Sobre el autor: Norman Versteeg es pastor de la Iglesia Adventista de Garden Grove, California, EE.LHJ.
¿Cómo se siente permanecer en una iglesia tanto tiempo? Este es un interrogante que a menudo he escuchado, especialmente ahora que he establecido un récord extraoficial de servicio en una iglesia.
Todo comenzó en el colegio Walla Walla, un invierno cuando el Señor me pidió que hiciera algo tan ridículo como imposible. ¡Me pidió que fuera un ministro! Traté de decirle que había “marcado número equivocado”, pero me aseguró que no había error. De modo que tomé el curso teológico porque Dios me lo pidió. Nadie sino Dios podría haber tenido “mejor” criterio.
Una vez que comencé a sentirme cómodo con la idea, sin embargo, supe lo que quería en el ministerio. Habría de ser necesario trasponer el mal necesario del aspirantazgo. Después de esto esperaba servir en el pastorado de una iglesia por un par de años, pero mi objetivo a largo plazo era hacer algo importante: ser evangelista de asociación.
¿Qué sucedió realmente? Por cierto, cumplí mi aspirantazgo. Fue en Federal Way, Washington, donde permanecí tres años. Se me solicitó entonces que pastoreara el distrito de Bremerton. Después de cuatro años allí, John Osbom, de la Asociación del Sureste de California, me pidió que me trasladara al sur. ¡Qué! ¡Mudarme a aquella tierra “malvada” y asociarme con los adventistas del sur de California! Eso era algo que había decidido no hacer nunca. Me habían contado que era en el sur de California donde los pastores adventistas “perdían la senda”. Pero el 1° de agosto de 1968 llegué a Garden Grove.
Más de doce años después, aún estoy en Garden Grove. La iglesia ha cambiado; yo he cambiado. La iglesia ha crecido de 340 miembros a 1.120. Fue un sufrimiento sostener un proyecto de construcción de 750.000 dólares, pero fue un placer emocionante alcanzar los mil feligreses. Será mayor placer aún alcanzar 2.000.
Mis deberes han cambiado, también, en los doce años en que he servido a esta iglesia. En 1968 yo era todo el “personal” de la iglesia. Ahora tenemos cuatro ministros empleados por la asociación y seis ministros de sostén propio o sostenidos por la iglesia local. De tratar de hacer todo he tenido que limitarme a hacer unas pocas cosas. El cambio ha sido doloroso y gratificante a la vez.
En 1968, poco después de mi arribo a Garden Grove, bauticé a algunos chicos. Desde entonces he oficiado en sus bodas ¡y dirigido la ceremonia de presentación de sus pequeños a Dios! Un profesor del colegio acostumbraba a decir: “Con relaciones de amor experimentamos los significados más profundos y los gozos más grandes de la vida”. Ahora sé lo que él quería decir, porque no he sido forzado a ser un pastor temporario. ¡Pregúntenle a cualquier oveja cómo funciona aquello!
Hay veces, por supuesto, cuando los pastores debieran aceptar un llamado o pedido de traslado dentro de la asociación. De observaciones personales y por haber escuchado a administradores, he llegado a algunas conclusiones:
Probablemente un pastor deba trasladarse cuando él sienta que es el momento. Cuando un pastor ya no está más motivado en un pastorado o ha contribuido con todo lo que pudo, quizás entonces deba mudarse. Estar en un pastorado deseando que pronto venga un llamado, no es ni productivo ni feliz. Los miembros de la iglesia pueden sentir cuando sucede, aunque no sea comunicado verbalmente. La falta de visión, de entusiasmo y de planes de largo alcance, son síntomas de que el pastor no está donde quiere estar.
Hay ocasiones cuando los miembros de una congregación local están convencidos de que es tiempo de un cambio de pastor. Cuando un número significativo de la feligresía siente de esa manera, el pastor pasará momentos difíciles al comunicar el Evangelio o al guiar a la iglesia en el cumplimiento de la comisión evangélica. En tales situaciones puede ser que el pastor necesite un traslado. Pero cuánto mejor sería evitar tales dificultades, considerando con oración cómo construir buenas relaciones con los miembros ¡antes que planear cambiarse cuando los problemas se susciten! ¡Es trágico cuando la mayoría de los miembros sienten que su pastor debe mudarse!
Muchas veces se les pide a los pastores que se trasladen a “mayores responsabilidades” o a “puestos más importantes”. Aunque debemos estar dispuestos a ser nombrados donde nuestros talentos puedan ser mejor usados, a menudo ésta no es la razón real para el cambio. A menudo los traslados son votados para evitar que “un joven, excelente pastor, acepte un llamado fuera de nuestra asociación” o para satisfacer el ego de uno que está ansioso por una iglesia más grande.
A veces se le solicita al pastor trasladarse en momentos cuando tal cambio es muy difícil para su esposa e hijos. La seguridad de los hijos del pastor es a menudo amenazada cuando son forzados a cortar lazos importantes. ¿No seríamos capaces de considerar, al menos, la posibilidad de acomodar nuestras prioridades en el orden que le asignan las Escrituras: ¿Dios, familia, Iglesia y mundo? Pastores felices con familias felices y con buenas relaciones con la administración realizan mucho más para la obra de Dios que los que, con sus familias, apenas se han recobrado de una mudanza cuando la otra está en camino.
¿Qué pueden hacer los pastores para tener pastorados largos?
1. Haga planes de largo alcance.
2. Ame a la grey y permítales conocerlo.
3. Diga No a algunos llamados fuera de su asociación.
4. Haga conocer a los administradores de su asociación lo que usted y sus miembros de iglesia están planeando.
5. Sea tan ansioso por un gran desafío, como lo está de promoción.
6. Dé a sus miembros de iglesia el privilegio de planear metas de largo alcance con usted y de trabajar unidos para realizarlas.
¿Qué pueden hacer los administradores para tener pastorados largos en sus campos?
1. Traslade menos pastores que estén haciendo buen trabajo donde están.
2. Recuerde que un pastor puede desarrollarse tan rápidamente en un pastorado largo como en tres cortos.
3. No se ponga paranoico por pastores que lleguen a ser demasiado influyentes al permanecer demasiado tiempo en una sola iglesia.
4. Aunque no es fácil, trate de resolver problemas en vez de transferirlos.
5. Sea reticente a llamar hombres de otras asociaciones que hayan estado poco tiempo en su posición actual.
6. Dé a los pastores la libertad de desarrollar un ministerio especializado que supla las necesidades de un aspecto en particular.
7. Considere los sentimientos y deseos del pastor y la congregación a la que sirve cuando se contemple un llamado.
El crecimiento numérico, los planes de largo alcance y la nutrición espiritual de los miembros, deberían determinar los pastorados largos. Y a su vez, los pastorados largos deberían estimular el crecimiento numérico, los planes de largo alcance y la nutrición espiritual de los miembros. Dios prohíbe, sin embargo, que permanezcamos en un lugar simplemente porque la junta ¡no puede encontrar otra iglesia que nos acepte!
Dios quiere que sus congregaciones locales crezcan. Él espera que planeemos bien y acabadamente, y que permanezcamos el tiempo suficiente para que ejecutemos nuestros planes. No quiere escuchar nuestros lamentos acerca de que somos un pequeño grupo impopular, perseguido, que no puede crecer. Lo grande no es siempre malo y lo pequeño no es siempre sagrado. Yo quiero servir a una congregación aún más grande. Pero creo que Dios quiere que lo haga sin el costo y las dificultades del traslado. Hay una experiencia más recompensadora que trasladarse a una iglesia grande: ¡llegar a ser una iglesia grande!
¿Cómo puede ocurrir esto? Comparta con Dios un momento de tranquilidad, algo de tiempo y su atención indivisa. Juntos pueden hacer planes que le reportarán resultados impensados. Dios estará feliz; usted estará feliz; y la junta de la asociación estará feliz. Dios no nos llama a conservar el statu quo. Sueñe en grande, planee cuidadosamente y ore mucho. Usted puede ser uno de los pastores que descubra que los pastorados de largo plazo (con la perspectiva de un traslado final) ofrece mucho más que una mudanza a una iglesia grande en otra asociación.
¿Cómo se siente permanecer en el mismo pastorado por doce años? ¡Es grandioso! Me parece mucho mejor pertenecer a la grey que a un camión de mudanzas, a una familia espiritual que a un “movimiento”.
Sobre el autor: Norman Versteeg es pastor de la Iglesia Adventista de Garden Grove, California, EE.LHJ.