La palabra desiglesiado está transformándose, denotando la realidad de cristianos que eligieron vivir su fe fuera de las iglesias institucionalizadas. En los Estados Unidos, el mayor país protestante del mundo, se ha constatado un aumento gradual del número de desiglesiados. En el Brasil, de acuerdo con el último censo, ya es posible verificar esta tendencia también.
Josh Packard, profesor de Sociología de la Universidad de Northern Colorado, recientemente publicó un estudio respecto de los desiglesiados estadounidenses. Además de los indicadores numéricos, ese informe muestra los principales motivos por los cuales las personas están abandonando las iglesias institucionalizadas, no la fe, en los Estados Unidos.
En primer lugar, el 71% de los entrevistados dijo que una postura recriminadora contribuyó para que ellos salieran de sus iglesias. En la secuencia, el 60% indicó que el exceso de burocracia fue determinante para que abandonaran el contexto eclesiástico institucional. En tercer lugar, fue mencionada la desconexión entre las enseñanzas de la iglesia y las luchas de la vida cotidiana.
Es importante destacar que, al mismo tiempo que los desiglesiados rechazan la vivencia eclesiástica institucionalizada, valoran la idea de vivir en verdadera comunión con otros cristianos, en un contexto de simplicidad y proximidad. Las estadísticas comparativas entre los Estados Unidos y el Brasil ayudan a entender mejor las dimensiones de este grupo en crecimiento.
La comparación entre los porcentajes de los Estados Unidos y el Brasil puede presentar cifras diferentes; sin embargo, la realidad es igualmente incómoda. A fin de contener este fenómeno, los líderes cristianos necesitan escuchar de una manera acogedora la voz de los desiglesiados, concentrarse en una enseñanza bíblica sana y presentar los principios espirituales contextualizados en los desafíos de nuestro tiempo.