Los seminarios acerca del Apocalipsis han penetrado en el corazón de la hermandad adventista sudamericana; ¡y gracias a Dios por ello!, pues la hermana E. G. de White dice que nos fue confiada a los adventistas del séptimo día la tarea de “proclamar los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y nada debe desviar nuestra atención de ella” (El evangelismo, pág. 92).

En qué consiste el Seminario Revelaciones del Apocalipsis

El Seminario Revelaciones del Apocalipsis se desarrolla por medio de veinticuatro hojas guía con un enfoque Cristocéntrico y doctrinal. Siguen el sistema de la Escuela Sabática, lo cual simplifica enormemente la comprensión del plan para cualquier hermano de iglesia y hace que le resulte increíblemente fácil su ejecución. El informe de la encuesta hecha por la Unión Este Brasileña muestra que más del 99% de los hermanos que utilizaron las hojas guía y que respondieron a la encuesta manifestaron que las lecciones son fáciles y prácticas. Utilizando el complemento de las dos hojas guía adicionales, las cuales se incorporarán en el futuro a la serie normal, permiten completar los 27 enunciados doctrinales que aparecen en el Manual de Iglesia. Estas dos lecciones servirán para hacer el repaso para el bautismo.

Quiénes pueden dirigir un seminario

Todo hermano que es capaz de enseñar la lección de la Escuela Sabática está capacitado para enseñar las lecciones del Seminario Revelaciones del Apocalipsis. En realidad todavía es más sencillo que eso: Todo hermano que es capaz de estudiar las lecciones de la Escuela Sabática puede reunirse con otros y estudiar juntos las hojas guía del seminario.

Cómo hacerlo

Para los laicos: Es como enseñar la lección de una clase de visitas. Los materiales disponibles en la División Sudamericana son: Una serie de lecciones (llamadas hojas guía) del alumno y el auxiliar para el maestro. Se utiliza la Biblia Reina Valera de 1960 y se sugiere como lectura auxiliar los libros El gran conflicto y El camino a Cristo, ambos de la hermana White. Para facilitar la tarea del hermano que enseñe el seminario, sugerimos que la asistencia sea registrada en tarjetas iguales a las de la escuela Sabática, con las cuales los hermanos ya están familiarizados. También se dispone de diversos recursos didácticos, tales como la serie de 24 audiovisuales, las ilustraciones para franelógrafo, transparencias para retroproyector y carpetas con ilustraciones, para dar las clases en pequeños grupos. La metodología no se centra en la predicación, sino en la enseñanza.

Si estudia con una persona o con un grupito pequeño, compórtese del mismo modo como cuando estudia la lección en familia. Sentados en la sala, o en torno de una mesa, distribuya los versículos, lea las preguntas, todos escriban las respuestas, comente o lea las notas, saque las conclusiones, y para afirmar hagan la decisión sugerida al final de la lección.

Si el grupo es más o menos como los que componen una unidad evangelizadora, enseñe la lección del mismo modo como lo hace en la clase de visitas de la Escuela Sabática. Distribuya los versículos, lea las preguntas y después de encontrar la respuesta y de dar algunas explicaciones, las cuales pueden ser extraídas de las notas y del auxiliar, deles la oportunidad de ir escribiendo las respuestas. Por supuesto, no es necesario leer cada nota. Al final, pídales con cariño que hagan una decisión. Como podemos ver, es sencillo. Casi diríamos que no hay que hacer demasiado esfuerzo para ejecutar el programa, porque estamos aprovechando toda la experiencia de la Escuela Sabática que ya tenemos y avanzamos lección por lección.

Si el grupo es numeroso, enseñe la lección del seminario al estilo de la lección en conjunto, haciéndoles leer los versículos y dándoles tiempo para escribir las respuestas.

Si se trata de un grupo pequeño, en algún barrio, enseñe las lecciones del seminario de Apocalipsis como si fuese una filial de la Escuela Sabática. Y usted ya sabe cómo funciona. Allí no necesita predicadores, apenas se requiere de un hermano que estudie la lección y la enseñe.

Si se trata de un ancianito, o de un enfermo que no puede asistir, enséñele el Apocalipsis como si fuese una Escuela Sabática de extensión. Todo lo que necesita es amar a esa persona y estudiar la lección con ella.

Clase de Maestros del Seminario Revelaciones del Apocalipsis: Funciona igual que la Escuela Sabática. Los maestros se pondrán de acuerdo con respecto al día y la hora en que se reunirán. Cada maestro estudia su lección en el folleto auxiliar del seminario, y uno de ellos dirige la clase de maestros discutiendo entre todos la lección. Después de esto, cada uno enseña a sus interesados. ¡Es sencillo!

Para los pastores: También a este nivel recomendamos sustituir la idea de predicación por el método tan utilizado por Cristo: la enseñanza. Por supuesto, la predicación también fue parte del ministerio de Jesús y tiene una importante función que cumplir en el ministerio pastoral y evangelizador. Pero en lo que hace a los seminarios del Apocalipsis, creemos que la enseñanza es más adecuada.

En grupos pequeños y medianos aconsejamos aplicar los mismos principios que acabamos de enumerar. En los casos en que el auditorio sea muy numeroso, además de lo sugerido, hemos visto que a los interesados les ayuda tener la Biblia en sus manos, escribir la respuesta y ver por sí mismos lo que dicen las notas. Si la acústica lo permite, conviene que los versículos sean leídos a viva voz por el público. Cuando la acústica no lo permite, nos ha dado buenos resultados hacer circular un micrófono inalámbrico, y en algunos casos uno de los comunes con cable largo. Eso nos permitirá también dar lugar a las preguntas del auditorio.

Dónde dirigir un Seminario Revelaciones del Apocalipsis

El Seminario Revelaciones del Apocalipsis puede ser dirigido en los mismos lugares donde podría funcionar una clase de Escuela Sabática. En la iglesia, en la escuela, en el Club de Conquistadores, en la sala pastoral, en la sala de una casa de hermanos o amigos, o vecinos, en un garaje, en salones, en clubes, en carpas, en salas de cines o de teatros alquilados para dicho fin, al aire libre y en cualquier otro lugar donde el Espíritu de Dios lo indique. Como ejemplo mencionaremos el caso de una hermana que está enseñando a una compañera de viajes en el ómnibus, y otra que comenzará a hacerlo con sus pacientes en la clínica donde trabaja.

Cuándo hacerlo

La experiencia de la Unión Chilena (1987) demostró que “Semana Santa” es una oportunidad excepcionalmente buena para comenzar los seminarios. Se reúne mucho público, y al mismo tiempo le da más estabilidad a la continuidad del programa de “Semana Santa”. Pero ése no es el único momento en el cual se lo puede hacer. La Campaña Metropolitana Apocalíptica de La Paz, Bolivia, fue realizada en la segunda parte del año y resultó exitosa. Evidentemente cualquier época del año es buena aunque “Semana Santa” demostró ser la mejor.

El cronograma que se propuso la División Sudamericana contempla los siguientes pasos: 1988: Como mínimo un seminario por unidad evangelizadora (además de los seminarios en las iglesias y los que dirigirán los pastores).

 1989: Como mínimo un seminario por familia adventista (además de lo señalado para 1988).

1990: Cada miembro de iglesia estudiando las lecciones del seminario con sus amigos y vecinos.

La emoción de transitar por la senda demarcada por Dios

“Si nuestros hermanos estuviesen despiertos, aunque fuese a medias, si se dieran cuenta de la cercanía de los sucesos descriptos en Apocalipsis, se realizaría una reforma en nuestras iglesias, y muchos más creerían el mensaje” (El evangelismo, pág. 146).