautiza en lagos y ríos con agua muy fría. En las épocas más frías, es necesario abrir espacios en las aguas congeladas de los lagos. Pero ellos se sienten felices, porque el amor que tienen por el evangelio es tan fuerte, que no ven ninguna dificultad en esto; y también están acostumbrados a bañarse con agua fría en sus casas. Aun así, creo que lo van a pensar dos veces antes de cometer un error que exija un nuevo bautismo.
Ministerio: Con esta experiencia en su haber, ¿qué mensaje daría usted a un pastor que está luchando con el fantasma de la falta de motivación?
Pastor Quispe: Mucha gente de dentro y de fuera de la iglesia depende de nuestra labor pastoral. Algunos necesitan que se las visite, mientras que otros procuran consejo; y están los que no conocen a Jesús y necesitan encontrar el camino de la salvación. ¿Cómo estar desanimados ante una responsabilidad tan grande y tan solemne? Dios cuenta con nuestra participación, y necesitamos estar conscientes de que éste es el tiempo en el que podemos entregar lo mejor de nosotros para él.
Sobre el autor: Jonas Arrais es secretario asociado de la Asociación Ministerial de la Asociación General. Julio Medina es Presidente de la Misión del Lago Titicaca, Rep. del Perú. Roger Quispe Machaca es Pastor del distrito de Mawsani, en la Misión del Lago Titicaca, Rep. del Perú.