¿Por qué muchos cristianos no aceptan el ministerio profético de Elena de White?

Elena de White tuvo que afrontar la resistencia entre los cristianos a la autenticidad de su don desde que recibió su llamado profético en diciembre de 1844.[1] A pesar del buen testimonio cristiano de su vida, de la naturaleza evangélica de sus escritos y de la coherencia de sus visiones con la Biblia, prevalece contra ella, entre muchos cristianos, la acusación de falsa profetisa. Al principio, la mayor excusa para desacreditar la inspiración divina de Elena de White era la creencia cesacionista predominante en el medio cristiano a mitad del siglo XIX. Para muchos protestantes, los dones sobrenaturales del Espíritu Santo, particularmente el de profecía, cesaron después de la muerte del último apóstol del Nuevo Testamento.[2]

Sin embargo, durante el período de vida de Elena de White, aparecieron movimientos cristianos con fuerte énfasis en los dones espirituales, incluyendo el de profecía. Los movimientos irvingitas,[3] de la vida más elevada (o de Keswick),[4] restauracionista,[5] de santidad,[6] de la carne santificada[7] y, finalmente, el pentecostalismo,[8] se abrieron a la posibilidad de manifestaciones carismáticas en la iglesia. Relatos de revelaciones, sueños y visiones se volvieron comunes en las reuniones cristianas. Algunos predicadores alegaron recibir revelaciones divinas, y sus mensajes gozan de aceptación más allá de sus límites denominacionales, influyendo en la teología evangélica. Podemos citar como ejemplos a Margaret MacDonald (1815-1840), joven escocesa cuyas visiones presentaron el arrebatamiento pretribulacionista;[9] Charles Finney (1792-1874), inspiración de grandes evangelistas posteriores;[10] Phoebe Palmer (1807-1874), la dama del segundo despertar;[11] y A. W. Tozer (1897-1963), autor prolífico.[12] Estos son solo algunos predicadores no pentecostales que alegaron recibir revelaciones divinas y cuyos mensajes son ampliamente aceptados en el medio evangélico. Los cristianos pentecostales, por otro lado, aceptan plenamente los sueños, visiones y revelaciones, al punto que la defensa pentecostal de la continuidad de los dones[13] recuerda, en muchos aspectos, a la defensa del don de profecía hecha por los pioneros adventistas.[14] Hoy, incluso teólogos contemporáneos reformados, como Wayne Grudem y R. T. Kendall, admiten la continuidad del don de profecía en la iglesia.[15]

Sin embargo, Elena de White prácticamente no disfruta de aceptación fuera de los límites del adventismo. Desde su vocación profética en 1844, el evangelicalismo ha estado mucho más abierto a la creencia en la continuidad de los dones, incluyendo el de profecía. ¿Por qué, a pesar de la amplia aceptación de otros predicadores cristianos que manifestaron haber recibido revelaciones proféticas, todavía persiste la resistencia en cuanto a la manifestación de ese don en Elena de White?

Este artículo identifica cinco puntos de vista que se yerguen como barreras a la aceptación de Elena de White como una mensajera legítima de Dios entre el cuerpo mayor de cristianos.

Seguridad de la salvación

El alto estándar de santidad que Elena de White presentó en sus escritos, el énfasis en la perfección cristiana y en la obediencia, la concepción de un juicio investigador en curso y el concepto de la herencia arminiana y wesleyana conciben una salvación insegura, que puede perderse en cualquier momento.[16] Según ella, el creyente necesita permanecer en constante vigilancia espiritual para no perder su condición de salvo.[17] Este concepto es incompatible con las corrientes dominantes de la teología cristiana. En el calvinismo hay seguridad de salvación porque se la considera una obra exclusiva de Dios. En el pentecostalismo, la dotación del carisma, la segunda bendición, es garantía del favor divino. En el catolicismo, la participación en el sacramento garantiza la certeza de la salvación. El espiritismo y el protestantismo liberal tienden al universalismo. En fin, para todos esos grupos cristianos es inconveniente la soteriología de Elena de White de una salvación que se puede perder.

Cambio de cosmovisión

Elena de White escribió en una cultura victoriana, moderna.[18] Su contexto religioso y su propia producción literaria tuvieron influencias del puritanismo, del segundo gran avivamiento y del movimiento de santidad, con algún reflejo y reacción al iluminismo. Hoy vivimos en un contexto posmoderno, y el evangelicalismo está bajo la influencia ecuménica y pentecostal-carismática. Este cambio de paradigma hizo que muchas declaraciones de Elena de White sean consideradas absurdas hoy, como, por ejemplo, sus puntos de vista sobre usos y costumbres,[19] creacionismo,[20] su anticatolicismo,[21] etc. Incluso algunos adventistas del séptimo día, más inclinados al espíritu de esta época, tienen dificultades con algunas declaraciones de Elena de White y están tentados a reinterpretar o despreciar declaraciones que desentonan de lo contemporáneo.

Fundamentalismo

El fundamentalismo cristiano, movimiento que surgió a comienzos del siglo pasado y que tomó su nombre de la obra Los fundamentos,[22] enfatiza la inspiración verbal e inerrante de la Biblia y un apego a doctrinas tradicionales del cristianismo como guardar el domingo, la inmortalidad del alma, la antropología dicotómica (o, en algunos casos, tricotómica) y el castigo eterno de los impíos. Naturalmente, el fundamentalismo fue una barrera que se levantó para contener la creciente del liberalismo teológico. Elena de White siempre combatió la teología liberal,[23] pero muchas de sus enseñanzas no caben en la caja del fundamentalismo. Elena de White jamás reconoció que la concepción de toda la Escritura sea por inspiración verbal, o su inerrancia.[24] Tampoco aceptó la doctrina del castigo eterno de los impíos,[25] entre otras. Aceptar el don profético de Elena de White implica renunciar a la pretendida seguridad ortodoxa del fundamentalismo, removiendo, en un solo movimiento, su modelo de revelación y algunos pilares de su ortodoxia tradicional. De los fundamentalistas vienen los ataques más feroces al don profético de Elena de White.

Espiritualidad mística

Para la espiritualidad carismática de pentecostales y católicos renovados, así como para la espiritualidad contemplativa y litúrgica de protestantes históricos y católicos tradicionalistas, la revelación divina es siempre subjetiva y mística. O sea, Dios se revela al creyente que lo busca por medio del éxtasis carismático o contemplativo.[26] La experiencia profética de Elena de White, sin embargo, era objetiva y partía siempre de Dios. Esta diferencia, a la vista de los demás cristianos, vuelve extremadamente pretencioso el carisma de Elena de White, pues una repetición de su experiencia está totalmente fuera del control humano.

Sincretismo

Otro factor que crea resistencia a la obra de Elena de White es la asociación de algunos de sus pretendidos seguidores a ideas radicales que ella jamás expuso. En general, esos puntos de vista radicales son posteriores a ella. Algunos intentan fundamentar, a partir de pasajes de sus escritos mal interpretados y mal aplicados, conceptos extraños a su pensamiento, como la defensa del uso exclusivo de versiones bíblicas producidas a partir del Textus Receptus (como las versiones King James y Reina-Valera de 1960),[27] el veganismo,[28] teorías de conspiración relacionadas con jesuitas y sociedades secretas,[29] la teología de la última generación,[30] intentos de cálculo para la segunda venida de Cristo,[31] el antitrinitarismo,[32] la naturaleza poslapsariana del Cristo encarnado[33] y el perfeccionismo.[34] Esta amalgama del pensamiento de White con opiniones que ella nunca endosó confunde y crea rechazo a su ministerio.

Conclusión

A lo largo de los siglos, muchos teólogos cristianos enseñaron muchas de las cosas que enseñó Elena de White. Pero, en la siempre creciente diversidad teológica protestante, cada uno de sus segmentos define su ortodoxia exagerando algunos puntos favoritos en reacción a abusos y excesos de otros grupos. La doctrina bíblica, conforme la presenta Elena de White, no armoniza perfectamente con esas tendencias que se definen más por la historia y por la dialéctica entre sectores de la cristiandad que por la Biblia solamente. Por eso, a pesar de que los relatos de experiencias de visiones semejantes a las de Elena de White disfruten de bastante aceptación en el cristianismo contemporáneo, y que sus enseñanzas sean compatibles con lo que predica la mayoría de los cristianos, siempre sobra algún énfasis en cada segmento que le impide reconocer en Elena de White a una cristiana que recibió el genuino don de profecía. Sin embargo, esas barreras, justamente, pueden transformarse en puentes para llevar el mensaje revelado por Dios a Elena de White a un público más amplio. Los pioneros adventistas formaban un grupo ecuménico que estudiaba la Biblia y que, desestimando sus tradiciones denominacionales, construyeron una teología premilenarista bíblica y se valieron de las revelaciones dadas por Dios a Elena de White para confirmar las fórmulas consensuales que elaboraban después de estudiar, discutir y orar. Al proponer una experiencia semejante a los cristianos en general, conceptos y preconceptos se derrumbarán a favor de la Biblia, abriendo el camino para el reconocimiento del carisma de Elena de White como un don del Espíritu Santo a la iglesia actual.

Sobre el autor: editor de libros en la Casa Publicadora Brasileira.


Referencias

[1] Arthur White, Ellen White: Mulher de Visão (Tatuí, SP: CPB, 2015), pp. 21-34.

[2] Wayne Grudem, Cessaram os Dons Espirituais? (San Pablo: Vida, 2003), pp. 23-67.

[3] Alderi Matos, “Edward Irving: Precursor do Movimento Carismático na Igreja Reformada”, Fides Reformata, 1º semestre de 1996.

[4] J. I. Packer, Na Dinâmica do Espírito (San Pablo: Vida Nova, 1991), pp. 22, 23.

[5] W. W. Whidden, “Restauracionismo”, en Denis Fortin y Jerry Moon, Enciclopédia Ellen G. White (Tatuí, SP: CPB, 2018), pp. 1.230, 1.231.

[6] Matos, “O Movimento Pentecostal”, Fides Reformata, 2º semestre de 2006, pp. 23-50.

[7] Gary Land, “Carne Santa, Movimento da”, en Fortin y Moon, pp. 735, 736; Elena de White, Mensajes selectos (Florida, Bs. As.: ACES, 2015), t. 2, pp. 36-47.

[8] Matos (2006).

[9] Brian Schwertley, “Is the Pretribulation Rapture Biblical?” Disponible en: https://bit.ly/2NWNCnu.

[10] Jadiel Martins Sousa, Charles Finney e a Secularização da Igreja (San Pablo: Parakletos, 2002), pp. 134, 135.

[11] Matos (2006), p. 29.

[12] A. W. Tozer, Vivificados no Espírito (Río de Janeiro: Graça, 2019), pp. 185-195.

[13] Jack Deere, Surpreendido Pelo Poder do Espírito (Río de Janeiro: CPAD, 1995), pp. 101-116.

[14] Elena de White, El conflicto de los siglos (Florida, Bs. As.: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2015), pp. 5-13; John Loughborough, Spiritual Gifts (Mountain View, CA: Pacific Press, 1899); ídem, The Prophetic Gift in the Gospel Church (Mountain View, CA: Pacific Press, 1911).

[15] Grudem, O Dom de Profecia no Novo Testamento e Hoje (Natal: Carisma, 2017), pp. 226-237; R. T. Kendall, A Unção (Belo Horizonte: Betânia, 2005), pp. 196-210.

[16] Marvin Moore, Na Corte Celestial (Tatuí, SP: CPB, 2019), p. 15.

[17] Elena de White, Reavivamento Verdadeiro (Tatuí, SP: CPB, 2012), pp. 38-40.

[18] Herbert Douglass, Mensageira do Senhor (Tatuí, SP: CPB, 2002), p. 105.

[19] Milton Torres, Heterodoxia (Artur Nogueira, SP: Paradigma, 2008), pp. 164-167.

[20] Ibíd., pp. 168-173.

[21] Ibíd., pp. 118-127.

[22] R. A. Torrey, Os Fundamentos (San Pablo: Hagnos, 2005).

[23] Elena de White, Hechos de los apóstoles (Florida, Bs. As.: ACES, 2009), p. 391.

[24] Ídem, Mensajes selectos, t. 1, p. 24.

[25] Ídem, Testimonios para la iglesia (Ellen G. White Estate, Inc., 2012), t. 1, pp. 42, 43, 308.

[26] Douglass, Profecias Surpreendentes (Tatuí, SP: CPB, 2020), pp. 157-188; Vanderlei Dorneles, Cristãos em Busca do Êxtase (Tatuí, SP: CPB, 2014), pp. 75-120.

[27] William Fagal, 101 Perguntas Sobre Ellen White e Seus Escritos (Tatuí, SP: CPB, 2013), pp. 195-197.

[28] Felipe Lemos, “Veganismo e Vegetarianismo Possuem Conceitos Diferentes”, disponible en: bit.ly/388sr8Z.

[29] Neil Livingston, A Grande Conspiração (Cachoeiro do Itapemirim, ES: Adventistas Históricos, 2009).

[30] George Knight, Eventos del tiempo del fin y la última generación (Nampa, ID: Pacific Press, 2019).

[31] Alceu Nunes, O Dia da Sua Vinda (Engenheiro Coelho, SP: Unaspress, 2008), pp. 97-147.

[32] Lourenço González, Contenda: O Caminho do Ômega (Niterói, RJ: Ados, 2005); Torres, Tentaram a Deus em Seu Coração (Belo Horizonte: do autor, 2011).

[33] Whidden, Ellen White e a Humanidade de Cristo (Tatuí, SP: CPB, 2004); José Calixto, Verdades Esclarecidas (Niterói, RJ: Ados, 2011), pp. 54-84.

[34] Knight, Pecado e Salvação (Tatuí: CPB, 2016), pp. 176-192.