Durante el Concilio Anual de 1995 los miembros de la junta directiva de la Asociación General hicieron un análisis profundo de la forma en que la cultura, y la visión del mundo que resulta de ella, están afectando, desde el estilo de vida de los miembros individuales hasta el mensaje y la misión de nuestra iglesia. En esa ocasión definieron y analizaron a nivel global los males contra los cuales luchamos continuamente, muchas veces sin entenderlos bien, a nivel local.
La Revista Adventista publicó un informe de las actividades del Concilio que pueden ayudarnos a comprender por qué nuestros dirigentes a nivel mundial dedicaron dos días al análisis de la influencia que tiene sobre nuestra vida la visión del mundo que sustentamos. Citamos textualmente:
“¿Qué es una visión bíblica del mundo? ¿Cómo afecta la misión de la Iglesia Adventista? ¿Qué fuerzas moldean y forman la visión individual del mundo? ¿Pueden los adventistas en general adquirir una visión del mundo universalmente distintiva?
“Los dirigentes adventistas analizaron éstas y muchas otras preguntas en un singular diálogo que duró dos días y con el cual comenzó el Concilio Anual.
“Durante las reuniones los miembros de la junta de la Asociación General escucharon conferencias relativas a estas preguntas y las discutieron en sesiones de grupos grandes y pequeños en la sede mundial de la organización en Silver Spring, Maryland. Pastores, miembros laicos y obreros que están en la línea de fuego en el hemisferio occidental también participaron en la conferencia sobre el mensaje y la misión a través de un enlace de televisión vía satélite.
“John T. Baldwin, profesor de teología del Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews, en Berrien Springs, Michigan, definió la visión del mundo como ‘la estructura conceptual, el análisis, los supuestos, las creencias y la historia acerca de la realidad que profesa una persona, por medio de los cuales construye sus valores, su estilo de vida y sus esperanzas para el futuro.
“EI mismo orador esbozó tres tipos de visiones del mundo: La visión naturalista, basada íntegramente en la razón humana, sin ninguna referencia a Dios; la visión teísta, con referencia a Dios como el elemento central; y la visión bíblica, centrada en Cristo. Dijo que los adventistas deben sustentar una estricta visión bíblica del mundo.
“Fernando L. Canale, también profesor de teología del seminario, advirtió a los miembros de la junta que la visión del mundo impacta la teología y la misión de la iglesia cristiana y que muchas influencias seculares afectan la visión del mundo de los cristianos, incluyendo la de muchos adventistas.
“Benjamín Maxson, director de mayordomía de la Asociación General (quien presentó también el tema de apertura), dijo en una entrevista: ‘Las diferentes visiones del mundo de los adventistas pueden verse cuando uno decide conservar los diezmos en la iglesia local, o cuando uno los retiene porque no está de acuerdo con la forma en que la iglesia hace algo”.
“La mayoría de los problemas que se presentan en la junta de la iglesia (local) tienen su origen en la negación de la visión bíblica de la iglesia que dice que Cristo es la cabeza (de la iglesia)”, dijo Maxson.
“El jueves 3 de octubre por la tarde los miembros de la junta hicieron preguntas y sugerencias a un panel de discusión compuesto de 10 personas. Esta sesión también fue televisada vía satélite. Esto dio a muchos pastores y miembros laicos la oportunidad única de escuchar las discusiones y participar en ellas.
Algunos de los que vieron la conferencia por televisión enviaron preguntas e hicieron comentarios vía CompuServe y también a través de faxes. El panel recibió un total de 20 preguntas procedentes de Canadá, California, Nueva York y México.
‘Un observador que escribió desde Edmonton, Alberto, Canadá, preguntó al panel: ‘¿Creen ustedes que podemos contrarrestar los efectos corrosivos que la visión no bíblica del mundo está produciendo en nuestra posición con relación a las diversiones, el vestido y las joyas, presentando una visión bíblica del mundo?’
“ ‘No hemos hecho hasta aquí sino comenzar un proceso que continuará durante mucho tiempo’, dijo Robert Kloosterhuis, vice presidente general de la Asociación General y presidente de la conferencia sobre mensaje y misión. ‘No hemos hecho sino comenzar. Nuestro objetivo es llegar a conocer a fondo las fuerzas e influencias del mundo que están afectando el estilo de vida de los adventistas’.
“Deseamos poner en alto las Escrituras como la norma bajo la cual los adventistas deben alinear su visión del mundo”.
En este número de Ministerio Adventista publicamos tres artículos que son extractos de mensajes devocionales presentados durante el Concilio Anual. Los pastores y ancianos adventistas podrán comprender un poco mejor las razones por las cuales les cuesta tanto esfuerzo mantener a sus iglesias dentro de las normas que definen nuestro estilo de vida y bien enfocadas en el mensaje y la misión.
Logos no sólo significa palabra, sino también discurso, conversación, historia, línea de razonamiento, en suma: cualquier cosa que sea “dicha”. Es justamente logos lo que distingue al hombre de los animales y es la mayor abundancia de logoi lo que distingue al hombre superior del inferior. El hombre sólo puede pensar en función de logos, y mientras mayor sea el número de logos que posea más serán las cosas que sea capaz de pensar y mayor será el número de sutiles distinciones juicios que pueda efectuar. (Moses Hadas, Hacia una nueva educación, pág. 47).
Mucho más maravilloso que el milagro de hacer andar a los cojos, dar vista a los ciegos, oído a los sordos y habla a los mudos fue sanar las mentes envilecidas por el pecado. Fue la hora más gloriosa de la humanidad. El fulgor de la mente Infinita brillaba sobre las tinieblas de la miseria humana. Durante tres años los habitantes de la tierra disfrutaron de esa energía al ponerse en contacto con el Sí divino-humano de Dios. Luego, cuando se fue, “la carne se hizo Palabra”, y se materializó en el Libro que dejó. Cristo era la palabra encamada. La Biblia es la carne hecha palabra, y tiene el mismo poder vivificador que cuando estuvo con nosotros” (Calvin B. Rock, Dimensiones de su amor, pág. 41).